viernes, 18 de mayo de 2007

Huesos maxilares


Los agentes químicos, físicos y biológicos pueden causar cambios degenerativos, inflamatorios y proliferativos del esqueleto de la boca. De los agentes químicos, probablemente sea el fósforo blanco o amarillo el más importante, ya que causa la necrosis por fósforo de la mandíbula, tan temida en un tiempo por los trabajadores de la industria fosforera. La absorción de fósforo aumenta en caso de lesiones gingivales y dentales y produce, al principio, una reacción perióstica productiva, seguida de fenómenos destructivos y necróticos, activados por la infección bacteriana. El arsénico también causa una estomatitis ulceronecrótica que puede complicarse con lesión ósea.
La afectación se limita a las raíces de la mandíbula y lleva al desarrollo de pequeñas láminas de hueso muerto. Cuando el diente cae y el hueso muerto se elimina, la evolución del proceso es favorable y la lesión cicatriza casi siempre.
El radio fue la causa de los procesos osteonecróticos maxilares observados durante la primera Guerra Mundial en los trabajadores que manejaban compuestos luminosos. Además, la lesión ósea también puede ser debida a infección.

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