lunes, 30 de junio de 2008

Monómeros

Los monómeros constituyen un gran grupo heterogéneo de productos químicos reactivos utilizados para la síntesis química y la producción de polímeros, resinas y plásticos. Los monómeros comprenden compuestos aromáticos polihalogenados, como el p-clorobenceno y el 1,2,4-triclorobenceno; disolventes orgánicos no saturados, como el estireno y el viniltolueno, la acrilamida y compuestos relacionados, fenoles, -caprolactam y -aminobutir- olactam. En la Tabla 7.5 se enumeran algunos de los monómeros neurotóxicos más utilizados, junto a su efecto sobre el sistema nervioso. La exposición profesional a monómeros neurotóxicos puede tener lugar en industrias que fabrican, transportan y utilizan productos químicos y plásticos. Durante la manipulación de polímeros que contienen monómeros y durante el moldeado en astilleros y en clínicas dentales, se produce una importante exposición a monómeros neurotóxicos. Tras la exposición a estos monómeros, se puede absorber por inhalación (p. ej., disulfuro de carbono y estireno) o por contacto con la piel (p. ej., acrilamida). Como los monómeros son un grupo heterogéneo de productos químicos, es probable que existan varios mecanismos diferentes de toxicidad, lo que se refleja en las diferencias en los síntomas
(Tabla 7.5).

domingo, 29 de junio de 2008

REGION LUMBAR

El dolor lumbar es un achaque frecuente en las poblaciones en edad laboral. Alrededor del 80 % de las personas experimentan dolor lumbar en algún momento de su vida, y se trata de una de las causas más importantes de discapacidad de corta o de larga duración en todos los grupos profesionales. Según la etiología, el dolor lumbar se puede clasificar en seis grupos: mecánico, infec- cioso (p. ej., tuberculosis), inflamatorio (p. ej., espondilitis anquilopoyética), metabólico (p. ej., osteoporosis), neoplásico (p. ej., cáncer) y visceral (dolor causado por enfermedades de los órganos internos).
En la mayoría de las personas, el dolor lumbar tiene causas mecánicas, entre las que se encuentran el esguince/distensión lumbosacra, la enfermedad degenerativa del disco, la espondilo- listesis, la estenosis espinal y la fractura. Aquí sólo se comentará el dolor lumbar mecánico, también denominado dolor lumbar regional, que puede ser local o irradiado a una o ambas piernas (ciática). Una característica del dolor lumbar mecánico es que aparece de forma episódica, y en la mayor parte de los casos la evolución natural es favorable. En cerca de la mitad de los casos agudos, el dolor cede en dos semanas, y en casi el 90 % lo hace en dos meses. Se calcula que se cronifica uno de cada diez casos, y es este grupo de pacientes con dolor lumbar el responsable de la mayor proporción de los costes debidos a trastornos lumbares.

sábado, 28 de junio de 2008

Procesos neurológicos y estados mentales en los que aparecen las psicosis

Las psicosis pueden manifestarse como parte de distintas categorías diagnósticas identificadas en la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV) (American Psychiatric Association 1994). En la actualidad, no hay todavía un conjunto diagnóstico uniformemente aceptado. A continuación se indican los procesos médicos en los que se admite que surgen las psicosis.

martes, 24 de junio de 2008

Vías aéreas extratorácicas

Como se muestra en la Figura 10.1, la ICRP (1994) dividió las vías aéreas extratorácicas en dos regiones de aclaramiento y dosimétricas claramente diferenciadas: los orificios nasales (ET1) y las demás vías aéreas extratorácicas (ET2), es decir, las aberturas nasales posteriores, la nasofaringe, la orofaringe y la laringe. Se supone que las partículas depositadas sobre la superficie de la piel que reviste los orificios nasales (ET1) sólo se eliminan por medios extrínsecos (sonarse o limpiarse la nariz, etc.). La mayor parte del material depositado en la naso-orofaringe o en la laringe (ET2) es objeto de un aclaramiento rápido en la capa de líquido que recubre estas vías. El nuevo modelo supone que el depósito por difusión de partículas ultrafinas en las vías aéreas extratorácicas puede ser importante, a diferencia de los modelos anteriores.

