lunes, 31 de agosto de 2015

ANALISIS DEL RIESGO DE LESIONES Y ENFERMEDADES NO MORTALES EN EL LUGAR DE TRABAJO (V)

La tabla muestra sorprendentes diferencias en el riesgo de afecciones por movimientos repetitivos en función del sexo del trabajador. En conjunto, la mujer tiene una probabilidad 2,5 veces mayor que el hombre de causar bajas por afecciones por movimiento repetitivos (2,5  1,5/0,6). En todo caso, esta diferencia no refleja simplemente una diferencia entre las profe- siones del hombre y de la mujer.

domingo, 30 de agosto de 2015

ANALISIS DEL RIESGO DE LESIONES Y ENFERMEDADES NO MORTALES EN EL LUGAR DE TRABAJO (IV)

Los distintos grupos profesionales pueden clasificarse según el nivel de riesgo simplemente comparando sus índices RR. El RR más alto que aparece en la Tabla (3.6) corresponde a “manipula- dores, limpiadores de equipos, ayudantes y obreros no especiali- zados”, mientras que el grupo con menor riesgo es el de los directivos y profesionales altamente cualificados (RR  0,2).
También pueden hacerse otras interpretaciones más compli- cadas. Aunque la tabla da a entender que los trabajadores menos cualificados ocupan puestos con mayor riesgo de lesión y enfermedad, incluso dentro de los trabajadores manuales la tasa de riesgo es mayor entre los menos cualificados, como los opera- dores de máquinas y peones, que entre los más cualificados, como los trabajadores de la producción de precisión, los trabaja- dores manuales especializados y los encargados de las reparaciones.
En la descripción anterior, el RR se basa en las lesiones y enfermedades dan lugar a la baja, puesto que estos datos se recopilan y conocen desde hace mucho tiempo. Utilizando el sistema de clasificación nuevo y más amplio de la Encuesta de Lesiones y Enfermedades Profesionales, los investigadores pueden ahora analizar con detalle lesiones y enfermedades específicas.
Como ejemplo, en la Tabla 32.8 se indica el RR del mismo conjunto de grupos profesionales, pero restringido a un único resultado, “Afecciones por movimientos repetitivos” (código de episodio 23) que dan lugar a la baja, distinguiendo por profe- siones y sexo. Las afecciones por movimientos repetitivos son, entre otras, el síndrome del túnel carpiano, la tendonitis y ciertas dislocaciones y distensiones. El grupo más afectado por este tipo de lesiones son claramente las mujeres que trabajan como operadoras de máquinas, montadoras e inspectoras (RR  7,3), seguido por el grupo de mujeres que trabajan como manipula- doras, limpiadoras de máquinas, ayudantes y obreras no especia- lizadas  7,1).

sábado, 29 de agosto de 2015

ANALISIS DEL RIESGO DE LESIONES Y ENFERMEDADES NO MORTALES EN EL LUGAR DE TRABAJO (III)

En las tablas siguientes, se indica cómo los índices de riesgo relativo de diferentes grupos permiten identificar a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir una lesión en el lugar de trabajo. Los datos sobre lesiones proceden de la Encuesta de Lesiones y Enfermedades Profesionales de 1993 (BLS 1993b) y miden el número de lesiones y enfermedades que han dado lugar a la baja. El cálculo se basa en la estimación de las horas trabajadas al año, obtenida de los ficheros de microdatos de las encuestas de la población realizadas por la Oficina del Censo en 1993 (Oficina del Censo 1993).
En la Tabla 32.7 se presentan los datos por profesiones de la proporción de lesiones en el lugar de trabajo, la proporción de horas trabajadas y su coeficiente, que corresponde al RR de lesiones y enfermedades que dan lugar a la baja. El grupo de referencia es “Conjunto de profesiones no agrícolas del sector privado” con trabajadores de 15 o más años de edad, que corresponde al 100 %. Como ejemplo, el grupo “Operadores de máquinas y peones” experimentó el 41,64 % de todas las lesiones y enfermedades, pero contribuyó tan sólo en un 18,37 % al número total de horas trabajadas por la población de referencia. Por consiguiente, el RR de los “Operadores de máquinas y peones” es de 41,64/18,37  2,3. En otras palabras, los trabajadores de este grupo profesional tienen como promedio una tasa de lesiones y enfermedades 2,3 veces mayor que el conjunto de trabajadores no agrícolas del sector privado. Es más, su probabilidad de sufrir una lesión grave es casi 11 veces superior a la de los directivos y profesionales muy cualificados.

viernes, 28 de agosto de 2015

ANALISIS DEL RIESGO DE LESIONES Y ENFERMEDADES NO MORTALES EN EL LUGAR DE TRABAJO (II)

El grupo de referencia puede ser un grupo especial de trabajadores, tal como el conjunto de directivos y de profesionales muy cualificados, o bien estar constituido por la totalidad de los trabajadores. En cualquier caso, el riesgo relativo (RR) corresponde al cociente de proporciones que suele utilizarse en los estudios epidemiológicos (Rothman 1986). Es algebraicamente equivalente al porcentaje de todas las lesiones que ocurren en un determinado grupo, dividido entre el porcentaje de horas traba- jadas por ese grupo. Cuando el RR los miembros de este grupo tienen una probabilidad mayor de sufrir lesiones que los miembros del grupo de referencia; cuando el RR es inferior a 1,0, indica que, como promedio, los miem- bros de este grupo experimentan un menor número de lesiones por hora.

jueves, 27 de agosto de 2015

ANALISIS DEL RIESGO DE LESIONES Y ENFERMEDADES NO MORTALES EN EL LUGAR DE TRABAJO (I)

La Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos clasifica las lesiones y enfermedades no mortales en el lugar de trabajo según las características del trabajador y del caso, utilizando datos de la Encuesta sobre Lesiones y Enfermedades Profesionales que se realiza en el país. Aunque estos recuentos permiten identificar a los grupos de trabajadores que experi- mentan el mayor número de lesiones en el lugar de trabajo, no miden el riesgo. De hecho, un determinado grupo puede sufrir muchas lesiones en el lugar de trabajo simplemente por el gran número de trabajadores que lo compongan y no porque los trabajos que realizan sean especialmente peligrosos.
Para cuantificar el riesgo real, los datos sobre lesiones en el lugar de trabajo deben relacionarse con una medida de exposi- ción al riesgo, como el número de horas trabajadas, medida de la utilización de mano de obra que puede obtenerse de otras encuestas. La tasa de lesiones no mortales en el lugar de trabajo en un grupo de trabajadores puede calcularse dividiendo el número de lesiones registradas en ese grupo por el número de horas trabajadas durante ese mismo período de tiempo. La tasa así obtenida representa el riesgo de lesión por hora de trabajo:

miércoles, 26 de agosto de 2015

Validez interna - Sesgo de información


Este tipo de sesgo se llama también sesgo de observación y afecta al efecto para la salud en los estudios de seguimiento y a la evaluación de la exposición en los estudios de casos y controles.

martes, 25 de agosto de 2015

Validez interna - Sesgo resultante de la negativa a participar en un estudio


Cuando las personas, sanas o enfermas, reciben la invitación de participar en un estudio, existen una serie de factores que influyen en la decisión de aceptar o no dicha invitación. La buena disposición a responder cuestionarios de longitud variable, que a veces indagan sobre asuntos delicados, o a facilitar muestras de sangre o de otros materiales biológicos, puede estar determinada por el propio interés de la persona. Si una persona sabe que ha podido estar expuesta en el pasado, puede prestarse a responder al cuestionario con la esperanza de ayudar a encontrar la causa de la enfermedad. Por el contrario, si piensa que no ha estado expuesta a nada peligroso o si no está interesada en conocer los resultados del estudio, puede rechazar la invitación a participar en él. El resultado puede ser la selección de aquellas personas que finalmente serán los participantes del estudio en comparación con todas aquellas que podrían haberlo sido.

lunes, 24 de agosto de 2015

Validez interna - Sesgo del diagnóstico


Este tipo de sesgo se produce cuando la probabilidad de que los médicos diagnostiquen una enfermedad es mayor si ya conocen las exposiciones a las que han estado sometidos los pacientes. Por ejemplo, cuando la mayoría de las pinturas se fabricaban con plomo, uno de los síntomas de una enfermedad de los nervios periféricos, llamada neuritis periférica con parálisis, se conocía como la “caída de muñeca” de los pintores. El hecho de conocer la profesión del paciente facilita el diagnóstico de la enfermedad incluso en sus primeros estadíos, ya que la identificación del agente etiológico es mucho más difícil si los participantes del estudio no saben que han estado expuestos al plomo en sus trabajos.

domingo, 23 de agosto de 2015

Validez interna - Sesgo de autoselección


Este tipo de sesgo ocurre cuando las personas que saben que han estado expuestas en el pasado a productos cuyo riesgo se conoce o sospecha y que están convencidas de que su enfermedad es el resultado de la exposición a los mismos, acuden al médico porque presentan síntomas que otras personas, no expuestas, probable- mente habrían pasado por alto. Esta situación es más probable en el caso de enfermedades cuyos síntomas no siempre se advierten. Un ejemplo puede ser la pérdida prematura de un embarazo o los abortos espontáneos en enfermeras que están en contacto con fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer. Estas mujeres conocen la fisiología reproductiva mejor que la mayoría y, si están preocupadas por su capacidad reproductiva, es posible que reco- nozcan o etiqueten como aborto espontáneo lo que otras mujeres considerarían tan sólo como un retraso en la menstruación. Otro ejemplo de este sesgo en un estudio retrospectivo de cohortes, citado por Rothman (1986), es el estudio de la leucemia realizado por el Center for Disease Control (CDC) en los soldados que estuvieron presentes en las pruebas atómicas de Nevada. En este estudio, la cohorte estuvo constituida por el 76 % de los soldados presentes durante dichas pruebas a las que se realizó un segui- miento. De este 76 %, los investigadores localizaron al 82 %, pero otro 18 % contactó con los investigadores por iniciativa propia cuando oyeron hablar del estudio. En el 82 % de los soldados con los que el CDC se puso en contacto, se presentaron cuatro casos de leucemia; en el 18 % de los soldados que se remi- tieron por iniciativa propia a los investigadores, se presentaron otros cuatro casos. Esto sugiere claramente que la capacidad de los investigadores para identificar a las personas expuestas estuvo relacionada con el riesgo de leucemia.

