La articulación de la cadera es una enartrosis rodeada de ligamentos, músculos potentes y bolsas. La articulación soporta peso y posee una elevada estabilidad intrínseca junto con una gran amplitud de movimiento. En las personas jóvenes, el dolor en la región de la cadera se suele originar en los músculos, las inserciones tendinosas o las bolsas, mientras que en las personas de más edad el principal trastorno causante de dolor de cadera es la artrosis.
La rodilla es una articulación de carga de gran importancia para caminar, mantenerse en pie, doblarse, encorvarse y acuclillarse. La rodilla es bastante inestable, y depende para el apoyo de ligamentos y músculos potentes, como se muestra en la Figura 6.21. En la rodilla existen dos articulaciones, la femorotibial y la femororrotuliana. En los lados interno y externo de la articulación existen fuertes ligamentos, y en el centro de la articulación femorotibial se encuentran los ligamentos cruzados, que proporcionan estabilidad y ayudan a la función mecánica normal de la rodilla. Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas curvas situadas entre el fémur (cóndilos femorales) y la tibia (platillo tibial). La articulación de la rodilla es estabilizada y fortalecida por músculos que se originan por encima de la articulación de la cadera y en la diáfisis femoral y que se insertan en estructuras óseas situadas debajo de la articulación. Alrededor de la articulación de la rodilla existe una cápsula sinovial, y la articulación está protegida por varias bolsas.
Todas estas estructuras se lesionan fácilmente por traumatismos o por el uso excesivo, y el tratamiento médico por dolor de rodilla es bastante frecuente. La artrosis de la rodilla es un trastorno común en el anciano que causa dolor y discapacidad. En las personas jóvenes son bastante frecuentes la bursitis rotuliana y los síndromes de dolor femororrotuliano como el pes anserinus doloroso.
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