Sean cuales sean los mecanismos de organización y la termi- nología empleados, lo más importante es que los profesionales de la salud y la seguridad en el trabajo actúen en equipo. No han de pertenecer necesariamente a la misma unidad o servicio, aunque esto pueda ser deseable en su caso. No debe prestarse atención a la estructura de los servicios, sino a la correcta ejecu- ción de sus funciones en el ámbito de la empresa (desde un punto de vista científico, técnico y ético). Debe acentuarse la cooperación y coordinación en la elaboración y aplicación de un programa de acción, así como en el desarrollo de conceptos unificadores, tales como los de “culturas de trabajo” (cultura de seguridad, de protección del trabajador, corporativa) que generen salud y seguridad en el trabajo y el de “mejora continua de la calidad” de las condiciones y el medio ambiente de trabajo.
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