sábado, 22 de agosto de 2015

Validez interna - Sesgo de selección


El sesgo de selección se produce cuando la selección de los parti- cipantes en el estudio se ve influida por el conocimiento de la situación de exposición de los posibles participantes. Por consi- guiente, este problema sólo existe cuando la enfermedad ha tenido ya lugar en el momento de seleccionar a los participantes. En el contexto epidemiológico, esta situación suele darse en los estudios de casos y controles o en los estudios retrospectivos de cohortes y significa que una persona tiene más probabilidades de ser considerada un caso si se sabe que ha estado expuesta. Existen tres tipos de circunstancias que pueden producir este hecho y que dependerán también de la gravedad de la enfermedad

viernes, 21 de agosto de 2015

Los problemas de salud en el trabajo en las empresas financiadas con capital extranjero (II)

La incidencia de accidentes por intoxicación con sustancias químicas ha aumentado en los últimos años. De acuerdo con los datos del Instituto Provincial de Guangdong para la Prevención y el Tratamiento de las Enfermedades Profesionales, en 1992 se registraron simultáneamente dos accidentes de intoxicación por disolventes en dos fábricas de juguetes financiadas con capital extranjero en la zona económica especial de Zhuhai, que afec- taron a 23 trabajadores. De éstos, 4 personas resultaron intoxi- cadas por 1,2-dicloroetano, de las que 3 fallecieron, y 19 fueron expuestas a benceno y derivados (xileno y tolueno). Estos traba- jadores llevaban en las fábricas menos de un año, y algunos sólo 20 días (Hospital Provincial de Guandong para la Prevención y el Tratamiento de las Enfermedades Profesionales 1992). En ese mismo año, se registraron dos accidentes por intoxicación en Dalian City, provincia de Liaoning, que afectaron, respectiva- mente, a 42 y 1.053 trabajadores (Instituto de Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Profesionales de Dalian) en la Tabla 20.10 se muestran algunos datos relativos a la salud en el trabajo en tres zonas económicas especiales (ZEE) de Guang- dong y en el Area de Desarrollo Económico y Tecnológico de Dalian analizadas por IST y ESPE locales (Instituto de Preven- ción y Tratamiento de las Enfermedades Profesionales de Dalian 1992b).
Los propietarios de las empresas de financiación extranjera, y en especial los de los pequeños centros de producción industrial, hacen caso omiso de la normativa pública relativa a los derechos y a la salud y la seguridad de los trabajadores. Sólo una proporción de trabajadores que oscila entre el 19,2 y el 31,2 % de los trabajadores en las tres ZEE de Guangdong pueden someterse a reconocimientos médicos (véase la Tabla 20.10). Un 49,2 % de las empresas no suministra equipos 45,4 % ofrece subsidios por exposición a riesgos en el trabajo (China Daily, 26 de noviembre de 1993). En Dalian, la situación es aún peor. En otro estudio realizado por el Sindicato Provin- cial de Guangdong en 1993, se indica que más del 61 % de los trabajadores realizan jornadas semanales de más de seis días (China Daily, 26 de noviembre de 1993).




jueves, 20 de agosto de 2015

Los problemas de salud en el trabajo en las empresas financiadas con capital extranjero (I)

Actualmente, hay más de 10 millones de trabajadores nacionales empleados en más de 70.000 empresas financiadas con capital extranjero. Las políticas preferenciales encaminadas a fomentar la inversión exterior, la abundancia de recursos naturales y el bajo coste de la mano de obra atraen a un número de inversores cada vez mayor. La Comisión de Planificación Estatal del Consejo de Estado ha decidido reducir el número de exámenes administrativos impuestos a los solicitantes. Se ha facultado a las administraciones locales para aprobar proyectos de inversión. La decisión relativa a los que requieren una financiación inferior a 0 millones de dólares puede ser adoptada por las autoridades locales, previo registro en la Comisión de Planificación Estatal, y se anima a las empresas extranjeras a licitar por estos proyectos (China Daily, 18 de mayo de 1994). Obviamente, las empresas de financiación extranjera también resultan muy atractivas para muchos trabajadores chinos, sobre todo por la posibilidad de obtener salarios superiores.
Con el fomento de la inversión extranjera, se han instalado en el país empresas peligrosas. El Ministerio de Salud Pública y otros organismos afines han mostrado su preocupación por la salud laboral de los trabajadores en estos sectores. Algunos estu- dios locales han puesto de manifiesto la magnitud del problema, que se concreta en un elevado nivel de exposición a riesgos labo- rales, largas jornadas de trabajo, condiciones de trabajo defi- cientes, dificultades especiales para las trabajadoras, falta de medios de protección personal adecuados, carencia de reconoci- mientos médicos y de formación, inexistencia de seguros de enfermedad, despido del personal afectado por enfermedades profesionales, etc.

miércoles, 19 de agosto de 2015

El reto de la migración generalizada de la población activa

En 1992, la población activa en China estaba constituida por 594,32 millones de personas, de los que un 73,7 % eran clasifi- cados como trabajadores rurales (Oficina Nacional de Estadística 1993). Un tercio de los 440 millones de trabajadores rurales del país se encuentran actualmente en situación de desempleo (China Daily, 7 de diciembre de 1993). El enorme excedente de mano de obra, que ha superado con creces la demanda de empleo dispo- nible en las empresas locales, se desplaza a las áreas urbanas. El desplazamiento masivo de agricultores a las ciudades en los últimos años, especialmente acusado desde el comienzo del decenio de 1990, constituye el gran reto a que se enfrentan las administraciones central y locales. Por ejemplo, en el primer semestre de 1991, sólo 200.000 agricultores abandonaron sus localidades de procedencia en Jiangxi, mientras que en 1993, fueron más de 3 millones los que emigraron, lo que representa una quinta parte de los trabajadores rurales de esta provincia
(China Daily, 25 de noviembre de 1993). Además, unos 20 millones de jóvenes alcanzan cada año la edad legal para trabajar en el país (Oficina Nacional de Estadística 1993) Debido a la urbaniza- ción generalizada y la amplia apertura al mundo exterior, que atrae la inversión extranjera, se han creado más oportunidades para los trabajadores rurales migrantes. Estas personas desarro- llan un gran número de actividades en las ciudades en los sectores industrial, obras públicas, el transporte, el comercio, los servicios
y la mayoría de tareas de alto riesgo o peligrosas que la población urbana rechaza. Estos trabajadores tienen el mismo contexto personal que los que integran las plantillas de las empresas rurales locales y se enfrentan a problemas de salud en el trabajo semejantes. Además, por su movilidad, es difícil hacerles un segui- miento y las empresas pueden obviar con facilidad el cumpli- miento de sus responsabilidades respecto de la salud de su personal. Por otra parte, estos trabajadores a menudo se dedican a varias actividades en las que el riesgo para la salud debido a exposiciones peligrosas puede ser elevado y es difícil facilitarles el acceso a los servicios de salud en el trabajo. Estas condiciones agravan la situación.

martes, 18 de agosto de 2015

ESTUDIO DE CASO: INDUSTRIALIZACION Y PROBLEMAS DE SALUD EN EL TRABAJO EN CHINA (IV)

La frecuencia total de enfermedades profesionales causadas por la exposición a estos siete tipos era del 4,36 %, un porcen- taje muy superior a la frecuencia de todas las enfermedades profesionales indemnizables registradas en las empresas públicas. De un 11,42 % de los trabajadores expuestos se sospechaba que podían padecer también estas enfermedades. Posteriormente, las industrias peligrosas han seguido trasladándose de las áreas urbanas a las rurales y de las empresas públicas a las locales. La mayoría de los trabajadores que desa- rrollan su actividad en estas industrias fueron agricultores antes de ingresar en sus plantillas y carecen de formación. Incluso los propietarios y los directivos tienen un nivel de educación muy limitado.
En un estudio sobre 29.000 empresas locales se observó que el 78 % de los empresarios y directivos sólo habían realizado estudios de enseñanza secundaria o primaria y que algunos de ellos eran sencillamente analfabetos (Tabla 20.9). Un 60 % de los empresarios y directivos desconocen los requisitos de salud en el trabajo impuestos por la Administración. En el estudio se preveía que la frecuencia de las enfermedades profesionales en las empresas rurales aumentaría y alcanzaría un nivel máximo en el año 2000.

lunes, 17 de agosto de 2015

ESTUDIO DE CASO: INDUSTRIALIZACION Y PROBLEMAS DE SALUD EN EL TRABAJO EN CHINA (III)

Además, existe una tendencia al agravamiento de los problemas de salud en el trabajo en las empresas rurales. Así, la encuesta reveló que un 82,7 % de las empresas industriales rurales regis- traban al menos un tipo de riesgo profesional en el lugar de trabajo. Un 33,9 % de los trabajadores manuales estaban expuestos, como mínimo, a una forma de riesgo. Las tomas de muestras de plomo, benceno y derivados, del cromo, polvo de sílice y polvo de amianto en el aire realizadas en 2.597 lugares de trabajo de 1.438 empresas indicaron que la tasa total de cumpli- miento era del 40,82 % (Tabla 20.7). Las tasas de conformidad con respecto a los niveles de polvo eran muy bajas: 7,31 % en el caso de la sílice, 28,57 % en el del carbón y 0,00 % en el del amianto. La tasa total de conformidad en cuanto al ruido analizada en 1.155 empresas era del 32,96 %. Se realizaron reconocimientos físicos de los trabajadores expuestos a más de siete tipos de riesgos (Tabla 20.8).

domingo, 16 de agosto de 2015

Objetivos y valores comunes (I)

El papel de los servicios de salud en el trabajo institucionalizados debe contemplarse en el marco más amplio de las políticas e infraestructuras sanitarias y sociales, pues contribuyen a la puesta en práctica de las políticas nacionales de seguridad en el trabajo, salud en el trabajo y medio ambiente de trabajo recomendadas por el Convenio de la OIT sobre seguridad y salud de los trabaja- dores y medio ambiente de trabajo (nº 155) y su Recomendación (nº 164), de 1981. Los servicios de salud en el trabajo contribuyen también a la consecución de los objetivos contenidos en la estrategia “Salud para todos” defendida por la OMS como polí- tica para la equidad, la solidaridad y la salud.
Hay signos de una tendencia cada vez más acusada a poner en juego la experiencia y los recursos en el marco de una conexión en red de los distintos mecanismos. A escala internacional, éste es ya el caso de la seguridad química, para la que existe un mecanismo interorganizativo: el Programa Interorganizativo para una Correcta Gestión de las Sustancias Químicas (IOMC). Hay otros muchos campos, tales como la protección contra la radiación y la seguridad biológica, en los que están apareciendo
o podrían desarrollarse formas flexibles de cooperación interna- cional entre países y organizaciones internacionales.

sábado, 15 de agosto de 2015

Condiciones de funcionamiento (II)

