El fósforo amarillo es un metaloide muy tóxico cuya ingestión produce una ictericia que puede desembocar en la muerte. El arsénico, el antimonio y los compuestos de hierro ferrosos también pueden causar lesión hepática.
La exposición al cloruro de vinilo durante el proceso de polimerización utilizado en la producción del cloruro de polivinilo se ha asociado asimismo al desarrollo de una fibrosis hepática no cirrótica, junto con esplenomegalia e hipertensión portal. En una pequeña proporción de trabajadores expuestos se han encontrado también angiosarcomas hepáticos, un tipo raro de tumor sumamente maligno. La exposición al monómero de cloruro de vinilo en los cerca de 40 años que precedieron a la identificación del angiosarcoma en 1974 había sido muy alta, sobre todo en los trabajadores que limpiaban los vasos de reac- ción, en quienes se produjeron casi todos los casos descritos. Durante ese período, el TLV del cloruro de vinilo era 500 ppm y en la actualidad se ha reducido a 5 ppm (10 mg/m3). Si bien las lesiones hepáticas fueron descritas primero en trabajadores rusos en 1949, no se prestó atención a los efectos nocivos de la exposición a este producto hasta el descubrimiento de casos de síndrome de Raynaud con cambios esclerodermiformes y osteó- lisis acra en el decenio de 1960.
La fibrosis hepática de los trabajadores del cloruro de vinilo puede ser silente, pues la función del parénquima hepático puede conservarse, y las pruebas convencionales mostrar altera- ciones funcionales. Muchos casos han sido diagnosticados tras la aparición de hematemesis secundarias a la hipertensión portal asociada, el hallazgo de una trombocitopenia con esplenome- galia asociada o el desarrollo de un angiosarcoma. En la vigi- lancia de los trabajadores expuestos a cloruro de vinilo debe recogerse una historia completa que incluya datos sobre el consumo de alcohol y drogas y determinación de la presencia del antígeno de superficie y el anticuerpo del virus de la hepatitis B. La hepatoesplenomegalia puede establecerse clínicamente mediante radiografía o, más exactamente, con una ecografía en escala de grises. En estos casos, la fibrosis es de tipo periportal, con una obstrucción de predominio presinusoidal al flujo portal que se atribuye a la alteración de las raicillas de la vena porta o de los sinusoides hepáticos y que causa hipertensión portal. Es probable que la evolución favorable de los trabajadores some- tidos a derivaciones portocavas después de la hematemesis pueda atribuirse a la no afectación de las células parenquima- tosas en este trastorno.
Se han descrito menos de 200 casos de angiosarcoma hepá- tico que cumplan los criterios diagnósticos actuales. Menos de la mitad de ellos se han producido en trabajadores con cloruro de vinilo tras exposiciones medias de 18 años, con límites de
4-32 años. En el Reino Unido, un registro iniciado en 1974 contiene 34 casos con criterios diagnósticos aceptables. Dos de ellos se produjeron en trabajadores con cloruro de vinilo, con posible exposición de otros cuatro, mientras que 8 pueden atribuirse a exposición anterior a thorotrast y otro al efecto de una medicación arsenical. El dióxido de torio, usado en épocas pasadas como medio de contraste diagnóstico, es ahora responsable de algunos casos de angiosarcoma y hepatocarcinoma. La intoxicación crónica por arsénico, de origen yatrógeno o como enfermedad profesional en los viticultores del Mosela, también
ha sido asociada a angiosarcoma. Al igual que en los trabajadores con cloruro de vinilo, esta intoxicación provoca una fibrosis perisinusoidal no cirrótica.
La aflatoxina, derivada de un grupo de mohos, sobre todo de Aspergillus flavus, provoca lesiones hepáticas, cirrosis y carcinomas del hígado en los animales de experimentación. La frecuente contaminación de las cosechas de cereales por A. flavus, sobre todo cuando se almacenan en condiciones de calor y humedad, permite explicar la elevada incidencia de hepatocarcinomas en algunas partes del mundo, sobre todo en Africa tropical. En los países industrializados, el hepatocarcinoma es un tumor raro que suele desarrollarse sobre hígados cirróticos; en cierta proporción de casos se ha identificado el antígeno HBsAg en el suero, y otros se han producido tras tratamientos con andrógenos. En las mujeres que toman algunas formas de anticonceptivos orales se han descrito adenomas hepáticos.
