Entre los muchos resultados desfavorables del embarazo que pueden producirse, en este artículo se examinan los referentes al parto antes del término, definido como el que se produce antes de la semana 37 de gestación y que implica bajo peso y complicaciones significativas para el recién nacido. El parto antes del término sigue siendo un importante problema de salud pública y constituye una preocupación de muchos tocólogos.
Cuando comenzamos a investigar este asunto a mediados del decenio de 1980, la legislación francesa en vigor tenía un fuerte carácter protector de la salud de la mujer embarazada y obligaba a ésta a tomar el permiso de maternidad seis semanas antes de la fecha prevista del parto. Desde entonces, aunque la tasa de partos antes del término se ha reducido del 10 % al 7 %, parece haberse estabilizado en esa cifra. Dado que la prevención médica ha alcanzado, aparentemente, el límite de su eficacia, tratamos de determinar los factores de riesgo que admiten una posible intervención social. Nuestras hipótesis son las siguientes:
• ¿Es el trabajo en sí mismo un factor de riesgo de parto pretérmino?
• ¿Existen trabajos que se asocian con un aumento del riesgo de parto pretérmino?
• ¿Constituyen ciertas condiciones de trabajo un peligro para la mujer embarazada y el feto?
• ¿Existen medidas preventivas sociales que puedan ayudar a disminuir el riesgo de parto pretérmino?
En nuestro primer estudio, realizado en los años 1977 y 1978 en dos maternidades, examinamos a 3.400 mujeres, de las cuales 1.900 habían trabajado durante el embarazo y 1.500 habían permanecido en el hogar (Mamelle, Laumon y Lazar 1984). A todas se les entrevistó inmediatamente después del parto y se les pidió que describieran su forma de vida, durante el embarazo, en el hogar y en el trabajo, con la mayor precisión posible.
Cuando comenzamos a investigar este asunto a mediados del decenio de 1980, la legislación francesa en vigor tenía un fuerte carácter protector de la salud de la mujer embarazada y obligaba a ésta a tomar el permiso de maternidad seis semanas antes de la fecha prevista del parto. Desde entonces, aunque la tasa de partos antes del término se ha reducido del 10 % al 7 %, parece haberse estabilizado en esa cifra. Dado que la prevención médica ha alcanzado, aparentemente, el límite de su eficacia, tratamos de determinar los factores de riesgo que admiten una posible intervención social. Nuestras hipótesis son las siguientes:
• ¿Es el trabajo en sí mismo un factor de riesgo de parto pretérmino?
• ¿Existen trabajos que se asocian con un aumento del riesgo de parto pretérmino?
• ¿Constituyen ciertas condiciones de trabajo un peligro para la mujer embarazada y el feto?
• ¿Existen medidas preventivas sociales que puedan ayudar a disminuir el riesgo de parto pretérmino?
En nuestro primer estudio, realizado en los años 1977 y 1978 en dos maternidades, examinamos a 3.400 mujeres, de las cuales 1.900 habían trabajado durante el embarazo y 1.500 habían permanecido en el hogar (Mamelle, Laumon y Lazar 1984). A todas se les entrevistó inmediatamente después del parto y se les pidió que describieran su forma de vida, durante el embarazo, en el hogar y en el trabajo, con la mayor precisión posible.
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