jueves, 31 de mayo de 2007

Diagnóstico del Higado

Las pruebas de función hepática se emplean para confirmar una sospecha de enfermedad hepática, para evaluar su evolución y para facilitar el diagnóstico diferencial de la ictericia. Suelen utilizarse distintas pruebas para examinar las diferentes funciones del hígado. Las de valor demostrado son:

1. Investigación de la presencia de bilirrubina y urobilinógeno en la orina:
La primera indica una lesión hepatocelular o una obstrucción biliar. La presencia de un exceso de urobilinógeno puede preceder a la instauración de la ictericia y constituye una demostración sencilla y sensible de la existencia de lesión hepatocelular mínima o de hemólisis.

2. Cálculo de la bilirrubina total en el suero: Valor normal
5-17 mol/l.

3. Cálculo de la concentración sérica de enzimas : La lesión hepatocelular se asocia a la elevación de varias enzimas en el suero, particularmente de -glutamil transpeptidasa, alanina aminotransferasa (transaminasa glutámico pirúvica) y aspartato aminotransferasa (transaminasa glutámico oxaloacética), y a elevaciones más moderadas de la fosfatasa alcalina. El aumento de la concentración en suero de esta última indica una lesión obstructiva.

4. Determinación de la concentración de proteínas plasmáticas y de su patrón electroforético: La lesión hepatocelular va acompañada de descenso de la albúmina plasmática y elevación diferencial de las fracciones de globulinas, especialmente de la globulina . Estos cambios constituyen la base de las pruebas hepáticas de floculación.

5. Prueba de excreción de bromosulftaleína: Se trata de una prueba sensible de la lesión hepatocelular precoz, y es útil para detectar su presencia en ausencia de ictericia.

6. Pruebas inmunológicas: La determinación de las concentraciones de inmunoglobulinas y la detección de autoanticuerpos son de gran valor en el diagnóstico de ciertas formas de hepatopatía crónica. La presencia del antígeno de superficie de la hepatitis B indica una hepatitis sérica, mientras que la presencia de alfa-fetoproteína sugiere un hepatocarcinoma.

7. Determinación de hemoglobina, índices eritrocitarios y fórmula sanguínea.

Otras pruebas utilizadas en el diagnóstico de las hepatopatías comprenden los estudios ecográficos o por captación de isótopos radiactivos, la biopsia mediante trocar con estudio histológico del tejido y la laparoscopia. La ecografía es una técnica segura, sencilla y no agresiva, pero exige habilidad en su aplicación.

miércoles, 30 de mayo de 2007

SISTEMA NERVIOSO: VISION GENERAL (II)


El desarrollo insidioso y polifacético de numerosos trastornos del sistema nervioso exige que las personas que trabajan en el campo de la salud laboral adopten enfoques diferentes, pero complementarios, del estudio, el conocimiento, la prevención y el tratamiento del problema. Pueden descubrirse alteraciones precoces en grupos de trabajadores activos expuestos, utilizando mediciones sensibles del deterioro. La identificación de la disfunción inicial puede permitir la adopción de medidas preventivas. En etapas más tardías es necesario un buen conocimiento clínico, y es fundamental el diagnóstico diferencial para el tratamiento y asistencia adecuados de los trabajadores discapacitados.
Aunque las sustancias químicas se estudian casi siempre una por una, es preciso recordar que en muchos lugares de trabajo se utilizan mezclas de productos químicos potencialmente neurotóxicos, lo que expone a los trabajadores a lo que podemos llamar un “cóctel”. En procesos como la impresión, la pintura, la limpieza, en oficinas mal ventiladas, en laboratorios, en la aplicación de pesticidas, en la microelectrónica y en otros muchos sectores, los trabajadores están expuestos a mezclas de productos químicos. Aunque quizá exista información sobre cada una de las sustancias por separado, tenemos que considerar la nocividad combinada y los posibles efectos aditivos, e incluso sinérgicos, sobre el sistema nervioso. En algunos casos de exposición múltiple, cada sustancia química puede estar presente en una cantidad muy pequeña, incluso inferior al nivel de detección de las técnicas de evaluación de la exposición; sin embargo, cuando se suman todas, la concentración total puede ser muy elevada.

martes, 29 de mayo de 2007

MUSCULOS

Gisela Sjøgaard

La actividad física puede aumentar la fuerza muscular y la capacidad de trabajo mediante cambios como el aumento del volumen muscular y de la capacidad metabólica. Los diferentes patrones de actividad producen diversas adaptaciones bioquímicas y morfológicas en los músculos. En general, un tejido debe ser activo para poder seguir viviendo. La inactividad produce atrofia, sobre todo en el tejido muscular. La medicina deportiva y las investigaciones científicas han demostrado que las diversas pautas de entrenamiento pueden producir cambios musculares muy específicos. El entrenamiento de fuerza, que aplica fuerzas intensas a los músculos, aumenta el número de filamentos contráctiles (miofibrillas) y el volumen del retículo sarcoplásmico (véase la Figura 6.1). El ejercicio de alta intensidad aumenta la actividad enzimática muscular. Las fracciones de enzimas glucolíticas y oxidativas están estrechamente relacionadas con la intensidad del trabajo. Además, el ejercicio intenso y prolongado aumenta la densidad de los capilares.
En ocasiones, el ejercicio excesivo puede producir dolor muscular, fenómeno bien conocido por cualquiera que haya demandado un rendimiento muscular superior a su capacidad. Cuando un músculo es utilizado en exceso, se producen en primer lugar procesos de deterioro, seguidos de procesos de reparación. Si se permite un tiempo suficiente para la reparación, el tejido muscular puede acabar con unas capacidades aumentadas. Por otra parte, la utilización excesiva sin tiempo suficiente para la reparación produce fatiga y altera el rendimiento muscular. Esta utilización excesiva prolongada puede dar lugar a cambios degenerativos crónicos en los músculos.
Otros aspectos del uso y abuso de los músculos son los patrones de control motor en las diversas actividades laborales, que dependen del nivel de la fuerza, del ritmo de desarrollo de la fuerza, del tipo de contracción, de la duración y de la precisión de la tarea muscular (Sjøgaard y cols. 1995). Para estas tareas se “reclutan” determinadas fibras musculares, y algunos patrones de reclutamiento pueden inducir una carga elevada sobre determi- nadas unidades motoras, aunque la carga sobre el conjunto del músculo sea pequeña. El reclutamiento extenso de una determi- nada unidad motora producirá inevitablemente fatiga, que puede ir seguida de dolor y lesión muscular profesional, que fácilmente podrían estar relacionados con la fatiga causada por un aporte sanguíneo insuficiente al músculo y por los cambios bioquímicos intramusculares debidos a esta demanda elevada (Edwards 1988).