Los aspectos éticos de la salud en el trabajo se tienen cada vez más en cuenta, poniéndose el énfasis en la necesidad tanto de calidad como de evaluación permanente de los servicios. No sólo es necesario determinar qué debe hacerse, sino también con qué finalidad y en qué condiciones. La Recomendación de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 171) establece un conjunto de principios a este respecto. El Código Etico Interna- cional para los Profesionales de la Salud en el Trabajo adoptado por la Comisión Internacional de Medicina del Trabajo (CIMT 1992) aporta directrices adicionales.
En 1995, el Comité Mixto OIT/OMS sobre Salud en el Trabajo señaló que “la garantía de calidad de los servicios debe formar parte integral del desarrollo de los servicios de salud en el trabajo. No es éticamente admisible prestar servicios de mala calidad.” El Código Etico del CIMT prescribe que “los profesionales de la salud en el trabajo deben establecer un programa de auditoría profesional de sus propias actividades para garantizar que se han establecido normas adecuadas, que éstos se están cumpliendo y que las deficiencias, si las hubiera, se están detec- tando y corrigiendo”.

viernes, 14 de agosto de 2015

Condiciones de funcionamiento (I)

Se hace hincapié en las condiciones de funcionamiento de los servicios de salud en el trabajo. No sólo es necesario que realicen un cierto número de tareas, sino también que éstas se realicen de forma adecuada, tomando en consideración los aspectos técnicos
y éticos.
El Convenio de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo y especialmente su Recomendación de acompañamiento señalan algunos requisitos básicos:

• El personal debe estar cualificado y disfrutar de plena indepen- dencia profesional.
• Debe garantizarse la confidencialidad.
• Debe informarse a los trabajadores de las actividades de los servicios y de los resultados de sus evaluaciones de salud.
• Las empresas, los trabajadores y sus representantes deben participar en el funcionamiento de los servicios y en el diseño de sus programas.

jueves, 13 de agosto de 2015

Normas y orientación - Funciones (III)

Hay diversos ejemplos de servicios de salud en el trabajo creados por instituciones de seguridad social o financiados por programas de seguro especiales de los trabajadores. En algunos casos la financiación se rige por un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y el de Sanidad o entre las instituciones de la seguridad social. En determinados países, los sindicatos gestionan este tipo de servicios. También hay mecanismos especiales en virtud de los cuales una institución central u organismo tripartito recauda fondos entre los empleados y luego paga por la prestación de estos servicios o distribuye los fondos para financiar el funcionamiento de los servicios.
Las fuentes de financiación también pueden variar en función de las actividades de los servicios. Por ejemplo, si realizan activi- dades curativas, la seguridad contribuye en algunos casos a financiarlos. Si participan en programas sanitarios públicos y en actividades de promoción de la salud o de investigación, pueden encontrarse otras fuentes de financiación. La financiación no depende sólo del modelo estructural elegido, sino también del valor que la sociedad asigna a la protección y promoción de la salud y de su disponibilidad a invertir en la salud en el trabajo y la prevención de los peligros profesionales.


miércoles, 12 de agosto de 2015

Normas y orientación - Funciones (II)

El Convenio y la Recomendación de la OIT son muy flexibles con respecto a las formas de organizar los servicios de salud en el trabajo. El establecimiento de estos servicios puede venir exigido por normas legales o reglamentarias o por convenios colectivos, o bien ser aprobado de cualquier otro modo por la autoridad competente tras consultar a las organizaciones representativas de las empresas y trabajadores afectados. Pueden organizarse para una sola empresa o con carácter común para varias. En la medida de lo posible, deben estar ubicados cerca del lugar de trabajo u organizarse de forma que se garantice su correcto funcionamiento en éste. Pueden ser organizados por la propia empresa afectada, los poderes públicos o servicios oficiales, las instituciones de seguridad social o cualquier otro organismo auto- rizado, o bien por una combinación de cualquiera de los ante- riores, lo que permite un alto grado de flexibilidad. Incluso en un mismo país pueden emplearse varios de estos métodos según las condiciones y prácticas locales.
La flexibilidad del Convenio demuestra que el espíritu de los instrumentos de la OIT en la materia es acentuar los objetivos más que las reglas administrativas para lograrlos. Es importante asegurar la salud en el trabajo de todos los trabajadores, o al menos avanzar hacia este objetivo. Este progreso sólo puede realizarse habitualmente de forma gradual, pero es necesario hacer algunos avances hacia estos objetivos y emplear los recursos de la forma más eficiente para este fin.
Hay varios métodos de financiación de los servicios de salud en el trabajo. En muchos países, la obligación de crear y mantener estos servicios corresponde a las empresas, mientras que en otros forman parte de los programas sanitarios nacionales o de los servi- cios sanitarios públicos. El Convenio no detalla los aspectos de la dotación de personal, la financiación y la formación del personal, dejándolo al enfoque nacional de cada país.

martes, 11 de agosto de 2015

Conclusión Existen numerosas pruebas en la literatura mundial de la utilidad de los programas preventivos

Existen numerosas pruebas en la literatura mundial de la utilidad de los programas preventivos en el lugar de trabajo (Pelletier 1991 y 1993). El servicio de salud laboral se encuentra en una posición óptima para dirigir estos programas o, como mínimo, para participar en el diseño y la supervisión de su ejecución y sus resultados. El director médico está estratégicamente situado para combinar estos programas con actividades orientadas a la salud y la seguridad laboral y alcanzar ambos objetivos, tanto en bene- ficio de los trabajadores (y sus familias, cuando se incluyen en el programa) como de la organización.

lunes, 10 de agosto de 2015

Evaluación de los programas

El director médico está en una posición ventajosa para evaluar el programa de educación y promoción de la salud de la organiza- ción. Los datos acumulados a partir de valoraciones del riesgo para la salud, reconocimientos médicos y cribado, visitas al servicio de salud laboral, absentismo debido a enfermedades o accidentes, etc., cuando se aplican a una determinada cohorte de trabajadores o a la totalidad de la plantilla, pueden ser cotejados con evaluaciones de la productividad, costes de indemnización por accidentes de trabajo, seguros médicos y otros datos para la gestión, con el fin de proporcionar, al cabo del tiempo, una esti- mación de la eficacia del programa. Este tipo de análisis permite identificar lagunas y deficiencias que sugieran la necesidad de modificar el programa y, al mismo tiempo, demostrar a la direc- ción la conveniencia de seguir asignando los recursos necesarios. Se han publicado fórmulas para calcular el coste/beneficio de estos programas (Guidotti, Cowell y Jamieson 1989).

domingo, 9 de agosto de 2015

Elementos del programa Acondicionamiento físico


En muchas grandes organizaciones, los programas de manteni- miento de la capacidad física para el trabajo constituyen el núcleo del programa de promoción y mantenimiento de la salud. Estos programas incluyen actividades aeróbicas para acondicionar el corazón y los pulmones y ejercicios de fuerza y elasticidad para acondicionar el sistema musculosquelético.
En las organizaciones que disponen de instalaciones depor- tivas propias, éstas suelen estar bajo la dirección del servicio de salud laboral. En esos casos, las instalaciones pueden utilizarse no sólo para los programas de mantenimiento de la capacidad física para el trabajo sino también para realizar ejercicios de prevención o alivio de dolores de espalda, síndromes de mano y hombro y otras lesiones. Asimismo, se facilita el control médico de los programas especiales de ejercicio para trabajadores que se han reincorporado después de un embarazo, una operación quirúrgica o un infarto de miocardio.
Los programas de acondicionamiento físico pueden ser eficaces, pero requieren la estructuración y dirección de personal debidamente formado, que sepa cómo guiar a una persona con limitaciones físicas para que alcance un estado adecuado para el trabajo. Para evitar posibles efectos secunda- rios, todas las personas que participen en un programa de mantenimiento de la capacidad física para el trabajo deberían someterse a una evaluación médica apropiada, que puede ser realizada por el servicio de salud laboral.

sábado, 8 de agosto de 2015

Elementos del programa Reconocimientos periódicos (II)

Algunas organizaciones ofrecen periódicamente una valora- ción del riesgo para la salud (VRS) utilizando un cuestionario para averiguar los hábitos relacionados con la salud y los síntomas que podrían tener importancia. Esta valoración suele completarse con mediciones físicas como altura y peso, grosor del pliegue cutáneo, presión arterial, análisis de orina y determi- nación del nivel de colesterol en sangre mediante un simple “pinchazo en el dedo”. Otras organizaciones realizan programas masivos de reconocimientos para detectar ciertos problemas de salud; los más frecuentes son los destinados a detectar hiperten- sión, diabetes, elevados niveles de colesterol en sangre y cáncer. La discusión sobre las pruebas que son más útiles está fuera del ámbito de este artículo. Sin embargo, el director médico puede desempeñar un papel crítico en la selección de los procedi- mientos más apropiados para la población y evaluar la sensibi- lidad, especificidad y valores predictivos de las pruebas que se están barajando. Especialmente cuando se contrata a personal temporal o a servicios externos para realizar estos reconoci- mientos, es importante que el director médico verifique sus cualificaciones y su formación para garantizar la calidad de sus actuaciones. De igual importancia es la rápida notificación de los resultados a las personas exploradas, la disponibilidad inme- diata de pruebas de confirmación y procedimientos de diagnós- tico para las personas que han dado resultados positivos o equívocos, el acceso a una fuente de información fiable para los que desean hacer preguntas y un sistema organizado de segui- miento para promover el cumplimiento de las recomendaciones. Cuando no existe un servicio de salud laboral o éste no participa en el programa de cribado, estas consideraciones suelen pasarse por alto, con la consiguiente pérdida de valoración del programa.

viernes, 7 de agosto de 2015

Elementos del programa Reconocimientos periódicos (I)

Estos programas están diseñados para la detección precoz de problemas de salud o enfermedades que permita su curación o control y para detectar síntomas precoces relacionados con hábitos nocivos para la salud que, si consiguen modificarse, pueden prevenir o retrasar la aparición de enfermedades o un envejecimiento prematuro.
La atención suele centrarse en enfermedades cardiorrespira- torias, metabólicas (diabetes), musculosqueléticas (espalda, microtraumatismos repetitivos) y detección precoz del cáncer (colorrectal, pulmonar y de mama).

jueves, 6 de agosto de 2015

Fibrosis masiva progresiva - Radiología


Se considera que la presencia de opacidades grandes (1 cm) en la radiografía, asociadas a una historia de exposición extensa a polvo de minas de carbón, implica la presencia de FMP. Sin embargo, es importante considerar otras enfermedades como el cáncer de pulmón, la tuberculosis y los granulomas. Lo habitual es observar grandes opacidades en un fondo de pequeñas opaci- dades, pero se ha observado el desarrollo de FMP a partir de una profusión de categoría0a lo largo de un período de cinco años.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Fibrosis masiva progresiva - Anatomía patológica

