domingo, 31 de marzo de 2013

Prevención

Las empresas deben establecer programas de educación sobre salud y seguridad, para prevenir los accidentes relacionados con el trabajo, dirigidos a los trabajadores y a los directivos. Deben aplicarse medidas preventivas para reducir la aparición y la gravedad de las lesiones craneales producidas por causas relacio- nadas con el trabajo, como las caídas y los accidentes de transporte.

FINAL PRIMEROS AUXILIOS Y SERVICIOS MEDICOS DE URGENCIA

sábado, 30 de marzo de 2013

Prevención en el lugar de trabajo (II)

Todo el personal debe ser consciente de los peligros presentes en los centros de trabajo y las medidas colectivas sólo serán eficaces si se acompañan de un programa completo de información. Pueden utilizarse Fichas Técnicas de Seguridad para identificar sustancias peligrosas y potencialmente peligrosas. Es posible utilizar también signos de advertencias del peligro para identificar con rapidez estas sustancias. El nivel de riesgo puede codificarse visualmente con un color simple. Por ejemplo, una pegatina roja podría señalar la presencia de un producto peligroso y la necesidad de evitar el contacto con la piel. Este código sería apropiado para una sustancia corrosiva que ataque con rapidez la piel. De la misma forma, una pegatina amarilla podría indicar la necesidad de proceder con prudencia, por ejemplo, al manipular una sustancia capaz de dañar la piel tras el contacto repetido o prolongado (Durocher 1984). La exhibición periódica de carteles y la utilización ocasional de elementos audiovisuales refuerza la información suministrada y estimula el interés por los programas de prevención de las dermatosis profesionales.
Antes de comenzar el trabajo, debería facilitarse una informa- ción completa sobre los peligros asociados a las actividades labo- rales. En varios países, los trabajadores reciben cursos especiales de formación laboral impartidos por instructores profesionales. Las actividades de formación en el lugar de trabajo deben repetirse cada vez que se cambie un proceso o tarea y varíen los factores de riesgo. Las buenas relaciones laborales no se favo- recen con actitudes alarmistas ni paternalistas. Tanto las empresas como los trabajadores desean que el trabajo se realice con seguridad y la información facilitada sólo será creíble si es realista.


viernes, 29 de marzo de 2013

Prevención en el lugar de trabajo (I)

El objetivo principal de las medidas preventivas en el lugar de trabajo es la eliminación de los peligros en su origen. Siempre que sea posible, la sustitución de una sustancia tóxica por otra no tóxica es la solución ideal. Por ejemplo, los efectos tóxicos de un disolvente que se utiliza de forma incorrecta para limpiar la piel pueden eliminarse sustituyéndolo por un detergente sintético sin efectos sistémicos y menos irritante. En la actualidad se dispone de varios polvos de cemento no alergénicos en los que se sustituye el cromo hexavalente, un alergeno bien conocido, por sulfato ferroso. En los sistemas de refrigeración con agua, los agentes anticorrosivos que contienen cromato pueden sustituirse por borato de zinc, un alergeno más débil (Mathias 1990). Los biocidas alergénicos de los aceites de corte pueden sustituirse por otros agentes conservantes. La utilización de guantes de goma sintética o de PVC puede evitar el desarrollo de alergias al látex en los trabajadores sanitarios. La sustitución de la aminoetanola- mina por trietanolamina en los fundentes decapantes que se emplean para soldar los cables de aluminio ha reducido la incidencia de trastornos alérgicos (Lachapelle y cols. 1992).
La modificación de los procesos de producción para evitar el contacto de la piel con sustancias peligrosas puede constituir una alternativa aceptable cuando la sustitución es imposible o el riesgo es bajo. Algunas modificaciones simples consisten en el uso de pantallas o de tubos flexibles para eliminar las salpicaduras durante la transferencia de líquidos, o de filtros para retener los residuos y reducir la necesidad de limpieza manual. Asimismo, puede resultar útil dotar a las herramientas y a los equipos de puntos de agarre más naturales para evitar la presión
y la fricción excesivas en las manos y prevenir el contacto de la piel con agentes irritantes. Otra medida eficaz es la instalación de sistemas de ventilación con captura local y con dispositivos de captura que limiten las nebulizaciones o reduzcan la concentra- ción de las partículas de polvo en el aire. En los centros donde se han automatizado totalmente los procesos para evitar los peli- gros ambientales, deberá prestarse particular atención a la formación de los trabajadores responsables de la reparación y limpieza de los equipos, y pueden necesitarse medidas preventivas específicas para limitar su exposición (Lachapell y cols. 1992).

