Las empresas rellenan el cuestionario de la encuesta de la BLS basándose en el registro escrito de lesiones y enfermedades profesionales que tienen obligación de mantener de acuerdo con lo exigido por la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) (Registro 200 de la OSHA). Dicho registro ha de mantenerse a disposición de cualquier inspector de la OSHA, aunque no exista la obligación legal de remitirlo a ésta, salvo en el caso de las empresas incluidas en la muestra de la encuesta anual de la BLS (BLS 1986).
La encuesta de la BLS presenta algunos defectos ampliamente reconocidos que limitan su capacidad para ofrecer un recuento completo y exacto de las enfermedades profesionales en Estados Unidos (Pollack y Keimig 1987). Ante todo, los datos son facili- tados por las propias empresas. Las enfermedades que los traba- jadores no declaren a éstas como de origen profesional no serán notificadas por las mismas. La falta de declaración por parte de los trabajadores puede deberse a su temor a las posibles conse- cuencias. Otro problema importante es que, a menudo, los médicos de las empresas pasan por alto la relación entre la enfermedad diagnosticada y el trabajo, especialmente cuando se
trata de patologías crónicas. Las enfermedades profesionales que aparecen en los trabajadores jubilados no están sometidas a ningún requisito de notificación de la BLS. De hecho, es poco probable que la empresa correspondiente tenga conocimiento de la aparición de una enfermedad de este tipo en un trabajador ya jubilado. Muchas enfermedades profesionales crónicas con largos períodos de latencia, entre ellas el cáncer y las enferme- dades pulmonares, se manifiestan con frecuencia después de la jubilación y, por lo tanto, la mayoría de estos casos no se incluyen en los datos recogidos por la BLS. Estas limitaciones fueron reconocidas por la propia BLS en un reciente informe sobre su encuesta anual (BLS 1993a). De hecho, en respuesta
a las recomendaciones de la National Academy of Sciences, la BLS modificó el diseño y realizó una nueva encuesta nacional en 1992.
Según ésta, hubo 457.000 casos de enfermedad profesional en el sector privado en Estados Unidos (BLS 1994). Esta otra repre- senta un incremento del 24 %, o 89.100 casos, más sobre los
368.300 registrados en la encuesta anual realizada por la BLS en
1991. La incidencia de nuevas enfermedades profesionales fue en 1992 de 60,0 por 10.000 trabajadores.
Los trastornos asociados a traumatismos repetidos, como el síndrome del túnel carpiano, la tendinitis de la muñeca y del codo o la pérdida auditiva, son las enfermedades profesionales que más predominan en las casos registrados. Otras categorías destacables corresponden a las enfermedades de la piel, las enfermedades pulmonares y los trastornos asociados a traumatismos físicos.
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