lunes, 28 de febrero de 2011

Estructuras legislativas para la práctica de la salud en el trabajo (IV)

Este nuevo sistema se pondrá en práctica paso a paso y debería estar concluido antes de finales del decenio de 1990.
Las modificaciones de la Ley sobre Servicios de Salud en el Trabajo finlandesa de 1991 y 1994 introdujeron el principio de mantenimiento de la capacidad de trabajo, especialmente de los trabajadores de más edad, como un nuevo elemento de las actividades preventivas de origen legislativo de estos servicios. Puesto en práctica mediante la estrecha colaboración de todos los actores del lugar de trabajo (dirección, trabajadores, servicios de salud y seguridad), supone la mejora y adaptación del trabajo, el medio ambiente de trabajo y el equipo del trabajador, mejorando y manteniendo su capacidad física y mental de trabajo y haciendo la organización del trabajo más favorable al mantenimiento de dicha capacidad. En la actualidad, se están tratando de desarrollar y evaluar métodos prácticos para alcanzar estos objetivos.
La aprobación, en 1987, del Acta Unica Europea dio un nuevo impulso a las medidas de seguridad y salud en el trabajo adoptadas por las Comunidades Europeas. La salud y seguridad en el trabajo se incluía por primera vez en el Tratado CEE de
1957, y se hacía mediante el nuevo artículo 118a. Para el nivel de protección tiene una importancia significativa el que las directivas aprobadas por los Estados miembros en virtud del artículo 118a establezcan requisitos mínimos relativos a esta materia. Según este principio, los Estados miembros han de elevar su nivel de protección si se encuentra por debajo de los requisitos mínimos establecidos por las directivas. Por encima de esto, se les anima y faculta para mantener e introducir medidas protectoras más intensas.
En junio de 1989 se aprobó la primera y probablemente más importante directiva, que establecía requisitos mínimos en la materia al amparo del artículo 118a: la Directiva Marco 89/391/CEE relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el lugar de trabajo. Es la estrategia central de salud y seguridad en el trabajo, sobre la que se asentarán todas las directivas futuras, que será complementada por directivas específicas sobre áreas determinadas y que establece también el marco general para futuras directivas conexas.

domingo, 27 de febrero de 2011

Orientación para la gestión de la asistencia médica

Debe ofrecerse asesoramiento respecto a las cuestiones siguientes: relaciones con el sistema de asistencia sanitaria y consecución de asistencia médica inmediata y de alta calidad, tratamiento de problemas de salud crónicos o recurrentes, rehabilitación y retorno al trabajo después de una enfermedad o accidente, tratamiento del abuso de alcohol y drogas, cuidados prenatales, etc.

sábado, 26 de febrero de 2011

Educación para la salud

Es necesaria para fomentar la sensibilización respecto a posibles enfermedades, la importancia del control de factores de riesgo y el valor de mantener formas de vida sanas, por ejemplo, a través del control del peso, la preparación física para el trabajo y el abandono del tabaco.

Asimismo, esta actividad debe marcar el camino para la adopción de intervenciones apropiadas.

viernes, 25 de febrero de 2011

Actividades: Actividades Sanitarias

Hay un gran número de actividades que pueden desarrollarse como parte del programa. Algunas son continuas, otras se llevan a cabo sólo periódicamente. Algunas se destinan a individuos o determinadas cohortes de trabajadores, otras al conjunto de la plantilla. La prevención de la enfermedad y la incapacidad constituye el hilo conductor de todas ellas. Estas actividades pueden dividirse en las siguientes categorías, parcialmente coincidentes:

Asistencia sanitaria. Requieren la intervención de profesionales de la salud e incluyen reconocimientos médicos, programas de cribado, procedimientos diagnósticos como las mamografías, las citologías y la determinación del nivel de colesterol, vacuna- ciones, etc. Asimismo comprenden el consejo médico y la modificación del comportamiento en lo que respecta al control del peso, la capacidad física para el trabajo, el abandono del tabaco y otros factores relativos a la forma de vida.

jueves, 24 de febrero de 2011

Alemania

• Se exige que haya un socorrista en los lugares de trabajo con un máximo de 20 trabajadores.
• Cuando están presentes más de 20 trabajadores, el número de socorristas debe ser del 5 % de la plantilla en oficinas y actividades comerciales en general, y del 10 % en el resto de las empresas. En función de las demás medidas adoptadas por la empresa para hacer frente a las situaciones de emergencia y a los accidentes, estas cifran pueden revisarse.
• Si el trabajo conlleva riesgos específicos o poco comunes (por ejemplo, si se utilizan sustancias peligrosas), es necesario disponer de un personal específico de primeros auxilios debidamente formado; no se establece un número concreto en cuanto a la dotación de personal de estas características (es decir, se aplican las cifras citadas).
• Si en el lugar de trabajo hay más de 500 trabajadores y existen peligros especiales o poco comunes (quemaduras, intoxica- ciones, electrocuciones, alteraciones de las funciones vitales, como parada cardíaca o respiratoria), se debe disponer de personal a tiempo completo especialmente formado, que se haga cargo de los casos en los que la llegada de la asistencia no puede demorarse más de 10 minutos. Esta disposición se aplica en casi todas las grandes obras de construcción, en las que diferentes empresas suelen tener empleados a varios centenares de trabajadores.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Bélgica

• En principio, se exige la presencia de un socorrista por cada 20 trabajadores presentes en el trabajo. No obstante, se exige que haya un miembro de plantilla dedicado a tiempo completo a la salud en el trabajo, si existen peligros especiales y el número de trabajadores es superior a 500, o en todo caso si se trata de una empresa con 1.000 trabajadores o más en el lugar de trabajo.
• Se prevé cierto grado de flexibilidad ante situaciones particulares.