jueves, 28 de marzo de 2013

Prevención

Es indispensable que los trabajadores entiendan con claridad los factores de riesgo relevantes para establecer los programas de prevención, que podrán ser institucionales o personales, como, por ejemplo, el empleo de un equipo de protección personal. La eficacia de los programas de prevención depende de la colabora- ción estrecha de los trabajadores y la empresa durante su desa- rrollo. En la Tabla 12.9 se ofrece información sobre la prevención.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Cofactores de riesgo

Algunas alteraciones cutáneas no profesionales pueden exacerbar los efectos de los factores ambientales sobre la piel de los trabaja- dores. Por ejemplo, desde hace tiempo se sabe que el riesgo de dermatitis de contacto por irritantes aumenta en gran medida en los individuos con antecedentes médicos de atopia, incluso en ausencia de dermatitis atópica. En un estudio de 47 casos de dermatitis de contacto por irritantes de las manos de trabajadores de plantas de procesado de alimentos, el 64 % tenía antecedentes de atopia (Cronin 1987). Los individuos con dermatitis atópica sufren procesos irritativos más graves cuando se exponen al lauril sulfato sódico que se encuentra habitualmente en los jabones (Agner 1991). La predisposición a los trastornos alérgicos (Tipo I) (diátesis atópica), sin embargo, no aumenta el riesgo de sufrir una dermatitis de contacto alérgica retardada (Tipo IV), ni siquiera al níquel (Schubert y cols. 1987), que es el alergeno más investigado. Por otro lado, se ha observado recientemente que la atopia favo- rece el desarrollo de urticaria de contacto (alergia del Tipo I) al látex de caucho en los trabajadores sanitarios (Turjanmaa 1987; Durocher 1995) y al pescado en los trabajadores de empresas de abastecimiento de comidas (Cronin 1987).
En la psoriasis, la capa más externa de la piel (estrato córneo) está engrosada pero no forma hiperqueratosis (paraqueratótica) y es menos resistente a los irritantes cutáneos y a la tracción mecánica. Las lesiones cutáneas frecuentes pueden empeorar una psoriasis previa y en el tejido cicatricial pueden desarrollarse nuevas lesiones psoriáticas isomórficas.
El contacto repetido con detergentes, disolventes o polvos astringentes puede provocar una dermatitis de contacto por irri- tantes secundaria en las personas con xerodermia. De la misma forma, la exposición a los aceites de freír puede exacerbar el acné.

martes, 26 de marzo de 2013

Factores de riesgo (II)