lunes, 28 de mayo de 2007

Fisiopatología del higado

Una característica importante de las enfermedades hepáticas es el aumento de la concentración de bilirrubina en la sangre que, si alcanza la magnitud suficiente, tiñe los tejidos y da lugar a ictericia. El mecanismo de este proceso se muestra en la Figura 4.1. La hemoglobina liberada a partir de los hematíes viejos se degrada a hemo y luego, por eliminación del hierro, a bilirrubina, antes de llegar al hígado (bilirrubina prehepática). Durante su paso por los hepatocitos, la bilirrubina se conjuga por actividad enzimática para dar glucurónidos hidrosolubles (bilirrubina posthepática) y se secreta luego al intestino en forma de bilis. La mayor parte de este pigmento pasa en última instancia a las heces, pero una fracción es reabsorbida por la mucosa intestinal y secretada de nuevo por las células hepáticas a la bilis (circulación enterohepática). No obstante, una pequeña proporción de este pigmento reabsorbido se excreta en la orina en forma de urobilinógeno. Cuando la función del órgano es normal, la orina no contiene bilirrubina, ya que la forma prehepática se halla unida a las proteínas; sí contiene, en cambio, una pequeña cantidad de urobilinógeno. Puede producirse una obstrucción del sistema biliar en el árbol biliar, o a nivel celular por tumefacción de los hepatocitos en caso de lesión, con la consiguiente obstrucción de los pequeños canalículos biliares. La bilirrubina posthepática se acumula entonces en la circulación sanguínea y produce ictericia, además de pasar a la orina. La secreción de pigmento biliar al intestino disminuye, y no hay excreción urinaria de urobilinógeno. Por tanto, las heces son pálidas por falta de pigmento, mientras que la orina adquiere un color oscuro, y la bilirrubina conjugada del suero se eleva por encima de su valor normal, lo que origina ictericia obstructiva.
La lesión de los hepatocitos, que puede aparecer tras la inyección o exposición a los agentes tóxicos, también provoca acumulación de la bilirrubina conjugada posthepática (ictericia hepatocelular), que puede ser lo bastante grave y prolongada para originar un cuadro obstructivo pasajero en el que existe bilirrubina en la orina pero no urobilinógeno. Sin embargo, en los estadios precoces de la lesión hepatocelular, y en ausencia de obstrucción, el hígado no puede reexcretar la bilirrubina reabsorbida, por lo que se encuentra una cantidad excesiva de urobilinógeno urinario.
Cuando la destrucción de los hematíes se produce a un ritmo acelerado, como sucede en las anemias hemolíticas, el hígado sufre una sobrecarga de bilirrubina prehepática no conjugada y la concentración de ésta en la sangre aumenta, lo que también da lugar a ictericia. Sin embargo, la bilirrubina prehepática no puede excretarse en la orina. Ello hace que pase en gran cantidad al intestino y tiña las heces de color oscuro. Puesto que la cantidad reabsorbida hacia la circulación enterohepática es mayor, también lo es la cantidad de urobilinógeno que se elimina con la orina (ictericia hemolítica).

domingo, 27 de mayo de 2007

Programas de prevención y promoción de la salud en el lugar de trabajo

La prevención de las enfermedades y las lesiones profesionales es uno de los objetivos principales de los programas de seguridad y salud en el trabajo de la organización. Esto incluye la prevención primaria (es decir, la identificación y eliminación o el control de los peligros y las tensiones potenciales mediante cambios del medio ambiente de trabajo o del puesto de trabajo). Se complementa con las medidas de prevención secundaria que protegen a los trabajadores de los efectos de la tensión y de los peligros exis- tentes que no pueden eliminarse (es decir, los equipos de protección personal y los reconocimientos médicos periódicos). Los programas de prevención y promoción de la salud en el lugar de trabajo (PPS) van más allá de estos objetivos. Prestan especial atención al comportamiento consciente en relación con la salud y se centran en el estilo de vida, los factores de riesgo asociados al comportamiento y la eliminación o superación del estrés, etc. Tienen gran valor, sobre todo en la prevención de la ECV. Los objetivos de los PPS, formulados por la Comisión de Control Ambiental y de la Salud en el Trabajo de la OMS se extienden más allá de la simple ausencia de enfermedad y lesiones e incluyen el bienestar y la capacidad funcional (OMS 1973).
El diseño y la ejecución de los programas de PPS se comentan con más detalle en otra parte del capítulo. En la mayoría de los países, los programas se centran sobre todo en la prevención de las ECV. Por ejemplo, en Alemania, el programa “Cuida tu corazón” complementa las medidas de los círculos de enfermedad de salud cardíaca organizados por las empresas de seguros de enfermedad (Murza y Laaser 1990 1992), mientras que el movimiento “Ten corazón” en Gran Bretaña y Australia tiene objetivos similares (Glasgow y cols. 1955).
En el decenio de 1980 se comprobó la eficacia de estos programas en el Ensayo Cooperativo para la Prevención de Cardiopatías de la OMS, realizado en 40 pares de fábricas de cuatro países europeos y en el que participaron unos 61.000 varones de 40 a 59 años. Las medidas preventivas consistieron en gran parte en actividades de educación sanitaria, realizadas sobre todo por los servicios de salud de los empleados de la empresa, centradas en dietas para reducir el nivel de colesterol, el abandono del tabaco, el control del peso, el aumento de la actividad física y el control de la hipertensión. El estudio aleatorio de un 10 % de los trabajadores que reunían las condiciones para participar en el proyecto en las fábricas designadas como centros de control demostró que durante los 4-7 años que duró el estudio, el riesgo global de ECV pudo reducirse un 11,1 % (el
19,4 % en los que sufrían un riesgo elevado al principio). En las fábricas del estudio, la mortalidad por ECV se redujo un 7,4 %, mientras que la mortalidad global disminuyó un 2,7 %. Los mejores resultados se obtuvieron en Bélgica, donde la interven- ción se realizó de forma continua durante todo el período del estudio, mientras que los peores resultados se observaron en Gran Bretaña, donde las actividades de prevención disminuyeron de forma radical antes del último examen de seguimiento. Esta disparidad señala la relación del éxito del programa con la duración del esfuerzo de educación sanitaria; para inculcar los cambios deseados en el estilo de vida se necesita tiempo. La intensidad del esfuerzo docente fue un factor relevante también en Italia, donde trabajaron en el programa seis educadores a tiempo completo y se consiguió reducir un 28 % el perfil global de factores de riesgo, mientras que en Gran Bretaña, donde sólo tres educadores se encargaron de un número de trabajadores tres veces superior, sólo se logró reducir el factor de riesgo un 4 %.

Aunque el tiempo necesario para detectar una reducción de la mortalidad y la morbilidad por ECV es un factor limitante muy importante en los estudios epidemiológicos que tienen como objetivo evaluar los resultados de los programas de salud en el trabajo (Mannebach 1989), se han demostrado reducciones de los factores de riesgo (Janssen 1991; Gomel y cols. 1993; Glasgow y cols. 1995). Se ha descrito una reducción temporal del número de días de trabajo perdidos y un descenso de las tasas de hospitalización (Harris 1994). Parece existir un acuerdo general en que las actividades de los PPS realizadas en la comunidad y, sobre todo, en el lugar de trabajo, han contribuido de forma significativa a reducir la mortalidad cardiovascular en Estados Unidos y en otros países industrializados.

sábado, 26 de mayo de 2007

SISTEMA NERVIOSO: VISION GENERAL

Donna Mergler y José Valciukas

El conocimiento del sistema nervioso en general y del cerebro y el comportamiento humano en particular tiene una importancia capital para quienes se dedican a conseguir un entorno seguro y sano. Las condiciones de trabajo y las exposiciones que afectan directamente a las funciones del cerebro influyen en la mente y en el comportamiento. Para evaluar la información, tomar decisiones y reaccionar de forma adecuada y razonable ante las percepciones del mundo exterior, es necesario que el sistema nervioso funcione adecuadamente y que el comportamiento no resulte afectado por situaciones peligrosas, como accidentes
(p. ej., una caída de una escalera mal diseñada) o la exposición a niveles peligrosos de productos químicos neurotóxicos.
La lesión del sistema nervioso puede provocar alteraciones de las aferencias sensoriales (pérdida de visión, de la audición, del olfato, etc.), mermar la capacidad para controlar el movimiento
y las funciones del organismo y/o afectar a la capacidad del cerebro para tratar o almacenar la información. Además, la alteración del funcionamiento del sistema nervioso puede originar trastornos del comportamiento o psicológicos. Los cambios del estado de ánimo o de la personalidad son un acontecimiento frecuente después de lesiones físicas u orgánicas del cerebro. A medida que avanzan nuestros conocimientos, aprendemos más acerca de la forma en que se modifican los procesos del sistema nervioso. Las sustancias neurotóxicas pueden atravesar la barrera natural del cerebro e interferir directamente en su complejo funcionamiento. Aunque algunas sustancias tienen una especial afinidad por determinadas regiones del sistema nervioso, la mayor parte de las neurotoxinas tienen efectos generalizados que afectan a los procesos celulares que participan en el transporte de membrana, en las reacciones químicas intrace- lulares, en la liberación de sustancias secretoras, etc.
La lesión de los distintos componentes del sistema nervioso puede producirse de diferentes formas:

