sábado, 21 de julio de 2012

Encuestas oficiales (I)

En algunos países, las empresas están obligadas a declarar las lesiones y enfermedades profesionales que tienen lugar en sus instalaciones. Al igual que cualquier otra información sobre el lugar de trabajo, como la relativa al número de trabajadores, los salarios o las horas extraordinarias, los datos sobre lesiones y enfermedades son recopilados a veces sistemáticamente por organismos públicos para fines vinculados a la vigilancia de la salud en el trabajo.
En Estados Unidos, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) del Departamento de Trabajo publica desde 1972 la Annual Survey of Occupational Injuries and Illnesses (Encuesta anual de lesiones y enfermedades profesio- nales), en cumplimiento de lo previsto por la Ley sobre la salud y seguridad en el trabajo (BLS 1993b). La encuesta facilita las cifras y tasas de enfermedades y lesiones de origen profesional declaradas por las empresas privadas (BLS 1986). De ella se excluyen las explotaciones agrícolas con menos de 11 trabajadores, los trabajadores autónomos y los trabajadores de la admi- nistración local, estatal y federal. La última encuesta se realizó en 1992 y refleja los datos del cuestionario administrado a una muestra aleatoria estratificada de unas 250.000 empresas del sector privado en Estados Unidos (BLS 1994).

viernes, 20 de julio de 2012

Registros y otras fuentes de datos específicas sobre las enfermedades profesionales

Registros internacionales
Los registros internacionales de enfermedades profesionales cons- tituyen un importante avance en el campo de la salud en el trabajo. Su ventaja evidente es que permiten realizar grandes estudios para determinar el riesgo de enfermedades poco frecuentes. En el decenio de 1980 se crearon dos registros internacionales de La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) creó en 1984 el Registro Internacional de Personas Expuestas a Fenoxiherbicidas y Contaminantes
(IARC 1990). En 1990 había inscritos 18.972 trabajadores de
19 cohortes en diez países. Por definición, todos ellos trabajaban en industrias que utilizaban fenoxiherbicidas y/o clorofenoles, principalmente industrias de fabricación/formulación de estas sustancias o usuarias de las mismas. Aunque ya se ha estimado la exposición en estas cohortes (Kauppinen y cols. 1993), todavía no se han publicados los análisis de la incidencia y mortalidad por cáncer.
Bennet, de ICI Chemicals and Polymers Limited, está organi- zando en Inglaterra un registro internacional de casos de angio- sarcoma del hígado (ASH). La exposición profesional al cloruro de vinilo es la única causa conocida de esta enfermedad. Los casos son declarados por un grupo voluntario de científicos en empresas que fabrican cloruro de vinilo, organismos públicos y universidades. En 1990, se declararon a este registro 157 casos de ASH diagnosticados entre 1951 y 1990 en 11 países o regiones. Como puede observarse en la Tabla 32.1, la mayoría de los casos registrados corresponden a países en los que la fabri- cación de cloruro de polivinilo se inició antes de 1950. Asimismo, se han registrado seis agrupamientos de diez o más casos de ASH en instalaciones de Norteamérica y Europa (Bennett 1990).

jueves, 19 de julio de 2012

Obstáculos para la identificación de enfermedades profesionales (II)

Otra causa de la frecuente subestimación de las enfermedades profesionales es que nunca se ha evaluado la toxicidad potencial de la mayoría de las sustancias químicas existentes en el mercado. En un estudio del National Research Council de Estados Unidos realizado en el decenio de 1980, se constató la ausencia de información sobre la toxicidad de aproximadamente el 80 % de las 60.000 sustancias químicas de uso comercial.
Incluso en el caso de las sustancias sometidas a una regulación más estricta y sobre las que existe más información —medica mentos y aditivos alimentarios— sólo está razonablemente completa la información sobre los posibles efectos adversos de un pequeño número de agentes (NRC 1984).
En ocasiones, los trabajadores tienen dificultades para obtener información exacta sobre las exposiciones tóxicas en que se ven envueltos. A pesar de las mejoras que se han introducido en algunos países, como en Estados Unidos en el decenio de 1980, muchos trabajadores no están informados sobre la naturaleza
peligrosa de los materiales que manipular. Incluso cuando

