La hipertensión puede y debe tratarse, aunque el paciente no presente ningún síntoma. Los cambios en el estilo de vida, como el control del peso, la disminución de la ingesta de sodio y el ejercicio físico regular, asociados si es necesario a medicamentos hipotensores, consiguen en muchos casos reducir la tensión arterial, incluso hasta niveles normales. Por desgracia, muchos individuos hipertensos no reciben un tratamiento adecuado. Según el estudio MONICA de la OMS (1988), menos del 20 % de las mujeres hipertensas de Rusia, Malta, Alemania oriental, Escocia, Finlandia e Italia, recibían un tratamiento adecuado a mediados del decenio de 1980 y en los varones de Irlanda, Alemania, China, Rusia, Malta, Finlandia, Polonia, Francia e Italia, esta proporción no alcanzaba el 15 %.
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