En un estudio observacional prospectivo de un año de duración realizado en 23.000 mujeres que trabajaban en 50 empresas de la región francesa de Ródano-Alpes (Bertucat, Mamelle y Munoz 1987) se examinaron los efectos de las condiciones de trabajo fatigosas sobre el parto prematuro. Durante el período de estudio, nacieron 1.150 niños en la población considerada. Analizamos las modificaciones de las condiciones de trabajo debidas al embarazo y la relación de estas modificaciones con el parto pretérmino (Mamelle, Bertucat y Munoz 1987), y observamos lo siguiente:
¿Tienen estas modificaciones del trabajo algún efecto sobre el resultado del embarazo? La modificación del puesto de trabajo y la ligera reducción de la jornada laboral (30 a 60 minutos) se asociaron con disminuciones no significativas del riesgo de parto antes de término. Consideramos que las disminuciones adicionales de la semana laboral podrían tener un efecto mayor (véase la Tabla 9.9).
Para analizar la relación existente entre el permiso prenatal de maternidad, las interrupciones temporales del trabajo y el parto antes de término es necesario distinguir entre las interrupciones temporales del trabajo preventivas y las curativas. Para ello hay que restringir el análisis a los casos de embarazo sin complicaciones. Nuestro análisis de este subgrupo reveló una disminución de la tasa de parto pretérmino en las mujeres que se habían acogido a interrupciones temporales del trabajo durante su embarazo, pero no en las que habían prolongado el permiso prenatal de maternidad (Tabla 9.9).
Los resultados de este estudio observacional muestran que las mujeres que trabajan en condiciones fatigosas se acogen a más interrupciones temporales del trabajo durante su embarazo y que estas interrupciones, especialmente las motivadas por fatiga intensa, se asocian con disminuciones del riesgo de parto antes del término (Mamelle, Bertucat y Muñoz 1989).
• Unicamente se había modificado el puesto de trabajo en el
8 % de los casos.
• El 33 % de las mujeres habían trabajado su turno normal, y el resto habían disminuido su jornada laboral en 30 a 60 minutos.
• El 50 % de las mujeres se habían acogido al menos a una inte- rrupción temporal del trabajo, aparte del permiso prenatal de maternidad, debida a la fatiga en un tercio de los casos
• El 90 % de las mujeres habían interrumpido el trabajo antes de lo previsto en el régimen del permiso de maternidad y habían obtenido al menos las dos semanas de permiso adicio- nales que se permiten en caso de complicaciones del embarazo; en la mitad de los casos, la causa había sido la fatiga.
• En conjunto, considerando las seis semanas del permiso de maternidad anteriores a la fecha prevista para el parto (con dos semanas adicionales en algunos casos), la duración real del permiso había sido de 12 semanas en esta población de mujeres sometidas a condiciones de trabajo fatigosas.
¿Tienen estas modificaciones del trabajo algún efecto sobre el resultado del embarazo? La modificación del puesto de trabajo y la ligera reducción de la jornada laboral (30 a 60 minutos) se asociaron con disminuciones no significativas del riesgo de parto antes de término. Consideramos que las disminuciones adicionales de la semana laboral podrían tener un efecto mayor (véase la Tabla 9.9).
Para analizar la relación existente entre el permiso prenatal de maternidad, las interrupciones temporales del trabajo y el parto antes de término es necesario distinguir entre las interrupciones temporales del trabajo preventivas y las curativas. Para ello hay que restringir el análisis a los casos de embarazo sin complicaciones. Nuestro análisis de este subgrupo reveló una disminución de la tasa de parto pretérmino en las mujeres que se habían acogido a interrupciones temporales del trabajo durante su embarazo, pero no en las que habían prolongado el permiso prenatal de maternidad (Tabla 9.9).
Los resultados de este estudio observacional muestran que las mujeres que trabajan en condiciones fatigosas se acogen a más interrupciones temporales del trabajo durante su embarazo y que estas interrupciones, especialmente las motivadas por fatiga intensa, se asocian con disminuciones del riesgo de parto antes del término (Mamelle, Bertucat y Muñoz 1989).
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