Los agentes ambientales pueden interferir en el sistema hematopoyético de varias formas: inhibición de la síntesis de la hemoglobina, inhibición de la producción o la función celulares, leucemogénesis y aumento de la destrucción de los eritrocitos.
Las anomalías del número o la función de las células sanguíneas causadas directamente por riesgos profesionales pueden dividirse en aquéllas en las que el problema hematológico es el efecto más importante, como la anemia aplásica inducida por el benceno, y aquellas otras en las que se observa un efecto hematológico directo pero de menor importancia que los efectos sobre otros sistemas u órganos, como la anemia inducida por el plomo. En ocasiones, las alteraciones hematológicas son un efecto secundario de un riesgo laboral. Por ejemplo, la policitemia secundaria puede deberse a una neumopatía de origen laboral.
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