disponen de esa información, el nivel de exposición a distintos agentes en los diferentes puestos de trabajo que ocupa una persona a lo largo de toda su vida profesional puede ser difícil de determinar. Como resultado, incluso los proveedores de asis- tencia sanitaria más sensibilizados respecto a la necesidad de obtener información profesional de sus pacientes pueden verse incapaces de hacerlo.
Las empresas constituyen una excelente fuente de informa- ción sobre las exposiciones profesionales y la aparición de enfer- medades relacionadas con el trabajo. Sin embargo, muchas de ellas carecen de los conocimientos especializados necesarios para evaluar el nivel de exposición en el lugar de trabajo o para determinar si una enfermedad está relacionada con el trabajo. Por otra parte, los desincentivos económicos ligados al hallazgo del origen profesional de una enfermedad puede desalentarles de hacer un uso adecuado de esa información. El posible conflicto de intereses entre la salud financiera de la empresa y la salud física y mental de los trabajadores representa un importante obstáculo para la mejora de la vigilancia de las enferme- dades profesionales.

miércoles, 18 de julio de 2012

Obstáculos para la identificación de enfermedades profesionales (I)

Existen varios factores importantes que dificultan la capacidad de los sistemas de vigilancia y notificación de enfermedades profesionales para cumplir las funciones antes descritas. En primer lugar, es imprescindible identificar la causa o causas subyacentes de cualquier enfermedad para poderla registrar y notificar. Sin embargo, los modelos médicos tradicionales que hacen hincapié en la asistencia sintomática y curativa no siempre dan prioridad a la identificación y eliminación de la causa subyacente. Es más, muchos proveedores de asistencia sanitaria carecen de la forma- ción adecuada para sospechar que el trabajo puede ser la causa de una enfermedad (Rosenstock 1981) y no obtienen sistemáticamente la historia de exposiciones profesionales de sus pacientes (Institute of Medicine 1988). Este hecho no debe sorprendernos, puesto que en Estados Unidos, por ejemplo, los estudiantes de medicina reciben por lo general tan sólo seis horas de formación en medicina del trabajo durante sus cuatro años de estudios en la facultad (Burstein y Levy 1994).
Ciertos rasgos característicos de las enfermedades profesionales aumentan la dificultad de su identificación. Salvo algunas excepciones —sobre todo, angiosarcoma de hígado,mesotelioma maligno y neumoconiosis— la mayoría de las enfermedades potencialmente causadas por exposiciones profesionales tienen también causas no relacionadas con el trabajo. Esta inespecificidad hace que resulte difícil demostrar la contri- bución del trabajo a la aparición de la enfermedad. De hecho, la interacción de las exposiciones profesionales con otros factores de riesgo puede aumentar considerablemente el riesgo de una enfermedad, como ocurre con la exposición al amianto y el tabaquismo. En el caso de enfermedades profesionales crónicas, como el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas, suele existir un largo período de latencia entre el inicio de la exposición profesional y la aparición de la patología clínica. Por ejemplo, el mesotelioma maligno suele tener un período de latencia de 35 o más años y se presenta a veces en trabajadores ya jubilados, lo que reduce aún más la posibilidad de que las sospechas del médico se dirijan a una posible etiología profesional.

martes, 17 de julio de 2012

Diseño y validez de los estudios (I)

El artículo de Hernberg sobre los diseños de los estudios epide- miológicos y sus aplicaciones en la medicina del trabajo se centra en el concepto de la “base del estudio”, definida como la morbi- lidad experimentada (con relación a alguna exposición) por una población cuando se realiza su seguimiento durante un cierto período de tiempo. Por consiguiente, la base del estudio no es sólo una población (es decir, un grupo de personas), sino la morbilidad experimentada por esa población durante un cierto período de tiempo (Miettinen 1985, Hernberg 1992). Si se adopta este concepto unificador de la base del estudio, es importante reco- nocer que los diferentes diseños de los estudios (p. ej., diseños de casos controles y cohortes) son simplemente formas diferentes de
“recolectar” información sobre la exposición y la enfermedad a partir de la misma base del estudio; no son enfoques diametralmente diferentes.

