Las funciones normales de las neuronas son la síntesis de proteínas, el transporte axonal, la generación y conducción del potencial de acción, la transmisión sináptica y la formación y el mantenimiento de la mielina. Algunas de las funciones tróficas básicas de la neurona se describieron ya en el siglo XIX mediante el corte de los axones (axotomía). De los procesos descubiertos, uno de los más importantes fue la degeneración walleriana, llamada así por Waller, el fisiólogo inglés que la describió.
La degeneración walleriana ofrece una buena oportunidad para describir los conocidos cambios de las organelas a causa de lesiones traumáticas o tóxicas. Señalemos de paso que los términos utilizados para describir la degeneración walleriana producida por la axotomía traumática son los mismos que se utilizan para describir las alteraciones producidas por productos neurotóxicos. A nivel celular, las alteraciones neuropatológicas producidas por la lesión tóxica del tejido neural son mucho más complejas que las originadas por la lesión traumática. Hasta hace poco tiempo no ha sido posible observar las alteraciones producidas en las neuronas afectadas por productos neurotóxicos. Veinticuatro horas después de cortar el axón, la característica más destacada es la hinchazón producida a ambos lados del traumatismo mecánico, que se debe a la acumulación de líquidos y elementos membranosos a ambos lados del lugar de la lesión. Estas alteraciones no son diferentes de las observadas en
una carretera de doble sentido inundada por la lluvia en la que los vehículos están detenidos a ambos lados del lugar inundado. En esta comparación, los vehículos atascados son la hinchazón. Al cabo de unos días, se produce la regeneración de los axones envainados (es decir, cubiertos de mielina). Se producen brotes de crecimiento desde el muñón proximal, que se mueven a una velocidad de 1 a 3 mm por día. En condiciones favorables, los brotes alcanzan el muñón distal (el más alejado del cuerpo celular). Cuando la reinervación (unión de los muñones) se ha completado, se restablecen las características fundamentales de la transmisión normal. El cuerpo celular de la neurona lesionada experimenta profundos cambios estructurales en la síntesis de proteínas y el transporte axonal.
Si la neurobiología molecular es una disciplina joven, la neurobiología de los procesos neurotóxicos es aún más reciente, ya que todavía está en su infancia. Es cierto que en la actualidad se conoce bien el mecanismo de acción de muchas neurotoxinas
y productos farmacológicos. Pero con algunas excepciones notables (p. ej., plomo, metil mercurio, acrilamida), la base molecular de la toxicidad de la gran mayoría de los agentes ambientales y neurotóxicos se desconoce. Esta es la razón por la que, en lugar de describir la neurobiología molecular de un grupo selecto de agentes neurotóxicos profesionales y ambientales, nos vemos todavía obligados a referirnos a las comparativamente abun- dantes estrategias y ejemplos de la neurofarmacología clásica o de las investigaciones de la fabricación de fármacos modernos.
La degeneración walleriana ofrece una buena oportunidad para describir los conocidos cambios de las organelas a causa de lesiones traumáticas o tóxicas. Señalemos de paso que los términos utilizados para describir la degeneración walleriana producida por la axotomía traumática son los mismos que se utilizan para describir las alteraciones producidas por productos neurotóxicos. A nivel celular, las alteraciones neuropatológicas producidas por la lesión tóxica del tejido neural son mucho más complejas que las originadas por la lesión traumática. Hasta hace poco tiempo no ha sido posible observar las alteraciones producidas en las neuronas afectadas por productos neurotóxicos. Veinticuatro horas después de cortar el axón, la característica más destacada es la hinchazón producida a ambos lados del traumatismo mecánico, que se debe a la acumulación de líquidos y elementos membranosos a ambos lados del lugar de la lesión. Estas alteraciones no son diferentes de las observadas en
una carretera de doble sentido inundada por la lluvia en la que los vehículos están detenidos a ambos lados del lugar inundado. En esta comparación, los vehículos atascados son la hinchazón. Al cabo de unos días, se produce la regeneración de los axones envainados (es decir, cubiertos de mielina). Se producen brotes de crecimiento desde el muñón proximal, que se mueven a una velocidad de 1 a 3 mm por día. En condiciones favorables, los brotes alcanzan el muñón distal (el más alejado del cuerpo celular). Cuando la reinervación (unión de los muñones) se ha completado, se restablecen las características fundamentales de la transmisión normal. El cuerpo celular de la neurona lesionada experimenta profundos cambios estructurales en la síntesis de proteínas y el transporte axonal.
Si la neurobiología molecular es una disciplina joven, la neurobiología de los procesos neurotóxicos es aún más reciente, ya que todavía está en su infancia. Es cierto que en la actualidad se conoce bien el mecanismo de acción de muchas neurotoxinas
y productos farmacológicos. Pero con algunas excepciones notables (p. ej., plomo, metil mercurio, acrilamida), la base molecular de la toxicidad de la gran mayoría de los agentes ambientales y neurotóxicos se desconoce. Esta es la razón por la que, en lugar de describir la neurobiología molecular de un grupo selecto de agentes neurotóxicos profesionales y ambientales, nos vemos todavía obligados a referirnos a las comparativamente abun- dantes estrategias y ejemplos de la neurofarmacología clásica o de las investigaciones de la fabricación de fármacos modernos.
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