Muchos países tratan de definir concentraciones inocuas de compuestos químicos tóxicos en el aire ambiental, en productos alimenticios y en el lugar de trabajo. No obstante, las oportuni- dades de exposición abundan, y los niños son particularmente sensibles a la absorción y a los efectos de los tóxicos. Se ha señalado que “muchas de las 40.000 muertes infantiles que se producen cada día en el mundo en desarrollo son consecuencia del deterioro del medio ambiente, manifestado en la contaminación de las aguas, las enfermedades y la malnutrición” (Schaefer
1994). Muchas de las exposiciones de origen ambiental son evitables. Por tanto, la prevención de las enfermedades de origen ambiental debe gozar de prioridad elevada para evitar los efectos adversos sobre la salud infantil.
1994). Muchas de las exposiciones de origen ambiental son evitables. Por tanto, la prevención de las enfermedades de origen ambiental debe gozar de prioridad elevada para evitar los efectos adversos sobre la salud infantil.
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