lunes, 23 de junio de 2008

El sistema neuroendocrino

El funcionamiento general del sistema reproductor está controlado por el sistema nervioso y por las hormonas producidas por las glándulas (sistema endocrino). El eje neuroendocrino repro- ductivo del varón está formado fundamentalmente por el sistema nervioso central (SNC), la hipófisis anterior y los testículos. El hipotálamo integra las señales procedentes del SNC y de la peri- feria, y regula directamente la secreción de gonadotropinas a cargo de la hipófisis anterior. A su vez, las gonadotropinas actúan principalmente sobre las células de Leydig del intersticio y las células de Sertoli y las germinales que se encuentran en los túbulos seminíferos para regular la espermatogénesis y la produc- ción hormonal de los testículos.

domingo, 22 de junio de 2008

Marcadores biológicos de enfermedades malignas

En muchos casos los tumores sólidos derivan de una serie de células con alteraciones bioquímicas que pueden o no presentar alteraciones histológicas o citológicas. Algunas tecnologías, como el análisis cuantitativo de imágenes de fluorescencia, que pueden detectar con certeza marcadores biológicos asociados a altera- ciones premalignas permitirán la quimioprevención dirigida. Pueden producirse alteraciones bioquímicas en un trastorno variado u ordenado. Fenotípicamente, estos cambios se expresan mediante una progresión morfológica gradual de la atipia a la displasia, y por último a una degeneración maligna manifiesta. Conociendo el “papel funcional” de un marcador biológico y “el momento de la secuencia de carcinogénesis en el que se expresa” se puede concretar mejor su utilidad para identificar un trastorno prema- ligno, para establecer un diagnóstico precoz y para desarrollar una batería de marcadores biológicos para predecir las recidivas y la evolución de los tumores. Se está desarrollando un paradigma para la valoración de los marcadores biológicos que exige la identificación de los perfiles de marcadores biológicos aislados y múltiples.
Parece que el cáncer vesical sigue dos vías de desarrollo diferentes: una vía de bajo grado aparentemente relacionada con alteraciones del cromosoma 9, y una segunda vía relacionada con una alteración del gen supresor P-53 en el cromosoma 17. Es evidente que en el desarrollo del cáncer intervienen numerosos factores genéticos, y que resulta muy difícil definir los factores genéticos en cada individuo, especialmente cuando hay que establecer una relación entre la vía genética y una complejidad de exposiciones, quizá numerosas. En los estudios epidemiológicos realizados ha costado mucho reconstruir las exposiciones durante períodos prolongados. Se están identificando baterías de marcadores fenotípicos y genotípicos para definir a los individuos de riesgo en cohortes laborales. En la Figura 8.3 presentamos un perfil de marcadores biológicos fenotípicos y su relación con el cáncer de vejiga; en esta figura puede verse que la G-actina, un precursor proteico de la proteína citosquelética F-actina, es un marcador de diferenciación precoz y puede seguirse mediante las alteraciones secuenciales de otros marcadores terminales intermedios como M344, DD23 y la ploidia del ADN. Todavía están por determinar las baterías de marcadores biológicos más potentes para la detección y el pronóstico de los cuadros premalignos y del cáncer manifiesto. A medida que se establezcan criterios bioquímicos que puedan detectarse con aparatos puede ser posible detectar el riesgo de enfermedad en momentos específicos del proceso patológico.

