Los peligros de origen ambiental suponen un riesgo especial para lactantes y niños pequeños. Los niños no son “adultos en miniatura”, ni por la forma en que absorben y eliminan los compuestos químicos ni por su respuesta a la exposición a sustancias tóxicas. La exposición neonatal puede ejercer una influencia mayor, pues la superficie del cuerpo es desproporcionadamente grande y la capacidad metabólica (la aptitud para eliminar compuestos químicos) está relativamente infradesarrollada. Al mismo tiempo, aunque los efectos tóxicos potenciales son mayores, porque el cerebro, los pulmones y el sistema inmunitario se encuentran en fase de desarrollo durante los primeros años de vida.
Hay posibilidades de exposición en casa, en guarderías y en zonas de juego:
En algunos de los efectos sobre la salud examinados en relación con la exposición neonatal, es difícil diferenciar entre episodios pre y postnatales. Exposiciones que se inician antes del nacimiento (por vía placentaria) pueden continuar activas durante la primera infancia. El plomo y el humo de tabaco del medio ambiente se han asociado con deficiencias del desarrollo cognitivo y la función pulmonar, tanto antes como después del nacimiento. En la presente revisión tratamos de centrarnos en las exposiciones postnatales y en sus efectos sobre la salud de los niños muy pequeños.
Hay posibilidades de exposición en casa, en guarderías y en zonas de juego:
• Los niños pequeños absorben agentes ambientales del aire (por inhalación) o a través de la piel.
• La ingestión es una importante vía de exposición, en especial cuando el niño empieza a desplegar la actividad de manos a la boca.
• Las sustancias presentes en el pelo, la ropa o las manos de los padres pueden transferirse a los niños.
• La leche materna es otra fuente potencial de exposición para el lactante, los beneficios potenciales de la nutrición materna sobrepasan con creces los potenciales efectos tóxicos de los compuestos químicos presentes en la leche.
En algunos de los efectos sobre la salud examinados en relación con la exposición neonatal, es difícil diferenciar entre episodios pre y postnatales. Exposiciones que se inician antes del nacimiento (por vía placentaria) pueden continuar activas durante la primera infancia. El plomo y el humo de tabaco del medio ambiente se han asociado con deficiencias del desarrollo cognitivo y la función pulmonar, tanto antes como después del nacimiento. En la presente revisión tratamos de centrarnos en las exposiciones postnatales y en sus efectos sobre la salud de los niños muy pequeños.
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