martes, 11 de septiembre de 2007

Calor y frío (IV)

Existen pocos o ningún dato epidemiológico que respalde la hipótesis de que el riesgo de enfermedad cardiovascular es mayor en las poblaciones con una exposición profesional prolongada a temperaturas elevadas (Dukes Dobos 1981). Se realizaron dos estudios recientes de corte horizontal en trabajadores del metal del Brasil (Kloetzel y cols. 1973) y de una fábrica de vidrio de Canadá (Wojtczak Jaroszowa y Jarosz 1986). En ambos se determinó una prevalencia significativamente alta de hipertensión entre los sujetos sometidos a temperaturas altas, que aumentó con la duración del trabajo en ambiente caluroso. Se excluyó la influencia previsible de la edad y la nutrición. Lebedeva, Alimova y Efendiev (1991) estudiaron la mortalidad en los trabajadores de una compañía metalúrgica y hallaron un riesgo de mortalidad elevado entre las personas expuestas a un nivel de calor superior al indicado por los límites legales. Los resultados fueron estadísticamente significativos en relación con enferme- dades hemáticas, hipertensión, cardiopatía isquémica y enfermedades del tracto respiratorio. Karnaukh y cols. (1990) describieron un aumento de la incidencia de cardiopatía isqué- mica, hipertensión y hemorroides en los trabajadores de fundi- ciones metalúrgicas. Se desconoce el diseño de este estudio. Wild y cols. (1995) evaluaron los índices de mortalidad entre 1977 y 1987 en un estudio de cohorte realizado con mineros de la potasa franceses. La mortalidad por cardiopatía isquémica fue superior en los mineros que trabajaban bajo tierra que en los que ejercían su actividad al aire libre (riesgo relativo  1,6). Entre las personas que abandonaron la empresa por motivos de salud, la mortalidad por cardiopatía isquémica fue cinco veces superior en el grupo expuesto en comparación con los trabaja- dores al aire libre. En un estudio de cohorte de mortalidad reali- zado en Estados Unidos se determinó una mortalidad cardiovascular un 10 % inferior en los trabajadores expuestos al calor en comparación con el grupo de control no expuesto. En cualquier caso, entre los trabajadores expuestos al calor durante menos de seis meses, la mortalidad cardiovascular fue relativamente alta (Redmon, Gustin y Kamon 1975, Redmond y cols.
1979). Moulin y cols. (1993) mencionaron resultados comparables en un estudio de cohorte de trabajadores franceses del acero. Estos resultados se atribuyeron a un posible efecto del trabajador sano entre los trabajadores expuestos al calor.
No se conocen estudios epidemiológicos realizados con trabajadores expuestos al frío (p. ej. en frigoríficos, mataderos o pesquerías). Hay que señalar que el estrés por frío no sólo depende de la temperatura. Los efectos descritos en las publicaciones parecen depender de una combinación de factores como actividad muscular, ropa, humedad y, posiblemente, viviendas en malas condiciones. En los lugares de trabajo fríos debe prestarse especial atención a la ropa y evitarse las humedades (Kristensen 1994).

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