Este tipo de evaluación de la salud se realiza antes de la colocación de los trabajadores o de su asignación a una determinada tarea que pueda suponer un peligro para su salud o la de otras personas. El objetivo es determinar si la persona se ajusta física y psicológicamente al puesto específico y asegurarse de que su colocación no supondrá un peligro para su salud o la de otros trabajadores. En la mayoría de los casos, la revisión del historial médico, el reconocimiento médico general y las pruebas habituales de laboratorio (por ejemplo, análisis de sangre y de orina) serán sufi- cientes, pero en algunos casos, la existencia de un problema sani- tario o las especiales exigencias de un determinado puesto pueden exigir reconocimientos funcionales o pruebas diagnósticas.
Hay varios problemas sanitarios que pueden hacer que un trabajo sea peligroso para el trabajador o para otros trabaja- dores o terceras personas. Por estos motivos, puede resultar necesario, por ejemplo, excluir a trabajadores con hipertensión incontrolada o diabetes inestable de ciertos trabajos peligrosos
(tales como los de piloto aéreo o marítimo, conductor de vehículos de servicio público o de grandes transportes, operador de grúas, etc.). El daltonismo puede justificar la exclusión de trabajos que requieran discernir los colores por razones de segu- ridad (por ejemplo, en las señales de tráfico). Para los trabajos que requieran un alto nivel de forma física general, tales como el buceo en profundidad, los servicios de bomberos y de policía o el pilotaje de aviones, sólo serán aceptables los trabajadores que cumplan los requisitos de rendimiento. La posibilidad de que las enfermedades crónicas se vean agravadas por las exposiciones inherentes a un determinado trabajo debe tenerse también en cuenta. Es esencial, por tanto, que quien practica el reconoci- miento conozca a fondo el puesto y el medio ambiente de trabajo y sea consciente de que las descripciones estandarizadas de los puestos de trabajo pueden ser excesivamente superficiales
e incluso equívocas.
Una vez terminada la evaluación de la salud prescrita, el médico del trabajo debe comunicar los resultados por escrito tanto al trabajador como a la empresa. Las conclusiones trans- mitidas a la empresa no deben contener información alguna de carácter médico, sino una conclusión relativa a la adecuación de la persona reconocida para el puesto actual o propuesto y una especificación del tipo de trabajos y condiciones de trabajo médicamente contraindicadas para la persona, sea temporal o permanentemente.
El reconocimiento médico previo al empleo es importante para el historial profesional posterior del trabajador, ya que proporciona la información clínica y los datos de laboratorio necesarios sobre su situación sanitaria en el momento de ocupar su puesto. También supone un punto de partida indispensable para posteriores evaluaciones de cualquier cambio potencial en su situación sanitaria.
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