Las lesiones de la FMP pueden ser uni o bilaterales, y se encuen- tran con mayor frecuencia en los lóbulos pulmonares superiores o medios. Estas lesiones están formadas por colágeno, reticulina, polvo de las minas de carbón y macrófagos cargados de polvo, mientras que su centro puede contener un líquido negro que en ocasiones se cavita. Los estándares anatomopatológicos de Estados Unidos exigen que las lesiones tengan una lesión igual o superiora2 cm para ser identificadas como entidades de FMP en muestras quirúrgicas o de autopsia.

martes, 4 de agosto de 2015

Fibrosis masiva progresiva

La FMP, en ocasiones denominada neumoconiosis complicada, se diagnostica cuando se encuentran una o más lesiones fibróticas extensas (cuya definición depende del modo de detección) en uno o ambos pulmones. Como su nombre indica, la FMP a menudo aumenta de gravedad con el tiempo, incluso en ausencia de una nueva exposición al polvo. También puede desarrollarse después de haberse interrumpido la exposición, y a menudo puede causar discapacidad y muerte prematura.

lunes, 3 de agosto de 2015

Tratamiento

Aunque se ha intentado diversas formas de tratamiento, incluida la inhalación de polvo de aluminio y la administración de tetrandina, no se conoce ningún tratamiento que revierta de forma eficaz o detenga el proceso fibrótico pulmonar. En la actualidad, y princi- palmente en China pero también en otros países, se está ensayando el lavado pulmonar total para reducir la carga de polvo total del pulmón. Aunque este procedimiento puede conducir a la elimina- ción de una cantidad considerable de polvo, no están claros sus riesgos, sus efectos beneficiosos ni su papel en el tratamiento de la salud de los mineros.
En otros aspectos, el tratamiento debe dirigirse hacia la prevención de las complicaciones, potenciando al máximo el estado funcional de los mineros y aliviando sus síntomas, ya sean éstos debidos a la NMC o a otras enfermedades respiratorias concomitantes. En general, los mineros que desarrollan enferme- dades pulmonares inducidas por polvo, deben evaluar sus expo- siciones actuales al polvo y utilizar los recursos del gobierno y de las organizaciones de trabajo para encontrar los caminos dispo- nibles destinados a reducir todas las exposiciones respiratorias adversas. En el caso de los mineros fumadores, el abandono del tabaco es un paso inicial en el control personal de la exposición. Se sugiere la prevención de las complicaciones infecciosas de la enfermedad pulmonar crónica con vacunas neumocócicas y anuales de la gripe. También se recomienda la investigación precoz de los síntomas de infección pulmonar, prestando especial atención a la enfermedad por micobacterias. Los tratamientos de la bronquitis aguda, el broncospasmo y la insuficiencia cardíaca congestiva son similares a los de los pacientes que no presentan enfermedad relacionada con el polvo.

domingo, 2 de agosto de 2015

Prevención

La única protección frente a la NMC consiste en reducir al mínimo la exposición al polvo. Siempre que sea posible, esto debe conseguirse mediante métodos de supresión de polvo, como venti- lación y pulverización con agua, en vez de con el uso de respira- dores o de controles administrativos, como por ejemplo la rotación del trabajador. En este sentido, existen en la actualidad pruebas claras de que las acciones reguladoras de algunos países destinadas a reducir el nivel de polvo, iniciadas en torno al decenio de 1970, han reducido de forma marcada los niveles de esta enfermedad. El traslado de los trabajadores con signos precoces de NMC a trabajos con una menor exposición al polvo es una acción prudente, aunque existen escasas pruebas prácticas que indiquen que tales programas hayan tenido éxito en la prevención de la progresión de la enfermedad. Por esta razón, la supresión del polvo debe seguir siendo el método primario de prevención de la enfermedad.
La monitorización continuada y enérgica de la exposición al polvo y la aplicación concienzuda de medidas de control pueden complementarse mediante la vigilancia con detección selectiva del estado de salud de los mineros. Si se descubre que desarro- llan enfermedades relacionadas con el polvo, deben intensifi- carse las medidas de control de la exposición en todos los lugares de trabajo, y debe ofrecerse, a los mineros que presenten efectos derivados de la exposición al polvo, trabajo en áreas de baja concentración de polvo en el entorno de la mina.

sábado, 1 de agosto de 2015

ANALISIS DE ACTIVIDADES, TAREAS Y SISTEMAS DE TRABAJO

Es difícil hablar de análisis del trabajo fuera de la perspectiva de los recientes cambios del mundo industrializado, ya que la natu- raleza de las actividades y las condiciones en las que se desarro- llan han evolucionado notablemente durante estos últimos años. Los factores que han dado lugar a estos cambios han sido nume- rosos, pero hay dos cuyo impacto puede considerarse crucial. Por un lado, los avances tecnológicos, con su marcha vertiginosa, y los tremendos cambios producidos por las tecnologías de la informa- ción, han revolucionado muchas trabajos (De Keyser 1986). Por otra parte, la incertidumbre del mercado económico ha exigido una mayor flexibilidad en la gestión del personal y la organiza- ción del trabajo. Si bien los trabajadores tienen ahora una visión más amplia del proceso de producción, como un proceso menos rutinario e indudablemente más sistemático, también es verdad que han perdido los vínculos exclusivos con un entorno, un equipo o una herramienta de producción. No es fácil contemplar estos cambios con serenidad, pero tenemos que enfrentarnos al hecho de que se ha creado un nuevo panorama industrial, en ocasiones más enriquecedor para aquellos trabajadores que pueden encontrar su lugar en él, pero también lleno de trampas y dificultades para aquellos que resultan marginados o excluidos. No obstante, en las empresas está surgiendo una idea que ha confirmado los experimentos piloto realizados en muchos países: es posible dirigir los cambios y amortiguar sus efectos adversos utilizando análisis adecuados y aplicando todos los recursos de negociación entre las distintas partes. Y es dentro de este contexto en el que deben realizarse los análisis actuales del trabajo, como herramientas que nos permitirán describir mejor las tareas y acti- vidades para así poder dirigir intervenciones de distinta índole, como la formación, el establecimiento de nuevos sistemas de organización o el diseño de herramientas y sistemas de trabajo. Hablamos de análisis en plural porque existen muchos tipos de análisis, en función de los contextos teóricos y culturales en los que se han desarrollado, de los objetivos concretos que persiguen, de la evidencia que recogen o del interés de sus autores por lo específico o por lo general. Aquí nos limitaremos a presentar algunas características de los análisis del trabajo y haremos hincapié en la importancia del trabajo colectivo. Nuestras conclu- siones mostrarán otros caminos, que los límites de este texto no nos permiten analizar en profundidad.

viernes, 31 de julio de 2015

Conclusión La ergonomía es el estudio sistemático de las personas

La ergonomía es el estudio sistemático de las personas en su entorno de trabajo con el fin de mejorar su situación laboral, sus condiciones de trabajo y las tareas que realizan. El objetivo es adquirir datos relevantes y fiables que sirvan de base para reco- mendar cambios en situaciones específicas y para desarrollar teorías, conceptos, directrices y procedimientos más generales que contribuyan a un continuo desarrollo de los conocimientos en el campo de la ergonomía.

jueves, 30 de julio de 2015

Satisfacción en el trabajo y desarrollo personal

Si se parte del principio de que el trabajador u operador humano debe ser tratado como una persona y no como un robot, se desprende que deberían valorarse sus responsabilidades, acti- tudes, creencias y valores. Esto no es nada fácil, ya que hay muchas variables en juego, en su mayoría detectables pero no cuantificables, y enormes diferencias individuales y culturales. Sin embargo, gran parte del esfuerzo se concentra actualmente en el diseño y la organización del trabajo, con el fin de asegurar que la situación sea lo más satisfactoria posible, desde el punto de vista del operador. Es posible realizar algunas mediciones utilizando técnicas de encuesta y se dispone de algunos criterios basados en ciertas características del trabajo, como la autonomía y el grado de responsabilidad. Estos esfuerzos requieren tiempo y dinero, pero pueden obtenerse considerables beneficios si se escuchan las sugerencias, opiniones y actitudes de las personas que están reali- zando el trabajo. Su enfoque puede no ser el mismo que el del
“diseñador” externo del trabajo, y puede no coincidir con los supuestos del organizador o planificador del trabajo. Estas diferencias de opinión son importantes y pueden llegar a producir un cambio positivo en la estrategia, por parte de todos los implicados.
No hay duda de que el ser humano aprende continuamente si está rodeado de las condiciones adecuadas. La clave es proporcionarle información sobre la actuación pasada y presente, que podrá utilizar para mejorar la actuación futura. Más aún, tal información actuará como un incentivo del rendimiento. De esta forma todo el mundo gana: la persona que ejecuta el trabajo y los responsables, en un sentido más amplio, de esta ejecución. De esto puede concluirse que hay mucho que ganar con una mejora en la ejecución del trabajo, inclusive para el desarrollo personal. El principio de que el desarrollo personal debe ser un aspecto en la aplicación de la ergonomía, requiere mayores habilidades por parte del diseñador y del organizador, pero si se logran aplicar adecuadamente, mejorarán todos los aspectos de la actuación humana antes mencionados.
Con frecuencia, aplicar con éxito la ergonomía sólo consiste en desarrollar la actitud o el punto de vista idóneos. Las personas son, inevitablemente, el factor central de cualquier esfuerzo humano, y por tanto, es inherentemente importante considerar sistemáticamente sus méritos, limitaciones, necesi- dades y aspiraciones.

miércoles, 29 de julio de 2015

Fiabilidad y calidad

Como se indicó anteriormente, en los sistemas de alta tecnología (por ejemplo, transporte aéreo de pasajeros, refinerías de crudo o plantas de generación de energía), la medida clave es la fiabilidad, más que la productividad. Los controladores de dichos sistemas vigilan el rendimiento y contribuyen a la productividad y a la seguridad haciendo los ajustes precisos para garantizar que las máquinas automáticas están conectadas y funcionan dentro de sus límites. Todos estos sistemas se encuentran en un estado de máxima seguridad cuando están inactivos, o cuando funcionan dentro de las condiciones de funcionamiento proyectadas; son más peligrosos cuando se mueven entre estados de equilibrio, por ejemplo, durante el despegue de un avión o cuando se está dete- niendo un sistema de proceso. Una alta fiabilidad es una caracte- rística clave no sólo por motivos de seguridad, sino también porque una interrupción o parada no planificada resulta extre- madamente costosa. La fiabilidad es fácil de medir después de obtenido el resultado, pero es muy difícil de predecir, a menos que se haga por referencia a resultados anteriores de sistemas similares. Cuando algo va mal, el error humano es invariable- mente una causa que contribuye, pero no siempre significa que se trate de un error del controlador. Los errores humanos pueden originarse en la fase de diseño y durante la puesta en marcha y el mantenimiento. Actualmente se acepta que estos sistemas de alta tecnología, tan complejos, requieren un estudio ergonómico considerable y continuo desde el diseño hasta la valoración de cualquiera de los fallos que puedan producirse.
La calidad está en relación con la fiabilidad, pero es muy difícil, si no imposible, de medir. Tradicionalmente, en los sistemas de producción en cadena y por lotes, la calidad se controlaba inspeccionando el producto terminado, pero en la actualidad se combinan la producción y el mantenimiento de la calidad. Así, cada operador tiene una responsabilidad paralela, como inspector. Esto suele resultar más efectivo, pero puede significar el abandono de la política de incentivos basada simple- mente en las tasas de producción. En términos ergonómicos, lo normal es tratar al operador como una persona responsable y no como un robot programado para una actividad repetitiva.