martes, 22 de febrero de 2011

Reino Unido

Si el trabajo conlleva únicamente peligros relativamente bajos, no se exige que haya personal de primeros auxilios, salvo que haya 150 trabajadores o más presentes en el lugar de trabajo; en este caso, se considera adecuada la proporción de un socorrista por cada 150 trabajadores. Aunque se trate de un lugar en el que haya menos de 150 trabajadores, siempre debe existir una “persona responsable” designada por la empresa.
• Si el trabajo conlleva un riesgo más alto, habitualmente se exige que haya un socorrista cuando el número de trabajadores está comprendido entre 50 y 150. Si hay más de 150 trabajadores, se exige que haya un socorrista más por cada 150 trabajadores y, si el número de trabajadores es menor de 50, deberá designarse una “persona responsable”.
• Si el riesgo potencial es especial o poco común, además de la dotación de personal de primeros auxilios ya establecida según los criterios expuestos anteriormente, es necesario que haya otra persona que recibirá formación específica sobre primeros auxilios en caso de accidentes debidos a estos peligros especiales o poco comunes (el socorrista industrial).

lunes, 21 de febrero de 2011

Prevención y control

Obviamente, no es posible desarrollar estrategias de prevención primaria con los conocimientos actuales sobre la patogenia de la enfermedad o de sus factores de riesgo para el huésped predisponentes. Por otra parte, probablemente se reducirá la incidencia de la SQM limitando en el entorno laboral las oportunidades de exposiciones agudas incontroladas que precipitan la SQM en algunos afectados, como las derivadas de irritantes respiratorios, disolventes y pesticidas. También pueden ser de gran ayuda las medidas proactivas dirigidas a mejorar la calidad del aire en las oficinas mal ventiladas.
Parece que la prevención secundaria puede ofrecer mejores posibilidades de control, aunque no se han estudiado medidas específicas. Dado que los factores psicológicos pueden influir en las víctimas de las sobreexposiciones profesionales, conviene tratar cuidadosa y precozmente a las personas expuestas, aunque desde el punto de vista de la exposición sufrida el pronóstico sea favorable. Se debe valorar la manera en que reaccionarán los pacientes atendidos en los servicios de urgencias o su clínica inmediatamente después de haberse visto sometidos a una exposición aguda, y probablemente haya que seguirlos muy de cerca para asegurarse de que no sufren recidivas evitables, ya que este tipo de exposición puede ser un importante factor de riesgo de SQM, con independencia del mecanismo causal.

domingo, 20 de febrero de 2011

Tratamiento clínico (II)

A pesar de las limitaciones de nuestros conocimientos actuales, podemos enunciar algunos principios terapéuticos.
En primer lugar, y en la medida de lo posible, se debe limitar la búsqueda de una “causa” específica de la SQM en cada caso, ya que es infructuosa y contraproducente. Para cuando se consi- dera la posibilidad de la SQM muchos pacientes se han some- tido ya a numerosas exploracines médicas y consideran que las pruebas presuponen la existencia de una alteración y la posibilidad de que exista un tratamiento específico. Cualquiera que sea la opinión teórica del facultativo, es esencial exponerle al paciente los conocimientos actuales y la incertidumbre que existe en relación con la SQM, indicando específicamente que se desconoce su causa. Hay que asegurarle al paciente que la consideración de una posible etiología psicológica no implica que la enfermedad sea menos real, menos grave o menos digna de tratamiento. También se le puede asegurar que no es probable que la SQM siga progresando o produzca la muerte, y que tiene que comprender que la curación total es improbable con los tratamientos actuales.
Dejando a un lado la incertidumbre acerca de la patogenia, casi siempre es necesario alejar al paciente de los componentes de su medio ambiente de trabajo que desencadenan los síntomas. Aunque la separación radical es sin duda contraprodu- cente para el objetivo de mejorar la capacidad funcional del trabajador, se deben controlar en la medida de lo posible las reacciones sintomáticas frecuentes e intensas, para que se pueda entablar una estrecha relación terapéutica con el paciente. A menudo, es necesario que el paciente cambie de trabajo. Posible- mente existan indemnizaciones para los trabajadores; incluso aunque no se conozca bien la patogenia de la enfermedad, puede caracterizarse debidamente la SQM como una complicación de una exposición profesional más fácil de identificar (Cullen 1994).
El objetivo de todo el tratamiento posterior es mejorar la actividad del paciente. Deben tratarse los problemas psicológicos, como las dificultades de adaptación, la ansiedad y la depresión, así como los posibles problemas concomitantes, como las típicas alergias atópicas. Dado que los pacientes con SQM no toleran las sustancias químicas en general, puede que haya que recurrir
a soluciones no farmacológicas. La mayoría de los pacientes necesitan que se les oriente, asesore y tranquilice para poder adaptarse a una enfermedad para la que no existe un trata- miento establecido (Lewis 1987). En la medida de lo posible, hay que animarles a que amplíen sus actividades y desaconsejarles la pasividad y la dependencia, que son respuestas muy frecuentes a este trastorno.

sábado, 19 de febrero de 2011

Tratamiento clínico (I)