viernes, 20 de junio de 2008

Metales

Por regla general, la toxicidad de los metales aumenta con el peso atómico, resultando especialmente tóxicos el plomo y el mercurio. Los metales se encuentran habitualmente en la naturaleza en concentraciones bajas, pero en determinadas industrias se utilizan en grandes cantidades (véase Tabla 7.4), y pueden dar lugar a riesgos profesionales para los trabajadores. Además, se encuentran cantidades importantes de metales en las aguas residuales que pueden dar lugar a riesgos ambientales para quienes viven cerca de las industrias, pero también para los que están a mayor distancia de ellas. A menudo, los metales (o, por ejemplo, los compuestos de mercurio orgánicos) entran en la cadena alimen- taria y se irán acumulando en peces, aves y animales, lo que representa un riesgo para los consumidores. La toxicidad y la forma en que el organismo procesa los metales puede depender de la estructura química. Los metales puros pueden ser absorbidos por inhalación o por contacto de vapores con la piel (mercurio) o partículas pequeñas (plomo), o por vía oral (plomo). Los compuestos de mercurio inorgánico (p. ej., HgCl2) son absorbidos principalmente por la boca, mientras que los compuestos metálicos orgánicos (p. ej., tetraetilo de plomo) son absorbidos principalmente por inhalación o por contacto con la piel. La carga corporal puede reflejarse en cierto grado en la concentración del metal en la sangre o en la orina. Esta es la base del control biológico. Para el tratamiento, hay que recordar que sobre todo el plomo se libera muy lentamente de los depósitos del organismo. La cantidad de plomo en los huesos sólo se reducirá normalmente en un 50 % a los 10 años. Esta liberación puede acelerarse utilizando agentes quelantes: BAL (dimercapto-1-pro- panol), Ca-EDTA o penicilamina.

jueves, 19 de junio de 2008

Enfermedades de los Discos Intervertebrales: Vibración

Estudios epidemiológicos han demostrado que existe una mayor incidencia de dolor lumbar en los sujetos expuestos a niveles altos de vibración. La columna vertebral es susceptible a las lesiones a sus frecuencias naturales, sobre todo desde5a 10 Hz. Numerosos vehículos provocan vibraciones a estas frecuencias. Estudios comunicados por Brinckmann y Pope (1990) han demostrado la existencia de una relación entre tales vibraciones y la incidencia de dolor lumbar. Puesto que se ha demostrado que las vibraciones afectan a los pequeños vasos sanguíneos en otros tejidos, éste podría ser también el mecanismo de este efecto en la columna vertebral.

miércoles, 18 de junio de 2008

PSICOSIS RELACIONADAS CON EL TRABAJO

Craig Stenberg, Judith Holder y Krishna Tallur

Psicosis es un término general empleado con frecuencia para describir una alteración grave de la función mental. En general, esta deficiencia es tan importante que el individuo es incapaz de realizar las actividades de la vida cotidiana, incluyendo la mayor parte de las actividades laborales. De modo más formal, Yodofsky, Hales y Fergusen (1991) definen la psicosis como:
Un trastorno mental mayor de origen orgánico o emocional en el que la capacidad de la persona para pensar, responder emocionalmente, recordar, comunicar, interpretar la realidad y comportarse correctamente está lo bastante alterada para causar un menoscabo manifiesto de la capacidad para satisfacer las demandas habituales de la vida.[Los síntomas se] caracterizan a menudo por un comportamiento regresivo, un estado de ánimo inadecuado, un menor control de los impulsos y un contexto mental anormal, como ideas delirantes y alucinaciones. [p. 618].

