lunes, 27 de abril de 2015

Salud y seguridad

No cabe duda de que existen objetivos relacionados con la salud y la seguridad, pero la dificultad surge del hecho de que ninguno de estos conceptos se puede medir directamente: sus logros se valoran por su ausencia más que por su presencia. Los datos en cuestión siempre están relacionados con aspectos derivados de la salud y la seguridad.
En el caso de la salud, la mayor parte de las evidencias se basan en estudios a largo plazo, en poblaciones y no en casos individuales. Por lo tanto, es necesario mantener registros detallados durante largos períodos de tiempo para poder adoptar un enfoque epidemiológico a través del cual puedan identificarse y cuantificarse los factores de riesgo. Por ejemplo, ¿cuál debería ser el máximo de horas al día o al año que debe permanecer un trabajador en un puesto con un ordenador? Dependerá del diseño del puesto, del tipo de trabajo y del tipo de persona (edad, capacidad visual, habilidades, etc.). Los efectos sobre la salud pueden ser muy diversos, desde problemas en las muñecas hasta fatiga mental, por ello es necesario realizar estudios globales que cubran poblaciones amplias y estudiar, al mismo tiempo, las diferencias entre unas poblaciones y otras.
La seguridad es más directamente medible en sentido nega- tivo, en términos de tipos y frecuencias de los accidentes y lesiones. Resulta complicado definir los distintos tipos de acci- dentes e identificar los múltiples factores causales y, con frecuencia, no hay una buena correlación entre el tipo de acci- dente y el grado de daño producido, de ninguno a fatal.
Sin embargo, durante los últimos cincuenta años se ha acumulado una gran cantidad de datos relacionados con la salud
y la seguridad, y se han descubierto consecuencias que pueden ser relacionadas con teorías, leyes y normas y con principios operativos en determinados tipos de situaciones.

domingo, 26 de abril de 2015

Objetivos de la ergonomía

Es evidente que las ventajas de la ergonomía pueden reflejarse de muchas formas distintas: en la productividad y en la calidad, en la seguridad y la salud, en la fiabilidad, en la satisfacción con el trabajo y en el desarrollo personal.
Este amplio campo de acción se debe a que el objetivo básico de la ergonomía es conseguir la eficiencia en cualquier actividad realizada con un propósito, eficiencia en el sentido más amplio, de lograr el resultado deseado sin desperdiciar recursos, sin errores y sin daños en la persona involucrada o en los demás. No es eficaz desperdiciar energía o tiempo debido a un mal diseño del trabajo, del espacio de trabajo, del ambiente o de las condi- ciones de trabajo. Tampoco lo es obtener los resultados deseados
a pesar del mal diseño del puesto, en lugar de obtenerlos con el apoyo de un buen diseño.
El objetivo de la ergonomía es garantizar que el entorno de trabajo esté en armonía con las actividades que realiza el traba- jador. Este objetivo es válido en sí mismo, pero su consecución no es fácil por una serie de razones. El operador humano es flexible y adaptable y aprende continuamente, pero las diferen- cias individuales pueden ser muy grandes. Algunas diferencias, tales como las de constitución física y fuerza, son evidentes, pero hay otras, como las diferencias culturales, de estilo o de habili- dades que son más difíciles de identificar.
En vista de lo complejo de la situación, podría parecer que la solución es proporcionar un entorno flexible, en el que el operador humano pueda optimizar una forma específicamente adecuada de hacer las cosas. Desgraciadamente, este enfoque no siempre se puede llevar a la práctica, ya que la forma más eficiente no siempre resulta obvia y, en consecuencia, el traba- jador puede seguir haciendo una cosa durante años de forma inadecuada o en condiciones inaceptables.
Así, es necesario adoptar un enfoque sistemático: partir de una teoría bien fundamentada, establecer objetivos cuantifica- bles y contrastar los resultados con los objetivos. Los distintos objetivos posibles se detallan a continuación.

sábado, 25 de abril de 2015

Ergonomía y disciplinas afines (II)

Muchos de los pioneros de este campo en EE.UU. trabajaban en el terreno de la psicología experimental o de la ingeniería y por esta razón sus denominaciones ingeniería humana o factores humanos, reflejan una diferencia en el enfoque, aunque no en los contenidos de interés, con los ergónomos europeos. Esto explica también por qué la higiene industrial, debido a su estrecha rela- ción con la medicina, principalmente con la medicina del trabajo, se considera en Estados Unidos como algo distinto de los factores humanos o la ergonomía. Esta diferencia es menos evidente en otras partes del mundo. La ergonomía se centra en el operador humano en acción; la higiene industrial se centra en el riesgo de un determinado ambiente para el operador humano. Así, el interés central de un higienista industrial es el riesgo tóxico, algo que está fuera del ámbito del ergónomo. El higienista industrial se preocupa por los efectos sobre la salud, a corto o a largo plazo; el ergónomo, naturalmente, se preocupa por la salud, pero también por otras consecuencias, como la productividad, el diseño del trabajo o del espacio de trabajo. La seguridad y la higiene son aspectos generales que atañen tanto a la ergonomía como a la higiene industrial, a la salud laboral y a la medicina del trabajo. Por tanto, no es sorprendente que en las grandes instituciones de investigación, diseño o producción, estos temas aparezcan agrupados. Ello permite que un grupo de expertos en cada uno de estos temas contribuyan de forma