Es muy poco lo que se sabe acerca del tratamiento de la SQM. Se han probado numerosos métodos tradicionales e innovadores, aunque no se ha podido confirmar su eficacia basándose en los estándares científicos habituales. Como ocurre con muchas otras enfermedades, las opciones terapéuticas han seguido una evolución paralela a las teorías sobre su patogenia. Los ecólogos y quienes consideran que la SQM se debe a una disfunción inmunitaria secundaria a cantidades excesivas de sustancias químicas exógenas han centrado su atención en la evitación de las sustan- cias químicas artificiales. Este punto de vista se ha asociado con el empleo de estrategias de diagnóstico para intentar determinar las sensibilidades “específicas” por medio de diversas pruebas no validadas para “desensibilizar” a los pacientes. Paralelamente, se han utilizado estrategias para potenciar la inmunidad subyacente mediante suplementos dietéticos, como vitaminas y antioxidantes,
y se ha hecho todo lo posible para erradicar los hongos y otros organismos comensales. Un sistema más radical consiste en intentar eliminar las toxinas del organismo por medio de la quelación o la renovación acelerada de las grasas en las que se almacenan los pesticidas, los disolventes y otros productos químicos orgánicos liposolubles.
Los partidarios de la teoría psicológica de la etiología de la SQM han probado métodos alternativos adecuados. Se han propuesto la terapia de apoyo individual y de grupo y otras técnicas de modificación de la conducta más clásicas, aunque se sigue conjeturando sobre la eficacia de estos enfoques. La mayoría de los observadores se han visto sorprendidos por la intolerancia de los pacientes a los fármacos empleados generalmente para los trastornos afectivos y de ansiedad, impresión que quedó confirmada en una prueba al doble ciego controlada con placebo realizada por el autor con la fluvoxamina y que hubo que interrumpir a consecuencia de los efectos secundarios que se produjeron en cinco de los ocho primeros participantes.

jueves, 17 de febrero de 2011

CANCER DE PIEL NO MELANOCITICO (III)

Otros tipos de trabajadores en los que se ha determinado un aumento del riesgo de CPNM son: procesadores de yute, trabajadores al aire libre, técnicos de farmacia, trabajadores de aserraderos, trabajadores que tienen contacto con el aceite de esquisto, personas que desinfectan ovejas, pescadores, montadores de herramientas, trabajadores de viñedos y pescadores. El exceso de incidencia en pescadores (que participan sobre todo en actividades de pesca tradicionales) se constató en Maryland, EE.UU., y se limitaba a los cánceres de células escamosas. La radiación solar probablemente explica el aumento del riesgo en pescadores, trabajadores al aire libre, trabajadores de viñedos y pescadores. Los pescadores también pueden estar expuestos a los aceites y alquitranes y al arsénico inorgánico del pez consumido, lo que puede contribuir al aumento de incidencia de cáncer de piel observado, unas tres veces en un estudio sueco, en comparación con los índices normales de ese país (Hagmar y cols. 1992).
El aumento de incidencia en las personas que desinfectan ovejas puede atribuirse a los compuestos arsenicados, que inducen cáncer de piel por ingestión más que por contacto cutáneo. Aunque los granjeros tienen un riesgo ligeramente aumentado de melanoma, no parecen sufrir un riesgo mayor de CPNM, según las observaciones epidemiológicas realizadas en Dinamarca, Suecia y EE. UU. (Blair y cols. 1992).
La radiación ionizante ha causado cáncer de piel en los primeros radiólogos y trabajadores que manipulaban radio. En ambas situaciones, las exposiciones fueron prolongadas y masivas. Los accidentes profesionales asociados a lesiones cutáneas o irritación cutánea prolongada pueden aumentar el riesgo de CPNM.

miércoles, 16 de febrero de 2011

CANCER DE PIEL NO MELANOCITICO (II)

En 1992, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer, IARC 1992b) evaluó la carcinogenicidad de la radiación solar y concluyó que hay datos suficientes indicativos de la misma en el ser humano y que la radiación solar causa melanoma maligno y CPNM.
La reducción de la exposición a la luz solar probablemente disminuya la incidencia de CPNM. En personas blancas, entre el 90 y el 95 % de los CPNM pueden atribuirse a la radiación solar (IARC 1990).
Los CPNM pueden desarrollarse en zonas de inflamación o irritación crónicas, así como en cicatrices de quemaduras. Los traumatismos y las úlceras crónicas cutáneas son factores de riesgo importantes para los cánceres cutáneos de células esca mosas, sobre todo en Africa.
La radioterapia, la quimioterapia con mostaza nitrogenada, el tratamiento inmunosupresor, el tratamiento con psoralenos combinado con la radiación UVA y las preparaciones a base de alquitrán de hulla aplicadas sobre lesiones cutáneas se han asociado a un aumento del riesgo de CPNM. Se ha confirmado que la exposición ambiental al arsénico trivalente y a los compuestos arsenicales se acompaña de una incidencia elevada de cáncer de piel en el ser humano (IARC 1987). La exposición al arsénico puede provocar queratosis arsenicales palmares o plantares, carcinoma epidermoide y carcinoma superficial de células basales.
Los trastornos hereditarios como la ausencia de las enzimas necesarias para reparar el ADN dañado por la radiación UV puede aumentar el riesgo de CPNM. El Xeroderma pigmentosum se incluye dentro de los trastornos hereditarios de este grupo.
Un ejemplo histórico de cáncer de piel profesional es el cáncer de escroto que Sir Percival Pott describió en 1775 en los desholli- nadores. La causa de estos tumores era el hollín. A principios del siglo XX, los cánceres de escroto se observaban en los hilanderos de las fábricas textiles de algodón, donde estaban expuestos al aceite de esquisto que se empleaba como lubricante para los husos de algodón. Los cánceres de escroto de los deshollinadores
y los hilanderos se asociaron después a los hidrocarburos aromá- ticos policíclicos (HAP), muchos de los cuales son cancerígenos en animales, en particular algunos HAP con anillo en las posi- ciones 3-, 4-, y 5-, como el benzopireno y el dibenzoantraceno (IARC 1983, 1984a, 1984b, 1985a). Además de las mezclas que contienen los HAP, el calentamiento de los compuestos orgá- nicos puede originar la formación de compuestos cancerígenos. Otras ocupaciones asociadas a un aumento de la incidencia de CPNM en relación con los HAP son: trabajadores en procesos de reducción del aluminio, trabajadores en la gasificación del carbón, trabajadores de hornos de coque, sopladores de vidrio, ingenieros ferroviarios, trabajadores de la construcción de carre- teras y del mantenimiento de autopistas, trabajadores que tienen contacto con el aceite de esquisto, ajustadores y montadores de herramientas (véase la Tabla 12.1). Los alquitranes de hulla, las breas de alquitrán de hulla, otros productos derivados del carbón, el aceite de antraceno, el aceite de creosota y los aceites lubricantes son algunos de los materiales y mezclas que contienen HAP cancerígenos.

