En los últimos años se han desarrollado diferentes técnicas para la obtención de imágenes del cerebro. Las imágenes obtenidas por tomografía computarizada (TC) revelan la anatomía del cerebro y de la médula espinal. Se han utilizado para el estudio de la atrofia cerebral en trabajadores y pacientes expuestos a disol- ventes; sin embargo, los resultados no son consistentes. La resonancia magnética (RM) estudia el sistema nervioso utilizando un poderoso campo magnético. Resulta especialmente útil en la clínica para descartar un diagnóstico alternativo, como pueden ser los tumores cerebrales. La tomografía por emisión de positrones (TEP), que proporciona imágenes de los procesos bioquímicos, se ha utilizado con éxito para estudiar las alteraciones del cerebro inducidas por la intoxicación por manganeso. La tomo grafía computarizada por emisión de fotón único (TCEFU) ofrece información sobre el metabolismo cerebral y puede llegar a ser una herramienta importante en el conocimiento de la forma en que las neurotoxinas actúan sobre el cerebro. Todas estas técnicas son muy costosas, y no se dispone de ellas fácilmente en la mayor parte de los hospitales o laboratorios.
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