• lesión física directa por objetos que caen, choques, golpes o presión excesiva sobre los nervios;
• cambios en el medio interno, como falta de oxígeno debida a productos asfixiantes y exposición al calor;
• interferencia en los procesos celulares debida a la acción química de sustancias como metales, disolventes orgánicos y pesticidas.

viernes, 25 de mayo de 2007

PSICOSIS RELACIONADAS CON EL TRABAJO

Craig Stenberg, Judith Holder y Krishna Tallur
Psicosis es un término general empleado con frecuencia para describir una alteración grave de la función mental. En general, esta deficiencia es tan importante que el individuo es incapaz de realizar las actividades de la vida cotidiana, incluyendo la mayor parte de las actividades laborales. De modo más formal, Yodofsky, Hales y Fergusen (1991) definen la psicosis como:
Un trastorno mental mayor de origen orgánico o emocional en el que la capacidad de la persona para pensar, responder emocionalmente, recordar, comunicar, interpretar la realidad y comportarse correctamente está lo bastante alterada para causar un menoscabo manifiesto de la capacidad para satisfacer las demandas habituales de la vida.[Los síntomas se] caracterizan a menudo por un comportamiento regresivo, un estado de ánimo inadecuado, un menor control de los impulsos y un contexto mental anormal, como ideas delirantes y alucinaciones.

Los trastornos psicóticos son comparativamente poco frecuentes en la población general. Su incidencia en el lugar de trabajo es aún menor, probablemente porque muchas de las personas que acaban siendo psicóticas tienen a menudo problemas para conservar un empleo estable (Jorgensen 1987). Ahora bien, su frecuencia real es difícil de calcular. No obstante, se ha sugerido que la prevalencia de las psicosis (p. ej., de la esquizofrenia) en la población general sería inferior al 1 % (Bentall 1990; Eysenck 1982). Las personas que sufren activamente un estado psicótico suelen tener graves dificultades para el desempeño normal de un trabajo y otros aspectos de su vida.
A veces, los sujetos con psicosis agudas muestran comportamientos atractivos, sugestivos e incluso humorísticos. Así, algunos individuos con trastorno bipolar se muestran llenos de energía y con grandes planes o ideas cuando entran en la fase maníaca. No obstante, en la mayor parte de los casos las psicosis se asocian a comportamientos que despiertan reacciones de incomodidad, ansiedad, ira o miedo en los compañeros de trabajo, los supervisores y otros.
En este artículo se ofrecerá primero una panorámica de los distintos procesos neurológicos y estados mentales en los que pueden producirse psicosis. A continuación, se revisarán los factores profesionales potencialmente asociados al desarrollo de psicosis. Por último, se resumirán los enfoques terapéuticos orientados tanto al tratamiento del trabajador psicótico como a la conducta a seguir en el entorno de trabajo (p. ej., tratamiento médico, procedimientos de alta para la reincorporación al trabajo, adaptación del puesto de trabajo y consultas con supervisores y compañeros).

Tabla 5.1 • Resumen esquemático de las estrategias de gestión de los problemas de salud mental, con algunos ejemplos.


jueves, 24 de mayo de 2007

PROGRAMAS DE REHABILITACION Y PREVENCION


Lothar Heinemann y Gottfried Enderlein REHABILITACION Y PREVENCION
La mayoría de los individuos con ECV diagnosticadas pueden trabajar de forma eficaz y productiva en la mayoría de los puestos de trabajo en los lugares de trabajo modernos. Hace sólo unas décadas, los individuos que sobrevivían a un infarto de miocardio agudo eran controlados durante semanas y meses bajo una supervisión estrecha y permanecían en inactividad forzosa. La confirmación de laboratorio del diagnóstico era suficiente para etiquetar la individuo como “discapacitado de forma total y permanente”. Los nuevas tecnologías diagnósticas permiten evaluar con mayor exactitud la evolución del estado cardíaco y las experiencias favorables de los que no pudieron o no quisieron aceptar esta etiqueta pronto demostraron que no sólo era posible, sino deseable la vuelta precoz al trabajo y a un nivel óptimo de actividad (Edwards, McCallum y Taylor 1988; Theorell y cols.
1991; Theorell 1993). En la actualidad, los pacientes comienzan la actividad física supervisada tan pronto como los efectos agudos del infarto desaparecen y suelen salir del hospital en pocos días en vez de permanecer las 6-8 semanas obligatorias, con lo que en escasas semanas pueden reiniciar su actividad laboral. Cuando es posible y deseable, los procedimientos quirúrgicos como la angioplastia, las implantaciones de by-pass e incluso el trasplante cardíaco pueden mejorar el flujo sanguíneo coronario, mientras que un régimen a base de una dieta adecuada, ejercicio y el control de los factores de riesgo de CC puede reducir al mínimo (o incluso invertir) la progresión de la aterosclerosis coronaria.
Una vez que las fases agudas, con frecuencia potencialmente mortales, de la ECV se han superado, debe iniciarse la movilización pasiva seguida de ejercicios activos precoces durante la estancia en el hospital o centro hospitalario. En los ataques cardíacos, esta fase finaliza cuando el individuo puede subir escaleras sin dificultad. Al mismo tiempo, hay que enseñar al paciente un régimen de prevención del riesgo que incluya una dieta adecuada, ejercicios de acondicionamiento cardiovascular, suficiente descanso y relajación y control del estrés. Durante estas fases de la rehabilitación, el apoyo de los familiares, amigos y compañeros de trabajo puede resultar especialmente útil (Brusis y Weber-Falkensammer 1986). El programa puede llevarse a cabo en centros de rehabilitación o en “grupos cardíacos” ambulatorios bajo la supervisión de un médico experto (Halhubar y Traencker 1986). Se ha demostrado que si las acciones se centran en el control del estilo de vida, de los factores de riesgo de comportamiento y del estrés, puede reducirse de forma mensurable el riesgo de reinfarto y de otros problemas cardiovasculares.
Durante todo el programa el médico asistente debe mantener el contacto con la empresa (sobre todo con el médico de la empresa, si lo hay) para comentar las perspectivas de recuperación y la probable duración del período de discapacidad, y para valorar la viabilidad de cualquier disposición especial que sea necesaria para permitir la vuelta rápida al trabajo. Si el trabajador sabe que se espera su vuelta al trabajo, ello constituye un poderoso factor de motivación que acelera el proceso de recuperación.
La experiencia ha demostrado ampliamente que el éxito del esfuerzo de rehabilitación disminuye según se prolonga el período de ausencia laboral.
En los casos en que no es posible o viable realizar los ajustes deseables en el puesto de trabajo y/o el lugar de trabajo, la formación de reconversión y la colocación en un puesto de trabajo adecuado pueden evitar una incapacidad innecesaria.
Las áreas de trabajo con protección especial suelen ser útiles para reintegrar al lugar de trabajo a personas que han faltado de su puesto durante períodos prolongados mientras reciben tratamiento para los graves efectos del ictus, la insuficiencia cardíaca congestiva o la angina de pecho discapacitantes.
Tras el retorno al trabajo, el médico que atiende al paciente y el médico del trabajo deben vigilar de cerca al paciente. Los controles médicos periódicos, a intervalos frecuentes al principio y más espaciados después, cuando es segura la recuperación, sirven para evaluar el estado cardiovascular del trabajador, ajustar las medicaciones y otros elementos de la pauta de mantenimiento y controlar el estilo de vida y las recomendaciones relacionadas con el comportamiento. Los hallazgos satisfactorios en estos exámenes permiten eliminar de forma gradual cualquier limitación o restricción en el trabajo hasta que el trabajador se incorpore plenamente a su centro laboral.

