La evolución natural de la gota pasa por varias fases, desde una hiperuricemia asintomática hasta una artritis gotosa aguda, períodos asintomáticos y una gota tofácea crónica (gota con nódulos).
La artritis gotosa aguda a menudo se manifiesta como inflamación aguda en una articulación, habitualmente en la base del primer dedo del pie. La articulación presenta una gran hiperestesia, tumefacción y dolor intenso; a menudo está enrojecida. El ataque agudo puede ceder espontáneamente en unos días. Si no se trata, pueden producirse ataques repetidos, que en algunos pacientes continúan (durante los años siguientes), dando lugar al desarrollo de una artritis crónica. En estos pacientes es posible observar depósitos de urato en los pabellones auriculares, los codos o los tendones de Aquiles, donde forman masas subcutá- neas indoloras palpables (tofos).
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