Los factores químicos son, con diferencia, la causa más común de dermatosis profesionales. Es prácticamente imposible elaborar una lista exhaustiva con todos los agentes químicos. Estos pueden provocar reacciones alérgicas, irritantes o fotodermatósicas, y a veces dejan secuelas discrómicas. Los efectos de la irritación química varían entre la simple sequedad y la inflamación hasta la necrosis celular completa. En el artículo sobre la dermatitis de contacto se incluye más información sobre este tema. Las Fichas Técnicas de Seguridad, que proporcionan información toxicológica y de otro tipo, son unas herramientas indispensables para desarrollar medidas preventivas eficaces contra la acción de los agentes químicos. De hecho, en varios países, los fabricantes del sector químico deben informar a todos los centros de trabajo que utilizan sus productos sobre los peli- gros sanitarios laborales asociados.
Las infecciones bacterianas, víricas y fúngicas contraídas en el lugar de trabajo suelen producirse por el contacto con mate- riales, animales o personas contaminadas. Entre ellas figuran la piodermatitis, la foliculitis, los panadizos, las dermatomicosis, el carbunco y la brucelosis. Los trabajadores del sector de la alimentación pueden desarrollar múltiples verrugas en las manos, aunque esto sólo sucede si han sufrido previamente microtraumatismos y están expuestos a niveles excesivos de humedad durante períodos prolongados (Durocher y Paquette
1985). Los animales, y también las personas que trabajan en guarderías y centros sanitarios, pueden actuar como vectores de infestaciones parasitarias por ácaros y piojos del cuero cabelludo y de la sarna. Algunas plantas (Rhus sp.) o flores (Alstroemeria sp., crisantemos, tulipanes) pueden causar fitodermatitis. Por último, algunos extractos de madera provocan dermatitis de contacto.


lunes, 25 de marzo de 2013

Sustancias nocivas

Algunos disolventes, como los ésteres y los aldehídos (el formalde- hído se emplea con mucha frecuencia), producen irritación ocular. Los ácidos inorgánicos, cuya acción corrosiva se conoce bien, causan destrucción tisular y quemaduras químicas por contacto. Los ácidos orgánicos son también peligrosos. Los alco- holes son irritantes. La sosa cáustica, una base muy fuerte, es una sustancia corrosiva potente que ataca a los ojos y a la piel. En la lista de sustancias dañinas también se incluyen ciertos materiales plásticos (Grant 1979), así como polvos alergénicos u otras sustan- cias como maderas exóticas, plumas, etc.
Por último, las enfermedades infecciosas profesionales pueden acompañarse de efectos oculares.

domingo, 24 de marzo de 2013

Radiación de las pantallas catódicas

Todas las emisiones de las pantallas catódicas que se utilizan habitualmente en las oficinas (rayos X, ultravioleta, infrarrojos y de radio) son inferiores a los niveles autorizados internacional- mente. No hay evidencia de que exista ninguna relación entre el trabajo con las terminales de vídeo y la aparición de cataratas
(Rubino 1990)

sábado, 23 de marzo de 2013

LASER (Light amplification by stimulated emission of radiation; amplificación de la luz mediante emisión estimulada de radiación)

La longitud de onda de la emisión depende del tipo de láser (luz visible, ultravioleta e infrarroja). La cantidad de energía proyec- tada es la que determina principalmente el nivel de peligrosidad. Los rayos ultravioleta provocan lesiones inflamatorias; los rayos infrarrojos pueden provocar lesiones calóricas; sin embargo, el mayor riesgo es la destrucción del tejido retiniano por el propio haz de rayos, que causa la pérdida de visión en el área afectada.

viernes, 22 de marzo de 2013

Radiación infrarroja

Los rayos infrarrojos se sitúan entre los rayos visibles y las ondas radioeléctricas más cortas. Comienzan, según la Comisión Inter- nacional de Iluminación, a 750 nm. Su penetración en el ojo depende de su longitud de onda; los rayos infrarrojos de mayor longitud pueden alcanzar el cristalino e incluso la retina. Su efecto sobre el ojo se debe a su poder calorífico. El trastorno característico se encuentra en las personas que soplan vidrio enfrente de los hornos. Otros trabajadores, como los de los altos hornos, sufren una irradiación térmica con diversos efectos clínicos (como queratoconjuntivitis o engrosamiento membra- noso de la conjuntiva).

jueves, 21 de marzo de 2013

Radiación ultravioleta (UV)

La fuente de los rayos ultravioleta puede ser el sol o cierto tipo de lámparas. El grado de penetración en el ojo (y en consecuencia, el peligro de la exposición) depende de la longitud de onda. La Comisión Internacional de Iluminación ha definido tres zonas: rayos UVC (280 a 100 nm), en la que los rayos se absorben a nivel de la córnea y la conjuntiva; rayos UVB (315 a 280 nm), que penetran más y alcanzan el segmento anterior del ojo; y los rayos UVA (400 a 315 nm), que penetran hasta planos más profundos.