especializada al problema general de la salud, no sólo de los trabajadores de la institución, sino también de aquellos que resultan afectados por sus actividades y productos. En institu- ciones dedicadas al diseño o a la prestación de servicios, el ergó- nomo deberá estar más estrechamente relacionado con los ingenieros y otros técnicos.
Por lo anterior, es evidente que la naturaleza interdisciplinaria de la ergonomía y el hecho de que se trate de una disciplina rela- tivamente reciente dificulta su inclusión en la organización exis- tente. Al ser una actividad relacionada con las personas, se superpone con muchos otros campos de actividad, ya que las personas son el recurso básico y más generalizado de cualquier organización. La forma de incluirla dependerá de la historia y de los objetivos de cada organización en particular. El criterio principal es que los objetivos de la ergonomía se comprendan y se valoren adecuadamente y que los mecanismos necesarios para la implementación de las recomendaciones se elaboren dentro de la organización.

viernes, 24 de abril de 2015

Ergonomía y disciplinas afines (I)

El desarrollo de una técnica con bases científicas, que está en un punto intermedio entre las bien consolidadas tecnologías de la ingeniería y la medicina, se superpone inevitablemente con otras disciplinas. En términos de su base científica, gran parte del conocimiento ergonómico deriva de las ciencias humanas: anatomía, fisiología y psicología. Las ciencias físicas también han contribuido, por ejemplo, la solución de problemas de la ilumina- ción, de la temperatura, del ruido o de las vibraciones.
La mayor parte de los pioneros de la ergonomía en Europa trabajaron en las ciencias humanas, motivo por el que la ergo- nomía está en un punto de equilibrio entre la fisiología y la psicología. Un enfoque fisiológico es necesario para abordar problemas tales como el consumo de energía, las posturas y apli- cación de fuerzas, como en el levantamiento de pesos. Un enfoque psicológico permite estudiar problemas tales como la presentación de la información y el grado de satisfacción en el trabajo. Naturalmente, existen muchos problemas, como el estrés, la fatiga y el trabajo por turnos, que requieren un enfoque mixto de las ciencias humanas.

jueves, 23 de abril de 2015

Ergonomia Historia y estado (III)

Como se indicó anteriormente, el rendimiento humano generalmente se optimiza dentro de un intervalo de tolerancias de una variable relevante. La mayoría de los primeros ergónomos intentaban reducir el esfuerzo muscular realizado y la amplitud y diversidad de los movimientos al objeto de que no se superaran los límites tolerables. Los grandes cambios en el mundo laboral y la llegada del ordenador, han ocasionado el problema contrario. El espacio de trabajo con un ordenador, a menos que esté bien diseñado desde el punto de vista ergonó- mico, puede ocasionar una postura demasiado fija, falta de movimientos del cuerpo y una repetición excesiva de ciertos movimientos articulares.
Esta breve revisión histórica pretende mostrar que, aunque el desarrollo de la ergonomía ha sido continuo, los problemas han ido aumentando cada día más antes de que se lograra solucionar los existentes. Sin embargo, los conocimientos aumentan y cada vez son más fiables y válidos; los principios del consumo energético no dependen de cómo o porqué se consume la energía; las consecuencias de las posturas son las mismas para los asientos en un avión que frente a un ordenador; una parte importante de la actividad humana se realiza en la actualidad, frente a pantallas de visualización y existen principios bien esta- blecidos, basados en pruebas de laboratorio y estudios de campo.

miércoles, 22 de abril de 2015

Fuente de la lesión o enfermedad (IV)

Se han establecido también códigos especiales para recabar información sobre lesiones o enfermedades en el sector de la asistencia sanitaria, que se ha convertido en uno de los princi- pales sectores de empleo en Estados Unidos y uno de los que presenta problemas de salud y seguridad más graves. Como ejemplo, muchos de los organismos públicos que ayudaron a desarrollar el sistema de clasificación recomendaron la inclusión de un código para pacientes y residentes de centros de asistencia sanitaria, puesto que los profesionales de la enfermería y los auxiliares clínicos pueden lesionarse al intentar alzar, mover o prestar otros cuidados a sus pacientes.

martes, 21 de abril de 2015

Fuente de la lesión o enfermedad (III)

