Los sistemas de indemnización de los trabajadores constituyen una herramienta para la vigilancia de la salud en el trabajo que resulta en principio atractiva, ya que se supone que, en este caso, la relación entre la enfermedad y el trabajo ha sido sometida al análisis de expertos. Este tipo de sistemas suelen registrar los casos de enfermedades agudas cuya causa es fácil de determinar, como intoxicaciones, inhalación aguda de toxinas respiratorias o dermatitis.
Lamentablemente, el uso de estos registros como fuente fidedigna de datos para la vigilancia de la salud en el trabajo presenta graves limitaciones, tales como la ausencia de unos requisitos normalizados de admisibilidad, la inexistencia de criterios comunes para la definición de los casos, la ausencia de incentivos para que los trabajadores y las empresas soliciten la indemnización, la falta de detección por parte de los médicos de enfermedades profesionales crónicas con largos períodos de latencia y la larga duración del período que suele transcurrir entre la solicitud y la obtención de la indemnización. El resul- tado neto de estas limitaciones es que los sistemas de indemniza- ción de los trabajadores no registran muchas de las enfermedades profesionales.
Así, en un estudio realizado por Selikoff a principios del decenio de 1980, menos de la tercera parte de los trabajadores del sector del aislamiento de Estados Unidos que sufrían disca- pacidades causadas por enfermedades relacionadas con el amianto, tales como asbestosis y cáncer, habían solicitado las prestaciones de indemnización y aún menos habían recibido éstas (Selikoff 1982). En otro estudio realizado por el Departa- mento de Trabajo de Estados Unidos acerca de los trabajadores que declararon una discapacidad de origen profesional, se observó que menos del 5 % recibían las prestaciones pertinentes
(USDOL 1980). En un estudio más reciente realizado en el estado de Nueva York, se habló que el número de personas hospitalizadas por neumoconiosis superaba con creces el número de nuevos beneficiarios de las prestaciones de indemni- zación durante un período de tiempo similar (Markowitz y cols.
1989). Puesto que los sistemas de indemnización de los trabajadores registran episodios simples relacionados con la salud, como dermatitis y lesiones musculosqueléticas, con mucha más frecuencia que enfermedades complejas con largos períodos de latencia, el uso de esos datos da lugar a una imagen distorsio- nada de la verdadera incidencia y distribución de las enfermedades profesionales.
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