viernes, 17 de julio de 2015

Productividad y eficacia

unidad de tiempo, mientras que la eficacia incorpora otras varia- bles, en particular la relación resultado-inversión. La eficacia incorpora el coste de lo que se ha hecho en relación con los logros, y en términos humanos, esto implica la consideración de los costes para el operador humano.
En la industria, la productividad es relativamente fácil de medir: la cantidad producida puede contarse y el tiempo inver- tido en producir es fácil de determinar. Los datos sobre producti- vidad suelen utilizarse en comparaciones del tipo antes/después de la modificación de métodos, situaciones o condiciones de trabajo. Esto implica asumir una serie de suposiciones, como la equivalencia entre el esfuerzo y otros costes, porque se basa en el principio de que el operador humano rendirá tanto como lo permitan las circunstancias. Si la productividad aumenta, esto significa que las circunstancias son mejores. Hay muchas razones para recomendar este sencillo enfoque, a condición de que se utilice teniendo en cuenta los posibles factores de confu- sión que pueden enmascarar lo que está ocurriendo realmente. La mejor garantía de ello es intentar asegurarse de que nada ha cambiado entre la situación anterior y la posterior, con excep- ción de los aspectos que se están estudiando.
La eficacia es la medida más global, pero también la más difícil de determinar. Por lo general, debe definirse específica- mente para cada situación particular, y en la valoración de los resultados de cualquier estudio deberá comprobarse que la defi- nición es relevante y válida para las conclusiones obtenidas. Por ejemplo, ¿montar en bicicleta, es más eficaz que andar? Montar en bicicleta es más productivo en términos de la distancia que es posible recorrer en un tiempo determinado, y más eficaz en términos de la energía consumida por unidad de distancia o, si se trata de un ejercicio realizado dentro de casa, porque la bici- cleta es más sencilla y económica que otro tipo de aparatos. Por otra parte, la finalidad del ejercicio podría ser el consumo de energía por motivos de salud, o la subida de una montaña en un terreno difícil; en estas circunstancias, caminar será más eficaz. Así, la medida de la eficacia sólo tiene sentido en un contexto bien definido.

miércoles, 15 de julio de 2015

Ejemplo Requisitos para la aplicación del sistema: revisión, verificación y validación

En la Tabla 32.5 se ofrecen algunos ejemplos de cada uno de los cuatro sistemas de clasificación de enfermedades y lesiones, para ilustrar el nivel de detalle y la riqueza del sistema final. La potencia del sistema en su conjunto se demuestra en la Tabla 32.6, en la que se señalan las características que se ta- bularon para un conjunto de lesiones relacionadas: las caídas. Además de las caídas totales, se distingue entre las caídas en un mismo plano, las caídas a un plano más bajo y los saltos a un plano más alto. Puede observarse, por ejemplo, que la probabi- lidad de sufrir una caída es mayor en los trabajadores de 25 a
34 años, los operadores de máquinas y peones, los trabajadores de industrias manufactureras y los que tienen menos de cinco años de experiencia en su actual empleo (datos no representados).
Los accidentes se asociaron con más frecuencia con trabajos en el suelo o en superficies a ras de suelo, y las lesiones sufridas con más frecuencia fueron las dislocaciones o distensiones de espalda, causantes de la baja laboral durante más de un mes.

Es evidente que este tipo de datos pueden tener una impor tante repercusión en los programas de prevención de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo. Pese a ello, no indican qué profesiones o sectores son los más peligrosos, puesto que hay profesiones muy peligrosas que cuentan con un pequeño número de trabajadores. La determinación de los niveles de riesgo asociados a ciertas profesiones y sectores se expone en el siguiente artículo “Análisis del riesgo de lesiones y enfermedades no mortales en el lugar de trabajo”.

martes, 14 de julio de 2015

Requisitos para la aplicación del sistema: revisión, verificación y validación (II)

Es evidente que los controles de edición no pueden ser nunca lo suficientemente estrictos para detectar todos los datos sospechosos. Debe comprobarse la lógica global de éstos. Por ejemplo, según la información recogida durante años sobre la parte del cuerpo afectada, casi el 25 % de los casos mencionan la espalda. Este porcentaje constituye un punto de referencia para el personal que debe validar los datos. Un análisis de tabu- laciones cruzadas de la sensibilidad global facilita también infor- mación sobre la aplicación más o menos correcta del sistema. Finalmente, existen algunos episodios especiales y raros, como la tuberculosis de origen profesional, que deben validarse. Un aspecto importante de un sistema de validación exhaustivo podría consistir en volver a establecer contacto con la empresa para verificar la exactitud de su informe, aunque para ello se necesitan recursos adicionales.

domingo, 12 de julio de 2015

Requisitos para la aplicación del sistema: revisión, verificación y validación (I)

La preparación de un sistema de clasificación exhaustivo es sólo un paso para recopilar y facilitar a los usuarios información fide- digna sobre las lesiones y enfermedades que se originan en el lugar de trabajo. Es importante que los profesionales sepan cómo se aplica ese sistema de una manera exacta, uniforme y acorde con el diseño previsto.
La primera medida de garantía de calidad consistió en impartir una formación exhaustiva a las personas responsables de asignar los códigos del sistema de clasificación. Se organi- zaron cursos de iniciación, de nivel intermedio y avanzados para enseñar técnicas normalizadas de codificación. Un pequeño grupo de personas que participaron en estos cursos se encar- garon de organizar otros cursos iguales para el personal intere- sado en todo el territorio de Estados Unidos.
Se incorporaron controles electrónicos de edición para ayudar en el proceso de revisión, verificación y validación de las carac- terísticas y los datos demográficos de los casos. Se establecieron los criterios de lo que puede y no puede combinarse y se intro- dujo un sistema automatizado para detectar combinaciones erróneas. Este sistema contiene más de 550 grupos de compro- baciones cruzadas para verificar que los datos introducidos superen los controles de calidad. Por ejemplo, un caso que iden- tifique el síndrome del tunel carpiano como causa de lesión de una rodilla sería considerado como un error. Este sistema auto- matizado identifica también códigos no válidos, es decir, que no existen en el sistema de clasificación.

sábado, 11 de julio de 2015

Fuente secundaria de la lesión o enfermedad

La BLS y otros usuarios de los datos coinciden en que el sistema de clasificación de la fuente de lesión o enfermedad profesional indica el objeto que produce la lesión o enfermedad, pero algunas veces no refleja otras importantes aportaciones al episodio. En el sistema precedentes, por ejemplo, si un trabajador se golpeaba con un trozo de madera que salía despedido de una sierra atas- cada, la madera era la fuente de la lesión, pero no se indicaba el hecho de que la sierra fuera eléctrica. Si un trabajador sufría quemaduras durante un incendio, la llama era la fuente de la lesión, pero no se indicaba la causa del incendio.
Para evitar esta posible pérdida de información, la BLS esta- bleció una fuente secundaria de la lesión o enfermedad que
“identifica el objeto, sustancia o persona que generó la fuente de la lesión o enfermedad o contribuyó al episodio o exposición”. Las normas específicas para la selección de este código hacen hincapié en la identificación de máquinas, herramientas, equipos u otras sustancias generadoras de energía (como líquidos inflamables) que no se identifican en la fuente principal. En el primero de los ejemplos anteriores, la sierra eléctrica sería la fuente secundaria, puesto que lanzó la pieza de madera. En el último ejemplo, la fuente secundaria sería la sustancia que provocó la ignición (grasa, gasolina, etc.).

viernes, 10 de julio de 2015

Validez interna

Se dice que un estudio es internamente válido cuando está libre de sesgos y, por consiguiente, refleja fielmente la asociación entre exposición y enfermedad que existe en la población del estudio. La observación de un riesgo de enfermedad asociado a una expo- sición puede ser, de hecho, el resultado de una asociación real, en cuyo caso será válida, pero puede también reflejar la influencia de sesgos que ofrecen una imagen distorsionada de la realidad.
En general, se distinguen tres tipos de sesgos, llamados también errores sistemáticos:
• Sesgo de selección.
• Sesgo de información u observación.
• Confusión.

Estos tres tipos de sesgos se describen brevemente a continua- ción, utilizando ejemplos extraídos del contexto de la higiene industrial.

jueves, 9 de julio de 2015

ASPECTOS RELACIONADOS CON LA VALIDEZ DEL DISEÑO DEL ESTUDIO

La necesidad de la validez

La epidemiología tiene como finalidad facilitar información sobre las enfermedades que afectan a las poblaciones. En particular, puede utilizarse para obtener información sobre las causas profe- sionales de los problemas de salud. Esta información se deriva de los estudios realizados en grupos de personas que presentan una enfermedad, comparándolas con personas que no presentan dicha enfermedad. Otro enfoque consiste en analizar las enfer- medades que aparecen en personas sometidas a ciertas exposi- ciones en su trabajo y compararlas con las pautas de esas mismas enfermedades en las personas que no están sometidas a dichas exposiciones. De esta forma, se puede estimar el riesgo de enfer- medad asociado a exposiciones específicas. Si se pretende que la información obtenida de este tipo de estudios pueda utilizarse para diseñar programas de prevención, identificar enfermedades profesionales e indemnizar debidamente a los trabajadores afec- tados por las exposiciones, estos estudios deben ser válidos.
La validez puede definirse como la capacidad de un estudio para reflejar la situación real. Un estudio válido es, por consi- guiente, aquel que mide correctamente la asociación (ya sea positiva, negativa o inexistente) entre una exposición y una enfermedad y que describe la dirección y la magnitud de un riesgo real. Se pueden distinguir dos tipos de validez: interna y externa. La validez interna es la capacidad de un estudio para reflejar lo que realmente les sucede a los participantes del estudio; la validez externa refleja lo que podría ocurrir en la población.
La validez hace referencia a la fiabilidad de la medición y no debe confundirse con la precisión de la medición, que es una función del tamaño del estudio y de la eficiencia del diseño del estudio.