miércoles, 23 de mayo de 2007

HIGADO


George Kazantzis*
El hígado actúa como una enorme fábrica de productos químicos y ejerce varias funciones de importancia vital. Desempeña un papel esencial en el metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas y participa en la absorción y depósito de las vitaminas y en la síntesis de la protrombina y otros factores relacionados con la coagulación de la sangre. Es el responsable de la inactivación de las hormonas y de la desintoxicación de muchas sustancias químicas tóxicas, exógenas o endógenas. También excreta los productos de degradación de la hemoglobina, que son los componentes principales de la bilis. Estas funciones, tan variadas, se deben a las células parenquimatosas, de estructura uniforme, que contienen numerosos sistemas enzimáticos complejos.

martes, 22 de mayo de 2007

Medidas preventivas respecto al Aparato Digestivo


Todo programa de prevención de las enfermedades bucodentales debe basarse en los cuatro principios fundamentales siguientes:
Aplicación de medidas de higiene industrial y medicina preventiva, incluidos control del medio ambiente de trabajo, análisis de los procesos de producción, eliminación de los peligros medioambientales y, cuando sea necesario, uso de equipo de protección personal;
Educación de los trabajadores acerca de la necesidad de una higiene oral escrupulosa; se ha comprobado en muchos casos que la ausencia de una buena higiene oral puede reducir la resistencia a las enfermedades profesionales generales y locales;
Exploración meticulosa de la boca y los dientes cuando se realizan a los trabajadores exploraciones médicas previas al empleo o periódicas;
Detección precoz y tratamiento de todas las enfermedades bucodentales, sean o no de origen profesional.

lunes, 21 de mayo de 2007

SISTEMA MUSCULOSQUELETICO - VISION GENERAL


Hilkka Riihimäki
Los trastornos musculosqueléticos se encuentran entre los problemas más importantes de salud en el trabajo, tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo. Afectan a la calidad de vida de la mayoría de las personas durante toda su vida, y su coste anual es grande. En los países nórdicos, por ejemplo, se calcula que oscila entre el 2,7 y el 5,2 % del Producto Nacional Bruto (Hansen 1993; Hansen y Jensen 1993). Se cree que la proporción de las enfermedades musculosqueléticas atribuibles al trabajo es de alrededor del 30 %. Por tanto, su prevención sería muy rentable. Para alcanzar este objetivo es preciso conocer a fondo el sistema musculosquelético sano, sus enfermedades y los factores de riesgo de los trastornos musculosqueléticos.


La mayor parte de las enfermedades musculosqueléticas producen molestias o dolor local y restricción de la movilidad, que pueden obstaculizar el rendimiento normal en el trabajo o en otras tareas de la vida diaria. Casi todas las enfermedades musculosqueléticas guardan relación con el trabajo, en el sentido de que la actividad física puede agravarlas o provocar síntomas, incluso aunque las enfermedades no hayan sido causadas directamente por el trabajo. En la mayor parte de los casos no es posible señalar un único factor causal. Los procesos causados únicamente por lesiones accidentales son una excepción; en casi todos los casos intervienen varios factores. En muchas enfermedades musculosqueléticas, la sobrecarga mecánica en el trabajo y en el tiempo libre constituye un factor causal importante. Una sobrecarga brusca, o una carga repetida y mantenida, pueden lesionar diversos tejidos del sistema musculosquelético. Por otra parte, un nivel de actividad demasiado bajo puede llevar al deterioro de los músculos, tendones, ligamentos, cartílagos e incluso huesos. Para mantener
a estos tejidos en buenas condiciones es necesaria la utilización adecuada del sistema musculosquelético.
El sistema musculosquelético está formado en esencia por tejidos similares en las diferentes partes del organismo que presentan un extenso panorama de enfermedades. Los músculos son la localización más frecuente del dolor. En la región lumbar, los discos intervertebrales son los tejidos que habitualmente presentan problemas. En el cuello y las extremidades superiores son frecuentes los trastornos de tendones y nervios, mientras que en las extremidades inferiores es la osteoartritis el proceso pato- lógico más importante.
Para comprender estas diferencias corporales es necesario conocer las características anatómicas y fisiológicas básicas del sistema musculosquelético, así como la biología molecular de los diversos tejidos, sus recursos nutritivos y los factores que afectan a su funcionamiento normal. También son fundamentales las propiedades biomecánicas de los diversos tejidos. Es necesario conocer tanto la fisiología del funcionamiento normal como la fisiopatología, es decir, lo que funciona mal. Estos aspectos se describen en los primeros artículos sobre discos intervertebrales, huesos y articulaciones, tendones, músculos y nervios. En los artículos siguientes se describen los trastornos musculosquelé- ticos de las diferentes regiones anatómicas. Se reseñan los síntomas y signos de las enfermedades más importantes y se describe la incidencia de los trastornos en las poblaciones. Se presentan los conocimientos actuales de los factores de riesgos relacionados tanto con el trabajo como con las personas, basados en la investigación epidemiológica. En muchos tras- tornos existen datos muy convincentes de la existencia de factores de riesgo relacionados con el trabajo, aunque hasta la fecha sólo se dispone de datos limitados acerca de las relaciones de causalidad entre los factores de riesgo y los trastornos, datos que son necesarios para establecer directrices para el diseño de trabajos más seguros.
A pesar de la falta de conocimientos cuantitativos, pueden proponerse orientaciones para la prevención. El método primario para la prevención de los trastornos musculosqueléticos relacionados con el trabajo es volver a diseñarlo para optimizar la carga de trabajo y hacerla compatible con la capacidad de rendimiento físico y mental de los trabajadores. También es importante estimularles para que se mantengan en forma mediante el ejercicio físico regular.
No todas las enfermedades musculosqueléticas descritas en este capítulo guardan una relación causal con el trabajo. No obstante, es importante que el personal responsable de la salud y seguridad en el trabajo sea consciente de tales enfermedades y considere también la carga de trabajo en relación con ellas. La adecuación del trabajo a la capacidad de rendimiento del traba- jador ayudará a éste a realizarlo con éxito y de forma segura.

domingo, 20 de mayo de 2007

Grupos profesionales con riesgo para la salud mental (II)

En Estados Unidos, las profesiones más propensas al trastorno depresivo mayor, diagnosticado mediante sistemas de codificación normalizados (es decir, la tercera edición de Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM III)) (American Psychiatric Association 1980), son los empleados judiciales y administrativos y los maestros (Eaton y cols. 1990).
Actitud ante los problemas de salud mental El modelo conceptual (Figura 5.1) sugiere al menos dos objetivos de la intervención en los problemas de salud mental:
1. El medio ambiente (de trabajo).
2. La persona, ya sean sus características o las consecuencias en la salud mental.

La prevención primaria, el tiempo de intervención que debe evitar que se produzca la enfermedad mental, debe orientarse hacia los precursores, eliminando o reduciendo los riesgos del entorno y favoreciendo la capacidad de afrontamiento y otras capacidades del individuo. La prevención secundaria se orienta hacia el mantenimiento de la población activa que ya padece algún tipo de problema de salud (mental). Este tipo de prevención debería abarcar la estrategia de prevención primaria, asociada a estrategias encaminadas a que tanto los trabajadores como sus supervisores puedan reconocer precozmente los signos de la mala salud mental, a fin de reducir sus consecuencias o impedir que empeoren. La prevención terciaria va dirigida a la rehabilitación de las personas que han dejado de trabajar por problemas de salud mental. Este tipo de prevención debe dirigirse a la adaptación de los puestos de trabajo a las posibilidades del individuo (lo que a menudo resulta sumamente eficaz), junto con el asesoramiento y tratamiento individuales. La Tabla 5.1 ofrece un marco sistemático sobre la conducta a seguir ante los trastornos mentales en el lugar de trabajo. En principio, todo plan preventivo eficaz debe tomar en consideración los tres tipos de estrategia (prevención primaria, secundaria y terciaria), así como los riesgos, las consecuencias y las características de las personas.
La pauta presentada proporciona un método útil para el análisis sistemático de todas las medidas posibles. Puede discutirse si una medida determinada podría pertenecer a otra categoría de la pauta, pero esta discusión sería un tanto inútil, ya que a menudo sucede que una medida de prevención primaria funciona también como prevención secundaria. El análisis sistemático propuesto puede muy bien producir un gran número de medidas potenciales, de las que pueden adoptarse varias, bien como parte de una política general (de salud y seguridad) o para un caso específico.
En conclusión, aunque la salud mental no es un estado, proceso o resultado claramente definido, cubre un campo generalmente aceptado de la (mala) salud. Parte de este campo puede ser abarcado por los criterios diagnósticos generalmente aceptados (p. ej., psicosis, trastorno depresivo mayor), pero el carácter diagnóstico de otras partes no está claro ni goza de aceptación general. Son ejemplos de estas últimas los estados de ánimo y los afectos, así como el agotamiento. Pese a todo, existen numerosos indicios de que la (mala) salud mental, incluidos los criterios diagnósticos más vagos, es un problema importante que tiene un elevado coste, tanto humano como económico. En los artículos siguientes de este capítulo, se tratarán varios trastornos de la salud mental —los estados de ánimo y los afectos (p. ej., insatisfacción), el agotamiento, el trastorno por estrés postraumático, las psicosis, los trastornos cognitivos y el abuso de sustancias psicoactivas— con mayor profundidad en lo que se refiere al cuadro clínico, las técnicas de evaluación existentes, los factores y agentes etiológicos y las medidas específicas de prevención y tratamiento.