La parte más difícil era la organización de los elementos que debían asignarse a las distintas divisiones y a los diferentes grupos dentro de una misma división. Para aumentar la difi- cultad, las categorías de códigos tenían que ser mutuamente excluyentes. Sin embargo, cualesquiera que fuesen las categorías que se establecieran, había muchos elementos que encajaban por lógica en dos o más divisiones. Por ejemplo, existía consenso general sobre la necesidad de prever categorías diferentes para los vehículos y para las máquinas. Sin embargo, los expertos no se ponían de acuerdo sobre la inclusión de algunos equipos, como las máquinas asfaltadoras o las carretillas elevadoras, entre las máquinas o los vehículos.
Otro tema que se debatió fue la manera de agrupar las máquinas dentro de la división de maquinaria. Las alternativas consistían en asociarlas con un determinado proceso o industria
(por ejemplo, maquinaría agrícola o equipos de jardinería), agruparlas por funciones (máquinas de imprenta, equipos de calefacción y refrigeración) o agruparlas según el tipo de objeto tratado (metales, madera). Incapaces de encontrar una única solución que sirviera para todo tipo de máquinas, la BLS decidió elaborar una lista que clasifica algunos tipos de maquinaria según el sector (maquinaria agrícola, máquinas de construcción
y explotación maderera), otros según su función general
(máquinas para la manipulación de materiales, equipos de ofimática) y otros según los materiales tratados (metales, madera). Cuando existe la posibilidad de solapamiento
(p. ej. una máquina de carpintería que se utilice en trabajos de construcción) el sistema indica la categoría a la que deba asignarse la máquina, para conseguir que los códigos sean mútuamente excluyentes.


lunes, 20 de abril de 2015

Fuente de la lesión o enfermedad (II)

Las definiciones generales y los conceptos de codificación del nuevo Sistema de Clasificación de la Fuente de la BLS proceden del sistema de clasificación ANSI Z1 6.2. Sin embargo, la tarea de elaborar una lista de códigos más completa y jerárquica fue en un principio terrible, porque prácticamente todos los elementos o sustancias del mundo pueden considerarse como una fuente de lesión o enfermedad. Y no sólo eso, sino que también pueden clasificarse como tales todas las piezas o componentes de todo lo que existe en el mundo. Para aumentar la dificultad, habría que agrupar a todos los candidatos para su inclusión en tan sólo diez categorías.
Al revisar los datos históricos sobre lesiones y enfermedades profesionales, se identificaron varios ámbitos en los que la estructura precedente de codificación era inadecuada u obsoleta. Las secciones correspondientes a maquinaria y herramientas necesitaban ampliarse y actualizarse. No existía ningún código aplicable a los ordenadores. Con las nuevas tecnologías, la lista de herramientas eléctricas había quedado obsoleta y muchos de los elementos de la lista de herramientas manuales eran eléctricos: destornilladores, martillos, etc. Los usuarios pedían asimismo que se ampliara y actualizara la lista de sustancias químicas. La Occupational Safety and Health Administration exigía un mayor nivel de detalle en algunos equipos, como diversos tipos de andamios, carretillas elevadoras
y máquinas de construcción y explotación maderera.

domingo, 19 de abril de 2015

Fuente de la lesión o enfermedad (I)

El sistema de clasificación titulado fuente de la lesión o enfermedad identifica el objeto, sustancia, movimiento corporal o exposición que produce o causa directamente la lesión o enfermedad. Si un trabajador se corta en la cabeza al recibir el impacto de un ladrillo que se ha caído, el ladrillo es la fuente de la lesión. Existe una relación directa entre la fuente y la naturaleza de la lesión o enfermedad. Si un trabajador se resbala en una mancha de aceite
y cae al suelo, rompiéndose un codo, la fractura es producida por el golpe contra el suelo, por lo que el suelo es la fuente de la lesión. Este sistema de codificación contiene diez divisiones:
• Sustancias y productos químicos.
• Recipientes.
• Muebles y accesorios.
• Maquinaria.
• Componentes y materiales.
• Personas, plantas, animales y minerales.
• Estructuras y superficies.
• Herramientas, instrumentos y equipos.
• Vehículos.
• Otras fuentes.

sábado, 18 de abril de 2015

Episodio o exposición (III)

Dentro de estos grupos se ha establecido también un orden de prioridad, ya que muchas veces se solapan: por ejemplo, en un accidente de tráfico puede producirse un incendio. Pues bien, el orden de prioridad es aquél en el que aparecen en la lista. Las agresiones y actos violentos reciben la máxima prioridad. Los códigos de esta división describen el tipo de violencia en general, mientras que el arma se describe en el código correspondiente a la fuente. Los accidentes de tráfico les siguen en prioridad, seguidos de los incendios y las explosiones.
Estos dos últimos episodios, incendios y explosiones, se combinan en una única división. Puesto que suelen producirse simultáneamente, se ha establecido un orden de prioridad entre ellos. De acuerdo con la Clasificación Suplementaria de Causas Externas de la CIE-9, los incendios reciben prioridad sobre las explosiones (USPHS 1989).
Al seleccionar los códigos de este sistema se ha previsto la identificación de trastornos en los que no ha habido contacto y que están relacionados con las actividades y la ergonomía del trabajo. Suelen consistir en daños en nervios, músculos o liga- mentos causados por movimientos de torsión o incluso movi- mientos simples del cuerpo, como ocurre cuando un trabajador se “disloca” la espalda al agacharse para recoger algo. En la actualidad se reconoce ampliamente que el síndrome del tunel carpiano está relacionado con acciones repetitivas, como la utili- zación de un teclado, la mecanografía, las actividades de corte e incluso la utilización de una caja registradora. La división deno- minada “reacciones y esfuerzos corporales” identifica los inci- dentes que no se producen por contacto ni por impacto.
La división denominada “exposición a sustancias o ambientes nocivos” alude a forma concreta de exposición: inhalación, contacto de la piel, ingestión o inyección. Incluye una categoría para identificar la transmisión de un agente infeccioso por el pinchazo de una aguja, así como otros incidentes no causados por impactos, como cuando el trabajador resulta dañado por una corriente eléctrica o por las condiciones ambientales, como un frío extremo.
Las divisiones denominadas “contacto con objetos y equipos”
y “caídas” son las que englobarán la mayoría de los episodios por impacto que causan lesiones a los trabajadores.

