Las lesiones profesionales se han reducido en muchos países desarrollados debido en gran parte a la mejora de las medidas de seguridad en el trabajo y a la introducción generalizada de equipos y procesos automatizados. Otro factor importante que ha contribuido a este descenso es la reducción del número abso- luto de trabajadores dedicados a tareas peligrosas como resul- tado del cambio en la estructura industrial, caracterizado por el aumento de industrias ligeras y la disminución de las pesadas. El número de trabajadores muertos en accidente de trabajo en Japón pasó de 3.725 en 1975 a 2.348 en 1995. No obstante, el análisis de esta tendencia en el tiempo indica que el ritmo de descenso ha aminorado en los últimos diez años. La incidencia de las lesiones profesionales en Japón (incluidos los casos de fallecimiento) pasó de 4,77 por millón de horas de trabajo en 1975 a 1,88 en 1995, mientras que en el período de 1989 a 1995 la reducción fue más lenta. Esta aminoración de la tendencia a la reducción de los accidentes industriales también se ha detec- tado en otros países industrializados; por ejemplo, la frecuencia de lesiones profesionales en Estados Unidos no ha mejorado en más de 40 años. Este dato refleja en parte la sustitución de los accidentes de trabajo clásicos, que pueden prevenirse mediante la adopción de diversas medidas de seguridad, por nuevos tipos de accidente provocados por la introducción de maquinaria automatizada.
El Convenio nº 161 de la OIT, adoptado en 1985, constituye una norma de referencia importante para los servicios de salud en el trabajo. Aunque se refiere a países en desarrollo y desarro- llados, sus conceptos fundamentales se basan en la experiencia y en los programas existentes en estos últimos.
El marco básico de un sistema de servicios de salud en el trabajo suele venir definido por la legislación. Hay dos tipos principales. El primero es el característico de Estados Unidos y el Reino Unido, en los que la legislación sólo establece las normas que deben cumplirse. La consecución de los objetivos se deja a las empresas, y la Administración ofrece información y asistencia técnica previa solicitud. La comprobación del cumpli- miento de la normativa es una competencia administrativa fundamental.
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