sábado, 19 de mayo de 2007

Resumen: FACTOR DE RIESGO EN LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

En resumen, los factores de riesgo constituyen una amplia variedad de características psicosociales, de comportamiento, fisiológicas, somáticas y genéticas que pueden evaluarse de forma individual en sujetos y en grupos de sujetos. En conjunto, reflejan la probabilidad de que se desarrolle una ECV o, más precisamente en el contexto de este artículo, una CC o un ictus. Además de servir para comprender las causas y la patogenia de enfermedades multifactoriales, su principal importancia radica en que identifican a los individuos que deben incluirse en programas de eliminación o control de factores de riesgo, una acción para la que el lugar de trabajo es un sitio idóneo, según muestran las valoraciones repetidas del riesgo en el tiempo, en las que suele confirmarse el éxito de las medidas preventivas.

viernes, 18 de mayo de 2007

Huesos maxilares


Los agentes químicos, físicos y biológicos pueden causar cambios degenerativos, inflamatorios y proliferativos del esqueleto de la boca. De los agentes químicos, probablemente sea el fósforo blanco o amarillo el más importante, ya que causa la necrosis por fósforo de la mandíbula, tan temida en un tiempo por los trabajadores de la industria fosforera. La absorción de fósforo aumenta en caso de lesiones gingivales y dentales y produce, al principio, una reacción perióstica productiva, seguida de fenómenos destructivos y necróticos, activados por la infección bacteriana. El arsénico también causa una estomatitis ulceronecrótica que puede complicarse con lesión ósea.
La afectación se limita a las raíces de la mandíbula y lleva al desarrollo de pequeñas láminas de hueso muerto. Cuando el diente cae y el hueso muerto se elimina, la evolución del proceso es favorable y la lesión cicatriza casi siempre.
El radio fue la causa de los procesos osteonecróticos maxilares observados durante la primera Guerra Mundial en los trabajadores que manejaban compuestos luminosos. Además, la lesión ósea también puede ser debida a infección.

jueves, 17 de mayo de 2007

Grupos profesionales con riesgo para la salud mental

¿Existen grupos específicos de la población activa con riesgo de sufrir problemas de salud mental? La respuesta a esta pregunta no es sencilla, pues apenas existen sistemas de vigilancia internacionales o nacionales que permitan identificar los factores de riesgo, las consecuencias para la salud mental o los grupos de riesgo. Sólo puede darse un “gráfico de dispersión”. En algunos países se dispone de datos sobre la distribución de los grupos profesionales en lo que concierne a los principales factores de riesgo (p. ej., para los Países Bajos, Houtman y Kompier 1995; para Estados Unidos, Karasek y Theorell 1990). La distribución de los grupos profesionales en los Países Bajos en las dimensiones de las demandas del puesto de trabajo y la discreción respecto al uso de las destrezas (Figura 5.3) coincide bastante bien con la distribución de Estados Unidos presentada por Karasek y Theorell, para los grupos que se encuentran en ambas muestras. En las profesiones con elevados ritmos de trabajo y/o baja discreción respecto al uso de las destrezas, el riesgo de trastorno mental es máximo. Al mismo tiempo, en algunos países se dispone de datos sobre resultados de salud mental en relación con grupos profesionales.
Los que parecen especialmente proclives a abandonar por motivos de salud mental en los Países Bajos pertenecen al sector servicios, como el personal sanitario y los maestros, así como los empleados de la limpieza, amas de casa y trabajadores del transporte (Gründemann, Nijboer y Schellart 1991).

Figura 5.3 • Riesgo de estrés y mala salud mental en diferentes grupos profesionales, determinados por los efectos combinados del ritmo de trabajo y la discreción respecto al uso de las destrezas.


miércoles, 16 de mayo de 2007

Trabajo nocturno y por turnos

Numerosas publicaciones internacionales se ocupan de los riesgos para la salud que suponen el trabajo nocturno y por turnos. Se suele admitir que el trabajo por turnos es un factor de riesgo que, junto con otras exigencias relevantes (incluidas las indirectas) relacionadas con el trabajo y otros factores relacionados con las expectativas profesionales, provoca efectos negativos.
En la última década, la investigación sobre el trabajo por turnos se ha centrado sobre todo en los efectos a largo plazo del
trabajo nocturno y por turnos en la frecuencia de enfermedad cardiovascular, sobre todo de cardiopatía isquémica y de infarto de miocardio, así como en los factores de riesgo cardiovascular.
Los resultados de estudios epidemiológicos, sobre todo los realizados en Escandinavia, indican que el riesgo de cardiopatía isquémica y de infarto de miocardio es mayor en los trabajadores por turnos (Alfredsson, Karasek y Theorell 1982; Alfredsson, Spetz y Theorell 1985; Knutsson y cols. 1986; Tüchsen 1993). En Dinamarca se ha llegado a estimar que el 7 % de las enfermedades cardiovasculares, tanto en varones como en mujeres, pueden guardar relación con el trabajo por turnos (Olsen y Kristensen 1991).
La hipótesis de que los trabajadores nocturnos y por turnos tienen un riesgo mayor (el riesgo relativo estimado es 1,4) de enfermedad cardiovascular es respaldada por otros estudios que consideran factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión o los niveles de ácidos grasos, en los trabajadores por turnos en comparación con los trabajadores en turno fijo de día. En varios estudios se ha demostrado que el trabajo nocturno y por turnos puede provocar hipertensión y aumentar los niveles de triglicéridos y/o de colesterol séricos (así como fluctuaciones dentro de los límites normales de colesterol de las HDL en un nivel de colesterol total aumentado). Estos cambios, junto con otros factores de riesgo (como el consumo de cigarrillos intenso y el sobrepeso en los trabajadores por turnos) pueden aumentar la mortalidad y la morbilidad por enfermedad aterosclerótica (De Backer y cols. 1984; DeBacker y cols. 1987; Härenstam y cols. 1987; Knutsson 1989; Lavie y cols. 1989; Lennernäs, Åkerstedt y Hambraeus 1994; Orth-Gomer 1983; Romon y cols. 1992).
Globalmente, en el momento actual no pueden establecerse con certeza posibles relaciones causales entre el trabajo por turnos y la aterosclerosis, porque el mecanismo patogénico no está lo suficientemente claro. Entre los mecanismos posibles descritos en las publicaciones figuran los cambios en los hábitos dietéticos y el consumo de cigarrillos, la mala calidad del sueño, el aumento de los niveles de lípidos, el estrés crónico por las exigencias psicológicas y sociales y la alteración de los ritmos circadianos. Knutsson (1989) ha propuesto un mecanismo patogénico interesante para los efectos a largo plazo del trabajo por turnos sobre la morbilidad crónica.
Los efectos de la asociación de diversas variables sobre la estimación del riesgo apenas se han estudiado, ya que en el campo laboral existen otras condiciones de trabajo inductoras de estrés (ruido, materiales químicos peligrosos, estrés psicosocial, monotonía, etc.) relacionadas con el trabajo por turnos. De la observación del hecho de que los hábitos dietéticos perjudiciales para la salud y los hábitos de consumo de tabaco se relacionan con frecuencia con el trabajo por turnos, se suele concluir que el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular en los trabajadores por turnos se explica más por el resultado indirecto de este comportamiento de efectos negativos para la salud que por la influencia directa del trabajo nocturno o por turnos (Rutenfranz,
Knauth y Angersbach 1981). Además, hay que comprobar la hipótesis evidente de si el trabajo por turnos favorece este tipo de conductas o si la diferencia se explica por la elección del lugar de trabajo y la profesión. Con independencia de las preguntas sin respuesta, hay que prestar una atención especial a los programas de prevención cardiovascular en los trabajadores nocturnos y por turnos como grupo de riesgo.