viernes, 17 de abril de 2015

Muestreo de casos y controles dentro de una cohorte (estudios de casos y controles anidados en una cohorte) (II)

La estrategia del muestreo puede ser menos costosa que la recopilación exhaustiva de información sobre todos los miem- bros de la cohorte. En particular, al estudiarse sólo una muestra de los controles, pueden dedicarse más recursos a realizar una evaluación detallada y exacta de la exposición de todos los casos y controles. Sin embargo, este tipo de diseño plantea los mismos problemas de potencia estadística que los estudios clásicos de cohortes. Para conseguir una potencia estadística adecuada, la cohorte debe incluir siempre un número “adecuado” de casos expuestos, dependiendo de la magnitud del riesgo que se intenta detectar.

jueves, 16 de abril de 2015

Muestreo de casos y controles dentro de una cohorte (estudios de casos y controles anidados en una cohorte) (I)

Un estudio de cohortes puede diseñarse también para realizar el seguimiento de una muestra en lugar de la población completa. Este diseño se denomina estudio de casos y controles “anidados” en una cohorte. El método de muestreo dentro de la cohorte esta- blece diferentes criterios para la selección de la cohorte, porque en este caso las comparaciones se realizan dentro de la misma cohorte. Por consiguiente, la cohorte debe incluir, no sólo a los trabajadores sometidos a elevadas exposiciones, sino también a trabajadores sometidos a exposiciones menores e incluso a traba- jadores no expuestos, para conseguir contrastes de exposición dentro de la misma cohorte. Es importante que estos requisitos diferentes para la selección de la cohorte se tengan en cuenta a la hora de reclutar a sus miembros. Si se realiza un primer análisis de toda una cohorte a la que se le aplica como criterio de selección una exposición “elevada” y más adelante se realiza un estudio de casos y controles “anidado” en esa misma cohorte, la sensibilidad del estudio se reduce. El efecto se enmascara porque los contrastes de exposición son insuficientes “por diseño”, al no existir variabilidad en la exposición experimentada por los miem- bros de la cohorte.
Sin embargo, siempre que la cohorte presente una amplia variedad de situaciones de exposición, los estudios de casos y controles anidados en una cohorte resultan muy atractivos. Se reclutan todos los casos que aparecen en la cohorte durante el período de seguimiento para formar la serie de casos, pero sólo se obtiene una muestra de los demás miembros de la cohorte para formar la serie de controles. Seguidamente, los investigadores obtienen información detallada sobre la exposición, como en el diseño tradicional de casos y controles, entrevistando a los casos
y controles (o a sus familiares próximos), analizando los registros del personal de las empresas, construyendo matrices de puestos de trabajo y exposición, o combinando dos o más de estos métodos. Los controles pueden emparejarse con los casos o pueden tratarse como series independientes.

miércoles, 15 de abril de 2015

Estudios de casos y controles (o de casos y referentes) (VIII)

Los estudios de casos y controles son más eficientes que los estudios de cohortes cuando la enfermedad es poco frecuente; de hecho, pueden constituir la única alternativa posible. Sin embargo, también pueden utilizarse para estudiar enfermedades frecuentes. Si la exposición es poco frecuente, el mejor diseño epide- miológico o el único posible es el estudio de una cohorte basada en la exposición. Por supuesto, las exposiciones comunes también pueden estudiarse con diseños de cohortes. La elección entre diseños de cohortes o casos y controles cuando tanto la
exposición como la enfermedad son frecuentes suele depender de ciertas consideraciones relacionadas con la validez.
Al basarse los estudios de casos y controles en datos retrospec- tivos de la exposición, generalmente recurriendo a la memoria de los participantes, el punto débil de este diseño es la inexac- titud de la información sobre la exposición, cuyo resultado puede ser el enmascaramiento del efecto por una clasificación errónea (simétrica) no diferencial de la exposición. Además, algunas veces la memoria puede ser asimétrica entre los casos y controles, creyéndose en general que los casos recuerdan
“mejor” (sesgo de memoria). La memoria selectiva puede intro- ducir un sesgo de magnificación del efecto por la clasificación errónea (asimétrica) diferencial de la exposición. La ventaja de los estudios de casos y controles es su eficacia con relación al coste y su capacidad para resolver un problema con relativa rapidez. Gracias a las técnicas de muestreo, se pueden investigar pobla- ciones diana muy grandes (p. ej., a través de los registros nacio- nales del cáncer), aumentando así la potencia estadística del estudio. En países en los que la legislación sobre la protección de los datos o la ausencia de unos registros adecuados de pobla- ción y morbilidad no permite realizar estudios de cohortes, los estudios de casos y controles basados en los hospitales puede ser la única forma práctica de realizar una investigación epidemiológica.

martes, 14 de abril de 2015

Estudios de casos y controles (o de casos y referentes) (VII)

