Los servicios de salud en el trabajo están desigualmente distribuidos en el mundo (OMS 1995b). En la Región Europea, en torno a la mitad de la población activa carece aún de una cober- tura aceptable de servicios de salud en el trabajo, aunque la variación entre países es muy grande, oscilando entre el 5 % y el 90 %. Los países de Europa Central y Oriental, actualmente en transición, están encontrando dificultades para prestar estos servi- cios debido a la reorganización de sus actividades económicas y a la descomposición de las grandes industrias centralizadas en unidades más pequeñas.
En otros continentes se registran cifras de cobertura inferiores. Sólo unos pocos países (Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Israel) muestran cifras comparables a las de Europa Occidental. En las típicas regiones en vías de desarrollo, la cobertura de los servicios de salud por empleado oscila, en el mejor de los casos, entre el5%y el 10 %, encontrándose princi- palmente los servicios en las empresas manufactureras y quedando algunos sectores industriales, agrícolas, autónomos y de pequeñas empresas y el sector informal completamente faltos de cobertura. Incluso en los países con altas tasas de cobertura hay desfases, con prestaciones insuficientes para las pequeñas empresas, ciertos trabajadores móviles, la construcción, la agricultura y los trabajadores autónomos.
Hay, por tanto, una necesidad universal de aumentar la cobertura de trabajadores mediante servicios de salud en el trabajo. En varios países, los programas de intervención para aumentar la cobertura han demostrado que es posible mejorar sustancialmente la disponibilidad de estos servicios en un período relativamente corto y a un coste razonable. Estas inter- venciones han mostrado mejorar tanto el acceso de los trabajadores a los servicios como la eficacia en función del coste de los servicios prestados.
En otros continentes se registran cifras de cobertura inferiores. Sólo unos pocos países (Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Israel) muestran cifras comparables a las de Europa Occidental. En las típicas regiones en vías de desarrollo, la cobertura de los servicios de salud por empleado oscila, en el mejor de los casos, entre el5%y el 10 %, encontrándose princi- palmente los servicios en las empresas manufactureras y quedando algunos sectores industriales, agrícolas, autónomos y de pequeñas empresas y el sector informal completamente faltos de cobertura. Incluso en los países con altas tasas de cobertura hay desfases, con prestaciones insuficientes para las pequeñas empresas, ciertos trabajadores móviles, la construcción, la agricultura y los trabajadores autónomos.
Hay, por tanto, una necesidad universal de aumentar la cobertura de trabajadores mediante servicios de salud en el trabajo. En varios países, los programas de intervención para aumentar la cobertura han demostrado que es posible mejorar sustancialmente la disponibilidad de estos servicios en un período relativamente corto y a un coste razonable. Estas inter- venciones han mostrado mejorar tanto el acceso de los trabajadores a los servicios como la eficacia en función del coste de los servicios prestados.
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