En el artículo publicado por Sasco sobre la validez del diseño de un estudio, se define la confusión y se reconoce su importancia. Los investigadores que participan en un estudio de expo- siciones profesionales deben considerar siempre la posible existencia de una confusión y nunca se hará hincapié suficiente en la necesidad de que la identificación de las posibles variables de confusión forme parte integral del diseño y análisis de cual- quier estudio. En la epidemiología del trabajo, deben considerarse dos aspectos relacionados con la confusión:

lunes, 16 de julio de 2012

Marcadores biológicos (VI)

Finalmente, cada vez existen más evidencias sobre la considerable variación de la activación o inactivación metabólica de las sustancias peligrosas (y en particular de los cancerígenos) en las poblaciones humanas, dependiendo en parte de factores gené- ticos. Además, la variabilidad de la sensibilidad individual a los cancerígenos puede ser especialmente importante con pequeños niveles de exposición profesional y ambiental (Vineis y cols. 1994). Estas observaciones pueden influir mucho en las decisiones normativas que centran el proceso de evaluación de riesgos en los más susceptibles (Vineis y Martone 1995).

domingo, 15 de julio de 2012

Marcadores biológicos (V)

. Antes de utilizar los biomarcadores, deben establecerse los principios éticos. Un equipo de trabajo interdisciplinario de la Oficina Técnica de la Confederación Europea de Sindicatos, con el apoyo de la Comisión de las Comunidades Europeas (Van Damme y cols. 1995), ha evaluado estos principios en el caso de los biomarcadores utilizados para esta- blecer la susceptibilidad individual a enfermedades. Su informe ha corroborado la opinión de que este tipo de pruebas deben realizarse sólo con la finalidad de prevenir enfermedades en la población activa. Entre otras considera- ciones, estas pruebas no deben nunca utilizarse para:

• Seleccionar a los que tienen una mayor capacidad física para el trabajo;
• Evitar la adopción de medidas preventivas, como la identificación y eliminación de los factores de riesgo o la mejora de las condiciones en el lugar de trabajo.
• Crear, constatar o aumentar las desigualdades sociales.
• Aplicar en el lugar de trabajo unos principios éticos diferentes
a los que deben defenderse en una sociedad democrática.
• Obligar a la persona que solicita empleo a revelar más datos personales que los estrictamente necesarios para conseguir el puesto de trabajo.

sábado, 14 de julio de 2012

Marcadores biológicos (IV)

El uso de biomarcadores plantea otras dos cuestiones importantes:
1. El uso de biomarcadores en la epidemiología del trabajo debe ir acompañado de una política clara en lo que se refiere al consentimiento del interesado. El trabajador puede tener distintas razones para negarse a cooperar. Una razón muy práctica es, por ejemplo, que la identificación de una alteración en un marcador dé la respuesta precoz, como el intercambio de cromátidas hermanas, implica la posibilidad de que dicho trabajador sea discriminado por las entidades aseguradoras y las empresas por su mayor propensión a la enfermedad. Una segunda razón hace referencia a la detección genética. Puesto que la distribución de los genotipos y fenotipos varía según el grupo étnico, las oportunidades profesionales para las minorías pueden verse perjudicadas por la detección genética. En tercer lugar, pueden existir dudas sobre la capacidad predictiva de las pruebas genéticas. El valor predictivo depende de la prevalencia de la enfermedad que la prueba intenta detectar, de manera que si la enfermedad es poco frecuente, el valor predictivo será pequeño y la utilidad de la prueba de detección será cuestio- nable. Hasta ahora, ninguna de las pruebas de detección genética se ha considerado aplicable en la práctica (Ashford y cols. 1990).

