La prevención en general se describe con detalle en otras partes de esta Enciclopedia. Los principios básicos de la prevención en términos de sustitución del producto, limitación de la exposición, protección del trabajador y detección selectiva de la enfermedad también se aplican a la exposición al polvo de algodón.
Con respecto a los sustitutos de productos, se ha sugerido utilizar algodón con un bajo nivel de contaminación bacteriana. Una prueba inversa de este concepto se encuentra en los informes que datan de 1863, según los cuales, el cambio a algodón sucio provocaba un aumento de la prevalencia entre los trabajadores expuestos (Leach 1863). También existe la posibilidad de cambiar a otras fibras, en particular a fibras sintéticas, aunque esto no siempre es factible desde el punto de vista del producto. En la actualidad no existe ninguna técnica aplicada a la producción destinada a reducir el contenido en endotoxinas de las fibras de algodón.
En cuanto a la reducción del polvo, se han puesto en práctica con éxito programas en Estados Unidos y en otros países (Jacobs 1987). Tales programas son caros y los costes de la eliminación eficaz del polvo pueden ser prohibitivos para los países en desarrollo (Corn 1987).
En lo que respecta al control de la exposición, el nivel de polvo no constituye una medida suficientemente precisa del riesgo de exposición. Dependiendo del grado de contaminación por bacterias gramnegativas y, por tanto, de endotoxinas, un determinado nivel de polvo puede estar o no asociado a un riesgo. Para las endotoxinas no se han establecido directrices oficiales. Se ha sugerido que un nivel de 200 ng/m3 es el umbral para la neumonitis tóxica, 100 a 200 ng/m3 para la constricción aguda de las vías aéreas durante un turno de trabajo y 10 ng/m3 para la inflamación de las vías aéreas (Rylander y Jacobs 1997).
No hay comentarios:
Publicar un comentario