Los trastornos psicóticos son comparativamente poco frecuentes en la población general. Su incidencia en el lugar de trabajo es aún menor, probablemente porque muchas de las personas que acaban siendo psicóticas tienen a menudo problemas para conservar un empleo estable (Jorgensen 1987). Ahora bien, su frecuencia real es difícil de calcular. No obstante, se ha sugerido que la prevalencia de las psicosis (p. ej., de la esquizofrenia) en la población general sería inferior al 1 %
(Bentall 1990; Eysenck 1982). Las personas que sufren activa- mente un estado psicótico suelen tener graves dificultades para el desempeño normal de un trabajo y otros aspectos de su vida. A veces, los sujetos con psicosis agudas muestran comporta- mientos atractivos, sugestivos e incluso humorísticos. Así, algunos individuos con trastorno bipolar se muestran llenos de energía y con grandes planes o ideas cuando entran en la fase maníaca. No obstante, en la mayor parte de los casos las psicosis se asocian a comportamientos que despiertan reacciones de incomodidad, ansiedad, ira o miedo en los compañeros de trabajo, los supervisores y otros.
En este artículo se ofrecerá primero una panorámica de los distintos procesos neurológicos y estados mentales en los que pueden producirse psicosis. A continuación, se revisarán los factores profesionales potencialmente asociados al desarrollo de psicosis. Por último, se resumirán los enfoques terapéuticos orientados tanto al tratamiento del trabajador psicótico como a la conducta a seguir en el entorno de trabajo (p. ej., tratamiento médico, procedimientos de alta para la reincorporación al trabajo, adaptación del puesto de trabajo y consultas con super- visores y compañeros).

lunes, 16 de junio de 2008

Transferencia de masa (III)



La solubilidad acuosa de los materiales voluminosos apenas sirve como referencia para la solubilidad de partículas en el tracto respiratorio. La solubilidad suele estar muy aumentada debido a la enorme relación superficie/volumen de las partículas lo suficientemente pequeñas como para entrar en los pulmones. Además, el contenido iónico y lipídico de los líquidos de superficie presentes en el interior de las vías aéreas es complejo y muy variable, y puede dar lugar a una mayor solubilidad o a la precipitación rápida de solutos acuosos. Por otro lado, las vías de aclaramiento y los tiempos de permanencia de las partículas en la superficie de las vías aéreas son muy diferentes en las diversas partes funcionales del tracto respiratorio.
El modelo de aclaramiento revisado por el Grupo de Trabajo de la ICRP identifica las principales vías de aclaramiento dentro del tracto respiratorio que son importantes para la determinación de la retención de diversos materiales radiactivos y, por tanto, de las dosis de radiación recibidas por los tejidos respiratorios y por otros órganos tras la traslocación. El modelo de depósito de la ICRP se utiliza para estimar la cantidad de mate- rial inhalado que entra en cada vía de aclaramiento. Estas vías, claramente definidas, están representadas en el modelo compartimental mostrado en la Figura 10.3. Se corresponden con los compartimentos anatómicos representados en la Figura 10.1, y se resumen en la Tabla 10.1, junto con los de otros grupos que proporcionan una orientación sobre la dosimetría de partículas inhaladas.

sábado, 14 de junio de 2008

Acciones tóxicas sobre la espermatogénesis y la espermiogénesis (II)

La exposición profesional al 1,2-dibromocloropropano(DBCP) redujo la concentración de espermatozoides en los eyaculados desde un valor medio de 79 millones células/ml en hombres no expuestos a 46 millones células/ml en trabajadores expuestos (Whorton y cols. 1979). Con el traslado de éstos, los que presentaban un recuento reducido experimentaron una recuperación parcial, mientras que los azoospérmicos permanecieron estériles. La biopsia testicular reveló que el objetivo del DBCP eran las espermatogonias. Esto explica la gravedad del efecto resultante cuando el objetivo de las sustancias tóxicas son las células madre. No hubo indicios de que la exposición al DBCP de los varones se asociara a resultados adversos del emba- razo (Potashnik y Abeliovich 1985). Otro ejemplo de efecto tóxico sobre la espermatogénesis/espermiogénesis fue el estudio de los trabajadores expuestos al dibromuro de etileno (EDB). Presentaban más espermatozoides con cabeza fusiforme y un menor número de espermatozoides por eyaculado que los controles (Ratcliffe y cols. 1987).
La lesión genética es difícil de detectar en los espermatozoides humanos. Varios estudios realizados en animales utilizando el ensayo letal dominante (Ehling y cols. 1978) indican que la exposición paterna puede dar resultados adversos en el emba- razo. Estudios epidemiológicos con grandes poblaciones han demostrado un aumento de la frecuencia de abortos espontáneos entre mujeres cuya pareja trabajaba como mecánico de vehículos de motor (McDonald y cols. 1989). Indican así la necesidad de desarrollar métodos de detección de las lesiones gené- ticas en los espermatozoides humanos. Estos métodos se están desarrollando en varios laboratorios y entre ellos figuran las sondas de ADN para detectar mutaciones genéticas
(Hecht 1987), el cariotipo de los cromosomas del espermato- zoide (Martin 1983) y evaluación de la estabilidad del ADN por citometría de flujo (Evenson 1986).
La Figura 9.3 presenta las exposiciones cuyo efecto sobre la calidad de los espermatozoides es conocido, y la Tabla 9.2 ofrece un resumen de los resultados de los estudios epidemiológicos realizados acerca de los efectos paternos sobre los resultados reproductivos.