martes, 15 de febrero de 2011

CANCER DE PIEL NO MELANOCITICO (I)

Existen tres tipos histológicos de cáncer de piel no melanocítico (CPNM) (CIE-9: 173; CIE-10: C44): el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y los raros sarcomas de tejidos blandos que afectan a la piel, el tejido subcutáneo, las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas y los folículos pilosos.
El carcinoma de células basales es el CPNM más común en la población blanca y representa el 75-80 % del total . Se desa- rrolla generalmente en la cara, crece lentamente y tiene escasa tendencia a metastatizar.
Los cánceres de células escamosas representan el 20-25 % de todos los CPNM . Pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en las manos y las piernas, y pueden metastatizar. En las personas de piel oscura los cánceres de células escamosas son la forma más común de CPNM.
Los CPNM primarios múltiples son comunes. La mayoría de los CPNM aparecen en la cabeza y el cuello, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los melanomas, que se desarrollan en el tronco y las extremidades. La localización de los CPNM refleja las formas de vestir.
Los CPNM se tratan por diversos métodos como escisión, radiación y quimioterapia local. Responden bien al tratamiento
y más del 95 % se curan por escisión (IARC 1990).
Es difícil calcular la incidencia de CPNM, porque muchos de ellos no se comunican y muchos registros tumorales no los incluyen. El número de casos nuevos en EE.UU. se estimó entre
900.000 y 1.200.000 en 1994, una frecuencia comparable al número total de todos los cánceres no cutáneos (Miller y Weins- tock 1994). Las incidencias comunicadas varían ampliamente y están aumentando en varios tipos de población, p. ej., en Suiza y en EE.UU. Los índices anuales más elevados se han descrito en Tasmania (167/100.000 en varones y 89/100.000 en mujeres), y los más bajos en Asia y Africa (globalmente, 1/100.000 en varones y 5/100.000 en mujeres). El CPNM es el tipo de cáncer más común en la raza caucásica. El CPNM es unas diez veces más frecuente en la población blanca que en el resto de las poblaciones. Su mortalidad es muy baja (Higginson y cols.
1992).
La propensión al cáncer de piel es inversamente proporcional al grado de pigmentación por melanina, ya que ésta protege frente a la acción cancerígena de la radiación solar ultravioleta (UV). El riesgo de cáncer de piel no melanocítico en la población blanca aumenta con la proximidad al ecuador.

lunes, 14 de febrero de 2011

El campo visual y el campo de fijación

El campo visual (el espacio que abarcan los ojos en reposo) está limitado por los obstáculos anatómicos existentes en el plano horizontal (es más reducido en el lado de la nariz) y en el plano vertical (limitado por el borde superior de la órbita). En la visión binocular, el campo horizontal abarca unos 180 grados y el campo vertical, de 120 a 130 grados. En la visión diurna, la mayoría de las funciones visuales se debilitan hacia la periferia del campo visual; en cambio, mejora la percepción del movimiento. En la visión nocturna se produce una considerable pérdida de agudeza en el centro del campo visual, donde, como se mencionó antes, los bastones son menos numerosos.
El campo de fijación se extiende más allá del campo visual gracias a la movilidad de los ojos, la cabeza y el cuerpo; en las actividades laborales lo que importa es el campo de fijación. Las causas de reducción del campo visual, anatómicas o fisiológicas, son muy numerosas: estrechamiento de la pupila; opacidad del cristalino; alteraciones patológicas de la retina, de las vías o de los centros visuales; brillantez del objeto a percibir; monturas de las gafas de corrección o de protección; movimiento y velocidad del objeto a percibir; y otras causas.

domingo, 13 de febrero de 2011

Propiedades del ojo importantes para el trabajo: Mecanismo de acomodación


En el ojo emetrópico (normal), cuando los rayos de luz atraviesan la córnea, la pupila y el cristalino, se enfocan sobre la retina y producen una imagen invertida que es revertida de nuevo por los centros visuales del cerebro.
Cuando se observa un objeto distante, el cristalino se aplana. Si se miran objetos cercanos, el cristalino se acomoda (es decir, aumenta su potencia) mediante la contracción de los músculos ciliares, lo que le permite adoptar una forma más oval y convexa. Al mismo tiempo, el iris contrae la pupila y esto mejora la calidad de la imagen al reducir las aberraciones esféricas y cromáticas del sistema y aumentar la profundidad del campo.
En la visión binocular, la acomodación se acompaña necesariamente de una convergencia proporcional de ambos ojos

sábado, 12 de febrero de 2011

VISION Y TRABAJO Anatomía del ojo (II)

