martes, 30 de abril de 2013

Gota Epidemiología y etiología

La gota es un trastorno metabólico que constituye la causa más común de artritis inflamatoria en el varón. Su prevalencia en el adulto oscila entre el 0,2 y el 0,3 por 1000, y es del 1,5 % en los varones adultos. La prevalencia de la gota aumenta con la edad y con la elevación de los niveles séricos de uratos.
La hiperuricemia (niveles elevados de ácido úrico en suero) es un factor de riesgo. Son factores contribuyentes a ella las enfermedades renales crónicas que ocasionan insuficiencia renal, la hipertensión, el empleo de diuréticos, la ingesta elevada de alcohol, la exposición al plomo y la obesidad. Los ataques de gota son precipitados por la hipersaturación del líquido articular con ácido úrico; los cristales precipitados irritan la articulación, con aparición de artritis aguda.



lunes, 29 de abril de 2013

Dolor lumbar inflamatorio o Inflamación articular (sinovitis):

• asimétrica
• predilección por las extremidades inferiores
y
al menos uno de los siguientes:
• antecedentes familiares positivos de espondiloartropatía
• psoriasis
• enfermedad intestinal inflamatoria
• dolor en los glúteos que cambia de un lado a otro
• dolor en la unión entre tendón y hueso (entesopatía).

Los pacientes con espondilitis anquilopoyética presentan dolor lumbar que empeora por la noche e hiperestesia entre la
columna y la pelvis, a nivel de las articulaciones sacroilíacas.
Pueden tener una movilidad limitada de la columna con hiperestesia torácica. Un tercio de los pacientes presentan artritis periférica y entesopatía. La clave del diagnóstico de espondilitis anquilopoyética es la presencia de cambios radiológicos en las articulaciones sacroilíacas; existe una pérdida de espacio entre las articulaciones y excesivo crecimiento óseo. Tales cambios aumentan la exactitud diagnóstica en los pacientes con espondi- loartropatía, pero sólo son necesarios en el caso de la espondilitis anquilopoyética.

jueves, 25 de abril de 2013

Datos de altas hospitalarias

Los diagnósticos de los pacientes hospitalizados representan una excelente fuente de información para la vigilancia de las enfermedades profesionales. Los recientes estudios realizados en varios estados norteamericanos demuestran que los datos de altas hospi- talarias pueden ser más sensibles que los registros de las indemnizaciones de los trabajadores y las estadísticas vitales para detectar enfermedades que son específicas de ciertos entornos laborales, como la neumoconiosis (Markowitz y cols. 1989; Rosenman 1988). En el estado de Nueva York, por ejemplo, una media de
1.049 personas eran hospitalizadas todos los años por neumoconiosis a mediados del decenio de 1980, frente a 193 nuevos casos de indemnizaciones concedidas a trabajadores y 95 muertes registradas todos los años por dicha enfermedad durante el mismo período de tiempo (Markowitz y cols. 1989).
Además de permitir un recuento más exacto del número de pacientes con enfermedades profesionales, los datos de altas hospitalarias pueden ser útiles para detectar o modificar las condiciones del lugar de trabajo causantes de la enfermedad. Así, Rosenman evaluó en Nueva Jersey los lugares de trabajo en que habían trabajado personas hospitalizadas por silicosis y observó que, en la mayoría de ellos, nunca se habían tomado muestras del aire para detectar la presencia de sílice, nunca habían sido inspeccionados por las autoridades federales competentes (OSHA) y no se realizaba ninguna vigilancia médica para la detección de la silicosis (Rosenman 1988).
La utilización de los datos de altas hospitalarias para la vigi- lancia de las enfermedades profesionales ofrece las ventajas de su disponibilidad, su bajo coste, su relativa sensibilidad para las enfermedades graves y su razonable exactitud. Los principales inconvenientes son la falta de información sobre la profesión y la el sector industrial, así como la incertidumbre de los controles de calidad (Melius, Sestito y Seligman 1989; Rosenman 1988). Por otra parte, esta base de datos sólo incluiría a las personas con enfermedad suficientemente graves para necesitar hospitaliza- ción y, por consiguiente, no podría reflejar todo el espectro de morbilidad asociada a las enfermedades profesionales. No obstante, es probable que en los próximos años se haga un uso cada vez mayor de los datos de altas hospitalarias para la vigi- lancia de las enfermedades profesionales.

miércoles, 24 de abril de 2013

Utilización de estadísticas vitales y otros datos generales sobre la salud Certificados de defunción (III)