La exposición al cloruro de vinilo durante el proceso de polimerización utilizado en la producción del cloruro de polivinilo se ha asociado asimismo al desarrollo de una fibrosis hepática no cirrótica, junto con esplenomegalia e hipertensión portal. En una pequeña proporción de trabajadores expuestos se han encontrado también angiosarcomas hepáticos, un tipo raro de tumor sumamente maligno. La exposición al monómero de cloruro de vinilo en los cerca de 40 años que precedieron a la identificación del angiosarcoma en 1974 había sido muy alta, sobre todo en los trabajadores que limpiaban los vasos de reac- ción, en quienes se produjeron casi todos los casos descritos. Durante ese período, el TLV del cloruro de vinilo era 500 ppm y en la actualidad se ha reducido a 5 ppm (10 mg/m3). Si bien las lesiones hepáticas fueron descritas primero en trabajadores rusos en 1949, no se prestó atención a los efectos nocivos de la exposición a este producto hasta el descubrimiento de casos de síndrome de Raynaud con cambios esclerodermiformes y osteó- lisis acra en el decenio de 1960.
La fibrosis hepática de los trabajadores del cloruro de vinilo puede ser silente, pues la función del parénquima hepático puede conservarse, y las pruebas convencionales mostrar altera- ciones funcionales. Muchos casos han sido diagnosticados tras la aparición de hematemesis secundarias a la hipertensión portal asociada, el hallazgo de una trombocitopenia con esplenome- galia asociada o el desarrollo de un angiosarcoma. En la vigi- lancia de los trabajadores expuestos a cloruro de vinilo debe recogerse una historia completa que incluya datos sobre el consumo de alcohol y drogas y determinación de la presencia del antígeno de superficie y el anticuerpo del virus de la hepatitis B. La hepatoesplenomegalia puede establecerse clínicamente mediante radiografía o, más exactamente, con una ecografía en escala de grises. En estos casos, la fibrosis es de tipo periportal, con una obstrucción de predominio presinusoidal al flujo portal que se atribuye a la alteración de las raicillas de la vena porta o de los sinusoides hepáticos y que causa hipertensión portal. Es probable que la evolución favorable de los trabajadores some- tidos a derivaciones portocavas después de la hematemesis pueda atribuirse a la no afectación de las células parenquima- tosas en este trastorno.
Se han descrito menos de 200 casos de angiosarcoma hepá- tico que cumplan los criterios diagnósticos actuales. Menos de la mitad de ellos se han producido en trabajadores con cloruro de vinilo tras exposiciones medias de 18 años, con límites de
4-32 años. En el Reino Unido, un registro iniciado en 1974 contiene 34 casos con criterios diagnósticos aceptables. Dos de ellos se produjeron en trabajadores con cloruro de vinilo, con posible exposición de otros cuatro, mientras que 8 pueden atribuirse a exposición anterior a thorotrast y otro al efecto de una medicación arsenical. El dióxido de torio, usado en épocas pasadas como medio de contraste diagnóstico, es ahora responsable de algunos casos de angiosarcoma y hepatocarcinoma. La intoxicación crónica por arsénico, de origen yatrógeno o como enfermedad profesional en los viticultores del Mosela, también
ha sido asociada a angiosarcoma. Al igual que en los trabajadores con cloruro de vinilo, esta intoxicación provoca una fibrosis perisinusoidal no cirrótica.
La aflatoxina, derivada de un grupo de mohos, sobre todo de Aspergillus flavus, provoca lesiones hepáticas, cirrosis y carcinomas del hígado en los animales de experimentación. La frecuente contaminación de las cosechas de cereales por A. flavus, sobre todo cuando se almacenan en condiciones de calor y humedad, permite explicar la elevada incidencia de hepatocarcinomas en algunas partes del mundo, sobre todo en Africa tropical. En los países industrializados, el hepatocarcinoma es un tumor raro que suele desarrollarse sobre hígados cirróticos; en cierta proporción de casos se ha identificado el antígeno HBsAg en el suero, y otros se han producido tras tratamientos con andrógenos. En las mujeres que toman algunas formas de anticonceptivos orales se han descrito adenomas hepáticos.
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