En un estudio de la asociación entre el cáncer nasal y la expo- sición a polvo de madera, participaron un total de 164 parejas de casos y controles. En sólo una pareja, tanto el caso como el control habían estado expuestos y, en 150 parejas, ni el control ni el caso habían estado expuestos. Estas parejas se excluyeron del resto del estudio. En 12 parejas, el caso, pero no el control, había estado expuesto, y en una pareja, el control, pero no el caso. Así pues:

lunes, 13 de abril de 2015

Estudios de casos y controles (o de casos y referentes) (VI)

En el ejemplo anterior, no se ha considerado la posibilidad de que exista una confusión que distorsione el OR por diferencias sistemáticas en los casos y los controles con relación a una variable como la edad. Una forma de reducir el sesgo sería emparejar los controles y casos en función de la edad u otros factores sospechosos. De esta manera se obtendrían los datos que aparecen en la Tabla 28.7.
El análisis se centra en las parejas discordantes: es decir, “caso expuesto, control no expuesto” (f+–); y “caso no expuesto, control expuesto” (f–+). Cuando los dos miembros de una pareja están o no expuestos, la pareja se ignora. El OR en un estudio de parejas se define como:

domingo, 12 de abril de 2015

Colaboración intersectorial (II)

Durante el decenio de 1980 se sustituyó el concepto de desa- rrollo por el de “desarrollo sostenible”, que incluye “el derecho a una vida sana y productiva en armonía con la naturaleza”, como indicaba el primer principio de la Declaración de Río
(Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, UNCED 1992). El objetivo de un medio ambiente sano y seguro se ha convertido así en parte integrante del concepto de desarrollo sostenible, que también implica equili- brar la protección del medio ambiente con la generación de oportunidades de empleo y la mejora de los medios de vida y la salud para todos. Tanto la salud medioambiental como la del trabajo contribuyen a que el desarrollo sea sostenible, equitativo
y sólido, no sólo desde un punto de vista económico, sino también humano, social y ético. Este cambio de paradigma se muestra en la Figura 16.1.
El objetivo de esta Figura es ilustrar la interacción existente entre salud del trabajo y salud medioambiental y el reforza- miento mutuo de su contribución al desarrollo sostenible. Se identifica un área que representa la integración de los objetivos económicos y sociales que pueden alcanzarse teniendo en cuenta, al mismo tiempo, el medio ambiente, el empleo y la salud.

sábado, 11 de abril de 2015

Colaboración intersectorial (I)

En 1984, la Conferencia Internacional del Trabajo anual de la OIT promulgó una resolución relativa a la mejora de las condi- ciones y del medio ambiente de trabajo que incorporaba el concepto de su carácter esencial para la promoción de la justicia social. Se puso de manifiestoo que la mejora de las condiciones y del medio ambiente de trabajo constituyen una contribución positiva al desarrollo nacional y una medida del éxito de cual- quier política social y económica, señalándose tres principios fundamentales:
• El trabajo debe realizarse en un medio ambiente sano y seguro.
• Las condiciones de trabajo deben ser adecuadas para el bienestar de los trabajadores y coherentes con la dignidad de la persona.
• El trabajo debe ofrecer oportunidades reales de logros perso- nales, autorrealizacion y servicio a la sociedad.

viernes, 10 de abril de 2015

Cooperación interdisciplinaria (IV)

Una de las soluciones al problema consiste en fomentar enfo- ques convergentes basados en los mismos valores con un objetivo común. El enfoque de la OMS sobre la asistencia primaria y el de la OIT sobre la mejora de las condiciones y el medio ambiente de trabajo pueden servir a este fin. Con la mente

puesta en los valores comunes de la equidad, la solidaridad, la salud y la justicia social, estos enfoques pueden plasmarse en estrategias (la estrategia de la OMS sobre salud en el trabajo para todos) y programas (el Programa Internacional de la OIT para el Mejoramiento de las Condiciones y del Medio Ambiente de Trabajo), así como en planes de acción y actividades reali- zadas a escala empresarial, nacional o internacional por todos los participantes en la prevención, la protección y la promoción de la salud de los trabajadores, ya sea independiente o conjuntamente.
Hay otras posibilidades. La Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) propone el “concepto de prevención” como vía ideal para que la seguridad social permita alcanzar la
“seguridad en todo el mundo” en el trabajo y en el hogar, en la carretera y en el tiempo de ocio. La Comisión Internacional de Medicina del Trabajo (CIMT) está desarrollando un enfoque de ética en la salud del trabajo y catalizando el nuevo enfoque y la interacción enriquecedora entre la salud en el trabajo y la salud medioambiental. Puede observarse una tendencia similar en varios países en los que, por ejemplo, las asociaciones profesio- nales acogen ahora a especialistas en ambas disciplinas.

jueves, 9 de abril de 2015

Cooperación interdisciplinaria (III)

