El diagnóstico de la úlcera péptica se basa en la obtención de una historia de dolor ulceroso característico, que se alivia con la ingesta de alimentos o álcalis, o de otras manifestaciones, como una hemorragia digestiva. La técnica diagnóstica más útil es un estudio radiológico concienzudo del aparato digestivo alto.
Los intentos de reunir datos sobre la prevalencia de este proceso se han visto seriamente dificultados por el hecho de que no se trata de una enfermedad notificable, porque muchos trabajadores con úlcera péptica omiten consultar a sus médicos acerca de sus síntomas y porque, cuando lo hacen, los criterios aplicados al diagnóstico no son uniformes. La detección de la úlcera péptica en la población activa no es, por tanto, fácil. De hecho, algunos investigadores excelentes han tenido que confiar en los datos procedentes de registros de autopsia, cuestionarios a médicos y estadísticas de las compañías de seguros.
Los intentos de reunir datos sobre la prevalencia de este proceso se han visto seriamente dificultados por el hecho de que no se trata de una enfermedad notificable, porque muchos trabajadores con úlcera péptica omiten consultar a sus médicos acerca de sus síntomas y porque, cuando lo hacen, los criterios aplicados al diagnóstico no son uniformes. La detección de la úlcera péptica en la población activa no es, por tanto, fácil. De hecho, algunos investigadores excelentes han tenido que confiar en los datos procedentes de registros de autopsia, cuestionarios a médicos y estadísticas de las compañías de seguros.
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