La retina tiene varias capas internas de células nerviosas y una capa externa que contiene dos tipos de células fotorrecepstoras, los conos y los bastones. Así, la luz pasa a través de las células nerviosas hasta los conos y los bastones donde, de una forma todavía no aclarada, genera impulsos en las células nerviosas que pasan por el nervio óptico hasta el cerebro. Los conos, cuyo número oscila entre cuatro y cinco millones, son responsables de la percepción de imágenes brillantes y del color. Se concentran en la porción interna de la retina, con mayor densidad en la fóvea, una pequeña depresión situada en el centro de la retina, en la que no hay bastones y donde la visión es más aguda. Mediante espectrofotometría se han identificado tres tipos de conos, con picos de absorción en las zonas amarilla, verde y azul, de los que depende el sentido del color. Los bastones, en número de 80 a 100 millones, son más numerosos hacia la periferia de la retina y son sensibles a la luz débil (visión nocturna). Asimismo, desempeñan un papel muy importante en la visión en blanco y negro y en la detección del movimiento.
Las fibras nerviosas, junto con los vasos sanguíneos que irrigan la retina, atraviesan la coroides, la capa media de las tres que forman la pared de la cámara posterior, y abandonan el ojo formando el nervio óptico en un punto ligeramente excéntrico que, debido a la ausencia de fotorreceptores, se conoce como
“mancha ciega”.
Los vasos retinianos, las únicas arterias y venas visibles de forma directa, pueden visualizarse dirigiendo una luz a través de la pupila y utilizando un oftalmoscopio para enfocar su imagen(estas imágenes pueden también fotografiarse). Este examen retinoscópico forma parte de la exploración médica habitual y es importante para valorar el componente vascular de enfermedades como la arteriosclerosis, la hipertensión y la diabetes, que puede provocar hemorragias y/o exudados retinianos causantes de defectos en el campo visual.

viernes, 11 de febrero de 2011

Menoscabo e incapacidad (II)

El menoscabo y la incapacidad se pueden clasificar como temporales o permanentes, dependiendo de la probabilidad de que se produzca una mejoría significativa, así como de si se están poniendo en práctica controles de exposición eficaces en el lugar de trabajo. Por ejemplo, se suele considerar que una persona con AO inducida por un sensibilizante presenta un menoscabo permanente y total para cualquier trabajo que conlleve la exposición al agente causal. Si los síntomas se resuelven de forma parcial o completa después de la interrup- ción de la exposición, tales personas pueden clasificarse con menor o ningún menoscabo para otros trabajos. A menudo esto se considera un menoscabo/incapacidad permanente parcial, aunque la terminología puede variar. Un individuo con asma que se desencadena dependiendo de la dosis de irritantes presentes en el lugar de trabajo se consideraría que tiene un menoscabo temporal mientras estuviera sintomático, menoscabo que sería menor o nulo si se instalaran controles de exposición suficientes y éstos fueran eficaces para reducir o eliminar lo síntomas. Si no se ponen en práctica controles de exposición eficaces, el mismo individuo tendría que ser clasificado en el grupo de los menoscabos permanentes para trabajar en ese puesto particular, con una recomendación de ser retirado del trabajo por causas médicas. Si es necesario, puede llevarse a cabo una valoración repetida del menoscabo/incapacidad a largo plazo, dos años después de reducida o interrumpida la exposición, cuando sería de esperar que se hubiera estabilizado la mejoría del AO. Si el paciente continúa trabajando, debe realizarse una monitorización médica continuada y la nueva valoración del menoscabo/incapacidad debe repetirse según sea necesario.
Los trabajadores que quedan discapacitados a consecuencia de AO o de AAT pueden ser aptos para recibir una indemniza- ción económica por gastos médicos y/o salarios perdidos. Además de reducir de forma directa el impacto económico de la incapacidad sobre los trabajadores y sus familias, la indemniza- ción puede ser necesaria para proporcionar tratamiento médico adecuado, poner en marcha intervenciones preventivas y obtener una rehabilitación profesional. El conocimiento, por parte del trabajador y de su médico, de determinados aspectos medicolegales puede ser importante para asegurarse de que la evaluación diagnóstica cumple los requerimientos locales y no compromete los derechos del trabajador afectado.
Aunque las discusiones en torno al ahorro de costes a menudo se centran en la insuficiencia de los sistemas de compensación, la reducción genuina de la carga económica y de salud pública impuesta a la sociedad por el AO y el AAT no sólo depende de las mejoras de los sistemas de compensación sino, lo que es más importante, de la eficacia de los sistemas desplegados para iden- tificar, rectificar o prevenir por completo las exposiciones en el lugar de trabajo, que son las responsables de la aparición de nuevos casos de asma.

