La exploración clínica debe incluir una exploración neurológica, que debe prestar atención a la presencia de deterioro de funciones nerviosas superiores como la memoria, el conoci- miento, el razonamiento y las emociones; deterioro de funciones cerebelosas, como temblor, marcha, bipedestación y coordinación, y de funciones nerviosas periféricas, especialmente de la sensibilidad a la vibración y de otras pruebas sensitivas. Las pruebas psicológicas pueden proporcionar mediciones objetivas de funciones superiores del sistema nervioso, como la psicomotricidad, la memoria a corto plazo, el razonamiento verbal y no verbal y las funciones de percepción. En el diagnóstico individual, las pruebas deben incluir algunas que ofrezcan datos del nivel intelectual premórbido de la persona. La historia del rendimiento escolar y en trabajos anteriores, así como las posibles pruebas psicológicas realizadas con anterioridad, por ejemplo con ocasión del servicio militar, pueden ser útiles en la evaluación del nivel de rendimiento normal de la persona.
El sistema nervioso periférico se puede estudiar con pruebas cuantitativas de modalidades sensitivas, de la vibración y de la termosensibilidad. Los estudios de la velocidad de conducción nerviosa y la electromiografía a menudo pueden revelar la presencia de una neuropatía en una etapa precoz. En estas pruebas debe insistirse especialmente en las funciones de los nervios sensitivos. La amplitud del potencial de acción sensitivo(PAS) disminuye con mayor frecuencia que la velocidad de conducción sensitiva en las neuropatías axonales, y la mayor parte de las neuropatías tóxicas son de carácter axonal. Estudios neurorradiológicos como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) no suelen revelar ningún dato rela- cionado con la encefalopatía tóxica crónica, pero pueden ser útiles para el diagnóstico diferencial.
En el diagnóstico diferencial deben considerarse otras enfer- medades neurológicas y psiquiátricas. Hay que descartar la demencia de otras etiologías, así como la depresión y los síntomas de estrés provocados por diversas causas. En ocasiones es necesaria una consulta psiquiátrica. El consumo exagerado de alcohol es un factor de confusión importante; por un lado provoca síntomas similares a los de la exposición a disolventes, y por otro hay informes que indican que la exposición a disolventes puede inducir al alcoholismo. También hay que descartar otras causas de neuropatía, especialmente las neuropatías por atrapamiento, la diabetes y las enfermedades renales; también el alcohol causa neuropatías. La combinación de encefalopatía y neuropatía tiene más posibilidades de ser de origen tóxico que cualquiera de las dos patologías por separado.
A la hora de tomar la decisión final, será necesario evaluar de nuevo la posibilidad de exposición. ¿Se produjo una exposición importante, teniendo en cuenta el nivel, la duración y el tipo de exposición? Los disolventes tienen mayores posibilidades de inducir síndromes psicoorgánicos o encefalopatía tóxica; sin embargo, los hexacarbonos suelen causar primero neuropatía. El plomo y algunos metales provocan neuropatía, aunque más adelante se puede detectar afectación del SNC.
El sistema nervioso periférico se puede estudiar con pruebas cuantitativas de modalidades sensitivas, de la vibración y de la termosensibilidad. Los estudios de la velocidad de conducción nerviosa y la electromiografía a menudo pueden revelar la presencia de una neuropatía en una etapa precoz. En estas pruebas debe insistirse especialmente en las funciones de los nervios sensitivos. La amplitud del potencial de acción sensitivo(PAS) disminuye con mayor frecuencia que la velocidad de conducción sensitiva en las neuropatías axonales, y la mayor parte de las neuropatías tóxicas son de carácter axonal. Estudios neurorradiológicos como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) no suelen revelar ningún dato rela- cionado con la encefalopatía tóxica crónica, pero pueden ser útiles para el diagnóstico diferencial.
En el diagnóstico diferencial deben considerarse otras enfer- medades neurológicas y psiquiátricas. Hay que descartar la demencia de otras etiologías, así como la depresión y los síntomas de estrés provocados por diversas causas. En ocasiones es necesaria una consulta psiquiátrica. El consumo exagerado de alcohol es un factor de confusión importante; por un lado provoca síntomas similares a los de la exposición a disolventes, y por otro hay informes que indican que la exposición a disolventes puede inducir al alcoholismo. También hay que descartar otras causas de neuropatía, especialmente las neuropatías por atrapamiento, la diabetes y las enfermedades renales; también el alcohol causa neuropatías. La combinación de encefalopatía y neuropatía tiene más posibilidades de ser de origen tóxico que cualquiera de las dos patologías por separado.
A la hora de tomar la decisión final, será necesario evaluar de nuevo la posibilidad de exposición. ¿Se produjo una exposición importante, teniendo en cuenta el nivel, la duración y el tipo de exposición? Los disolventes tienen mayores posibilidades de inducir síndromes psicoorgánicos o encefalopatía tóxica; sin embargo, los hexacarbonos suelen causar primero neuropatía. El plomo y algunos metales provocan neuropatía, aunque más adelante se puede detectar afectación del SNC.
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