El consumo de cigarrillos es uno de los factores de riesgo más importante de ECV. El riesgo se relaciona de forma directa con el número de cigarrillos que se fuman, el período de tiempo que se ha fumado, la edad a la que se comenzó a fumar, la cantidad de humo que se inhala y el contenido de alquitrán, nicotina y monóxido de carbono del humo inspirado. En la Figura 3.1 se muestra el llamativo aumento de la mortalidad por CC en los fumadores en comparación con los no fumadores. Se ha demostrado que el riesgo aumenta en varones y mujeres y en todas las clases socioeconómicas.
El riesgo relativo del consumo de cigarrillos disminuye después de abandonar el hábito. Esta disminución es progresiva; después de aproximadamente diez años sin fumar, el riesgo disminuye casi hasta el mismo nivel que en las personas que nunca fumaron.
Estudios recientes muestran que las personas que inhalan un “humo de segunda mano” (es decir, la inhalación pasiva de humo de cigarrillos fumados por otras personas) sufren también un riesgo significativo (Wells 1994; Glantz y Parmley 1995).
Las tasas de consumo de cigarrillos varía, según los países, como se demostró en el estudio internacional MONICA de la OMS (1988). Las tasas más elevadas en varones de 35 a 64 años se determinaron en Rusia, Polonia, Escocia, Hungría, Italia, Malta, Japón y China. En Escocia, Dinamarca, Irlanda, Estados Unidos, Hungría y Polonia fuman más mujeres que varones (los datos recientes de Polonia se limitan a grandes ciudades).
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