Los factores químicos son, con diferencia, la causa más común de dermatosis profesionales. Es prácticamente imposible elaborar una lista exhaustiva con todos los agentes químicos. Estos pueden provocar reacciones alérgicas, irritantes o fotodermatósicas, y a veces dejan secuelas discrómicas. Los efectos de la irritación química varían entre la simple sequedad y la inflamación hasta la necrosis celular completa. En el artículo sobre la dermatitis de contacto se incluye más información sobre este tema. Las Fichas Técnicas de Seguridad, que proporcionan información toxicológica y de otro tipo, son unas herramientas indispensables para desarrollar medidas preventivas eficaces contra la acción de los agentes químicos. De hecho, en varios países, los fabricantes del sector químico deben informar a todos los centros de trabajo que utilizan sus productos sobre los peli- gros sanitarios laborales asociados.
Las infecciones bacterianas, víricas y fúngicas contraídas en el lugar de trabajo suelen producirse por el contacto con mate- riales, animales o personas contaminadas. Entre ellas figuran la piodermatitis, la foliculitis, los panadizos, las dermatomicosis, el carbunco y la brucelosis. Los trabajadores del sector de la alimentación pueden desarrollar múltiples verrugas en las manos, aunque esto sólo sucede si han sufrido previamente microtraumatismos y están expuestos a niveles excesivos de humedad durante períodos prolongados (Durocher y Paquette
1985). Los animales, y también las personas que trabajan en guarderías y centros sanitarios, pueden actuar como vectores de infestaciones parasitarias por ácaros y piojos del cuero cabelludo y de la sarna. Algunas plantas (Rhus sp.) o flores (Alstroemeria sp., crisantemos, tulipanes) pueden causar fitodermatitis. Por último, algunos extractos de madera provocan dermatitis de contacto.
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