jueves, 10 de febrero de 2011

Menoscabo e incapacidad

Menoscabo médico o disfunción; se define como una anomalía funcional debida a un trastorno médico. Discapacidad; hace refe- rencia al efecto total de la deficiencia médica sobre la vida del paciente, y se ve influida por numerosos factores no médicos, como la edad y el estado socioeconómico (ATS 1995).
La valoración del menoscabo médico corresponde al médico y puede incluir un índice de menoscabo calculado, así como otras consideraciones clínicas. El índice de menoscabo se basa en: 1) el grado de limitación al flujo aéreo tras la administración de un broncodilatador, 2) el grado de reversibilidad de la limita- ción al flujo aéreo con el broncodilatador o el grado de hipe- rreactividad en las pruebas cuantitativas de HRB, y 3) la medicación mínima necesaria para controlar el asma. El otro componente principal de la valoración del menoscabo médico es el criterio del médico respecto a la capacidad del paciente para trabajar en el lugar de trabajo causante de asma. Por ejemplo, un paciente con AO inducida por un sensibilizante puede presentar un menoscabo médico sumamente específico para el agente al cual se ha sensibilizado. El trabajador que sólo experi- menta síntomas cuando se expone a ese agente puede ser capaz de trabajar en otros puestos de trabajo, pero será permanente- mente incapaz de trabajar en el puesto específico para el cual tiene mayor formación y experiencia.
En la valoración de la incapacidad debida a asma (incluida el AO) se requiere tener en cuenta el menoscabo médico además de otros factores no médicos que afectan a la capacidad laboral y funcional en la vida diaria. La valoración de la incapacidad la realiza inicialmente el médico, quien debe identificar todos los factores que influyen en el impacto del menoscabo sobre la vida del paciente. Muchos factores, como la profesión, el nivel de educación, la posesión de otras aptitudes de valor comercial, condiciones económicas y otros factores sociales, pueden conducir a niveles variables de incapacidad en individuos con el mismo nivel de menoscabo médico. Los administradores pueden entonces utilizar esta información para determinar la incapacidad de cara a la indemnización.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Tratamiento y prevención (II)

Cuando se sospecha que un determinado lugar de trabajo es de alto riesgo, ya sea debido a la aparición de un caso centinela de AO o por el uso de agentes con capacidad conocida de causar asma, los métodos de salud pública pueden ser de gran utilidad. La identificación precoz y el tratamiento y la prevención eficaces de la discapacidad de los trabajadores con un AO existente, así como la prevención de nuevos casos, son objetivos prioritarios evidentes. Es importante identificar al (los) agente(s) causal(es) específico(s) y los procesos de trabajo específicos. Un método inicial práctico consiste en realizar una investigación del lugar de trabajo con un cuestionario, evaluando los criterios A, B, C y D1 o D5 en la definición de caso de AO. Este método permite identificar sujetos en los que podría estar indicada una evaluación clínica adicional y ayuda a identificar posibles agentes o circunstancias causales. La evaluación de los resul- tados de grupo puede ayudar a decidir si es necesario continuar investigando el lugar de trabajo o si está indicada la intervención
y, en tal caso, proporcionar una guía útil para centrar futuros esfuerzos de prevención de la forma más eficaz y eficiente posible. Sin embargo, la investigación con cuestionario no es suficiente para establecer diagnósticos médicos individuales, ya que los valores predictivos positivos de los cuestionarios del AO no son lo suficientemente elevados. Si se necesita un nivel más alto de certeza diagnóstica se puede considerar también la detección selectiva médica utilizando procedimientos diagnós- ticos como la espirometría, pruebas cuantitativas de HRB, registro seriado del PEF y pruebas inmunológicas. En lugares de trabajo con problemas conocidos, la vigilancia continuada y los programas de detección selectiva pueden ser de utilidad. Sin embargo, la exclusión diferencial de los trabajadores asintomá- ticos con historia de atopia u otros factores potenciales de susceptibilidad de lugares de trabajos considerados de alto riesgo conduciría a la retirada de un elevado número de trabajadores para prevenir relativamente pocos casos de AO, y la literatura médica actual no la respalda.
El control o la eliminación de las exposiciones causales y la evitación y el control adecuado de los vertidos o de los episodios de exposiciones de alto nivel pueden llevar a una prevención primaria eficaz de la sensibilización y del AO en los compa- ñeros del caso centinela. La jerarquía habitual de control de la exposición mediante controles de sustitución, ingeniería y administrativos, junto con el equipo de protección personal, así como la formación de los trabajadores y los directivos, debe ponerse en práctica según proceda. Las empresas proactivas iniciarán o participarán en algunos de estos métodos, pero en caso de que se tomen medidas preventivas insuficientes y los trabajadores sigan encontrándose en situación de alto riesgo, los organismos gubernamentales pueden ser de utilidad.

martes, 8 de febrero de 2011

Atención durante el embarazo

Es fundamental para la mujer embarazada, y para su empresa, independientemente de que aquélla siga o no trabajando, que se le brinde la ocasión de acogerse a un programa de atención de la salud destinado a identificar y evitar o disminuir los riesgos para la madre y el feto, permitiéndole así mantenerse laboralmente activa sin problemas. En cada una de las visitas prenatales programadas, el médico o la comadrona deben valorar la información médica (natalidad y otros antecedentes médicos, molestias actuales, exploración física y pruebas de laboratorio) y los datos sobre su trabajo y medio ambiente laboral, y realizar las recomendaciones apropiadas.
Es importante que los profesionales sanitarios no confíen en las descripciones sencillas del trabajo efectuadas por las pacientes, dado que con frecuencia son inapropiadas e inco- rrectas. Deben recabarse detalles sobre la actividad física, la exposición a sustancias químicas y de otro tipo y el estrés emocional, información que puede obtenerse, sin duda, de la propia mujer. Sin embargo, en ocasiones, es preciso, para obtener una visión más completa del peligro o de las tareas desarrolladas, así como sobre la posibilidad de controlar las lesiones potenciales, dirigirse a un supervisor, a menudo a través del departamento de seguridad o del servicio de salud de los empleados (en los casos en los que exista). Por este conducto puede comprobarse también la información inadecuada que los pacientes, de forma inadvertida o deliberada, dan al médico; es posible que exageren los riesgos o, si consideran que es impor- tante continuar trabajando, que los subestimen.