jueves, 12 de junio de 2008

Acciones tóxicas sobre la espermatogénesis y la espermiogénesis (I)

Las sustancias tóxicas pueden alterar la espermatogénesis en varios puntos. Las más lesivas, debido a su irreversibilidad, son las que matan o alteran genéticamente (fuera del alcance de los mecanismos de reparación) las espermatogonias o las células de Sertoli. Estudios realizados en animales han permitido determinar la fase en la que una sustancia tóxica ataca el proceso de espermatogénesis. Estos estudios emplean exposiciones breves a una sustancia tóxica antes de muestrear para determinar el efecto. Conociendo la duración de cada fase de la espermatogénesis, se puede realizar una extrapolación para estimar la fase afectada.
El análisis bioquímico del líquido seminal aporta datos sobre la función de las glándulas sexuales accesorias. Las sustancias químicas que segregan fundamentalmente cada una de esas glándulas se seleccionan específicamente para actuar como marcadores de las mismas. Por ejemplo, el epidídimo está repre- sentado por la GPC, las vesículas seminales por la fructosa y la próstata por el zinc. Hay que señalar que este tipo de análisis ofrece sólo una información general sobre la función glandular,
y poca o ninguna sobre los demás componentes secretores. La determinación del pH y la osmolalidad del semen proporciona información general adicional sobre la naturaleza del líquido seminal.
El líquido seminal se puede analizar para determinar la presencia de una sustancia tóxica o de sus metabolitos. Se han detectado en él metales pesados mediante espectrofotometría de absorción atómica, mientras que los hidrocarburos halogenados se han cuantificado mediante cromatrografía en gas tras extrac- ción o filtración de limitación proteica (Stachel y cols. 1989; Zikarge 1986).
La viabilidad y movilidad de los espermatozoides en el líquido seminal representa típicamente la calidad del mismo. Las altera- ciones de la viabilidad de los espermatozoides, determinadas mediante exclusión por tinción o por edema hipoosmótico, o las alteraciones de los parámetros de la movilidad del esperma sugieren efectos tóxicos postesticulares.
Los análisis de semen pueden indicar también si la produc- ción de espermatozoides ha resultado afectada por una sustancia tóxica. El recuento y la morfología de los espermatozoides ofrecen índices de la integridad de la espermatogénesis y de la espermiogénesis. Así, el número de espermatozoides presentes en la eyaculación es directamente proporcional al de células germinales por gramo de testículo (Zuckerman y cols. 1978), mientras que la morfología anormal probablemente es conse- cuencia de una espermiogénesis anormal. La presencia de esper- matozoides muertos o inmóviles refleja con frecuencia los efectos de episodios postesticulares. Por tanto, el tipo o el momento de un efecto tóxico pueden indicar el destino de la sustancia tóxica. Así, la exposición de ratas macho a 2-metoxietanol determina fertilidad reducida en el curso de cuatro semanas (Chapin y cols. 1985). Esta prueba, corroborada por observaciones histológicas, indica que el destino de la sustancia tóxica son los espermatocitos (Chapin y cols. 1984). Aunque no es ético exponer deliberadamente a seres humanos a sustancias que podrían ser tóxicas para la reproducción, los análisis de semen de series de eyaculaciones de varones expuestos inadvertidamente durante tiempos breves a sustancias potencialmente tóxicas pueden aportar información valiosa similar.