miércoles, 8 de julio de 2015

Fiabilidad y calidad

Como se indicó anteriormente, en los sistemas de alta tecnología (por ejemplo, transporte aéreo de pasajeros, refinerías de crudo o plantas de generación de energía), la medida clave es la fiabilidad, más que la productividad. Los controladores de dichos sistemas vigilan el rendimiento y contribuyen a la productividad y a la seguridad haciendo los ajustes precisos para garantizar que las máquinas automáticas están conectadas y funcionan dentro de sus límites. Todos estos sistemas se encuentran en un estado de máxima seguridad cuando están inactivos, o cuando funcionan dentro de las condiciones de funcionamiento proyectadas; son más peligrosos cuando se mueven entre estados de equilibrio, por ejemplo, durante el despegue de un avión o cuando se está dete- niendo un sistema de proceso. Una alta fiabilidad es una caracte- rística clave no sólo por motivos de seguridad, sino también porque una interrupción o parada no planificada resulta extre- madamente costosa. La fiabilidad es fácil de medir después de obtenido el resultado, pero es muy difícil de predecir, a menos que se haga por referencia a resultados anteriores de sistemas similares. Cuando algo va mal, el error humano es invariable- mente una causa que contribuye, pero no siempre significa que se trate de un error del controlador. Los errores humanos pueden originarse en la fase de diseño y durante la puesta en marcha y el mantenimiento. Actualmente se acepta que estos sistemas de alta tecnología, tan complejos, requieren un estudio ergonómico considerable y continuo desde el diseño hasta la valoración de cualquiera de los fallos que puedan producirse.
La calidad está en relación con la fiabilidad, pero es muy difícil, si no imposible, de medir. Tradicionalmente, en los sistemas de producción en cadena y por lotes, la calidad se controlaba inspeccionando el producto terminado, pero en la actualidad se combinan la producción y el mantenimiento de la calidad. Así, cada operador tiene una responsabilidad paralela, como inspector. Esto suele resultar más efectivo, pero puede significar el abandono de la política de incentivos basada simple- mente en las tasas de producción. En términos ergonómicos, lo normal es tratar al operador como una persona responsable y no como un robot programado para una actividad repetitiva.

Encuestas descriptivas transversales (II)

Es importante elegir unos indicadores que sean representa- tivos, válidos y específicos para todo tipo de encuestas. Al contrario que para el diagnóstico clínico, en una encuesta o en un programa de exploración selectiva sólo pueden realizarse un número reducido de pruebas y, por consiguiente, el valor predic- tivo de estas pruebas es importante. Los métodos poco sensibles no detectan la enfermedad de interés, mientras que los métodos muy sensibles producen demasiados resultados falsos positivos. Todas las actividades orientadas a la detección de casos (es decir, exploración selectiva) deben incluir también mecanismos para prestar asistencia a las personas que han dado resultados “posi- tivos”, tanto en términos de diagnóstico como de tratamiento. De lo contrario, el único resultado de estas actividades será la frustración, pudiendo el estudio causar más daños que beneficios.

martes, 7 de julio de 2015

Encuestas descriptivas transversales (I)

Las encuestas transversales suelen ser más útiles para fines prác- ticos y administrativos que científicos. Los principios epidemioló- gicos pueden aplicarse a las actividades sistemáticas de vigilancia en el contexto de la higiene industrial, entre ellas las siguientes:

• Observación de la morbilidad asociada a una profesión, un área de trabajo o determinadas exposiciones.
• Encuestas periódicas de los trabajadores expuestos a peligros profesionales conocidos.
• Exploración de los trabajadores que entran en contacto con nuevos peligros para la salud.
• Programas de control biológico.
• Encuestas sobre la exposición para identificar y cuantificar los peligros.
• Programas de exploración selectiva en diferentes grupos de trabajadores.
• Evaluación de la proporción de trabajadores que requieren controles preventivos o periódicos (p. ej., presión arterial, cardiopatía coronaria).

lunes, 6 de julio de 2015

Diseños de estudios transversales

En un sentido científico, un diseño transversal es una sección transversal de la población del estudio, sin tener en cuenta ninguna consideración relacionada con el tiempo. Tanto la expo- sición como la morbilidad (prevalencia) se miden en el mismo punto en el tiempo.
Desde el punto de vista etiológico, este tipo de estudio presenta muchas limitaciones, en parte porque sólo hace refe- rencia a la prevalencia, y pasan por alto la incidencia. La preva- lencia es una medida compuesta que depende tanto de la incidencia como de la duración de la enfermedad. Esto deter- mina que los estudios transversales tengan que limitarse a enfer- medades de larga duración. Otro problema incluso más grave es el marcado sesgo negativo causado por la eliminación, por problemas de salud, de las personas más sensibles a los efectos de la exposición en el grupo de expuestos. Por ello, los problemas etiológicos se resuelven mejor con diseños longitudinales. De hecho, los estudios transversales no permiten extraer ninguna conclusión sobre si la exposición precede a la enfermedad o viceversa. El diseño transversal sólo tiene sentido etiológico si existe una relación en tiempo real entre la exposición y el resul- tado, lo que significa que la exposición tiene que tener efectos inmediatos. Sin embargo, la exposición puede medirse transver- salmente de manera que represente un período más largo en el pasado (p. ej., el nivel sanguíneo de plomo) y su efecto medirse en términos de prevalencia (p. ej., velocidades de conducción nerviosa). Este estudio sería, por tanto, una mezcla de diseño longitudinal y transversal, y no una simple sección transversal de la población del estudio.

domingo, 5 de julio de 2015

Tasas detectables de enfermedades profesionales


sábado, 4 de julio de 2015

ESTUDIO DE CASO: INDUSTRIALIZACION Y PROBLEMAS DE SALUD EN EL TRABAJO EN CHINA (II)

Este rápido paso de la población activa agrícola al trabajo no agrario en las áreas rurales ha ejercido una fuerte presión sobre los recursos de los servicios de salud en el trabajo. La “Encuesta sobre necesidades del servicio de salud en el trabajo y contrame- didas en las empresas locales” (ENSSTCEL), realizada en 30 distritos elegidos aleatoriamente de 13 provincias y 2 municipios y organizada conjuntamente por el Ministerio de Salud Pública
(MSP) y el Ministerio de Agricultura (MA) en 1990, puso de relieve que la mayoría de las empresas locales no habían prestado los servicios de salud en el trabajo básicos (MSP 1992). La cober- tura de las cinco actividades ordinarias del servicio de salud en el trabajo realizadas por las instituciones de salud en el trabajo (IST)
y las estaciones de salud y prevención de epidemias (ESPE) para dichas empresas era muy escasa, sólo entre el 1,37 y el 35,64 %
(Tabla 20.6). Los servicios que requerían la aplicación de técnicas complejas o la participación de profesionales de salud del trabajo capacitados eran especialmente limitados. Por ejemplo, la inspec- ción preventiva de la salud en el trabajo, el reconocimiento físico de los trabajadores expuestos a riesgos y el control en el lugar de trabajo eran sin duda insuficientes.

viernes, 3 de julio de 2015

ESTUDIO DE CASO: INDUSTRIALIZACION Y PROBLEMAS DE SALUD EN EL TRABAJO EN CHINA (I)

Los agricultores chinos han logrado éxitos considerables en la industrialización rural y el desarrollo de empresas locales (Tabla 20.5). De hecho, para la población rural, estos procesos han constituido la oportunidad más importante de escapar de la pobreza con rapidez. Desde el decenio de 1970, más de 100 millones de agricultores han comenzado a trabajar en empresas locales, lo que representa una cifra de trabajadores superior a la de las plantillas de las empresas de propiedad estatal y propiedad colectiva municipal de entonces. Actualmente, uno de cada cinco trabajadores rurales desarrolla su actividad en una empresa local. De un 30 a un 60 % de la renta neta personal media de la población rural procede de la riqueza generada por estas unidades. En 1992, el valor de su producción ascendía al 30,8 % de la producción industrial nacional total. Se prevé que, en el año 2000, más de 140 millones de trabajadores agrarios excedentes (un 30 % de la población activa rural estimada) trabajen en las empresas locales (Chen 1993; China Daily, 5 de enero de 1993).

jueves, 2 de julio de 2015

La práctica de la evaluación económica (II)

Hay varias áreas de la evaluación económica en las que la práctica suele ser defectuosa. Por ejemplo, con relación a los dolores de espalda, que ocasionan grandes pérdidas a la sociedad por enfermedad relacionada con el trabajo, se discute sobre los diversos tratamientos disponibles y sus efectos. El trata- miento “anticuado” de esta dolencia consiste en guardar reposo en la cama, mientras que el preferido en la actualidad se basa en la actividad y el ejercicio para eliminar la tensión muscular que genera el dolor (Klaber Moffett y cols. 1995). Las evaluaciones económicas deben basarse en el conocimiento clínico, y éste suele ser incierto. Por tanto, sin una estimación cuidadosa de la eficacia de los conocimientos de base, la realización de modelos sobre los efectos económicos de intervenciones alternativas
toma de decisiones, como ocurre en el ámbito de la asistencia sanitaria (Freemantle y Maynard 1994).
Hay pocas evaluaciones económicas de alta calidad sobre inversiones en prevención encaminadas a reducir las enferme- dades y los accidentes relacionados con el trabajo. Como sucede en el ámbito de la asistencia sanitaria en general, los estudios disponibles suelen ser de poca calidad (Mason y Drummond 1995). Por tanto, los usuarios deben mantenerse alerta. Las evaluaciones económicas son esenciales, pero las deficiencias en la práctica ordinaria son tales que los usuarios de esta ciencia deben ser capaces de evaluar críticamente la base de conoci- mientos disponible antes de comprometer los escasos recursos de la sociedad.

miércoles, 1 de julio de 2015

La práctica de la evaluación económica (I)

Como en las demás áreas del conocimiento científico, hay una diferencia entre los principios de la evaluación económica y su práctica. Por tanto, al utilizar estudios sobre los aspectos econó- micos de las enfermedades y los accidentes profesionales, es esen- cial analizar las evaluaciones con cuidado. Los criterios para determinar su idoneidad fueron establecidos hace tiempo (p. ej., Drummond, Stoddart y Torrance 1987 y Maynard 1990). Alan Williams, pionero en esta tarea, elaboró hace más de dos décadas la siguiente relación de aspectos necesarios (Williams 1974):