lunes, 7 de febrero de 2011

RECOMENDACIONES DE ESTADOS UNIDOS EN RELACION CON EL EMBARAZO Y EL TRABAJO

Los cambios producidos en la vida familiar en las últimas décadas han incidido fuertemente en la relación entre trabajo y emba- razo. Entre ellos habría que incluir los siguientes:

• Las mujeres, especialmente las que se encuentran en edad fértil, siguen siendo una parte importante de la mano de obra.
• Se advierte entre ellas una tendencia a aplazar la formación del hogar hasta una edad más tardía, una vez que han alcanzado puestos de responsabilidad y han afianzado su situación como miembros importantes del aparato productivo.
• Al mismo tiempo, aumenta el número de embarazos juveniles, muchos de ellos de alto riesgo.
• Debido al aumento de las tasas de separación, de divorcio y a la elección de nuevas formas de vida, así como al incremento del número de familias en que trabajan el padre y la madre, las presiones financieras obligan a muchas mujeres a seguir trabajando en lo posible durante el embarazo.

La incidencia del absentismo laboral y la pérdida o el deterioro de la productividad relacionados con el embarazo, así como la preocupación por la salud y el bienestar de las madres y de sus hijos, han llevado a las empresas a tratar de hacer frente al problema del embarazo y el trabajo. Cuando ellas mismas pagan la totalidad o parte de las primas de los seguros de enfermedad, la perspectiva de impedir los costes (asombrosamente elevados en algunos casos) de los embarazos complicados y los problemas neonatales actúa como un poderoso incentivo adicional. Algunas medidas están previstas en las disposiciones legales y reglamentarias, como las referentes a la protección contra los peligros ambientales y profesionales, al permiso de maternidad o a otras prestaciones. Otras medidas son de carácter voluntario: por ejemplo, las relativas a la educación prenatal y los programas de asistencia, a la modificación de las condiciones de trabajo, como los regímenes de horario flexible o de jornadas especiales, o el cuidado de personas a cargo y a otras prestaciones.

domingo, 6 de febrero de 2011

Los permisos y prestaciones para el padre y para ambos progenitores

Más allá de la protección de la salud y del estatuto laboral de la mujer embarazada o lactante, muchos países establecen permisos de paternidad (un corto período de permiso en el momento del nacimiento o en torno a éste). Hay otros tipos de permisos en función de las necesidades del niño, como el que se concede por adopción o para la crianza del hijo. Este último se prevé en muchos países, con distintos enfoques: un grupo de países esta- blece la libranza de la madre de niños muy pequeños (permiso opcional por maternidad), mientras que otros contemplan permisos adicionales para ambos padres (permiso conjunto de paternidad y maternidad para la educación). Esta idea de que tanto el padre como la madre han de estar disponibles para el cuidado de los niños pequeños se plasma en estos permisos conjuntos de paternidad y maternidad, que permiten un largo período de descanso para ambos progenitores.

sábado, 5 de febrero de 2011

CADERA Y RODILLA

La articulación de la cadera es una enartrosis rodeada de ligamentos, músculos potentes y bolsas. La articulación soporta peso y posee una elevada estabilidad intrínseca junto con una gran amplitud de movimiento. En las personas jóvenes, el dolor en la región de la cadera se suele originar en los músculos, las inserciones tendinosas o las bolsas, mientras que en las personas de más edad el principal trastorno causante de dolor de cadera es la artrosis.
La rodilla es una articulación de carga de gran importancia para caminar, mantenerse en pie, doblarse, encorvarse y acuclillarse. La rodilla es bastante inestable, y depende para el apoyo de ligamentos y músculos potentes, como se muestra en la Figura 6.21. En la rodilla existen dos articulaciones, la femorotibial y la femororrotuliana. En los lados interno y externo de la articulación existen fuertes ligamentos, y en el centro de la articulación femorotibial se encuentran los ligamentos cruzados, que proporcionan estabilidad y ayudan a la función mecánica normal de la rodilla. Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas curvas situadas entre el fémur (cóndilos femorales) y la tibia (platillo tibial). La articulación de la rodilla es estabilizada y fortalecida por músculos que se originan por encima de la articulación de la cadera y en la diáfisis femoral y que se insertan en estructuras óseas situadas debajo de la articulación. Alrededor de la articulación de la rodilla existe una cápsula sinovial, y la articulación está protegida por varias bolsas.
Todas estas estructuras se lesionan fácilmente por traumatismos o por el uso excesivo, y el tratamiento médico por dolor de rodilla es bastante frecuente. La artrosis de la rodilla es un trastorno común en el anciano que causa dolor y discapacidad. En las personas jóvenes son bastante frecuentes la bursitis rotuliana y los síndromes de dolor femororrotuliano como el pes anserinus doloroso.

viernes, 4 de febrero de 2011

Trastornos del control motor de la mano (calambre del escritor)