Se han descrito los efectos característicos de la exposición en los soldadores, como queratoconjuntivitis aguda, fotooftalmía crónica con disminución de la visión, etc. El soldador está some- tido a una cantidad considerable de luz visible y es muy importante que proteja los ojos con los filtros adecuados. La ceguera de la nieve es un trastorno muy doloroso que afecta a las personas que trabajan en la montaña y debe evitarse prote- giendo los ojos con unas gafas de sol adecuadas.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El diagnóstico de la enfermedad crónica por berilio (II)

Debían cumplirse cuatro de los seis criterios, y debían incluir el criterio 1 ó 6. Desde el decenio de 1980, los avances en inmunología han hecho posible el diagnóstico de la enfermedad por berilio sin necesidad de muestras tisulares para examen histológico o análisis de berilio. Newman y cols. (1989) han propuesto la transformación de los linfocitos sanguíneos en respuesta a la exposición al berilio (como en el test de transformación linfocítica, TTL) o de los linfocitos del lavado broncoalveolar (BAL) como herramientas diagnósticas útiles para establecer el diagnóstico de enfermedad por berilio en sujetos expuestos. Sus datos sugieren que una TTL sanguínea positiva es un signo de sensibilización. Sin embargo, datos recientes muestran que la TTL sanguínea no se correlaciona bien con la enfermedad pulmonar. La transformación linfocítica en el BAL se correlaciona mucho mejor con una función pulmonar anormal, pero no se correlaciona bien con las anomalías concurrentes en la TTL sanguínea. Por tanto, para establecer un diagnóstico de enfermedad por berilio, se necesita una combinación de anoma- lías clínicas, radiológicas y funcionales junto con una TTL posi- tiva en el BAL. Esta última no es diagnóstica de forma aislada. El análisis de berilio por microsonda en muestras tisulares pequeñas es otra innovación reciente que podría contribuir al diagnóstico de la enfermedad en pequeñas muestras de tejido pulmonar obtenidas por biopsia pulmonar transbronquial.
La sarcoidosis es la enfermedad con mayor parecido a la enfermedad crónica por berilio, y su diferenciación puede resultar difícil. Hasta ahora, no se ha comunicado ninguna enfermedad ni afectación ósea quística, ni ocular, ni de la amíg- dala en la enfermedad crónica por berilio. Asimismo, la prueba de Kveim es negativa en la enfermedad por berilio. No se reco- mienda la realización de pruebas cutáneas para demostrar la sensibilización al berilio, ya que la propia prueba es sensibilizante y posiblemente podría desencadenar reacciones sistémicas en personas sensibilizadas y no permite establecer por sí misma que la enfermedad observada esté relacionada necesariamente con el berilio.
Métodos inmunológicos más sofisticados en el diagnóstico diferencial deberían permitir en el futuro una mejor diferenciación respecto a la sarcoidosis.

martes, 19 de marzo de 2013

El diagnóstico de la enfermedad crónica por berilio (I)

El diagnóstico de la enfermedad crónica por berilio se basó durante muchos años en los criterios desarrollados a través del Registro de Casos de Berilio, que incluían:
1. Historia de exposición importante al berilio.
2. Signos de enfermedad de las vías respiratorias inferiores.
3. Radiografía de tórax anormal con enfermedad fibronodular intersticial.
4. Pruebas de función pulmonar anormales con disminución de la capacidad de difusión del monóxido de carbono (DLCO).
5. Cambios anatomopatológicos compatibles con exposición al berilio en el pulmón o en los ganglios torácicos.
6. Presencia de berilio en los tejidos.


