La prevalencia del asma en adultos suele oscilar entre el 3 y el 5 %, dependiendo de la definición de asma y de variaciones geográficas, y puede ser considerablemente más elevada en ciertas poblaciones urbanas de nivel económico bajo. Se ha comunicado que la proporción de casos de asma del adulto en la población general que guarda relación con el ambiente de trabajo oscila entre el2y el 23 %,y los cálculos recientes tienden hacia el límite superior. Se han estimado las prevalencias del asma y del AO en pequeñas cohortes y estudios transversales de grupos de alto riesgo ocupacional. En una revisión de 22 estudios seleccionados de lugares de trabajo con exposiciones a sustancias específicas, las prevalencias de asma o de AO, definidas de diferentes formas, oscilaron entre el3y el 54 %, con prevalencias superiores al 15 % en 12 de los estudios (Becklake, en Bernstein y cols.
1993). Este amplio rango refleja variaciones verdaderas de la prevalencia real (debida a diferentes tipos y niveles de exposición). También refleja diferencias en los criterios diagnósticos, y variaciones en la potencia de los sesgos, como el “sesgo del superviviente”, que puede deberse a la exclusión de los trabajadores que desarrollaron AO y abandonaron el lugar de trabajo antes de realizarse el estudio. Los cálculos de incidencia en la población oscilan entre 14 por millón de adultos empleados por año en Estados Unidos y 140 por millón de adultos empleados por año en Finlandia (Meredith y Nordman 1996). El descubrimiento de los casos fue más completo y los métodos de diagnóstico generalmente más rigurosos en Finlandia. La evidencia aportada por estas distintas fuentes coincide en su inferencia de que el AO a menudo se infradiagnostica y/o se infracomunica y constituye un problema de salud pública de un alcance mayor del que general- mente se reconoce.
1993). Este amplio rango refleja variaciones verdaderas de la prevalencia real (debida a diferentes tipos y niveles de exposición). También refleja diferencias en los criterios diagnósticos, y variaciones en la potencia de los sesgos, como el “sesgo del superviviente”, que puede deberse a la exclusión de los trabajadores que desarrollaron AO y abandonaron el lugar de trabajo antes de realizarse el estudio. Los cálculos de incidencia en la población oscilan entre 14 por millón de adultos empleados por año en Estados Unidos y 140 por millón de adultos empleados por año en Finlandia (Meredith y Nordman 1996). El descubrimiento de los casos fue más completo y los métodos de diagnóstico generalmente más rigurosos en Finlandia. La evidencia aportada por estas distintas fuentes coincide en su inferencia de que el AO a menudo se infradiagnostica y/o se infracomunica y constituye un problema de salud pública de un alcance mayor del que general- mente se reconoce.
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