El temblor y otros movimientos incontrolados pueden alterar las funciones de la mano que requieren una alta precisión y control, como la escritura, el montaje de piezas pequeñas y el tañido de instrumentos musicales. La forma clásica del trastorno es el calambre del escritor cuya tasa de aparición se desconoce. Afecta a ambos sexos y parece ser habitual en los decenios tercero, cuarto
y quinto de la vida.
No se conocen por completo las causas del calambre del escritor y de los trastornos relacionados. Se ha sugerido una predisposición hereditaria. Estos procesos se consideran en la actualidad una forma de distonía específica de la tarea. (Las distonías son un grupo de trastornos caracterizados por contrac- ciones musculares involuntarias permanentes, que provocan movimientos de giro repetitivos o posturas anormales.) En los pacientes con calambre del escritor no se han descrito pruebas anatomopatólogicas de enfermedad cerebral. Investigaciones electrofisiológicas han revelado una activación anormalmente prolongada de los músculos que participan en la escritura, así como una activación excesiva de los músculos que no intervienen directamente en ella (Marsden y Sheehy 1990).
En el calambre del escritor aparece un espasmo muscular, por lo general indoloro, inmediatamente o poco después de comenzar a escribir. Los dedos, la muñeca y la mano pueden adoptar posturas anormales, y la pluma a menudo se sujeta con una fuerza excesiva. La situación neurológica puede ser normal. En algunos casos se observa una mayor tensión o temblor del brazo afectado.
Algunas de las personas que padecer este proceso aprenden a escribir con la mano no dominante, y una pequeña proporción de estos presentan también calambres en dicha mano no domi- nante. La curación espontánea del calambre del escritor es rara.

jueves, 3 de febrero de 2011

Quistes sinoviales de muñeca y mano

Un ganglión es un pequeño saco blando lleno de líquido; los quistes sinoviales representan la mayor parte de todos los tumores de tejidos blandos de la mano. Los quistes sinoviales son frecuentes, aunque no se conoce su prevalencia en poblaciones; en poblaciones clínicas, las mujeres han mostrado una prevalencia algo mayor que los varones, y han estado representados tanto los niños como los adultos. Existe controversia acerca de las causas de los quistes sinoviales. Algunos autores los consideran congénitos, mientras que otros opinan que en su desarrollo pueden intervenir los traumatismos agudos o repetidos. También existen diversas opiniones en cuanto al proceso de su desarrollo (Angelides 1982).
La localización más típica del ganglión es en la cara exterior del dorso de la muñeca (ganglión dorsorradial), donde se puede presentar como una formación blanda claramente visible. Un ganglión dorsal más pequeño puede pasar inadvertido si no se flexiona marcadamente la muñeca. El ganglión palmar de la muñeca (situado en la cara palmar de ésta) se localiza típicamente en el lado exterior del tendón del flexor radial de la muñeca. El tercer tipo de ganglión en cuanto a frecuencia se sitúa en la polea de la vaina del tendón flexor de los dedos, a nivel de los nudillos. Un ganglión palmar de la muñeca puede producir el atrapamiento del nervio mediano en la muñeca, dando lugar a un síndrome del túnel de carpo. En raros casos, un ganglión puede localizarse en el canal cubital (canal de Guyon) en la parte interior de la palma y causar el atrapamiento del nervio cubital.
Los síntomas de los tumores sinoviales de la muñeca son dolor local típico durante el esfuerzo, así como posturas desviadas de la muñeca. Los tumores sinoviales de la palma y de los dedos suelen resultar dolorosos durante la prensión

miércoles, 2 de febrero de 2011

Contractura de Dupuytren

La contractura de Dupuytren es un acortamiento progresivo(fibrosis) de la aponeurosis palmar (tejido conjuntivo que une los tendones flexores de los dedos) de la mano, que da lugar a una contractura permanente de los dedos en flexión. Es un proceso frecuente en las personas del norte de Europa, que afecta al 3 % aproximadamente de la población general. La prevalencia suele ser el doble en los varones que en las mujeres, llegando hasta el 20 % en los varones mayores de 60 años. La contractura de Dupuytren se asocia a epilepsia, diabetes tipo I, consumo de alcohol y tabaquismo. Existen pruebas de una relación entre la exposición a la vibración procedente de herramientas manuales y la contractura de Dupuytren. La presencia de la enfermedad se ha asociado también a lesiones aisladas y al trabajo manual pesado. Existen algunos datos en apoyo de una asociación entre este último y la contractura de Dupuytren, mientras que el papel de la lesión aislada no se ha investigado adecuadamente (Liss y Stock 1996).
La modificación fibrótica aparece primero como un nódulo. Posteriormente, la aponeurosis se engrosa y acorta, formando una unión en forma de cordón con el dedo. Al avanzar el proceso, los dedos quedan en flexión permanente. Los primeros en afectarse suelen ser el quinto y cuarto dedos, aunque también pueden serlo otros. En la cara posterior de los dedos pueden verse abultamientos en los nudillos.

martes, 1 de febrero de 2011

Trombosis de la arteria cubital (síndrome del martillo hipotenar)

La arteria cubital puede sufrir daño, con la consiguiente trombosis y oclusión del vaso, en el canal de Guyon, situado en la cara interna (cubital) de la palma. A menudo la enfermedad va precedida de una historia de traumatismos repetidos sobre la cara cubital de la palma (eminencia hipotenar), como pueden ser el martilleo intenso o la utilización de la eminencia hipotenar como si fuera un martillo (Jupiter y Kleinert 1988).
Los síntomas consisten en dolor y calambres, así como intolerancia al frío de los dedos cuarto y quinto. También puede haber trastornos dolorosos del tipo de dolor sordo, hormigueo y entumecimiento, pero el rendimiento de los músculos suele ser normal. A la exploración clínica es posible observar frialdad y palidez del cuarto y quinto dedos, así como cambios nutricionales de la piel. La prueba de Allen suele ser positiva, lo que indica que tras la compresión de la arteria radial no se produce flujo sanguíneo a la palma a través de la arteria cubital. En la región hipotenar se puede encontrar una masa hiperestésica palpable.