• ¿Cuál es la pregunta concreta a la que se intentaba responder con el estudio?
• ¿Cuál es la pregunta a la que se ha respondido en realidad?
• ¿Cuáles son los objetivos supuestos de la actividad estudiada?
• ¿Mediante qué medidas se representan éstos?
• ¿Cómo están ponderadas?
• ¿Nos permiten establecer si los objetivos se están alcanzando?
• ¿Qué gama de opciones se consideraron?
• ¿Qué otras opciones podrían haberse considerado?
• ¿Se rechazaron o ignoraron justificadamente?
• Su consideración, ¿habría cambiado probablemente los resultados?
• ¿Es probable que alguien que no ha sido considerado en el análisis se vea afectado?
• En tal caso, ¿por qué fue excluido?
• El concepto de coste, ¿es más amplio y profundo que el gasto del organismo de que se trate?
• En caso contrario, ¿queda claro que dicho gasto engloba todos los recursos utilizados y representa con exactitud su valor si éstos se dedicaran a otros usos?
• En caso afirmativo, ¿se realizan las distinciones necesarias para incluir a todos los posibles beneficiarios y perjudicados, y se determina el coste de los recursos en función de su valor en su mejor uso alternativo?
• ¿Se tienen adecuadamente en cuenta las diferencias de calen- dario en las partidas de los flujos de costes y beneficios (p. ej., mediante el descuento) y, en tal caso, en qué proporción?
• En caso de incertidumbre o cuando existen márgenes de error conocidos, ¿se precisa el grado de sensibilidad del resultado con respecto a estos elementos?
• En líneas generales, ¿son los resultados lo suficientemente buenos para el trabajo en cuestión?
• ¿Hay alguien que lo haya hecho mejor?

martes, 30 de junio de 2015

Normas y orientación - Funciones (I)


El Convenio nº 161 define los servicios de salud en el trabajo como servicios investidos de funciones básicamente preventivas y encar- gados de asesorar al empleador, a los trabajadores y a sus repre- sentantes en la empresa acerca de los requisitos necesarios para establecer y de conservar un medio ambiente laboral sano y seguro que favorezca una salud física y mental óptima en relación con el trabajo y acerca de la adaptación del trabajo a las capaci- dades de los trabajadores, habida cuenta de su estado de salud física y mental.
El Convenio especifica que los servicios deben incluir, entre las siguientes funciones, las que resulten adecuadas para los riesgos de la empresa para la salud en el trabajo:

• identificación de los riesgos que puedan afectar a la salud en el lugar de trabajo;
• vigilancia de los factores del medio ambiente de trabajo y de las prácticas de trabajo que puedan afectar a la salud de los trabajadores, incluidos las instalaciones sanitarias, comedores y alojamientos en los casos, cuando estas facilidades sean ofre- cidas por el empleador;
• asesoramiento sobre la planificación y la organización del trabajo, incluido el diseño de los lugares de trabajo, sobre la selección, el mantenimiento y el estado de la maquinaria y de los equipos y sobre las sustancias utilizadas en el trabajo;
• participación en el desarrollo de programas para el mejora- miento de las prácticas de trabajo, así como en las pruebas y la evaluación de nuevos equipos, en relación con la salud;
• asesoramiento en materia de salud, de seguridad y de higiene en el trabajo y de ergonomía, así como en materia de equipos de protección individual y colectiva;
• vigilancia de la salud de los trabajadores en relación con el trabajo;
• fomento de la adaptación del trabajo a los trabajadores;
• asistencia en pro de la adopción de medidas de rehabilitación profesional;
• colaboración en la difusión de informaciones, en la formación
y educación en materia de salud e higiene en el trabajo y de ergonomía;
• organización de los primeros auxilios y de la atención de urgencia;
• participación en el análisis de los accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales.

lunes, 29 de junio de 2015

Normas y orientación

Los Convenios y Recomendaciones de la OIT sobre salud y segu- ridad en el trabajo definen los derechos de los trabajadores y asignan deberes y responsabilidades en esta materia a las autori- dades correspondientes, las empresas y los trabajadores. Estos instrumentos, adoptados por la Conferencia Internacional del Trabajo, constituyen, en conjunto, el Código Internacional del Trabajo, que define normas mínimas en el ámbito laboral.
La política de la OIT en esta materia está básicamente conte- nida en dos Convenios internacionales, con sus correspondientes Recomendaciones de apoyo. El Convenio sobre salud y seguridad de los trabajadores y medio ambiente de trabajo (nº 155) y su Recomendación (nº 164), de 1981, prevén la adopción de una política nacional de salud y seguridad en el trabajo y describen las medidas que es necesario adoptar en el ámbito nacional y empre- sarial para promoverlas y para mejorar el medio ambiente de trabajo. El Convenio sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 161) y su Recomendación (nº 171), de 1985, prevén el establecimiento de servicios de salud en el trabajo que contribuyan a la puesta en práctica de la política en la materia y realicen estas funciones en el ámbito de la empresa.
Estos instrumentos prevén un enfoque integral de la salud en el trabajo que incluye la prevención primaria, secundaria y terciaria y es coherente con los principios generales de la asis- tencia sanitaria primaria. En ellos se indica la forma ideal en que debe prestarse a los trabajadores la asistencia sanitaria en el trabajo y se propone un modelo que canaliza hacia el lugar de trabajo actividades organizadas que requieren un personal especializado para catalizar la interacción entre diversas disciplinas con el fin de promover la cooperación entre todos los partici- pantes en la prevención. Estos instrumentos proporcionan también un marco organizativo en el que los profesionales de la salud en el trabajo pueden prestar eficientemente servicios de calidad para conseguir la protección y promoción de la salud de los trabajadores y contribuir a la salud de la empresa.

domingo, 28 de junio de 2015

Colaboración intersectorial (III)

Como señaló el Comité Mixto OIT/OMS en 1995, es necesario desarrollar indicadores de salud en el trabajo para la promoción y control del avance hacia la salud y el desarrollo sostenible. Las formas de desarrollo que pongan en peligro la salud no pueden defenderse alegando su carácter equitativo o sostenible. Los indicadores de “sostenibilidad” deben incluir necesariamente indicadores de salud, ya que la CNUMAD señala que el compromiso de “proteger y promover la salud de las personas” es un principio fundamental del desarrollo soste- nible (Agenda 21, capítulo 6). La OMS ha asumido un papel de liderazgo tanto en el desarrollo del concepto como del uso de los indicadores de salud medioambiental, algunos de los cuales afectan a la salud y al medio ambiente de trabajo.
Se espera que tanto la OIT como la OMS desarrollen indicadores de salud en el trabajo que sirvan de ayuda a los países para la evaluación retrospectiva y prospectiva de su práctica en este campo y para el control de los avances hacia los objetivos establecidos por las políticas nacionales de seguridad y salud en el trabajo y de medio ambiente de trabajo. El desarrollo de estos indicadores centrados en las interacciones entre trabajo y salud podría ser también de ayuda a los servicios de salud en el trabajo para la evaluación de sus programas y actividades y para orientarlos a la mejora de las condiciones y el medio ambiente de trabajo (es decir, controlar su eficiencia y la forma en que realizan sus funciones).

sábado, 27 de junio de 2015

Colaboración intersectorial (III)

El enfoque de la asistencia sanitaria primaria pone el acento en la equidad social, la disponibilidad económica y la accesibi- lidad, la participación y la implicación comunitaria, como señaló el Comité Mixto OIT/OMS sobre Medicina del Trabajo en 1995. Ambas organizaciones comparten valores morales y éticos básicos. El enfoque de la asistencia sanitaria primaria es innovador porque aplica valores sociales a la asistencia sanitaria preventiva y curativa. Esta complementariedad no siempre ha sido bien entendida, debiéndose en ocasiones la confusión a la interpretación de palabras comunes, lo que ha producido ciertos malentendidos en el debate sobre las funciones y actividades que realmente corresponden a la OIT y la OMS, que son comple- mentarias y se apoyan mutuamente.
La asistencia sanitaria primaria puede considerarse basada en principios de equidad social, autodependencia y desarrollo comunitario. También puede considerarse una estrategia de reorientación de los sistemas sanitarios para promover la partici- pación individual y comunitaria y la colaboración entre todos los sectores implicados en la salud. Un principio general debería ser el de que la asistencia sanitaria primaria incluya un componente de salud en el trabajo y que los servicios especializados de salud en el trabajo apliquen el principio general de la asistencia sani- taria primaria con independencia del modelo estructural adoptado.
Son muchos los participantes en la prevención que comparten los planteamientos tanto de la OIT como de la OMS, y que deben hacer las aportaciones necesarias para desarrollar una buena práctica de salud en el trabajo. El Comité Mixto OIT/OMS ha indicado que ambas organizaciones debe promover un enfoque global de la salud en el trabajo en sus países miembros. Si se empleara tal enfoque, la salud en el trabajo podría contemplarse como una materia interdiscipli- naria e integrada. Las actividades de las distintas organizaciones y ministerios no serían competitivas o contradictorias sino complementarias y de apoyo mutuo, orientadas al desarrollo equitativo y sostenible. Debe ponerse el acento en los objetivos comunes, los conceptos unificados y los valores básicos.

viernes, 26 de junio de 2015

Colaboración intersectorial (II)

La Comisión de Salud y Medio Ambiente de la OMS ha reco- nocido, además, que “el tipo de desarrollo necesario para salva- guardar la salud y el bienestar dependerá de varias condiciones, entre ellas el respeto al medio ambiente, mientras que el desa- rrollo sin consideración al medio ambiente conducirá inevitable- mente al deterioro de la salud de las personas” (OMS 1992). En el mismo sentido, la salud en el trabajo debe considerarse un “valor añadido”, es decir, una contribución positiva al desarrollo nacional y una condición necesaria para su sostenibilidad. Revisten especial importancia para el trabajo de la OIT y la OMS la Declaración y el Programa de Acción adoptados por la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social celebrada en Copenhague en 1995. La Declaración compromete a las naciones del mundo a perseguir el objetivo del pleno empleo productivo y libremente elegido como prioridad básica de sus políticas sociales y económicas. La Cumbre señaló claramente que el objetivo no debe ser la creación de cualquier tipo de trabajo, sino de empleos de calidad que salvaguarden los dere- chos e intereses básicos de los trabajadores, y que debe incluir la adopción de medidas dirigidas a conseguir un medio ambiente de trabajo sano y seguro, eliminar los peligros sanitarios del medio ambiente de trabajo y generar salud y seguridad en el trabajo. Es un indicador de que en el futuro la salud en el trabajo puede tener una participación importante en la concilia- ción de empleo, salud y medio ambiente orientada a un desa- rrollo equitativo y sostenible.



jueves, 25 de junio de 2015

miércoles, 24 de junio de 2015

Elementos del programa Reconocimientos médicos periódicos (II)