En las últimas décadas, se han publicado varios estudios de este tipo sobre la mortalidad de origen profesional en Canadá (Gallagher y cols. 1989), Gran Bretaña (Registrar General 1986)
y Estados Unidos (Guralnick 1962, 1963a y 1963b). En los últimos años, Milham ha utilizado este método para analizar la distribución profesional de todos los varones que fallecieron entre 1950 y 1979 en el estado de Washington (Estados Unidos). Comparó la proporción de fallecimientos debidos a una causa específica en un grupo profesional con la correspondiente proporción en todas las profesiones. De esta forma obtuvo los al que pertenecía el fallecido. El coeficientes proporcionales de mortalidad (Milham 1983). Como ejemplo de los resultados que cabe obtener con este método, Milham observó que 10 de las 11 profesiones con probable exposición a campos eléctricos y magnéticos presentaban un mayor coeficiente proporcional de mortalidad por leucemia Milham 1982). Este fue uno de los primeros estudios de la relación entre la exposición profesional a la radiación electromagnética y el cáncer, y ha ido seguido por muchos otros que han corroborado esas primeras observaciones (Pearce y cols.
1985; McDowell 1983; Linet, Malker y McLaughlin 1988).
Como resultado del esfuerzo de colaboración entre el NIOSH, el National Cancer Institute y el National Center for Health Statistics durante el decenio de 1980, se han publicado recientemente los análisis de las pautas de mortalidad por profe- siones y sectores industriales entre 1984 y 1988 en 24 estados norteamericanos (Robinson y cols. 1995). En estos estudios se evaluaron 1,7 millones de fallecimientos. Los autores confirmaron algunas relaciones ya conocidas entre exposición y enfer- medad, y observaron nuevas asociaciones entre determinadas profesiones y ciertas causas específicas de mortalidad. Los autores insisten en que los estudios de mortalidad de origen profesional pueden ser útiles para señalar la necesidad de realizar estudios adicionales, evaluar los resultados de otros estu- dios e identificar oportunidades para la promoción de la salud. Más recientemente, Figgs y sus colegas del National Cancer Institute de Estados Unidos utilizaron esta base de datos de la mortalidad de origen profesional en 24 estados para analizar la relación entre ciertas profesiones y el linfoma no Hodgkin
(LNH) (Figgs, Dosemeci y Blair 1995). Se realizó un estudio de casos y controles que incluyó unos 24.000 fallecimientos por LNH que tuvieron lugar entre 1984 y 1989 y se confirmó el mayor riesgo de LNH en agricultores, mecánicos, soldadores, reparadores, operadores de máquinas y una serie de profesiones no manuales.



martes, 23 de abril de 2013

Utilización de estadísticas vitales y otros datos generales sobre la salud Certificados de defunción (II)

En la Tabla 32.3 se indica también el número de fallecidos en Estados Unidos en 1990 por neumoconiosis y mesotelioma maligno de la pleura, cuando estas enfermedades aparecen como una de las causas múltiples de muerte en el certificado de defunción. En el caso de la neumoconiosis, un dato importante es el número total de certificados en el que aparece como una de las causas múltiples de muerte, ya que ésta suele coexistir con otras enfermedades pulmonares crónicas.
Es importante considerar el grado en que la neumoconiosis puede subestimarse y, por consiguiente, no aparecer en los certi- ficados de defunción. El análisis más extenso del infradiagnóstico de neumoconiosis ha sido realizado por Selikoff y sus colaboradores (Selikoff, Hammond y Seidman 1979; Selikoff y Seidman 1991) entre los trabajadores de aislamientos en Estados Unidos y Canadá. Entre 1977 y 1986, 123 trabajadores de este tipo fallecieron por causas atribuidas al amianto en los certifi- cados de defunción. Cuando los investigadores analizaron las historias médicas, las radiografías de tórax y la patología tisular, atribuyeron a la asbestosis 259 casos de trabajadores de aislamientos fallecidos durante esos dos años. Por consiguiente, más de la mitad de la mortalidad por neumoconiosis se pasó por alto en este grupo, pese a que ya se sabía que presenta una elevada exposición al amianto. Lamentablemente, no existe un número suficiente de estudios sobre el infradiagnóstico de neumoconiosis en los certificados de defunción para poder realizar una corrección fiable de las estadísticas de mortalidad.
La mortalidad debida a otras causas no específicamente relacionadas con las exposiciones profesionales se ha utilizado también en el ámbito de la vigilancia de las enfermedades profesionales cuando en los certificados de defunción se indica la profesión o sector industrial al que pertenecía el fallecido. El análisis de estos datos en una región específica durante un cierto período puede facilitar información sobre la incidencia y preva- lencia de una enfermedad según sus causas en diferentes profe- siones y sectores industriales. Ciertamente, por esta vía no puede determinarse el efecto de los factores profesionales en los casos examinados. Sin embargo, las diferencias de incidencia de una enfermedad en distintas profesiones y sectores da a entender que algunos factores presentes en el lugar de trabajo podrían ser importantes y proporciona claves para realizar estudios más detallados. Otras ventajas de este enfoque son la posibilidad de estudiar profesiones que suelen desarrollarse en muchos lugares de trabajo diferentes (por ejemplo, instalación de cocinas o servicios de limpieza en seco), el uso de datos recopilados de manera sistemática, el mayor tamaño de la muestra, el coste relativamente bajo y la importancia del resultado para la salud (Baker, Melius y Millar 1988; Dubrow, Sestito y Lalich 1987; Melius, Sestito y Seligman 1989).

lunes, 22 de abril de 2013

Utilización de estadísticas vitales y otros datos generales sobre la salud Certificados de defunción (I)

El certificado de defunción es un instrumento que puede ser muy útil para la vigilancia de las enfermedades profesionales en muchos países del mundo. La mayoría de los países mantienen un registro de defunciones. Para aumentar la uniformidad y facilitar la comparación de los asientos, se promueve el uso de la Clasifica- ción Internacional de Enfermedades para identificar la causa del fallecimiento. Es más, en muchos territorios, los certificados de defunción incluyen información sobre la profesión y el sector industrial en el que trabajaba el fallecido. Una limitación importante en lo que atañe a la vigilancia de las enfermedades profesio- nales es la ausencia de una relación unívoca entre exposiciones profesionales y causas específicas de muerte.
El uso de los datos de mortalidad es más importante en el caso de enfermedades claramente causadas por exposiciones profesio- nales. Entre ellas hay que citar la neumoconiosis y un tipo de cáncer, el mesotelioma maligno de pleura. En la Tabla 32.3 se indica el número de fallecimientos que pueden atribuirse a estos diagnósticos como causa subyacente de muerte y como una de las varias causas de muerte que aparecen en los certificados de defunción en Estados Unidos. La causa subyacente de morta- lidad se considera la principal causa de muerte, mientras que la lista de múltiples causas incluye todos los procesos que se consi- deran importantes como contribución a la muerte.
En 1991 se produjeron 1.237 fallecimientos como consecuencia de enfermedades pulmonares relacionadas con la expo- sición al polvo, entre ellos 693 fallecimientos por neumoconiosis en trabajadores del carbón y 269 fallecimientos por asbestosis. En el caso del mesotelioma maligno, se produjo un total de
452 fallecimientos por mesotelioma pleural. No se puede determinar el número de fallecimientos causados por mesotelioma maligno del peritoneo, también relacionado con la exposición profesional al amianto, ya que los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades no son específicos para el meso- telioma maligno en ese lugar.

domingo, 21 de abril de 2013

Centros especializados en medicina del trabajo

Un nuevo recurso en el campo de la vigilancia de la salud en el trabajo ha consistido en la creación de centros de medicina del trabajo no vinculados al lugar de trabajo y especializados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades profesionales. En la actualidad, existen varias decenas de centros de este tipo en Estados Unidos, que tienen encomendadas determinadas funciones para la mejora de la vigilancia de la salud en el trabajo.
(Welch 1989). La primera de ellas se refiere a la detección de casos —es decir, la identificación de episodios centinela relacionados con la salud en el trabajo—, dados sus conocimientos especializados en medicina del trabajo. En segundo lugar, pueden servir como laboratorios para el desarrollo
y perfeccionamiento de protocolos de seguimiento de las enfermedades profesionales. En tercer lugar, pueden actuar como recursos de remisión clínica primaria para el diagnóstico y la evaluación de trabajadores de lugares de trabajo en los que ya se haya producido un caso índice de una enfermedad profesional.
En Estados Unidos, los centros de medicina del trabajo han creado una asociación nacional (Association of Occupational and Environmental Clinics) para darse a conocer y para cola- borar en investigaciones científicas y clínicas (Welch 1989). En algunos estados, como el de Nueva York, el departamento de salud ha organizado una red de centros de este tipo que reciben financiación estable a través de un recargo en las primas del seguro de indemnización de los trabajadores (Markowitz y cols.
1989). Los centros correspondientes colaboran en el desarrollo de sistemas de información, la elaboración de protocolos clínicos, y la educación de los profesionales y están empezando a generar un considerable volumen de información sobre el número de casos de enfermedades profesionales en ese estado.

sábado, 20 de abril de 2013

EVALUACION DE LA EXPOSICION (II)


Los estudios de higiene industrial suelen ser objeto de críticas referentes a la deficiente evaluación de las exposiciones. Estas deficiencias pueden tener como resultado una clasificación errónea diferencial o no diferencial de la exposición y el consi- guiente sesgo o pérdida de precisión en los análisis de la relación entre exposición y efecto. Los esfuerzos que se están realizando para mejorar la situación se reflejan en las conferencias interna- cionales celebradas recientemente y en los textos dedicados a este tema (ACGIH 1991; Armstrong y cols. 1992; Proceedings of the Conference on Retrospective Assessment of Occupational Exposures in Epidemiology 1995). Los avances técnicos están creando nuevas oportunidades para mejorar la evaluación de la exposición. Entre estos avances figuran las mejoras en los instru- mentos analíticos, un mayor conocimiento de los procesos farmacocinéticos y el descubrimiento de nuevos biomarcadores de la exposición. Debido a que los estudios de la salud en el trabajo dependen con frecuencia de datos históricos sobre la exposición, con respecto a la cual no se emprendió ningún control específico, la necesidad de una evaluación retrospectiva de la exposición añade una nueva dimensión a la complejidad de estos estudios. Sin embargo, las evaluaciones y la fiabilidad de las mismas siguen mejorando (Siemiatycki y cols. 1986). La vali- dación de las evaluaciones prospectivas de la exposición plantea lógicamente menos problemas.
El término exposición se refiere a la concentración de un agente en la frontera entre el individuo y el medio ambiente. En general, se presume que hay exposición cuando se sabe que un agente está presente en el medio ambiente de trabajo y existe una expectativa razonable de que el trabajador esté en contacto con dicho agente. La exposición puede expresarse en concentra- ción media ponderada en el tiempo (TWA) durante un período de 8 horas, que es una medida de la intensidad de la exposición promediada durante un turno de trabajo de 8 horas. La concentración pico es la concentración promediada durante un período de tiempo más corto, por ejemplo, 15 minutos. La exposición acumulada es el producto de la intensidad media y la duración de la exposición (p. ej., una concentración TWA durante 8 horas multiplicada por los años que el trabajador ha estado expuesto a esa concentración media). Dependiendo de la naturaleza del estudio y de los efectos de interés sobre la salud, será conve- niente evaluar la concentración pico, la concentración media, la exposición acumulada o la exposición diferida.

viernes, 19 de abril de 2013

EVALUACION DE LA EXPOSICION (I)

La evaluación de la exposición es una etapa fundamental en la identificación de los peligros en el lugar de trabajo mediante la investigación epidemiológica. El proceso de evaluación de la exposición puede subdividirse en una serie de actividades, entre ellas las siguientes:
1. Compilación de un inventario de agentes y mezclas potencialmente tóxicos presentes en el medio ambiente de trabajo estudiado.
2. Determinación de cómo tienen lugar las exposiciones y qué probabilidad hay de que varíen entre los trabajadores.
3. Selección de medidas o índices adecuados para cuantificar las exposiciones.
4. Recogida de datos que permitan asignar a los participantes del estudio valores de exposición cualitativos o cuantitativos para cada medida. Siempre que sea posible, estas actividades deben realizarse bajo la dirección de un higienista industrial cualificado.

jueves, 18 de abril de 2013

Mantener la perspectiva de la salud pública

Aunque los avances en la metodología epidemiológica, en el análisis de los datos y en la evaluación y medición de la exposi- ción (como las nuevas técnicas biológicas moleculares) son impor- tantes y positivos, pueden también contribuir al enfoque reduccionista, más centrado en los individuos que en las pobla- ciones. Se ha dicho que:
(…) la epidemiología ha dejado en gran medida de formar parte de un enfoque interdisciplinario para conocer las causas de las enfermedades en las poblaciones y se ha convertido en un conjunto de métodos genéricos para medir asociaciones entre exposiciones y enfermedades en indivi- duos... En la actualidad, se descuidan los factores sociales, económicos, culturales, históricos, políticos y otros factores de la población como importantes causas de enfermedades... La epidemiología debe volver a integrarse en la salud pública y debe redescubrir la perspectiva de la población
(Pearce 1996).
Los epidemiólogos del trabajo y del medio ambiente tienen que desempeñar un papel importante, no sólo para desarrollar nuevos métodos y aplicaciones epidemiológicos, sino también para asegurar que dichos métodos se integren siempre en la perspectiva adecuada de la población.

miércoles, 17 de abril de 2013

Participación en la investigación, divulgación de los resultados y prevención (II)

En algunos lugares, los enfoques participativos para asegurar que se realicen investigaciones epidemiológicas en el lugar de trabajo se han convertido en la práctica habitual, pudiendo adoptar la forma de comités que supervisan las investigaciones de principio a fin. Estos comités están constituidos por represen- tantes de los trabajadores, la dirección y/o el gobierno. Cuando los representantes de todos los grupos interesados participan en el proceso de investigación, la divulgación de los resultados puede realizarse con mayor eficacia y credibilidad, al ser “uno de los suyos” quien supervisa la investigación y presenta los resultados a sus propios compañeros. De esta forma, es probable que se consiga el máximo nivel de prevención eficaz.
Este y otros enfoques participativos en la investigación de la salud en el trabajo se acometen con la participación de los que experimentan o se ven afectados de alguna manera por el problema relacionado con la exposición de interés y deberían ser cada vez más frecuentes en todos los estudios epidemiológicos (Laurell y cols. 1992). Conviene recordar que, aunque el objetivo del análisis en los estudios epidemiológicos es estimar la magnitud y la distribución del riesgo, la investigación participa- tiva tiene también como finalidad la prevención del riesgo (Loewenson y Biocca 1995). Esta complementariedad de la epidemiología y la prevención eficaz forma parte del mensaje que se pretende transmitir en esta Enciclopedia y en este capítulo.

martes, 16 de abril de 2013

Participación en la investigación, divulgación de los resultados y prevención (I)

Es importante reconocer que muchos estudios epidemiológicos en el campo de la higiene industrial se inician como consecuencia de los problemas y preocupaciones de los propios trabajadores (Olsen y cols. 1991). En numerosas ocasiones, los trabajadores —expuestos en el pasado o en el presente— conocen la existencia de un problema antes de que sea confirmado por los investiga- dores. La epidemiología del trabajo puede enfocarse como una manera de “explicar” los problemas experimentados por los trabajadores, de recoger y agrupar sistemáticamente los datos y de realizar inferencias sobre las causas profesionales de sus problemas de salud. Por otra parte, los propios trabajadores, sus representantes y los responsables de su salud son las personas más adecuadas para interpretar los datos recogidos. Por consiguiente, siempre deben participar activamente en cualquier investigación que se realice en un lugar de trabajo. Sólo su participación directa podrá garantizar que el lugar de trabajo siga siendo un lugar seguro cuando los investigadores lo hayan abandonado. La finalidad de un estudio es utilizar sus resultados para la prevengran medida de que los trabajadores expuestos participen en la obtención e interpretación de los resultados. La importancia y el uso de los resultados de una investigación en un proceso de reclamación de indemnización para un trabajador que haya sufrido daños como consecuencia de exposiciones en el lugar de trabajo queda fuera del ámbito de este capítulo. El lector que desee profundizar en este tema puede remitirse a otros autores (Soskolne, Lilienfeld y Black 1994).

lunes, 15 de abril de 2013

¿Cuáles son las soluciones? (I)

Pueden plantearse a varias escalas: internacional, nacional, regional, local y en el lugar de trabajo. Su aplicación abarca formulación de políticas, educación, práctica y financiación.
En la reunión de Colombo (Declaración de Colombo 1986) se desarrolló un enfoque conceptual, centrado fundamentalmente en los países en desarrollo. A continuación se reformulan los principios de dicho enfoque para su aplicación a las pequeñas empresas, con independencia de su localización:

1. Deben formularse políticas nacionales para mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores de las pequeñas empresas, haciendo especial hincapié en la educación y la formación de los directivos, los supervisores y los trabajadores y en los medios para garantizar una información adecuada con el fin de proteger la salud y la seguridad de todos los trabajadores.
2. Los servicios de salud en el trabajo de las pequeñas empresas
deben integrarse en los sistemas sanitarios existentes de asis- tencia primaria.
3. Es necesario impartir una formación adecuada al personal de
salud en el trabajo, adaptada al tipo de actividad desempe- ñada y que atienda las necesidades de formación concretas de los especialistas y los trabajadores de la asistencia sanitaria primaria, así como de los inspectores de salud pública y el personal de enfermería.
4. Es necesario establecer sistemas de comunicación adecuados,
que permitan un flujo libre de información sobre salud y seguridad en el trabajo entre directivos, trabajadores y el personal de este campo a todas las escalas.
5. Debe ofrecerse asistencia sanitaria en el trabajo a colectivos
reducidos y aislados mediante la contribución del personal de asistencia sanitaria primaria (PASP) u otros profesionales equivalentes. En las áreas rurales, es probable que estas personas presten asistencia sanitaria general a tiempo parcial
y pueden asignárseles tareas relacionadas con la salud en el trabajo. En los pequeños lugares de trabajo urbanos, esta
solución es menos factible. Será necesario contar con miembros de las plantillas seleccionados por sus compañeros de trabajo.
6. Este PASP rural y urbano, que necesitará una formación y
una supervisión inicial y continua, debe estar conectado con los servicios de salud existentes. El “trabajador sanitario de enlace” debe ser un profesional de la salud que trabaje a tiempo completo y tenga un mínimo de tres años de formación. Este profesional constituye el vínculo esencial para un funcionamiento eficaz del servicio (véase la Figura 20.3).
7. La higiene industrial, que comprende la medición, la evalua-
ción y el control de los riesgos ambientales, es una parte esen- cial de la asistencia de salud en el trabajo. Los servicios y las cualificaciones de higiene industrial deben introducirse en el servicio de salud, tanto a escala central como periférica.

domingo, 14 de abril de 2013

Satisfacción de las necesidades en materia de salud de los trabajadores de pequeñas empresas (II)

En resumen, los trabajadores de las pequeñas empresas presentan ciertas características que les hacen vulnerables a los problemas de salud y dificultan la prestación de asistencia sani- taria. Son las siguientes:
• Inaccesibilidad a los servicios de salud disponibles por razones geográficas o económicas y disposición a tolerar condiciones de inseguridad e insalubridad en el trabajo, sobre todo por pobreza e ignorancia.
• Privaciones debidas a las deficiencias de educación, vivienda, transporte y ocio.
• Incapacidad para influir en la formulación de políticas.

sábado, 13 de abril de 2013

Satisfacción de las necesidades en materia de salud de los trabajadores de pequeñas empresas (I)

La dificultad para atender las necesidades en materia de salud y seguridad de los trabajadores en las pequeñas empresas se debe a los factores siguientes:
• Las empresas rurales suelen estar aisladas, debido a su localiza- ción alejada de los centros principales y a las deficiencias de carreteras y otras vías de comunicación.
• El acceso de los trabajadores de buques de pesca y empresas silvícolas de pequeño tamaño a los servicios de salud y segu- ridad también es limitado.
• El propio domicilio, donde se ubican la mayoría de las indus- trias artesanales y las “tareas domésticas” no remuneradas, suele ser ignorado en la legislación sobre salud y seguridad.


• El nivel educativo de los trabajadores de las pequeñas empresas suele ser inferior, debido a un abandono más temprano de los centros docentes o a la falta de acceso a éstos. Esta tendencia se acentúa por el empleo de niños y trabaja- dores migrantes (legales e ilegales) con dificultades culturales y lingüísticas.
• Aunque es evidente que las pequeñas empresas contribuyen de forma significativa al producto interior bruto, la fragilidad de las economías de los países en desarrollo dificulta la provisión de fondos para satisfacer las necesidades de salud y seguridad de sus trabajadores.
• El gran número de pequeñas empresas y su variabilidad complica la organización eficaz de sus servicios de salud y seguridad.

viernes, 12 de abril de 2013

Características comunes de las pequeñas empresas (III)

En un estudio de Finlandia en el que se investigaban este tipo de casos en 100 lugares de trabajo, se llegó a la conclusión de que las exposiciones a sustancias químicas durante períodos breves eran habituales en las pequeñas empresas y que la duración de la exposición aumentaba con el crecimiento de la unidad de producción (Vihina y Nurminen 1983). Esta tendencia se asociaba a la multiplicidad de exposiciones a sustancias químicas diferentes y a una frecuencia de exposición que alcanzaba niveles máximos. El estudio concluía que la expo- sición química en las pequeñas empresas es de naturaleza compleja.
Quizás, el ejemplo más patente de la repercusión del tamaño en el riesgo para la salud en el trabajo se presentó en el Segundo Seminario Internacional sobre el Benceno, celebrado en Viena en 1980. La mayoría de los delegados procedentes de la indus- tria del petróleo afirmaron que el benceno planteaba escasos riesgos para la salud en sus lugares de trabajo, ya que en ellos se empleaban avanzadas técnicas médicas, de higiene y de inge- niería con el fin de controlar y eliminar la posibilidad de exposi- ción. En cambio, un delegado de Turquía, al referirse a la industria de fabricación de botas, que es en gran medida una actividad artesanal realizada en el domicilio del trabajador, indicó que hombres, mujeres y niños estaban expuestos a una concentración elevada de “un disolvente no etiquetado”, el benceno, que daba lugar a casos de anemia y leucemia (Aksoy y cols. 1974). La diferencia de exposición en ambas situaciones era una consecuencia directa del tamaño del lugar de trabajo y de un contacto más estrecho de los trabajadores en la fabricación artesanal de botas respecto a los que se producen en las grandes empresas petroleras.
Dos investigadores canadienses han descrito las principales dificultades a que se enfrentan las pequeñas empresas: falta de sensibilización de los directivos respecto de los riesgos para la salud, coste por trabajador superior para reducir estos riesgos y entorno competitivo inestable, que reduce la probabilidad de que estas empresas puedan permitirse aplicar las normas y regulaciones vigentes en materia de seguridad (Lees y Zajac 1981).
Así, gran parte de la experiencia y los datos registrados indican que los trabajadores de las pequeñas empresas constituyen un grupo de población que recibe menos prestaciones desde el punto de vista de la salud y la seguridad. Rantanan
(1993) acometió un estudio crítico de las fuentes disponibles para el Grupo de Trabajo Interregional de la OMS sobre Protección
y Promoción de la Salud de los Trabajadores de Pequeñas Empresas, y llegó a la conclusión de que, por desgracia, los datos cuantitativos sobre las enfermedades y lesiones de estos trabaja- dores son escasos.
A pesar de la falta de datos cuantitativos fiables, la experiencia ha demostrado que las pequeñas empresas, por sus característi- cas, se asocian con una mayor probabilidad de lesiones muscu- losqueléticas, laceraciones, quemaduras, heridas por pinchazos, amputaciones y fracturas, intoxicaciones por inhalación de disol- ventes y otros productos químicos y, en el sector rural, por pesticidas.

jueves, 11 de abril de 2013

Características comunes de las pequeñas empresas (II)

En consecuencia, las condiciones ambientales en estos pequeños lugares de trabajo, que suelen ser el reflejo del capital disponible, son inevitablemente inferiores a las habituales en las grandes empresas: se adquieren materias primas de menor coste, se reduce el mantenimiento de la maquinaria y se dispone de menos equipos de protección personal.
La sindicación escasa o nula da lugar a una remuneración inferior, a la realización de jornadas de trabajo de mayor duración y al incumplimiento de las condiciones de trabajo legales. El trabajo suele ser más intensivo y hay más probabilidades de explotación de niños y personas de edad avanzada.
Unos servicios de inspección de menor eficacia provocan el empeoramiento del medio ambiente de trabajo, el aumento de los riesgos en el lugar de trabajo y el incremento de las tasas de accidentes y enfermedades profesionales.
Estas características de las pequeñas empresas las sitúan en el límite de las condiciones de supervivencia económica. La crea- ción y el desmantelamiento de este tipo de unidades es frecuente.
Para compensar estas significativas desventajas, las pequeñas empresas tratan de asegurar la flexibilidad de sus sistemas productivos. Pueden responder con rapidez a los cambios y aplican con frecuencia soluciones imaginativas y fáciles de adaptar a los requisitos del reto tecnológico. En el plano social, el propietario suele ocupar el puesto de director ejecutivo y mantiene una relación más personal con la plantilla.
Hay datos que avalan estas afirmaciones. Por ejemplo, en un estudio realizado en Estados Unidos se observó que los trabaja- dores de chapisterías de barrio estaban en contacto habitual- mente con disolventes, pigmentos metálicos, pintura, vapores de plásticos de poliéster y polvo, y soportaban ruidos y vibraciones
(Jaycock y Levin 1984). Otro estudio realizado en ese mismo país puso de manifiesto que la existencia de múltiples exposiciones de corta duración a sustancias químicas era una característica de las pequeñas industrias (Kendrick, Discher y Holaday 1968).

miércoles, 10 de abril de 2013

Coordinación y comunicaciones

Un servicio de salud en el trabajo eficaz ha de desarrollar necesa- riamente varios tipos de comunicación.

martes, 9 de abril de 2013

Investigación

Según la Recomendación de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 171), estos servicios, en consulta con los representantes de los empleadores y de los trabajadores, deberían contribuir a la investigación, en la medida de sus recursos, partici- pando en estudios o encuestas efectuados a nivel de la empresa o de la rama de actividad económica (por ejemplo, con objeto de reunir información epidemiológica o participar en programas nacionales de investigación). Los médicos del trabajo partici- pantes en la ejecución de proyectos de investigación estarán vinculados, por tanto, por las consideraciones éticas aplicables a los mismos según la Asociación Médica Mundial (World Medical Association, WMA) y el Consejo de Organizaciones Internacio- nales de las Ciencias Médicas (COICM). La investigación en el medio ambiente de trabajo puede contar con “voluntarios” sanos, que deben ser plenamente informados por el servicio de salud en el trabajo de la finalidad y carácter de la investigación. Todos los participantes deben dar su consentimiento personal a la partici- pación, sin que sea suficiente la prestación de consentimiento colectivo por el sindicato de la empresa. Los trabajadores deben sentirse libres de abandonar en cualquier momento la investiga- ción, y el servicio de salud en el trabajo debe encargarse de que no sufran presiones indebidas para permanecer en el proyecto contra su voluntad.

lunes, 8 de abril de 2013

Recopilación de datos y mantenimiento de registros

Es importante que todos los contactos, evaluaciones, valoraciones y encuestas médicos sean adecuadamente documentados y que se almacenen de forma segura los registros, de modo que, en caso de necesidad, puedan ser recuperados años o incluso décadas después para reconocimientos médicos de seguimiento o para fines jurídicos o de investigación.
La Recomendación de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 171) establece que estos servicios deberían consignar los datos relativos a la salud de los trabajadores en expedientes de salud personales y confidenciales. Dichos expe- dientes deberían también contener informaciones acerca de las tareas que hayan realizado los trabajadores, de su exposición a los riesgos profesionales inherentes a su trabajo y de los resultados de toda evaluación de dicha exposición. Los datos perso- nales relativos a la evaluación del estado de salud sólo deberían comunicarse a terceros previo consentimiento del trabajador debidamente informado.
Las condiciones y el período de conservación, comunicación o transferencia de estos expedientes, así como las medidas necesarias para preservar su carácter confidencial, en particular cuando estén informatizados, deberían establecerse en las dispo- siciones legales y reglamentarias o dictarse por las autoridades competentes, rigiéndose por pautas de ética reconocidas.

domingo, 7 de abril de 2013

Actividades de promoción de la salud

Hay una tendencia, especialmente en Norteamérica, a realizar las actividades de promoción del bienestar en forma de programas de salud en el trabajo. No obstante, estos programas son básica- mente de promoción general de la salud, y pueden incluir elementos de educación sanitaria, gestión del estrés y evaluación de riesgos personales. Suelen ir encaminados al cambio de las prácticas personales de salud, tales como el abuso de alcohol y drogas, el consumo de tabaco, la dieta y el ejercicio físico, con vistas a mejorar el estado general de salud y reducir el absentismo. Aunque se supone que estos programas deben mejorar la productividad y reducir los costes de asistencia sanitaria, no se han evaluado adecuadamente hasta el momento. Diseñados como programas de promoción de la salud, pese a su valor, no suelen ser habitualmente considerados como programas de salud en el trabajo, sino como servicios sanitarios públicos prestados en el lugar de trabajo, pues su atención y sus recursos se centran en los hábitos personales de salud, más que en la protección de los trabajadores frente a los peligros profesionales.
Hay que reconocer que la ejecución de los programas de promoción de la salud es un factor importante de la mejora de la salud de los trabajadores en la empresa. En algunos países, la “promoción de la salud en el lugar de trabajo” se considera una disciplina autónoma ejercida por grupos completamente independientes de especialistas de la salud, distintos a los de la salud profesional. En este caso, sus actividades deberían coordinarse con las de este último servicio, cuyo personal puede garantizar su idoneidad, viabilidad y el carácter duradero de sus efectos. La participación de estos servicios en la realización de los programas de promoción de la salud no debe limitar la realización de sus funciones principales como servicios sanitarios

especializados creados para proteger a los trabajadores frente a las exposiciones peligrosas y las condiciones no saludables de trabajo.
Un avance muy reciente en algunos países (por ejemplo, en los Países Bajos y en Finlandia) es el establecimiento de actividades de promoción de la salud profesional dentro de los servicios de salud en el trabajo, orientando la promoción y mantenimiento de la capacidad de trabajo de los trabajadores mediante acciones de prevención anticipada y promoción a los trabajadores y su salud, al medio ambiente de trabajo y a la organización del trabajo. Los resultados están siendo muy positivos.

sábado, 6 de abril de 2013

Información, educación y formación

Los servicios de salud en el trabajo deben desempeñar un papel activo en el suministro de información y en la organización de la educación y formación relevantes para el trabajo.
El Convenio de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 161) y la correspondiente Recomendación (nº 171) establecen la participación de los servicios de salud en el trabajo en el diseño y ejecución de los programas de información, educación y formación en materia de seguridad y salud profesionales para el personal de la empresa. Estos servicios deberían participar en la formación gradual y continuada de todo el personal de la empresa que contribuya a la seguridad y a la salud en el trabajo.
Los profesionales de la salud en el trabajo pueden ayudar a incrementar la sensibilización de los trabajadores respecto a los peligros profesionales a los que están expuestos, analizar con ellos los riesgos sanitarios existentes y asesorarles sobre la protec- ción de su salud, incluidas las medidas protectoras y el uso adecuado del equipo personal de protección. Todos los contactos con los trabajadores ofrecen una oportunidad de suministrar información útil y fomentar comportamientos salu- dables en el trabajo.
Los servicios de salud en el trabajo deben aportar toda la información relativa a los riesgos profesionales existentes en el lugar de trabajo, así como sobre los baremos de salud y segu- ridad correspondientes a la situación actual. Esta información debe redactarse en un lenguaje comprensible para los trabaja- dores y ofrecerse de forma periódica, especialmente cuando se introducen nuevas sustancias o equipos o cuando se realizan cambios en el medio ambiente de trabajo.
La educación y la formación pueden desempeñar un papel importante en la mejora de las condiciones y el medio ambiente de trabajo. Los intentos de mejorar la seguridad, la salud y el bienestar profesionales se ven a menudo sustancialmente limi- tados por falta de concienciación, conocimientos técnicos y know-how. La educación y formación en áreas estratégicas de la seguridad y salud en el trabajo y del medio ambiente de trabajo pueden facilitar tanto el diagnóstico de problemas como la ejecución de soluciones, contribuyendo por tanto a superar tales limitaciones.
Los Convenios de la OIT nº 155 y 161 y sus Recomenda- ciones de acompañamiento subrayan el papel clave de la educación y la formación en la empresa. La formación es esencial para el cumplimiento de las obligaciones tanto de la empresa como de los trabajadores. La empresa es responsable de la organización de la formación interna sobre seguridad y salud en el trabajo, y los trabajadores y sus representantes en la empresa debe colaborar plenamente al respecto.
La formación sobre salud y seguridad en el trabajo debe organizarse como parte integral de la tarea global de mejora de las condiciones y el medio ambiente de trabajo, y los servicios de salud en el trabajo deben desempeñar un papel destacado al respecto. La formación debe orientarse a la resolución de diversos problemas relativos al bienestar físico y mental de los trabajadores y ha de tratar los temas de la adaptación de la tecnología y los equipos, la mejora de las condiciones de trabajo, la ergonomía, la jornada, la organización y contenidos del trabajo y el bienestar de los trabajadores.



viernes, 5 de abril de 2013

“Ambiente” en el lugar de trabajo

Los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo se plantean, a menudo explícitamente, como una expresión del interés de la empresa en la salud y el bienestar de la plantilla. Se contradice ese mensaje cuando la empresa no atiende las quejas de los trabajadores respecto a las condiciones de trabajo ni hace nada por mejorarlas. No es probable que los trabajadores acepten
o decidan participar en programas ofrecidos en tales circunstancias o en situaciones de conflicto laboral.