lunes, 18 de marzo de 2013

Otras pruebas de laboratorio sarcoidosis

Se han descrito pruebas de laboratorio anormales inespecíficas en la enfermedad crónica por berilio, como elevación de la velocidad de sedimentación, eritrocitosis, elevación de los niveles de gammaglobulinas, hiperuricemia e hipercalcemia La prueba cutánea de Kveim es negativa en la enfermedad por berilio, mientras que puede ser positiva en la sarcoidosis. El nivel de la enzima de conversión de la angiotensina (ECA) suele ser normal en la enfermedad por berilio, pero puede elevarse en el 60 % o más de los pacientes con sarcoidosis activa.

domingo, 17 de marzo de 2013

Pruebas de función pulmonar

Los datos del Registro de Casos de Berilio muestran que pueden encontrarse 3 patrones de afectación en la enfermedad crónica por berilio. De los 41pacientes estudiados durante un período promedio de 23 años tras la exposición inicial al berilio, el 20 % presentaba un defecto restrictivo, el 36 % un defecto intersticial (volúmenes pulmonares y flujos aéreos normales, pero reducción de la capacidad de difusión para el monóxido de carbono), el 39 % un defecto obstructivo y el 5 % eran normales. El patrón obstructivo, observado en fumadores y no fumadores, se asoció a granulomas en la región peribronquial. Este estudio indicó que el patrón de afectación influye en el pronóstico. Los pacientes con defecto intersticial mostraron una mejor evolución, con un dete- rioro menor durante un intervalo de 5 años. Los pacientes con defectos obstructivo y restrictivo experimentaron un agrava- miento de su afectación a pesar del tratamiento con corticosteroides.
Los estudios de la función pulmonar en los trabajadores de extracción de berilio que estaban asintomáticos mostraron la presencia de hipoxemia arterial leve, que se producía general- mente en los primeros 10 años de exposición. En los trabajadores expuestos al berilio durante 20 años o más, se observó una reduc- ción de la capacidad vital forzada (FVC) y del volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1). Estos hallazgos sugieren que la hipoxemia leve inicial podría deberse a la alveolitis precoz, y que, con una mayor exposición y transcurso de tiempo, la reduc- ción del FEV1 y la FVC podría representar fibrosis y formación de granulomas.

sábado, 16 de marzo de 2013

Características radiológicas

El patrón radiológico en la enfermedad crónica por berilio es inespecífico y similar al observado en la sarcoidosis, fibrosis pulmonar idiopática, tuberculosis, micosis y enfermedad por polvo (Figura 10.13). En las primeras fases de la enfermedad, las radiografías pueden mostrar densidades granulares, nodulares o lineales. Estas anomalías pueden aumentar, disminuir o no variar, con o sin fibrosis. Es frecuente la afectación del lóbulo superior. La adenopatía hiliar, observada en aproximadamente una tercera parte de los pacientes, suele ser bilateral y acompañarse de moteado de los campos pulmonares. La ausencia de cambios pulmonares en presencia de adenopatía es una consideración diferencial relativa, pero no absoluta, a favor de la sarcoidosis en oposición a la enfermedad crónica por berilio. Se ha descrito adenopatía hiliar unilateral, per es bastante rara.
El cuadro radiológico no se correlaciona bien con el estado clínico, y no refleja aspectos cualitativos ni cuantitativos particulares de la exposición causal.

viernes, 15 de marzo de 2013

Artritis Reumatoide Signos y síntomas

La artritis periférica es asimétrica, afecta a las grandes articulaciones y posee predilección por las extremidades inferiores. A menudo, los pacientes presentan también dolor lumbar inflamatorio, que empeora por la noche y se alivia con el movimiento, no con el reposo. Una característica típica es la tendencia a la inflamación de la unión entre tendones y huesos (enteso- patía), que puede manifestarse como dolor debajo del talón o en el calcáneo, en la inserción del tendón de Aquiles. Además de la inflamación de las articulaciones y de las inserciones ligamentosas, los pacientes pueden presentar también síntomas inflamatorios oculares (iritis o conjuntivitis), cutáneos (psoriasis, lesiones cutáneas en palmas y plantas o induración de la pierna) y, a veces, cardíacos.
Los siguientes son los criterios diagnósticos de la espondiloartropatía (Dougados y cols., 1991).