En 1992, el Comité Mixto OIT/OMS señaló que el ámbito de la salud en el trabajo es muy amplio (como puede verse en la Tabla 16.1), pues comprende disciplinas tales como la medicina del trabajo, la asistencia de enfermería en el trabajo, la higiene industrial, la seguridad en el trabajo, la ergonomía, la ingeniería, la toxicología, la higiene medioambiental, la psicología del trabajo y la gestión de personal. La colaboración y la participa- ción de las empresas y los trabajadores en los programas de salud en el trabajo es un requisito esencial para el éxito de la práctica de la salud en el trabajo.
La definición de un objetivo común es una de las soluciones para evitar quedar atrapados en una excesiva compartimenta- ción de disciplinas, aunque en ciertos casos ésta pueda suponer una ventaja al permitir un análisis especializado en profundidad de los problemas. A menudo puede constituir un factor negativo, pues impide el desarrollo de un enfoque interdisciplinario. Es necesario unificar conceptos que abran terrenos de cooperación. La nueva definición de la salud en el trabajo adoptada por el Comité Mixto en 1995 tiene este objetivo.
En ocasiones se han mantenido vivos debates sobre si la salud en el trabajo constituye en sí misma una disciplina o si forma parte de la protección del trabajo, la salud medioambiental o la salud pública. Cuando la cuestión no es puramente académica e implica decisiones tales como qué organización o ministerio es competente en determinadas áreas, el resultado puede tener consecuencias importantes para la asignación de fondos o la distribución de recursos disponibles en forma de especialización
y equipos.

miércoles, 8 de abril de 2015

Cooperación interdisciplinaria (II)

Sean cuales sean los mecanismos de organización y la termi- nología empleados, lo más importante es que los profesionales de la salud y la seguridad en el trabajo actúen en equipo. No han de pertenecer necesariamente a la misma unidad o servicio, aunque esto pueda ser deseable en su caso. No debe prestarse atención a la estructura de los servicios, sino a la correcta ejecu- ción de sus funciones en el ámbito de la empresa (desde un punto de vista científico, técnico y ético). Debe acentuarse la cooperación y coordinación en la elaboración y aplicación de un programa de acción, así como en el desarrollo de conceptos unificadores, tales como los de “culturas de trabajo” (cultura de seguridad, de protección del trabajador, corporativa) que generen salud y seguridad en el trabajo y el de “mejora continua de la calidad” de las condiciones y el medio ambiente de trabajo.

martes, 7 de abril de 2015

Principios de la evaluación económica (II)

Por tanto, el AEFC suele conllevar una medición sencilla del efecto específico en un área, lo que permite calcular los costes episodios o de la mortalidad en el lugar de trabajo.
La limitación del AEFC consiste en que las mediciones de los efectos pueden no ser generalizables, es decir, que una medida utilizada en un área (p. ej., reducción de la exposición al amianto) puede no ser utilizable en otra (p. ej., la reducción de las tasas de accidentes en el sector de suministro eléctrico). Por consiguiente, el AEFC puede facilitar la toma de decisiones en un área determinada, pero no ofrece una información de evaluación que permita determinar los costes y los efectos de las opciones de inversión de una amplia gama de estrategias de prevención.
El análisis de coste-utilidad (ACU) fue ideado para superar este problema utilizando una medida de efecto genérica, como el año de vida ajustado en función de la calidad (QALY) y el año de vida ajustado en función de la discapacidad (DALY) (véase, por ejemplo, Williams 1974 y el World Bank Report on Health 1993). Las técnicas basadas en el ACU pueden aplicarse para determinar los efectos sobre el coste/QALY de estrategias alter- nativas y esta información puede servir de base para las estrate- gias de inversión en prevención de un modo más general.
La utilización de técnicas de evaluación económica en el campo de la asistencia sanitaria está consolidada, aunque su aplicación en la medicina del trabajo es más limitada. Estas técnicas, teniendo en cuenta las dificultades de medir y valorar los costes y beneficios (p. ej., en QALY), resultan útiles, cuando no esenciales, como base para la toma de decisiones sobre la inversión en prevención. Es sorprendente que se apliquen en tan pocas ocasiones y que, en consecuencia, la inversión se deter- mine “mediante suposiciones y conjeturas” y no sobre la base de una medición pormenorizada en un marco analítico acreditado.




lunes, 6 de abril de 2015

Principios de la evaluación económica (I)

Hay cuatro tipos de evaluación económica: análisis de minimiza- ción de costes, análisis coste-beneficio, análisis de eficacia en función del coste y análisis de coste-utilidad. Las características de estos planteamientos se esbozan en la Tabla 20.4.
En los análisis de minimización de costes (AMC) se supone que el efecto final es el mismo en cada una de las alternativas compa- radas. Así, pueden plantearse dos intervenciones para reducir los efectos cancerígenos de un proceso productivo, y los datos de ingeniería y de otro tipo indican que los efectos son idénticos en cuanto a exposición y reducción del número de cánceres. El AMC puede utilizarse para determinar el coste de las estrategias alternativas y saber así cuál es la más barata.
Obviamente, el supuesto de que los efectos sean idénticos es extremo y no es probable que se pueda aplicar en la mayoría de los casos de inversión; por ejemplo, los efectos de estrategias de seguridad alternativas sobre la duración y la calidad de vida de los trabajadores serán desiguales. En este caso, deberán utili- zarse otros métodos de evaluación.
El más ambicioso de ellos es el análisis coste-beneficio (ACB). Exige que el analista identifique, mida y valore los costes y los beneficios de estrategias de prevención alternativas en función de una medida monetaria común. La valoración de los costes de tales inversiones puede ser difícil. No obstante, estas dificultades se quedan pequeñas en comparación con la problemática de la valoración monetaria de los beneficios: ¿cuánto vale una lesión evitada o una vida salvada? Por estas dificultades, el ACB no ha sido muy utilizado en el ámbito de los accidentes y la salud.
Una forma más restringida de evaluación económica, el análisis de la eficacia en función del coste (AEFC), se ha empleado mucho en el campo de la salud. El AEFC fue desarrollado por los militares de Estados Unidos, cuyos analistas adoptaron la célebre medida del efecto denominada “recuento de cuerpos” y trataron de averiguar cuál era el método más barato de lograr un determinado número de víctimas en el enemigo (es decir, cuáles eran los costes relativos de los bombardeos de artillería, de las bombas de napalm, de las cargas de infantería, de los movimientos de tanques y otras “inversiones” para lograr el efecto de mortalidad deseado en el enemigo).

