Se sabe que ciertas sustancias químicas, como el mercurio, el disulfuro de carbono, el tolueno, el arsénico y el plomo han producido psicosis en trabajadores manuales. Por ejemplo, se ha descubierto que el mercurio induce una psicosis en los trabajadores de la industria del sombrero, que ha recibido el literario nombre de “psicosis del sombrerero loco” (Kaplan y Sadock, 1995). Stopford (comunicación personal, 6 de noviembre de 1995) sugiere que el disulfuro de carbono indujo psicosis en un grupo de trabajadores franceses en 1856. En Estados Unidos, en 1989, dos hermanos del estado de Nevada compraron este producto para matar ardillas y desarrollaron una psicosis grave tras entrar en contacto con él: uno de los hermanos disparó a un tercero y el otro se disparó a sí mismo durante un cuadro de confusión grave y depresión psicótica. La incidencia de suicidio y homicidio se multiplica por trece tras la exposición al disulfuro de carbono. Además, Stopford señala que se sabe que la exposición al tolueno (utilizado en la fabricación de explosivos y tintes) causa una encefalopatía aguda con psicosis. También puede causar síntomas de pérdida de memoria, cambios del estado de ánimo (p. ej., disforia) deterioro de la coordinación visualmanual y alteraciones del lenguaje. Así pues, varios disolventes orgánicos, utilizados sobre todo en la industria química, ejercen una influencia directa en el sistema nervioso central (SNC), en el que inducen cambios bioquímicos y un comportamiento impredecible (Levi, Frandenhaeuser y Gardell 1986). La Administración para la Salud y la Seguridad en el Trabajo (Occupational Safety and Health Administration, OSHA) y el Instituto Nacional para la Salud y la Seguridad en el Trabajo (National Institute for Occupational Safety and Health, NIOSH) de Estados Unidos y la industria química han establecido precauciones, procedimientos y protocolos especiales destinados a reducir al mínimo el riego de las personas que trabajan con sustancias químicas tóxicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario