Se ha hallado una estrecha relación entre la situación socioeconómica y el riesgo de ECV en estudios de mortalidad con registros de fallecimientos realizados en Gran Bretaña, Escandinavia, Europa occidental, Estados Unidos y Japón. Por ejemplo, en Alemania oriental, la tasa de muerte de origen cardiovascular es muy inferior en las clases sociales altas que en las bajas (véase la Figura 3.1) (Marmot y Theorell 1991). En Inglaterra y Gales, donde las tasas de mortalidad general están disminuyendo, la diferencia relativa entre las clases sociales altas y bajas está aumentando.
La situación socioeconómica se define típicamente por indicadores como la profesión, la cualificación y la posición profesional, el nivel de educación y, en algunos casos, por el nivel de ingresos. Estos indicadores reflejan bien el nivel de vida, los patrones de alimentación, las actividades en el tiempo libre, el tamaño de la familia y el acceso a los servicios médicos. Como se indicó antes, los factores de riesgo del comportamiento (como el consumo de tabaco y la dieta) y los factores de riesgo somáticos (como el sobrepeso, la hipertensión y la hiperlipidemia) varían de forma considerable según las clases sociales y los grupos profesionales (Mielck 1994; Helmert, Shea y Maschewsky Schneider 1995).
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