El crecimiento económico y los cambios en la estructura de las principales industrias de numerosos países desarrollados se han asociado con una disminución de la exposición a los productos químicos peligrosos, tanto en lo que se refiere al nivel de exposi- ción, como al número de trabajadores expuestos. En conse- cuencia, los casos de intoxicación aguda, así como la incidencia de las enfermedades profesionales típicas, se reducen. Con todo, siguen observándose efectos aplazados o crónicos debidos a la exposición mantenida durante años (p. ej., la pneumoconiosis y el cáncer de origen profesional), incluso en los países más industrializados.
Al mismo tiempo, las innovaciones técnicas han introducido la utilización de sustancias químicas de reciente creación en los procesos industriales. En diciembre de 1982, para garantizar la protección respecto de estas nuevas sustancias, la OCDE adoptó una recomendación internacional sobre un Conjunto de Datos de Seguridad Mínimos Previos a la Comercialización.
Entretanto, ha seguido aumentando el nivel de estrés vincu lado a la vida en el lugar de trabajo y en otros ámbitos. La proporción de trabajadores aquejados de problemas relacionados con el abuso del alcohol y las drogas y el absentismo han crecido en muchos países industrializados.
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