viernes, 13 de julio de 2012

Situación actual de la salud y la seguridad en el trabajo (V)

Muchos países disponen de un sistema educativo de posgrado y de cursos de formación en régimen de residencia sobre salud en el trabajo. El doctorado suele ser el grado académico supe- rior en esta materia, pero existen también sistemas de cualifica- ción especializada.
Las escuelas de salud pública desempeñan un papel importante en la educación y la formación de expertos en salud en el trabajo en Estados Unidos. De las 24 escuelas acreditadas, 22 impartieron programas de salud en el trabajo en 1992: 13 ofre- cieron programas de medicina del trabajo y 19 de higiene indus- trial. Los cursos de salud en el trabajo impartidos por estas escuelas no dan lugar necesariamente a la obtención de un título académico, pero están estrechamente relacionados con la acredi- tación de especialistas, en cuanto que forman parte de las cualificaciones necesarias para acceder a los exámenes que deben aprobarse para ser miembro de uno de los consejos de especialistas en salud en el trabajo.

El Programa de Recursos Educativos (Educational Resource Program, ERC), financiado por el National Institute for Occupa- tional Safety and Health (NIOSH) ha apoyado la puesta en prác- tica de programas en régimen de residencia en estas escuelas. El ERC ha designado 15 de éstas como centros regionales para la formación de profesionales de la salud en el trabajo.

jueves, 12 de julio de 2012

Situación actual de la salud y la seguridad en el trabajo (IV)

En algunos países industrializados, el contenido del programa de salud en el trabajo se centra más en los servicios de preven- ción que en los de curación, si bien esta prioridad suele ser objeto de debate. En general, los países que disponen de un sistema de servicios de salud comunitaria global tienden a limitar el ámbito de dicho programa y consideran el tratamiento como una disciplina de la medicina comunitaria.
La necesidad de que todos los trabajadores sean sometidos a reconocimientos médicos periódicos es otro tema de debate. Si bien hay quien considera que no se ha demostrado que los reconocimientos que exigen una exploración selectiva general resulten beneficiosos, Japón es uno de los muchos países en que se exige a las empresas que realicen este tipo de pruebas a los miembros de su plantilla. En este tipo de programas se reco- mienda encarecidamente la aplicación de un seguimiento exhaustivo y la oferta continua de educación sanitaria y promo- ción de la salud; además, el registro de historiales individuales se considera indispensable para la consecución de los objetivos. La evaluación de estos programas requiere un seguimiento a largo plazo.
Los sistemas de seguro que cubren la asistencia médica y la indemnización por lesiones o enfermedades relacionadas con el trabajo se utilizan en casi todos los países industrializados. No obstante, hay una gran diversidad en cuanto a su gestión, cober- tura, pago de primas, tipo de prestaciones, magnitud del compromiso con la prevención y disponibilidad de apoyo técnico. En Estados Unidos, el sistema es independiente en cada Estado y las compañías de seguros privadas desempeñan un papel destacado, mientras que en Francia, el sistema es gestio- nado en su totalidad por el sector público y está incorporado en gran medida en la administración de la salud en el trabajo. Los especialistas que trabajan para el sistema de seguros a menudo desempeñan una función importante de ayuda técnica para la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

miércoles, 11 de julio de 2012

Situación actual de la salud y la seguridad en el trabajo (III)