domingo, 5 de abril de 2015

Tipos de análisis económicos Análisis de costes (II)

La determinación del coste de estos casos también resulta problemática. Si el estrés en el trabajo degenera en alcoholismo
y en despido del empleo, ¿cómo deben valorarse los efectos de estos acontecimientos en la vida familiar? Si un accidente en el trabajo causa daños crónicos ¿cómo deben evaluarse? Muchos costes pueden identificarse, algunos pueden medirse, pero, a menudo, una proporción considerable de los que son medidos e incluso cuantificados no pueden valorarse.
Antes de dedicar un gran esfuerzo a la evaluación de los costes de estos casos, es esencial tener claro el objetivo de esta actividad y el valor de una gran precisión. El cálculo de los costes de los accidentes y las enfermedades relacionadas con el trabajo no facilita la adopción de decisiones sobre las inversiones para prevenir dichos casos, pues no mejora el conocimiento de los directivos sobre los costes y los beneficios de ampliar o reducir un poco una determinada actividad de prevención. La determi- nación del coste de los casos relacionados con las enfermedades profesionales permite identificar pérdidas parciales (personales, familiares y empresariales) y de la sociedad. Sin embargo, esta tarea no sirve como base para la actividad de prevención. La información adecuada para la toma de decisiones en este ámbito sólo puede obtenerse de la evaluación económica.

sábado, 4 de abril de 2015

Tipos de análisis económicos Análisis de costes (I)

El análisis de costes exige la determinación, medición y valora- ción de las consecuencias para los recursos, de los accidentes y las enfermedades profesionales. Estas descripciones permiten definir la magnitud del problema, pero no informan a los responsables de la toma de decisiones sobre cuál de las distintas intervenciones posibles en materia de regulación del medio ambiente de trabajo es la más eficiente.
Un buen ejemplo de esta situación lo ofrece un estudio reali- zado en el Reino Unido sobre los costes económicos de los acci- dentes y las enfermedades relacionados con el trabajo (Davies y Teasdale 1994). En 1990, se registraron 1,6 millones de accidentes laborales y 2,2 millones de personas sufrieron enferme- dades causadas o agravadas por el medio ambiente de trabajo. Como resultado, 20.000 personas sufrieron incapacidad para trabajar y se perdieron 30 millones de jornadas laborales. La pérdida de ingresos y bienestar de las víctimas y sus familias se cifró en 5.200 millones de libras. Las pérdidas de las empresas oscilaron entre los 4.400 y los 9.400 millones de libras. Las pérdidas para la sociedad en su conjunto se situaron entre
10.900 y 16.300 millones de libras (véase la Tabla 20.3). Los autores del informe sobre el Reino Unido señalaban que, si bien el número de accidentes y enfermedades profesionales había descendido, los costes estimados eran superiores.

Los costes eran superiores a los de estudios previos debido a la revisión de las técnicas de estimación de pérdida de bienestar y a la mejora de las fuentes de información. Los datos fundamen- tales en este tipo de determinación de costes son los relativos a la epidemiología de los accidentes y las enfermedades relacionados con el trabajo. Como en las demás áreas de análisis de los costes sociales, (p. ej., los generados por el alcohol; véase McDonnell y Maynard 1985), la medición del volumen de casos suele ser defi- ciente. Algunos accidentes (¿cuántos?) no son comunicados. La vinculación entre la enfermedad y el lugar de trabajo puede ser obvia en algunos casos (p. ej., las enfermedades relacionadas con el amianto) e incierta en otros (p. ej., las cardiopatías y los factores de riesgo profesional). Por tanto, es difícil determinar el número de casos relacionados con el trabajo.

viernes, 3 de abril de 2015

ASPECTOS ECONOMICOS DE LA SALUD • Y LA SEGURIDAD EN EL TRABAJO (II)

