Además, las empresas informan de que un número creciente de sus trabajadores padecen problemas de abuso de alcohol o sustancias psicoactivas (Freudenberger 1984b). Entre los factores de estrés más comunes se encuentran el divorcio o los problemas matrimoniales, junto a otros de carácter familiar agudos o crónicos, como la necesidad de cuidar de un pariente anciano o discapacitado.
La evaluación y clasificación destinadas a reducir la posibilidad de agotamiento pueden enfocarse desde los puntos de vista relacionados con los intereses vocacionales, las elecciones o preferencias vocacionales y las características de las personas con preferencias distintas (Holland 1973). Podrían utilizarse sistemas informatizados de orientacion profesional o equipos de simulación laboral (Krumboltz 1971).
Los factores bioquímicos influyen en la personalidad, y los efectos de su equilibrio o desequilibrio en el estado de ánimo y en el comportamiento quedan claramente demostrados por los cambios de personalidad que aparecen durante la menstruación. Durante los últimos 25 años, se ha prestado gran atención a las catecolaminas suprarrenales, adrenalina y noradrenalina, y a otras aminas biógenas. Se han establecido relaciones entre estas sustancias y las sensaciones de miedo, ira y depresión (Barchas y cols. 1971).
Los instrumentos de evaluación psicológica más utilizados son:
• Inventario de la personalidad de Eysenck e Inventario de la
Personalidad de Mardsley
• Perfil de personalidad de Gordon
• Cuestionario de la Escala de Ansiedad del IPAT
• Estudio de valores
• Inventario de Preferencia Vocacional de Holland
• Test de Interés Vocacional de Minnesota
• Test de las manchas de tinta de Rorschach
• Prueba de Apercepción Temática
Ninguna discusión sobre el agotamiento estaría completa sin una breve referencia al cambiante sistema familia-trabajo. Shellenberger, Hoffman y Gerson (1994) indicaron que “Las familias pugnan por sobrevivir en un mundo cada vez más complejo y desconcertante. Con más elecciones de las que pueden considerar, las personas intentan encontrar un equilibrio entre el trabajo, el ocio, el amor y la responsabilidad familiar”.
Al mismo tiempo, los papeles de la mujer en el mundo laboral son cada vez más amplios, y más del 90 % de las mujeres de Estados Unidos citan el trabajo como una fuente de identidad y autovaloración. Además del cambiante papel de varones y mujeres, la conservación de dos fuentes de ingresos obliga a veces a efectuar cambios en la vida cotidiana, como mudarse para ocupar un puesto de trabajo, desplazarse diariamente a larga distancia o vivir en lugares distintos. Todos estos factores pueden causar graves tensiones en las relaciones interpersonales
y en el trabajo.
Para reducir el agotamiento y el estrés a nivel individual, pueden ofrecerse las siguientes soluciones:
• Aprende a equilibrar tu vida
• Comparte tus pensamientos y comunica tus preocupaciones
• Limita el consumo de alcohol
• Reconsidera tus actitudes personales
• Aprende a establecer prioridades
• Desarrolla intereses ajenos al trabajo
• Haz trabajo voluntario
• Reconsidera tu necesidad de perfeccionismo
• Aprende a delegar y a pedir ayuda
• Tómate tiempo libre
• Haz ejercicio y sigue una alimentación nutritiva
• Aprende a no tomarte tan en serio a tí mismo.
A mayor escala, es imprescindible que el gobierno y las empresas tengan en cuenta las necesidades familiares. Para reducir o amortiguar el estrés en el sistema familia-trabajo, será preciso llevar a cabo una importante reorganización de toda la estructura de la vida familiar y laboral. “Una distribución más equitativa de las relaciones entre ambos sexos y el posible escalonamiento de los tiempos de trabajo y no trabajo a lo largo de la vida, de forma que los permisos por maternidad y paternidad y los años sabáticos se conviertan en circunstancias habituales”
(Shellenberger, Hoffman y Gerson 1994).
Como señaló Entin (1994), el aumento de la diferenciación del yo, ya sea en el seno de la familia o en la empresa, tiene una importante repercusión en la reducción del estrés, la ansiedad y el agotamiento.
Las personas necesitan mayor control sobre sus propias vidas y tener la responsabilidad de sus acciones, y tanto los individuos como las empresas deben volver a estudiar sus sistemas de valores. Es preciso que se produzcan cambios espectaculares. Si no prestamos atención a las estadísticas, es seguro que el agotamiento y el estrés seguirán siendo los grandes problemas que hoy son para toda la sociedad.
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