Las espondiloartropatías comprenden entidades clínicas típicas como la espondilitis anquilopoyética y algunas formas de artritis asociadas a psoriasis, enfermedades intestinales inflamatorias crónicas o infecciones bacterianas del tracto urogenital o del intestino (las denominadas artritis reactivas). Son enfermedades frecuentes. La prevalencia de la forma más crónica, la espondilitis anquilopoyética, en las poblaciones occidentales oscila entre el
0,1 y el 1,8 % (Gran y Husby 1993). Se calcula que, en una población de 10.000 personas, se producen anualmente tres casos nuevos de artritis transitoria como artritis reactiva por cada paciente con espondilitis anquilopoyética. La mayoría de los pacientes que desarrollan una espondiloartropatía son adultos jóvenes de entre 20 y 40 años de edad. Existen pruebas de que el promedio de comienzo de los síntomas en los pacientes con espondilitis anquilopoyética está aumentando (Calin y cols. 1988).
Las espondiloartropatías poseen un fuerte componente gené- tico, ya que la mayoría de los pacientes presenta un marcador genético hereditario, el HLA-B27. La frecuencia de este marcador es del 7 al 15 % en las poblaciones occidentales; el
90-100 % de los pacientes con espondilitis anquilopoyética y el
70-90 % de los pacientes con artritis reactiva son HLA-B27 positivos. Sin embargo, a niveles de población, la mayoría de los sujetos con este marcador están sanos. Por tanto, se cree que son necesarios factores exógenos además de la susceptibilidad gené- tica para el desarrollo de la enfermedad. Tales factores desenca- denantes incluyen infecciones bacterianas en el aparato urogenital o en el intestino (Tabla 6.10), lesiones cutáneas y enfermedades intestinales inflamatorias crónicas. Las pruebas a favor de las infecciones son más claras en el caso de la artritis reactiva. Las infecciones por salmonellas están aumentando mucho, como consecuencia de lo cual es de esperar un aumento de los casos con complicaciones articulares. La agricultura y la avicultura pueden ser las fuentes de estas infecciones. En cuanto
a las infecciones por yersinias, los cerdos portan bacterias yersinia en sus amígdalas. Se ha sugerido que el sacrificio de animales seguido de la conservación de los productos cárnicos en frío podría contribuir a la dispersión de las infecciones en los seres humanos. En los pacientes con espondilitis anquilopoyé- tica, sin embargo, no suele ser posible atribuir a infecciones precedentes el acontecimiento desencadenante. Resultados recientes, no obstante, se han centrado en el hallazgo de que los pacientes con espondilitis anquilopoyética a menudo presentan una inflamación intestinal crónica asintomática, que podría servir como factor desencadenante o como foco inflamatorio contribuyente a la cronicidad de la enfermedad
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