La decisión de regular la minería para que disminuya el número de trabajadores fallecidos y lesionados en el trabajo, si tiene éxito, genera beneficios para la salud de la población activa. Ahora bien, esos beneficios llevan unidos unos costes. En la vida real, el aumento de los costes para mejorar la seguridad elevará los precios, reducirá las ventas en los mercados mundiales competitivos y puede inducir a las empresas a incum- plir las regulaciones. A su vez, los sindicatos y sus afiliados pueden admitir este incumplimiento por preferir una aplicación imperfecta de la legislación sobre salud y seguridad si así mejoran los ingresos y las perspectivas de empleo.
El objetivo del análisis económico en el contexto de la salud en el trabajo es facilitar la determinación de qué nivel de inversión en seguridad es eficiente. La eficiencia significa que el coste de hacer un poco más (coste marginal) para mejorar la seguridad igualará al beneficio (el beneficio marginal en lo que se refiere a la mejora de la salud y la seguridad deriva de la reduc- ción de riesgos). Los aspectos económicos de la salud y la segu- ridad en el trabajo son fundamentales para la toma de decisiones a todas las escalas: en el centro de trabajo, en la empresa, en el sector y en la sociedad. Comportarse como si todos los riesgos para la salud de los trabajadores pudieran erra- dicarse puede resultar ineficiente. Los riesgos pueden eliminarse cuando su supresión es eficaz en relación con el coste. Algunos riesgos son poco frecuentes y su erradicación resulta demasiado cara: han de ser tolerados y, si finalmente se materializan dañando el bienestar del trabajador, deben aceptarse como sucesos desafortunados, pero eficientes. Hay un nivel óptimo de riesgo profesional por encima del cual, los costes de reducir los riesgos superan los beneficios. La inversión en seguridad más allá de este punto generará unos beneficios en materia de seguridad que sólo deben perseguirse si la sociedad está dispuesta a actuar en condiciones de ineficiencia económica. Esta es una decisión de política social.

jueves, 2 de abril de 2015

Organización de los servicios de prevención (II)

Desde un punto de vista ideal, el personal asignado al servicio de salud laboral se encarga de los servicios de prevención en el lugar de trabajo, normalmente en colaboración con un departa- mento interno de educación de los trabajadores (si es que existe). Cuando el personal carece de tiempo o de los conocimientos prácticos necesarios, o cuando se requiere un equipo especial
(por ejemplo, en el caso de las mamografías), los servicios pueden obtenerse contratando a un servicio externo. Como consecuencia de las peculiaridades de algunas organizaciones, estos contratos son a veces negociados por un directivo ajeno al servicio de salud laboral. Este suele ser el caso de las organiza- ciones descentralizadas: los directores locales de las fábricas son los que negocian los contratos de servicios ajenos a la empresa. Sin embargo, es conveniente que el director médico sea el responsable de establecer el marco del contrato, verificar la competencia de los posibles proveedores y vigilar su actuación. En estos casos, aunque pueden facilitarse informes a la direc- ción, los resultados individuales deben mantenerse en el servicio de salud o en ficheros confidenciales del contratista. En ningún caso se debe permitir que esta información forme parte del expediente de cada trabajador, en el departamento de recursos humanos. Una de las grandes ventajas de que exista un servicio de salud es precisamente el poder mantener los registros de salud separados de los demás registros de la empresa bajo la supervisión de un profesional de la salud laboral y tener también la oportunidad de utilizar esta información como base para un seguimiento discreto con el fin de asegurar que los trabajadores tienen en cuenta las recomendaciones médicas importantes. Lo ideal sería que el servicio de salud laboral si es posible en colabo- ración con el médico personal de cada trabajador, proporcio- nara o supervisara los servicios recomendados de diagnóstico o tratamiento. Otros miembros del personal del servicio de salud laboral, como fisioterapeutas, masajistas terapéuticos, especia- listas en ejercicio físico, dietistas, psicólogos y asesores en materia de salud aportarán también sus conocimientos prácticos cuando sea necesario.
Las actividades de promoción y protección de la salud reali- zadas por el servicio de salud laboral deben complementar su principal función de prevención y tratamiento de accidentes y enfermedades profesionales. Cuando se introducen y gestionan adecuadamente estas medidas, pueden mejorar mucho el programa básico de salud y seguridad laboral, pero en ningún caso deben desplazarlo o dominarlo. Asignar la responsabilidad de los servicios preventivos al servicio de salud de los empleados facilita la integración sin fisuras de ambos programas y permite la utilización óptima de los recursos.


miércoles, 1 de abril de 2015

Organización de los servicios de prevención (I)

Normalmente, los servicios de prevención en el lugar de trabajo abarcan educación y formación sanitaria, evaluaciones de la salud y reconocimientos médicos periódicos, programas de cribado para determinadas afecciones y asesoramiento en materia de salud.
La participación en cualquiera de estas actividades debe ser de carácter voluntario, y cualquier hallazgo o recomendación a título individual debe mantenerse confidencial entre el personal del servicio de salud laboral y el trabajador afectado, aunque, con su consentimiento, podrá informarse a su médico personal. Si no se respetan estos principios, el programa no podrá ser real- mente eficaz. Se han aprendido y se siguen aprendiendo duras lecciones sobre la importancia de estas consideraciones. Los programas que no disfrutan de la credibilidad y confianza de los trabajadores no consiguen ninguna participación o sólo una participación poco entusiasta. Si los trabajadores creen que la dirección ofrece estos programas de una forma manipuladora o interesada, es poco probable que se consigan los objetivos esperados.