martes, 15 de mayo de 2007

Glándulas salivales


Se ha observado un aumento de la secreción salival en las situaciones siguientes:



en distintas estomatitis agudas y crónicas, debido sobre todo a la acción irritante de las sustancias tóxicas; a veces es de gran intensidad. Por ejemplo, en la intoxicación crónica por derivados del mercurio, el síntoma es tan marcado y aparece en una fase tan precoz, que los trabajadores ingleses lo han denominado “enfermedad de la saliva”;


en casos de intoxicación con afectación del sistema nervioso central, como sucede en la secundaria al manganeso. Sin embargo, incluso en la intoxicación crónica por mercurio, se cree que la hiperactividad de las glándulas salivales es, al menos en parte, de origen nervioso;
en casos de intoxicación aguda por pesticidas organofosforados que inhiben las colinesterasas.



Existe disminución de la secreción salival en los trastornos graves de la termorregulación (golpe de calor, intoxicación aguda por dinitrocresol) y en la alteración grave del equilibrio hidroelectrolítico durante el fracaso hepatorrenal de origen tóxico.
En los casos de estomatitis aguda o crónica, el proceso inflamatorio puede afectar también, a veces, a las glándulas salivales.
En el pasado, se comunicaron casos de “parotiditis saturnina”, pero este proceso es tan raro hoy día que parece justificado dudar de su existencia real.

lunes, 14 de mayo de 2007

¿Por qué hay que prestar atención a los problemas de salud mental?

Son varios los motivos que demuestran la necesidad de prestar atención a los problemas de salud mental. En primer lugar, las estadísticas de varios países indican que son muchas las personas que abandonan su empleo por problemas de salud mental. Así, en los Países Bajos, por ejemplo, los problemas de la tercera parte
de los trabajadores diagnosticados cada año de incapacidad laboral están relacionados con la salud mental. La mayor parte de los de este grupo, el 58 %, se consideran relacionados con el trabajo (Gründemann, Nijboer y Schellart 1991). Junto con los problemas musculosqueléticos, los de la salud mental son responsables de alrededor de dos terceras partes de todas las bajas anuales de causa médica.





La mala salud mental es también un problema de envergadura en otros países. Según el Health and Safety Executive Booklet, se ha calculado que entre el 30 y el 40 % del absentismo por enfermedad en el Reino Unido puede atribuirse a alguna forma de enfermedad mental (Ross 1989; O’Leary 1993). En ese país, se ha calculado que uno de cada cinco miembros de la población activa sufre cada año alguna forma de enfermedad mental.
Resulta difícil precisar el número de días de trabajo perdidos cada año por esta causa. En el Reino Unido, se acepta una cifra de 90 millones de días de baja certificada, es decir, 30 veces la cantidad perdida por conflictos sindicales (O’Leary 1993). Puede compararse con los 8 millones de jornadas perdidas por alcoholismo y enfermedades relacionadas con el alcohol y con los 35 millones de jornadas perdidas por cardiopatía coronaria o accidente cerebrovascular.
Además de resultar costosa, en términos tanto humanos como económicos, la salud mental tiene un marco legal en la Unión Europea (UE), su directiva sobre salud y seguridad en el trabajo (89/391/EEC), que entró en vigor en 1993. Aunque la salud mental no constituye el núcleo fundamental de la directiva, en su artículo 6 se presta cierta atención a este aspecto de la salud .
La directiva marco señala, entre otras cosas, que la empresa tiene el deber de: [adoptar] las medidas necesarias para la protección de la seguridad y de la salud de los trabajadores [en todos los aspectos relacionados con el trabajo], con arreglo a los siguientes principios generales de prevención: evitar los riesgos; evaluar los riesgos que no se puedan evitar; combatir los riesgos en su origen; adoptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos de trabajo y los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar el trabajo monótono y el trabajo repetitivo y a reducir los efectos de los mismos en la salud.
Pese a esta Directiva, no todos los países europeos cuentan con un marco legislativo sobre salud y seguridad. En un estudio comparativo de normativas, políticas y prácticas referentes a la salud mental y al estrés profesional en cinco países europeos, los que disponen de leyes marco (Suecia, Países Bajos y Reino Unido) reconocen que los problemas de salud mental en el trabajo son temas importantes para la salud y la seguridad, mientras que los que carecen de tal legislación (Francia, Alemania) no consideran importantes los problemas de salud mental (Kompier y cols. 1994).
Por último, pero no por ello menos importante, la prevención de la mala salud mental (en su origen) es rentable. Son muchos los indicios de que los programas preventivos producen beneficios importantes. Por ejemplo, del total de empresas de una muestra nacional representativa de tres grandes ramas de la industria, el 69 % afirmaron que la motivación aumentó, el 60 %, que el absentismo por enfermedad disminuyó, el 49 % que el ambiente laboral mejoró y el 40 % que la productividad se incrementó a consecuencia de un programa de prevención (Houtman y cols. 1995).

domingo, 13 de mayo de 2007

Riesgo relativo del sobrepeso según la duración del período de educación



Figura 3.3 • Riesgo relativo del sobrepeso según la duración del período de educación (años de escolaridad) espacio en Alemania (población entre 25 a 64 años).
Posteriormente, Johnson añadió como tercer factor el grado de respaldo social (Kristensen 1995), comentado con más detalle en otra parte de esta Enciclopedia. En el capítulo Factores psicosociales y de organización se incluyen comentarios sobre los factores individuales, como la personalidad del tipo A, así como el respaldo social y otros mecanismos para superar los efectos del estrés.
Los efectos de los factores, individuales o circunstanciales, que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular pueden reducirse mediante “mecanismos de afrontamiento”, es decir, reconociendo el problema y superándolo para sacar el mejor partido posible de la situación.
Hasta ahora, las medidas centradas en el individuo han sido las más habituales para prevenir los efectos negativos del estrés laboral sobre la salud. En la actualidad se utilizan cada vez más las mejoras en la organización del trabajo y la ampliación del margen de toma de decisiones de los trabajadores (p. ej., investigación y negociación colectiva; en Alemania, calidad profesional y círculos sanitarios) para aumentar la productividad y humanizar el trabajo mediante la reducción de la carga de estrés (Landsbergis y cols. 1993).

