Las fracturas de la bóveda craneal, ya sean lineales o con hundimiento, pueden detectarse mediante exploraciones radiológicas, en las que los factores más importantes desde el punto de vista clínico son la localización y la profundidad de la fractura.
Las fracturas de la base del cráneo, donde no suelen ser visibles en las radiografías convencionales de cráneo, pueden identificarse mejor mediante tomografía computarizada (TC). Asimismo, pueden diagnosticarse a través de los hallazgos clínicos, como la fuga de líquido cefalorraquídeo por la nariz
(rinorrea de LCR) o por el oído (otorrea de LCR), o por una hemorragia subcutánea en las regiones periorbitaria o mastoidea, aunque esta puede tardar 24 horas en aparecer.
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