jueves, 14 de marzo de 2013

Espondiloartropatías Epidemiología y etiología

Las espondiloartropatías comprenden entidades clínicas típicas como la espondilitis anquilopoyética y algunas formas de artritis asociadas a psoriasis, enfermedades intestinales inflamatorias crónicas o infecciones bacterianas del tracto urogenital o del intestino (las denominadas artritis reactivas). Son enfermedades frecuentes. La prevalencia de la forma más crónica, la espondilitis anquilopoyética, en las poblaciones occidentales oscila entre el
0,1 y el 1,8 % (Gran y Husby 1993). Se calcula que, en una población de 10.000 personas, se producen anualmente tres casos nuevos de artritis transitoria como artritis reactiva por cada paciente con espondilitis anquilopoyética. La mayoría de los pacientes que desarrollan una espondiloartropatía son adultos jóvenes de entre 20 y 40 años de edad. Existen pruebas de que el promedio de comienzo de los síntomas en los pacientes con espondilitis anquilopoyética está aumentando (Calin y cols. 1988).

Las espondiloartropatías poseen un fuerte componente gené- tico, ya que la mayoría de los pacientes presenta un marcador genético hereditario, el HLA-B27. La frecuencia de este marcador es del 7 al 15 % en las poblaciones occidentales; el
90-100 % de los pacientes con espondilitis anquilopoyética y el
70-90 % de los pacientes con artritis reactiva son HLA-B27 positivos. Sin embargo, a niveles de población, la mayoría de los sujetos con este marcador están sanos. Por tanto, se cree que son necesarios factores exógenos además de la susceptibilidad gené- tica para el desarrollo de la enfermedad. Tales factores desenca- denantes incluyen infecciones bacterianas en el aparato urogenital o en el intestino (Tabla 6.10), lesiones cutáneas y enfermedades intestinales inflamatorias crónicas. Las pruebas a favor de las infecciones son más claras en el caso de la artritis reactiva. Las infecciones por salmonellas están aumentando mucho, como consecuencia de lo cual es de esperar un aumento de los casos con complicaciones articulares. La agricultura y la avicultura pueden ser las fuentes de estas infecciones. En cuanto

a las infecciones por yersinias, los cerdos portan bacterias yersinia en sus amígdalas. Se ha sugerido que el sacrificio de animales seguido de la conservación de los productos cárnicos en frío podría contribuir a la dispersión de las infecciones en los seres humanos. En los pacientes con espondilitis anquilopoyé- tica, sin embargo, no suele ser posible atribuir a infecciones precedentes el acontecimiento desencadenante. Resultados recientes, no obstante, se han centrado en el hallazgo de que los pacientes con espondilitis anquilopoyética a menudo presentan una inflamación intestinal crónica asintomática, que podría servir como factor desencadenante o como foco inflamatorio contribuyente a la cronicidad de la enfermedad