sábado, 12 de mayo de 2007

Cambios de las membranas mucosas y estomatitis


Los distintos cambios de coloración de las membranas mucosas debidos a la impregnación o precipitación de metales y sus compuestos insolubles (plomo, antimonio, bismuto, cobre, plata, arsénico) tienen un valor diagnóstico definitivo. Un ejemplo típico es la línea de Burton en la intoxicación por plomo, que se debe a la precipitación del sulfuro de plomo tras el desarrollo de ácido sulfhídrico en la cavidad oral como consecuencia de la putrefacción de los restos alimenticios. No ha sido posible reproducir experimentalmente esta línea de Burton en animales hervíboros.
Existe un cambio de coloración muy peculiar de la membrana mucosa de la lengua de los trabajadores expuestos al vanadio. Se debe a la impregnación por pentóxido de vanadio, que posteriormente se reduce a trióxido. Esta coloración no puede eliminarse, pero desaparece espontáneamente algunos días después de concluir la exposición.
La mucosa oral puede ser asiento de lesiones corrosivas graves debidas a ácidos, álcalis u otras sustancias corrosivas. Los álcalis producen maceración, supuración y necrosis del tejido, con formación de lesiones que se desprenden con facilidad. La ingestión de productos cáusticos o corrosivos provoca úlceras grandes y muy dolorosas en la boca, el esófago y el estómago, que pueden evolucionar hacia la perforación y a menudo dejan cicatrices.
La exposición crónica favorece el desarrollo de inflamación, físuras, úlceras y descamación epitelial de la lengua, el paladar y otras partes de la mucosa oral. Los ácidos inorgánicos y orgánicos coagulan las proteínas y causan lesiones ulceradas, necróticas, que curan con cicatrices estenosantes. Los cloruros de mercurio y de zinc, algunas sales de cobre, los cromatos alcalinos, el fenol y otras sustancias cáusticas provocan lesiones similares.
Un ejemplo básico de estomatitis crónica es la secundaria al mercurio. Tiene un comienzo gradual, con síntomas poco prominentes y curso clínico prolongado. Los síntomas son salivación excesiva, sabor metálico en la boca, halitosis y ligero enrojecimiento y tumefacción de las encías. Se trata de la primera fase de una periodontitis que termina por causar la caída de los dientes. En la estomatitis debida al arsénico, el bismuto, el oro, etc. se observa un cuadro clínico similar.

viernes, 11 de mayo de 2007

El bienestar puede estudiarse a dos niveles

Un nivel general sin contexto y un nivel específico de contexto. El medio ambiente de trabajo es uno de tales contextos específicos. Los análisis de datos respaldan la idea general de que la relación existente entre las características del puesto de trabajo y la salud mental no laboral sin contexto está mediada por un efecto sobre la salud mental relacionada con el trabajo. El bienestar afectivo relacionado con el trabajo se ha estudiado habitualmente a lo largo del eje horizontal (Figura 5.2), en términos de satisfacción en el puesto de trabajo. Sin embargo, los afectos relacionados con la comodidad, en particular han sido, ignorados en gran medida, algo lamentable teniendo en cuenta que este afecto puede indicar resignación con el trabajo: es posible que las personas no se quejen de él, pero puedan mostrarse apáticas y desinteresadas (Warr 1994).

jueves, 10 de mayo de 2007

Factores psicosociales profesionales y estrés: Estrés profesional


Los factores psicosociales en el lugar de trabajo comprenden el efecto combinado del medio ambiente de trabajo, el objeto del trabajo, las exigencias del trabajo, las condiciones tecnológicas y de organización y también factores personales como capacidad, sensibilidad psicológica y, por último, también los indicadores de salud (Karasek y Theorell 1990; Siegrist 1995).


El efecto del estrés agudo sobre las personas que ya sufren una enfermedad cardiovascular es irrefutable. El estrés provoca episodios de angina de pecho, trastornos del ritmo e insuficiencia
cardíaca y puede precipitar también un ictus y/o un ataque cardíaco. En este contexto, el estrés se entiende en general como estrés físico agudo. Sin embargo, cada vez hay más datos a favor de que el estrés psicosocial agudo puede tener también estos efectos. Estudios del decenio de 1950 mostraron que las personas que tienen dos trabajos o que trabajan demasiado durante períodos prolongados de tiempo, tienen un mayor riesgo relativo de ataque cardíaco, incluso a menor edad. En otros estudios se ha demostrado que en el mismo trabajo, la persona que trabaja más, con mayor presión temporal y con problemas frecuentes en el puesto de trabajo sufre un riesgo significativamente superior (Mielck 1994).


En los últimos 15 años, los resultados de los estudios sobre el estrés en el trabajo indican una relación causal entre el estrés laboral y la incidencia de enfermedad cardiovascular. Esto es cierto tanto para la mortalidad cardiovascular como para la frecuencia de enfermedad coronaria y de hipertensión (Schnall, Lysbergis y Baker 1994). En el modelo de tensión laboral de Karasek se definen dos factores que pueden aumentar la incidencia de enfermedad cardiovascular:


grado de exigencia del puesto de trabajo;
amplitud del margen de toma de decisiones.

martes, 8 de mayo de 2007

Factores socioeconómicos


Se ha hallado una estrecha relación entre la situación socioeconómica y el riesgo de ECV en estudios de mortalidad con registros de fallecimientos realizados en Gran Bretaña, Escandinavia, Europa occidental, Estados Unidos y Japón. Por ejemplo, en Alemania oriental, la tasa de muerte de origen cardiovascular es muy inferior en las clases sociales altas que en las bajas (véase la Figura 3.1) (Marmot y Theorell 1991). En Inglaterra y Gales, donde las tasas de mortalidad general están disminuyendo, la diferencia relativa entre las clases sociales altas y bajas está aumentando.

La situación socioeconómica se define típicamente por indicadores como la profesión, la cualificación y la posición profesional, el nivel de educación y, en algunos casos, por el nivel de ingresos. Estos indicadores reflejan bien el nivel de vida, los patrones de alimentación, las actividades en el tiempo libre, el tamaño de la familia y el acceso a los servicios médicos. Como se indicó antes, los factores de riesgo del comportamiento (como el consumo de tabaco y la dieta) y los factores de riesgo somáticos (como el sobrepeso, la hipertensión y la hiperlipidemia) varían de forma considerable según las clases sociales y los grupos profesionales (Mielck 1994; Helmert, Shea y Maschewsky Schneider 1995).

lunes, 7 de mayo de 2007

Dientes


La coloración debida al depósito de sustancias inertes o a la impregnación del esmalte por compuestos solubles tiene un interés casi exclusivamente diagnóstico. Los cambios de coloración importantes son los siguientes: pardo, por depósito de compuestos de hierro, níquel y manganeso; pardoverdoso, debido al vanadio; pardoamarillento, debido al yodo y al bromo; amarillo dorado, con frecuencia limitado a la línea gingival, debido al cadmio.
Mayor importancia tiene la erosión dental de origen mecánico o químico. Incluso en la actualidad, es posible encontrar erosiones de origen mecánico en ciertos artesanos (debidas a la costumbre de sujetar clavos o cuerdas, etc., con los dientes), tan características que pueden considerarse estigmas profesionales .
Se han descrito lesiones causadas por polvos abrasivos en fresadores, lijadores, canteros y talladores de piedras preciosas. La exposición prolongada a los ácidos orgánicos e inorgánicos provoca a menudo lesiones dentales, que afectan sobre todo a la superficie labial de los incisivos (más rara vez a los caninos); estas lesiones comienzan por ser superficiales y limitadas al esmalte, pero se van haciendo más profundas y amplias, alcanzando la dentina y provocando la solubilización y movilización de las sales de calcio. Su localización en la superficie anterior de los dientes se debe a que, cuando la boca está abierta, son estos dientes los que resultan más expuestos y privados de la protección natural del efecto tampón de la saliva.
La caries dental es una enfermedad tan común y difundida que sería necesario un detallado estudio epidemiológico para poder determinar si, de hecho, tiene un origen profesional. El ejemplo más típico es la caries de los trabajadores expuestos a los polvos de harina y azúcar (molineros, panaderos, pasteleros, trabajadores de la industria azucarera). Se trata de una caries blanda que se desarrolla con rapidez, comienza en la base del diente (caries rampante) y progresa de inmediato hacia la corona. Las caras afectadas adquieren un color negruzco, el tejido se ablanda y se produce una importante pérdida de sustancia; en última instancia, la pulpa también se ve afectada.
Estas lesiones comienzan a aparecer al cabo de algunos años de exposición y su gravedad y extensión aumentan con la duración de aquélla. Los rayos X también pueden dar lugar a caries dentales de desarrollo rápido que suelen comenzar en la base de los dientes.
Además de las pulpitis debidas a la caries y erosión dental, un aspecto interesante de la patología de la pulpa es la odontalgia por barotraumatismo, es decir, el dolor dental inducido por la presión. Este trastorno se debe a la rápida acumulación del gas disuelto en el tejido de la pulpa después de una descompresión brusca. Se trata de una de las manifestaciones más frecuentes del ascenso rápido en aeroplano. En las personas que sufren pulpitis sépticas-gangrenosas, en las que ya existe un contenido gaseoso, este dolor dental puede comenzar ya a los 2.000-3.000 m de altitud.
La fluorosis profesional no causa patología dental, como sucede con la fluorosis endémica; el flúor sólo induce cambios distróficos (esmalte moteado) cuando el período de exposición precede a la erupción de la dentición permanente.