En las últimas décadas, como consecuencia de las crecientes presiones económicas, la tendencia hacia la equidad y, principal- mente, los resultados de las evaluaciones sobre la viabilidad de los reconocimientos, se han impuesto los reconocimientos médicos para toda la plantilla, aunque menos completos que los que se realizaban antes.
El US Preventive Services Task Group publicó una evaluación de la eficacia de 169 intervenciones preventivas (1989). La Figura 15.7 presenta un útil programa de reconocimientos preventivos a lo largo de la vida laboral y las pruebas adecuadas para adultos sanos que ocupan puestos directivos de poco riesgo (Guidotti, Cowell y Jamieson 1989). Gracias a estas actividades, los reconocimientos médicos periódicos se han hecho menos costosos y más eficientes.

martes, 23 de junio de 2015

Elementos del programa Reconocimientos médicos periódicos (I)

Además de los reconocimientos médicos periódicos reglamen- tados o recomendados a los trabajadores expuestos a determi- nados trabajos o peligros ambientales, muchos servicios de salud laboral ofrecen chequeos médicos periódicos más o menos completos. Cuando el personal y los recursos materiales son escasos, los reconocimientos pueden realizarse, normalmente a expensas de la empresa, en centros locales o en las consultas de médicos privados (es decir, contratados). En el caso de lugares de trabajo situados en comunidades que carecen de estos servicios, debe organizarse la visita a la fábrica de una unidad móvil o instalar furgonetas de exploración en la zona de aparcamiento.
En un principio, la mayoría de las organizaciones ofrecían estos reconocimientos exclusivamente a los ejecutivos y altos directivos. En algunos casos, se extendían a los demás trabaja- dores que habían prestado un número mínimo de años de servicio o que sufrían un problema médico conocido. Estos reco- nocimientos solían incluir un historial médico completo y una exploración complementada con toda una batería de pruebas de laboratorio, radiografías, un electrocardiograma y pruebas de esfuerzo, así como exploración de todos los orificios corporales. Siempre que la empresa estuviera dispuesta a pagar los honora- rios, los centros privados que realizaban estos reconocimientos no tardaban en añadir pruebas, a medida que iban surgiendo nuevas tecnologías. En las organizaciones preparadas para un servicio más elaborado, los reconocimientos se ofrecían como parte de una breve estancia en algún centro acreditado de cuidados de salud. Aunque con frecuencia se hacían diagnós- ticos útiles e importantes, los falsos positivos eran también frecuentes y, en cualquier caso, los reconocimientos realizados en estos entornos eran costosos.

lunes, 22 de junio de 2015

Elementos del programa Educación y formación (II)

Algunos temas frecuentes son: abandono del tabaco, trata- miento del estrés, abuso del alcohol y de las drogas, nutrición y control del peso, vacunaciones, consejos para los viajes y enfer- medades de transmisión sexual. Suele hacerse hincapié en el control de los factores de riesgo para las enfermedades cardio- vasculares y coronarias, como la hipertensión y los perfiles anor- males de lípidos en sangre. Otros temas frecuentes son el cáncer, la diabetes, las alergias, la autoasistencia para dolencias comunes de escasa importancia y la seguridad doméstica y vial.
Algunos temas se prestan a una demostración y participación activas, como los cursos de reanimación cardiopulmonar o de primeros auxilios, los ejercicios para prevenir dolores de espalda y tensiones repetitivas, los ejercicios de relajación y el aprendizaje de técnicas de autodefensa, que suelen ser de enorme interés para las mujeres.
Finalmente, “las ferias de salud” periódicas, con demostra- ciones de las agencias locales de salud voluntarias y casetas en las que se realizan reconocimientos a todo el que lo solicita, constituyen una forma popular de generar entusiasmo e interés.

domingo, 21 de junio de 2015

Elementos del programa Educación y formación (I)

El objetivo en este caso es informar y motivar a los trabajadores y a las personas a su cargo para que elijan y mantengan unas formas de vida sanas. La intención es capacitarles para que puedan cambiar sus hábitos relacionados con la salud y disfrutar de una vida más larga, sana, divertida y productiva.
Pueden utilizarse distintas técnicas de comunicación y estilos de presentación. Cuando existen restricciones presupuestarias, es muy útil preparar una serie de folletos atractivos y de fácil lectura y ofrecerlos en las salas de espera, distribuirlos a través del correo interno de la empresa o enviarlos por correo a los domicilios de los trabajadores. Son quizá más útiles cuando se entregan a los trabajadores al mismo tiempo que se comenta un determinado problema de salud. El director médico o la persona que dirige el programa de prevención debe hacer un gran esfuerzo para asegurar que su contenido sea pertinente y rele- vante y que se presente con un lenguaje y unos términos que comprendan los trabajadores (a veces se necesitan ediciones dife- rentes para distintas cohortes de una plantilla diversa).
Asimismo, pueden organizarse presentaciones en el lugar de trabajo realizadas por un miembro del servicio de salud laboral o por ponentes invitados, sobre temas de salud de interés. Las reuniones a la hora del almuerzo (a las que los trabajadores se llevan comida de su casa y comen mientras escuchan) son un mecanismo popular para celebrar este tipo de encuentros sin interferir en los horarios de trabajo. Los pequeños grupos interactivos dirigidos por un profesional sanitario bien informado son especialmente adecuados para trabajadores que comparten un determinado problema de salud; la presión de los compañeros suele constituir una fuerte motivación para seguir las recomendaciones sobre salud. Los consejos individuales son, por supuesto, excelentes, pero exigen mucho trabajo y deberían reservarse sólo a situaciones especiales. No obstante, siempre debe permitirse el acceso a una fuente de información fiable para responder a las preguntas de los trabajadores.

sábado, 20 de junio de 2015

Mortalidad

Se ha observado que los mineros como grupo presentan un mayor riesgo de morir a consecuencia de enfermedades respirato- rias no malignas, y hay ciertas pruebas que indican que la morta- lidad entre los mineros con NMC está en cierta medida aumentada respecto a la de los mineros de edades similares que no padecen esta enfermedad. Sin embargo, el efecto es inferior al observado en los mineros con FMP (véase más adelante).

viernes, 19 de junio de 2015

Vigilancia y epidemiología (II)

En diversos estudios se ha demostrado una relación entre expo- sición-respuesta para la prevalencia o la incidencia de NMC y la exposición al polvo. Estos estudios han demostrado que la variable significativa primaria de exposición al polvo es la exposi- ción al polvo de mina mixto. Estudios intensivos realizados por investigadores británicos no han podido revelar ninguna influencia importante de la exposición al sílice, siempre que el porcentaje de éste fuera inferior a aproximadamente el 5 %. El rango de carbón (porcentaje de carbón) es otro factor pronóstico importante del desarrollo de NMC. Estudios realizados en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y otros países, han proporcionado claras indicaciones de que la prevalencia y la inci- dencia de NMC aumentan de forma marcada con el rango de carbón, y que son sustancialmente mayores en los lugares en los que se extrae antracita (rango elevado). No se han encontrado otras variables medioambientales que ejerzan efectos importantes sobre el desarrollo de NMC. La edad del minero parece tener cierta influencia sobre el desarrollo de la enfermedad, dado que los mineros de más edad parecen tener mayor riesgo. Sin embargo, no queda totalmente claro si esto implica que los mineros de más edad son más susceptibles, si se trata de un efecto del tiempo de permanencia o si es simplemente un artefacto (el efecto de la edad podría reflejar, por ejemplo, una infravaloración de los cálculos de exposición para los mineros de más edad). El consumo de tabaco no parece aumentar el riesgo de desarrollar NMC. Investigaciones en las que se hizo un seguimiento de los mineros mediante radiografías de tórax cada cinco años demues- tran que el riesgo de desarrollar FMP a lo largo de cinco años está claramente relacionado con la categoría de NMC, basada en la radiografía de tórax inicial. Debido a que el riesgo en la categoría 2 es mucho mayor que el de la categoría 1, en el pasado existía el criterio convencional de que debía evitarse que los mineros alcan- zaran la categoría 2 siempre que fuera posible. Sin embargo, en la mayoría de las minas hay habitualmente muchos más mineros con NMC de categoría 1 que de categoría 2. Así, el menor riesgo de la categoría 1 en comparación con la categoría 2 se contra- rresta en cierta medida por el mayor número de mineros que pertenecen a la categoría 1. En función de estos datos, ha quedado claro que deben prevenirse todos los tipos de neumoconiosis.

jueves, 18 de junio de 2015

Vigilancia y epidemiología (I)

La prevalencia de NMC entre los mineros subterráneos varía según el tipo de trabajo, la ocupación y la edad. Un estudio reciente en mineros del carbón de Estados Unidos reveló que, desde 1970 hasta 1972, del 25 al 40 % de los mineros activos tenían opacidades redondeadas pequeñas de categoría 1 o supe- rior después de 30 años o más de trabajo en las minas. Esta prevalencia refleja la exposición a niveles de 6 mg/m3 o más de polvo respirable entre los trabajadores del frente de extracción de carbón antes de ese momento. La introducción de un límite de polvo de 3 mg/m3 en 1969, con una reducción a 2 mg/m3 en 1972, ha reducido la prevalencia de esta enfermedad a la mitad aproximadamente de las cifras previas. Se han observado en otros lugares reducciones en relación con el control del polvo, por ejemplo, en el Reino Unido y en Australia. Por desgracia, estos logros se han visto contrarrestados por aumentos temporales de la prevalencia en otros lugares.

miércoles, 17 de junio de 2015

Mecanismos de la enfermedad

El desarrollo del cambio más precoz de la NMC, la mácula de polvo, representa los efectos del depósito y acumulación de polvo. La fase subsiguiente, es decir, el desarrollo de nódulos, se produce por la reacción inflamatoria y fibrótica al polvo. En este sentido, se han discutido durante mucho tiempo los papeles de los polvos con y sin sílice. Por un lado, se sabe que el polvo de sílice es consi- derablemente más tóxico que el polvo de carbón. Sin embargo, por otro lado, los estudios epidemiológicos han demostrado que no hay datos sustanciales que impliquen la exposición al sílice en la prevalencia o la incidencia de la NMC. De hecho, parece que casi existe una relación inversa, en el sentido de que los niveles de enfermedad tienden a estar elevados cuando los niveles de sílice son menores (p.ej., en áreas en las que se extrae antracita). Recientemente, se ha llegado a entender en cierta medida esta paradoja gracias a estudios de las características de las partículas.

Estos estudios indican que no sólo la cantidad de sílice presente en el polvo (determinada convencionalmente mediante espectro- metría por infrarrojos o difracción de rayos X) puede estar rela- cionada con la toxicidad, sino también la biodisponibilidad de la superficie de las partículas de sílice. Por ejemplo, el revestimiento (oclusión) con arcilla puede desempeñar un papel modificador importante. Otro factor importante en investigación en la actua- lidad hace referencia a los cambios de superficie en forma de radicales libres y los efectos de los polvos que contienen sílice “recién fracturado” frente a sílice “envejecido”.