jueves, 4 de abril de 2013

Acceso a la asistencia sanitaria

Una cuestión digna de consideración es la educación para utilizar el sistema de prestación de asistencia sanitaria que debe formar parte de los programas con vistas a la satisfacción de futuras demandas de servicios de salud. Esta formación comprende desde la autoasistencia (saber qué hacer cuando aparecen los síntomas y cuándo se requieren servicios profesionales) hasta la selección de un hospital o de un profesional de la salud cualifi- cado. Asimismo, incluye la mejora de la capacidad de distinguir la asistencia sanitaria adecuada de la deficiente y el conocimiento de los derechos de los pacientes.
Para que los trabajadores ahorren tiempo y dinero, algunos servicios médicos de empresa ofrecen prestaciones sanitarias internas de alcance variable (con frecuencia incluyen pruebas radiológicas, de laboratorio y otros procedimientos de diagnós- tico) y comunican los resultados a sus médicos personales. Otros elaboran una relación de médicos, odontólogos y demás profe- sionales de la salud cualificados a la que los trabajadores y, en ocasiones, las personas a su cargo pueden remitirse. Los permisos constituyen un beneficio adicional importante cuando no se dispone de servicios profesionales de salud fuera de la jornada de trabajo.
En Estados Unidos, incluso en los casos en que se aplica un programa de seguro de enfermedad colectivo adecuado, los trabajadores de escasa remuneración y sus familias pueden considerar la parte de los gastos cubiertos correspondiente a la franquicia y el coaseguro como barreras para recibir los servicios sanitarios recomendados en circunstancias prácticamente extremas. Algunas empresas están contribuyendo a superar tales barreras eximiendo a estos trabajadores de la obligación de realizar tales pagos o celebrando acuerdos especiales sobre cuotas con los prestadores de asistencia sanitaria.

miércoles, 3 de abril de 2013

Estrés

Probablemente, el estrés es el peligro para la salud más extendido dentro y fuera del lugar de trabajo. En una encuesta de referencia efectuada por la St. Paul Fire and Marine Insurance Company en la que participaron casi 28.000 trabajadores de 215 empresas de Estados Unidos, Kohler y Kamp (1992) llegan a la conclusión de que el estrés en el trabajo está estrechamente relacionado con los problemas de salud y de actuación de los trabajadores. Asimismo, señalan que los problemas personales generados por el trabajo son más importantes y ejercen más influencia que otras cues- tiones familiares, jurídicas o financieras. En su opinión, este

hecho indica que “algunos trabajadores se ven atrapados en un círculo vicioso de problemas laborales y domésticos: las dificul- tades en el trabajo repercuten en la vida familiar y viceversa”. En consecuencia, aunque la atención primaria debe centrarse en el control de los factores de riesgo psicosociales intrínsecos al trabajo, este esfuerzo debe complementarse mediante actividades de promoción de la salud dirigidas a los factores personales de estrés que repercuten con mayor probabilidad en la actuación en el trabajo.

martes, 2 de abril de 2013

Conflictos de intereses

Aunque la mayoría de los profesionales de la salud se caracterizan por una integridad ejemplar, debe ejercerse una estrecha vigi- lancia para identificar y atajar las actividades de los que se aparten de esta tendencia general. Entre los ejemplos de este tipo de prácticas figuran la manipulación de registros para mejorar los resultados propios y el establecimiento de relaciones con presta- dores de servicios externos que ofrecen comisiones y otras ventajas a cambio de consultas. Debe supervisarse la actuación de los proveedores externos para identificar a los que ofrecen condi- ciones ventajosas para obtener un contrato y después, para ahorrar, utilizan personal de escasa cualificación para la presta- ción de servicios.
Un conflicto de intereses más sutil se produce cuando los directivos y los proveedores traicionan las necesidades y los inte- reses de los trabajadores en favor de los objetivos de la organiza- ción o de sus gestores. Este tipo de acción censurable puede no ser explícita. Un ejemplo consiste en procurar la participación de los trabajadores con problemas en un programa de gestión del estrés sin hacer todo lo posible para convencer a la organiza- ción de la necesidad de reducir los niveles excesivamente elevados de estrés en el lugar de trabajo. Los profesionales expe- rimentados no encontrarían ninguna dificultad para prestar un servicio adecuado tanto a los trabajadores como a la organiza- ción, pero deberían estar dispuestos a establecer una situación de mayor rigor respetando los valores éticos en los casos en que las presiones ejercidas por la dirección alcancen niveles excesivos.
Otro conflicto sutil que puede afectar negativamente a los trabajadores se plantea al establecerse una relación de compe- tencia y no de coordinación y colaboración entre el programa de promoción de la salud y otras actividades referentes a la salud de la organización. Esta situación no es extraña cuando los programas se encuadran en áreas diferentes del esquema organi- zativo y su competencia corresponde a distintos responsables de la dirección. Como ya se ha dicho, es fundamental, incluso cuando formen parte de la misma entidad, que el programa de promoción de la salud no se desarrolle a costa del programa de salud y seguridad en el trabajo.

lunes, 1 de abril de 2013

Quién paga

Los programas de promoción de la salud implican ciertos costes para las organizaciones. Estos costes corresponden a los gastos financieros de administración y gestión y de servicios y materiales, al tiempo restado a la jornada de trabajo y a la distracción de los trabajadores participantes. Como ya se ha indicado, cada vez hay más pruebas de que estos costes quedan compensados con creces por la reducción de gastos de personal y el aumento de la productividad. Asimismo, existen beneficios menos tangi- bles, consistentes en la mejora de la imagen pública y la reputación de la organización como un buen lugar para trabajar, con lo cual mejoran los procesos de contratación.
En la mayoría de los casos, la organización cubre el coste total del programa. En ocasiones, sobre todo si la actividad se lleva a cabo en instalaciones ajenas a la empresa, se exige a los participantes que asuman parte de los gastos, aunque en algunas orga- nizaciones se reembolsa la proporción abonada por el trabajador al culminar con éxito el programa o el curso en cuestión.
Muchos programas de seguros de enfermedad colectivos incluyen servicios preventivos como vacunación, reconoci- mientos médicos, pruebas e intervenciones de detección, prestados por profesionales de la salud. Con todo, este tipo de cobertura de seguro de enfermedad plantea problemas: puede aumentar el coste del seguro, y los costes ordinarios de los pagos principales y accesorios, habitualmente deducibles, pueden difi- cultar su utilización por parte de los trabajadores de escasa remuneración. Teniendo estos factores en cuenta, puede que a las empresas les resulte menos gravoso realizar estos pagos direc- tamente, ahorrándose los gastos administrativos generados por la gestión de indemnizaciones y reembolsos.