domingo, 8 de junio de 2008

Marcadores biológicos de nefrotoxicidad (II)


Un factor de crecimiento soluble que puede tener aplicación clínica es el factor de crecimiento epidérmico urinario (FCE), que puede ser excretado por el riñón y también está alterado en pacientes con carcinoma vesical de células de transición. Se ha investigado la cuantificación de las urinarias, pero su utilidad es limitada debido a la imposibilidad de determinar el origen de la enzimaya la falta de reproducibilidad de los ensayos. El empleo de enzimas urinarias y su aceptación universal avanzan con gran lentitud debido a los criterios restrictivos que acabamos de mencionar. Las enzimas evaluadas son la alaminopeptidasa, la NAG y la fosfatasa alcalina intestinal. La NAG es quizá el marcador más aceptado para el control de las lesiones de las células de los túbulos proximales, debido a su localización en el segmento S3 del túbulo. No es fácil interpretar los resultados, ya que no se conocen la célula exacta de origen ni la causa patológica de la actividad de la enzima urinaria. Además, algunos fármacos, pruebas diagnósticas y trastornos concomitantes (como el infarto de miocardio) pueden dificultar la interpretación.
Otra posibilidad consiste en utilizar anticuerpos monoclonales como marcadores biológicos para identificar y cuantificar las células tubulares presentes en la orina procedentes de diferentes zonas de la nefrona. La utilidad de este método dependerá del mantenimiento de la integridad de la célula que se vaya a cuantificar, para lo que habrá que fijar y manipular adecuadamente las muestras. Actualmente se dispone de anticuerpos monoclonales que actúan sobre células tubulares específicas y distinguen, por ejemplo, entre las células de los túbulos proximales, de los túbulos distales o de los túbulos contorneados. El microscopio de transmisión no permite distinguir adecuadamente las diferencias entre los leucocitos y diversos tipos de células tubulares, mientras que el microscopio electrónico permite detectar el rechazo de un trasplante. Este problema debería resolverse con técnicas como el análisis cuantitativo de alta velocidad de imágenes de fluorescencia de las células tubulares teñidas con anticuerpos monoclonales. En un futuro no muy lejano será posible detectar la nefrotoxicidad subclínica con una gran certidumbre tras produ- cirse la exposición.

viernes, 6 de junio de 2008

Gases

Una amplia variedad de productos químicos con estructuras químicas totalmente diferentes son gases a temperatura normal y tienen una neurotoxicidad demostrada (véase Tabla 7.3). Algunos de ellos son sumamente tóxicos incluso en dosis muy pequeñas, y se han utilizado como gases de guerra (fosgeno y cianuro); otros necesitan dosis más altas durante periodos más largos para originar síntomas (p. ej., anhídrido carbónico). Algunos se utilizan para la anestesia general (p. ej., óxido nitroso); otros son amplia- mente utilizados en la industria y en productos para la desinfec- ción (p. ej., formaldehído). Los primeros pueden inducir alteraciones irreversibles del sistema nervioso después de exposiciones repetidas de bajo nivel, mientras que los segundos sólo provocan aparentemente síntomas agudos. La exposición en habitaciones pequeñas con mala ventilación resulta particular- mente arriesgada. Algunos de los gases son inodoros, lo que los hace especialmente peligrosos (p. ej., el monóxido de carbono). Como se muestra en la Tabla 7.3, algunos gases son componentes importantes en la producción industrial, mientras que otros son el resultado de una combustión incompleta o completa (p. ej., CO y CO2, respectivamente). Esta situación se da en la minería, la side- rurgia, centrales eléctricas, etc., pero también pueden encontrarse en hogares con ventilación insuficiente. Para el tratamiento es fundamental interrumpir la exposición y proporcionar aire fresco u oxígeno, y en los casos graves ventilación artificial.