domingo, 6 de mayo de 2007

Bienestar afectivo


En la investigación sobre salud mental en el trabajo se ha prestado atención especial al bienestar afectivo: factores como la satisfacción en el trabajo, los estados de ánimo depresivos y la ansiedad. Los trastornos mentales más crónicos, secundarios a la exposición prolongada a factores estresantes y relacionados también, en mayor o menor medida, con trastornos de la personalidad, tienen una prevalencia mucho menor en la población activa. Estos problemas mentales crónicos tienen múltiples factores causales. En consecuencia, la responsabilidad de los factores de estrés profesionales será sólo parcial. También sucede que las personas con esos problemas crónicos tendrán grandes dificultades para conservar su empleo, y muchas de ellas están de baja o han abandonado su trabajo durante períodos muy largos (1 año), o incluso de forma permanente. Por tanto, estos problemas crónicos suelen estudiarse desde una perspectiva clínica.
Puesto que los estados de ánimo y los afectos se estudian con tanta frecuencia en el campo profesional, los trataremos con mayor detalle. El bienestar afectivo se ha considerado tanto de forma bastante indiferenciada (distinguiendo sólo entre sentirse bien y sentirse mal) como teniendo en cuenta dos dimensiones, “placer” y “activación” (Figura 5.2). Cuando las variaciones de la activación no guardan relación con el placer, no se consideran por lo general un indicador del bienestar. Sin embargo, cuando existe relación entre activación y placer, pueden distinguirse cuatro cuadrantes:


1. Gran activación y placer indican entusiasmo.
2. Baja activación y placer indican comodidad .
3. Gran activación y desagrado indican ansiedad.
4. Baja activación y desagrado indican estado de ánimo depresivo
(Warr 1994).

Alcohol en el Sistema Cardiovascular


El consumo excesivo de alcohol, sobre todo de bebidas de alta graduación, se ha asociado a un riesgo elevado de hipertensión, ictus y miocardiopatía, mientras que el consumo moderado de alcohol, sobre todo de vino, reduce el riesgo de CC (OMS 1994a). Este hecho se ha asociado a la menor mortalidad por CC en las capas sociales altas de los países industrializados, que generalmente prefieren el vino a los licores “fuertes”.

Conviene señalar también que, aunque la ingesta de alcohol sea similar a la de los bebedores de vino, los bebedores de cerveza tienden al sobrepeso, lo que, como ya se ha comentado, puede aumentar el riesgo cardiovascular.

sábado, 5 de mayo de 2007

Labios y mejillas


La exploración de labios y mejillas puede revelar palidez debida a anemia (benceno, intoxicación por plomo, etc.), cianosis por insuficiencia respiratoria aguda (asfixia) o crónica (enfermedades profesionales del pulmón) cianosis por metahemoglobinemia (nitritos y compuestos orgánicos nitrogenados, aminas aromáticas), color rojo cereza secundario a la intoxicación aguda por monóxido de carbono, pigmentación amarillenta en caso de intoxicación aguda por ácido pícrico o dinitrocresol o en la ictericia hepatotóxica (fósforo, pesticidas con hidrocarburos clorados, etc.). En la argirosis aparece una coloración parda o gris azulada causada por la precipitación de la plata o de sus compuestos insolubles, sobre todo en las zonas expuestas a la luz solar.

Los trastornos profesionales de los labios son: disqueratosis, fisuras y ulceraciones por acción directa de las sustancias cáusticas y corrosivas; dermatitis alérgica de contacto (níquel, cromo) que puede incluir también la dermatitis de los trabajadores del tabaco, eczemas microbianos secundarios al uso de equipo respiratorio protector sin respetar las normas elementales de higiene, lesiones debidas al carbunco y al muermo (úlcera cancroide y pústulas malignas) de los que trabajan con animales, inflamación causada por la radiación solar en los trabajadores agrícolas y los pescadores, neoplasias en los que manejan sustancias carcinógenas, lesiones traumáticas y chancros de los labios en los sopladores de vidrio.

Los factores de riesgo ambientales en la Salud Mental

Los factores de riesgo ambientales de la (mala) salud mental suelen provocar efectos a corto plazo, como cambios del estado de ánimo y del afecto del tipo de sentimientos de placer o entusiasmo o un estado de ánimo depresivo. Estos cambios van acompañados a menudo de cambios de comportamiento.
Pensemos en la inquietud, en el afrontamiento paliativo (p. ej., el consumo de alcohol) o en la evitación, así como en los comportamientos de resolución activa de problemas. Estos afectos y comportamientos también van acompañados generalmente de cambios psicológicos, que indican un estado de alerta y, a veces, también una alteración de la homeostasia. Cuando uno o más de estos factores estresantes se mantiene activo, las respuestas reversibles a corto plazo pueden originar modificaciones más estables y menos reversibles de la salud mental, como el agotamiento, las psicosis o un trastorno depresivo mayor. Las situaciones sumamente amenazadoras pueden causar, incluso de forma inmediata, un trastorno mental crónico (p. ej., TPET), difícil de contrarrestrar.
Las características de la persona pueden interactuar con factores psicosociales de riesgo en el trabajo y exacerbar o amortiguar sus efectos. La capacidad (percibida) de afrontamiento puede no sólo moderar o mediar los efectos de los factores de riesgo ambientales, sino también determinar la evaluación por el individuo de dichos factores. Parte del efecto de éstos en la salud mental se debe a este proceso de evaluación.
Las características de la persona (p. ej., su forma física) no solamente pueden actuar como precursores en el desarrollo de la salud mental, sino también cambiar como consecuencia de los efectos. Así, la capacidad de afrontamiento puede, por ejemplo, aumentar a medida que el proceso de afrontamiento progresa con éxito (“aprendizaje”). Por otra parte, los problemas de salud mental prolongados a menudo reducirán a la larga esa capacidad de afrontamiento.

jueves, 3 de mayo de 2007

Prevalencia de la hipertensión por edad, sexo y seis niveles de peso corporal relativo según el índice de masa corporal (IMC)


Figura 3.2 • Prevalencia de la hipertensión por edad, sexo y seis niveles de peso corporal relativo según el índice de masa corporal (IMC) en los exámenes médicos realizados en el trabajo en Alemania oriental (los valores normales del IMC están subrayados).

La cantidad de ejercicio se mide fácilmente registrando su duración y la cantidad de trabajo físico realizado o la amplitud del aumento de la frecuencia cardíaca inducido por el ejercicio, así como el tiempo necesario para que esta frecuencia cardíaca vuelva a los niveles normales. Este último parámetro es también útil como indicador del estado cardiovascular: si se practica ejercicio físico de forma regular, la frecuencia cardíaca aumentará menos y volverá de forma más rápida al nivel de reposo con una intensidad determinada de ejercicio.

Los programas de ejercicio físico en el lugar de trabajo son eficaces para mejorar la capacidad física del sistema cardiovascular.

Los participantes en estos programas tienden también a dejar de fumar y a prestar mayor atención a seguir una dieta apropiada, con lo que disminuye de forma significativa el riesgo de CC y de ictus.