miércoles, 13 de marzo de 2013

Artritis reumatoide

Alrededor del 1 % de la población adulta padece artritis reumatoide. El comienzo de la enfermedad se suele situar entre los 30 y los 50 años de edad, con un riesgo tres veces mayor en el sexo femenino. La prevalencia de la enfermedad aumenta en las poblaciones de más edad.
La causa de la artritis reumatoide se desconoce. No es hereditaria, aunque los factores genéticos aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Además de uno o varios factores genéticos, se cree que algunos factores desencadentes ambientales pueden intervenir en su patogenia, y se sospecha muy especialmente de las infecciones víricas o bacterianas.
La artritis reumatoide suele tener un comienzo gradual. Es típico que el paciente presente una hinchazón leve de las pequeñas articulaciones de los dedos, así como hiperestesia de los pies, manifestada de forma simétrica. Por ejemplo, si están afectadas las articulaciones de una mano, es probable que también lo estén las mismas articulaciones de la otra mano. El principal síntoma es la rigidez matinal de manos y pies. El paciente a menudo tiene fatiga, y puede presentar febrícula. Los datos de laboratorio muestran signos de inflamación (velocidad de eritrosedimentación y nivel de proteína C reactiva elevados)
y, a menudo, de anemia ligera. Alrededor del 70 % de los pacientes tienen factor reumatoide circulante (autoanticuerpo frente a la inmunoglobulina de clase IgG). En los casos precoces, la exploración radiológica de manos y pies a menudo es normal, pero posteriormente la mayoría de los pacientes presentan signos radiológicos de destrucción articular (erosiones). El diag- nóstico de artritis reumatoide se basa en una mezcla de hallazgos clínicos, analíticos y radiológicos (véase la Figura 6.24). Las enfermedades que con más frecuencia causan problemas de diagnóstico diferencial son las enfermedades articulares degenerativas de las manos, las artritis secundarias a infecciones, las espondiloartropatías y algunas enfermedades raras del tejido conjuntivo (Guidelines 1992).
La educación del paciente para disminuir la carga de trabajo en las articulaciones, la utilización de dispositivos ergonómicos, el empleo de calzado adecuado y el tratamiento correcto de las infecciones constituyen la base de las medidas preventivas. Las directrices del tratamiento se dan en la Tabla 6.9.




martes, 12 de marzo de 2013

Diagnóstico Fibromialgia primaria

Es preciso excluir otros procesos con síntomas similares. El dolor diseminado debe estar presente durante tres meses como mínimo. Además, debe haber dolor a la presión ejercida por el dedo del explorador en 11 de los 18 puntos hiperestésicos que se muestran en la Figura 6.22.

lunes, 11 de marzo de 2013

Fibromialgia primaria

La causa de la fibromialgia se desconoce. En algunos pacientes se asocian traumatismos e infecciones con la aparición de los síntomas, aunque no existen pruebas firmes en favor de tales episodios desencadenantes. Sin embargo, se sabe que existen muchos factores que agravan los síntomas existentes. El frío, el tiempo húmedo, los trastornos mentales, el estrés físico o mental y también la inactividad física se han asociado con la fibromialgia (Wolfe 1986).
Una característica importante es que los pacientes se levantan cansados por la mañana. Existe un metabolismo anormal de la serotonina asociado tanto con el trastorno del sueño como con la disminución del umbral doloroso típicos en estos pacientes
(Goldberg 1987).
Los síntomas de fibromialgia tienen un comienzo insidioso, con dolores musculosqueléticos difusos y persistentes, síntomas generales múltiples como fatiga, rigidez, tumefacción subjetiva de los dedos que no observa el médico explorador, sueño no reparador y dolor muscular después del esfuerzo. Alrededor de un tercio de los pacientes presentan síntomas adicionales, como síndrome de intestino irritable, cefaleas de tensión, síndrome premenstrual, entumecimiento y hormigueos de las extremi- dades, sequedad de boca y ojos y constricción de los vasos sanguíneos de los dedos con la exposición al frío (fenómeno de Raynaud).
El paciente clásico con fibromialgia presenta una gran variedad de síntomas que, a excepción de los puntos hiperesté- sicos, carecen de componente objetivo. La fibromialgia desa- rrolla una evolución crónica. Casi todos los pacientes continúan presentando síntomas de intensidad variable. La remisión completa es una excepción. En la fibromialgia primaria no hay datos de laboratorio sugestivos de artritis inflamatoria. Los pacientes con esta última enfermedad (p. ej., artritis reumatoide) también pueden presentar síntomas fibromiálgicos, en cuyo caso se aplica la denominación fibromialgia secundaria.
No existe una prueba específica para la fibromialgia. El diag- nóstico se basa en la historia clínica y en la observación clínica de los puntos hiperestésicos (Figura 6.22). La prevalencia de fibromialgia en la población general es del 0,5 al 1 %. Casi todos los pacientes (75 a 90 %) son mujeres, por lo general entre 25 y 45 años de edad; los niños se afectan rara vez.
El American College of Rheumatology ha establecido los criterios para la clasificación de la fibromialgia (Figura 6.23).