martes, 3 de junio de 2008

Enfermedades de los Discos Intervertebrales: Tabaquismo

La nutrición del disco es muy precaria, y basta una pequeña reducción del flujo de nutrientes para que resulte insuficiente para el metabolismo normal de sus células. El consumo de cigarrillos puede producir tal reducción debido a su efecto sobre el sistema circulatorio fuera del disco intervertebral. El transporte de nutrientes como oxígeno, glucosa o sulfato al interior del disco se reduce significativamente tras sólo 20 a 30 minutos del consumo de tabaco, lo que puede explicar la mayor incidencia de dolor lumbar en los fumadores en comparación con los no fuma- dores (Rydevik y Holm 1992).

domingo, 1 de junio de 2008

Actitud ante los problemas de salud mental

El modelo conceptual (Figura 5.1) sugiere al menos dos objetivos de la intervención en los problemas de salud mental:

1. El medio ambiente (de trabajo).
2. La persona, ya sean sus características o las consecuencias en la salud mental.


La prevención primaria, el tiempo de intervención que debe evitar que se produzca la enfermedad mental, debe orientarse hacia los precursores, eliminando o reduciendo los riesgos del entorno y favoreciendo la capacidad de afrontamiento y otras capacidades del individuo. La prevención secundaria se orienta hacia el mantenimiento de la población activa que ya padece algún tipo de problema de salud (mental). Este tipo de prevención debería abarcar la estrategia de prevención primaria, asociada a estrategias encaminadas a que tanto los trabajadores como sus supervisores puedan reconocer precozmente los signos de la mala salud mental, a fin de reducir sus consecuencias o impedir que empeoren. La prevención terciaria va dirigida a la rehabilitación de las personas que han dejado de trabajar por problemas de salud mental. Este tipo de prevención debe diri- girse a la adaptación de los puestos de trabajo a las posibilidades del individuo (lo que a menudo resulta sumamente eficaz), junto con el asesoramiento y tratamiento individuales. La Tabla 5.1 ofrece un marco sistemático sobre la conducta a seguir ante los trastornos mentales en el lugar de trabajo. En principio, todo plan preventivo eficaz debe tomar en consideración los tres tipos de estrategia (prevención primaria, secundaria y terciaria), así como los riesgos, las consecuencias y las características de las personas.
La pauta presentada proporciona un método útil para el análisis sistemático de todas las medidas posibles. Puede discutirse si una medida determinada podría pertenecer a otra cate- goría de la pauta, pero esta discusión sería un tanto inútil, ya que a menudo sucede que una medida de prevención primaria funciona también como prevención secundaria. El análisis sistemático propuesto puede muy bien producir un gran número de medidas potenciales, de las que pueden adoptarse varias, bien como parte de una política general (de salud y seguridad) o para un caso específico.
En conclusión, aunque la salud mental no es un estado, proceso o resultado claramente definido, cubre un campo generalmente aceptado de la (mala) salud. Parte de este campo puede ser abarcado por los criterios diagnósticos generalmente acep- tados (p. ej., psicosis, trastorno depresivo mayor), pero el carácter diagnóstico de otras partes no está claro ni goza de aceptación general. Son ejemplos de estas últimas los estados de ánimo y los afectos, así como el agotamiento. Pese a todo, existen numerosos indicios de que la (mala) salud mental, incluidos los criterios diagnósticos más vagos, es un problema importante que tiene un elevado coste, tanto humano como económico. En los artículos siguientes de este capítulo, se tratarán varios trastornos de la salud mental —los estados de ánimo y los afectos (p. ej., insatisfacción), el agotamiento, el trastorno por estrés postraumático, las psicosis, los trastornos cognitivos y el abuso de sustancias psicoactivas— con mayor profundidad en lo que se refiere al cuadro clínico, las técnicas de evaluación existentes, los factores y agentes etiológicos y las medidas específicas de prevención y tratamiento.