El segundo tipo está representado por la legislación francesa, en la que no sólo se establecen los objetivos, sino que también se detallan los procedimientos para alcanzarlos. Se exige a las empresas que proporcionen a sus plantillas servicios de salud en el trabajo especializados y que recurran a médicos especialistas oficialmente reconocidos, y a las instituciones de servicio que cumplan con los mismos requisitos. Se especifica el número de trabajadores que deben ser atendidos por cada médico del trabajo designado: en los centros de trabajo cuyo medio ambiente no sea peligroso, un único médico puede tratar a más de 3.000 trabajadores; esta cifra se reduce en caso de exposición a riesgos definidos.
Los especialistas dedicados a la salud en el trabajo se ocupan de un campo de actuación cada vez más amplio en los países industrializados. La especialización de los médicos en prevención y gestión de la salud es cada vez mayor. Además, los profe- sionales de la enfermería del trabajo, los higienistas industriales, los fisioterapeutas y los psicólogos desempeñan un papel impor- tante en los países desarrollados. Los higienistas industriales tienen una presencia destacada en Estados Unidos, mientras que en Japón son mucho más habituales los especialistas en la medición del medio ambiente. Los fisioterapeutas del trabajo son bastante característicos de los países nórdicos. En definitiva, existen algunas diferencias de tipo y distribución entre los especialistas comunes en cada región.
Los centros con millares de trabajadores en plantilla suelen contar con su propia organización independiente de servicios de salud en el trabajo. El empleo de especialistas distintos de los médicos del trabajo y el establecimiento de las instalaciones mínimas necesarias para la prestación completa de este tipo de servicios sólo suele ser viable con plantillas de esa magnitud. La oferta de servicios de salud en el trabajo en centros de menores dimensiones, sobre todo cuando el número de trabajadores es reducido, se plantea de forma muy diferente. Ni siquiera en muchos países industrializados las organizaciones que prestan este tipo de servicios en pequeñas empresas se han establecido de forma sistemática. Francia y otros países europeos disponen de una legislación que establece los requisitos mínimos que deben cumplir las instalaciones y los servicios ofrecidos por dichas organizaciones, y las empresas que carecen de un servicio propio deben contratarlo con éstas.

martes, 10 de julio de 2012

Situación actual de la salud y la seguridad en el trabajo (II)

Las lesiones profesionales se han reducido en muchos países desarrollados debido en gran parte a la mejora de las medidas de seguridad en el trabajo y a la introducción generalizada de equipos y procesos automatizados. Otro factor importante que ha contribuido a este descenso es la reducción del número abso- luto de trabajadores dedicados a tareas peligrosas como resul- tado del cambio en la estructura industrial, caracterizado por el aumento de industrias ligeras y la disminución de las pesadas. El número de trabajadores muertos en accidente de trabajo en Japón pasó de 3.725 en 1975 a 2.348 en 1995. No obstante, el análisis de esta tendencia en el tiempo indica que el ritmo de descenso ha aminorado en los últimos diez años. La incidencia de las lesiones profesionales en Japón (incluidos los casos de fallecimiento) pasó de 4,77 por millón de horas de trabajo en 1975 a 1,88 en 1995, mientras que en el período de 1989 a 1995 la reducción fue más lenta. Esta aminoración de la tendencia a la reducción de los accidentes industriales también se ha detec- tado en otros países industrializados; por ejemplo, la frecuencia de lesiones profesionales en Estados Unidos no ha mejorado en más de 40 años. Este dato refleja en parte la sustitución de los accidentes de trabajo clásicos, que pueden prevenirse mediante la adopción de diversas medidas de seguridad, por nuevos tipos de accidente provocados por la introducción de maquinaria automatizada.
El Convenio nº 161 de la OIT, adoptado en 1985, constituye una norma de referencia importante para los servicios de salud en el trabajo. Aunque se refiere a países en desarrollo y desarro- llados, sus conceptos fundamentales se basan en la experiencia y en los programas existentes en estos últimos.
El marco básico de un sistema de servicios de salud en el trabajo suele venir definido por la legislación. Hay dos tipos principales. El primero es el característico de Estados Unidos y el Reino Unido, en los que la legislación sólo establece las normas que deben cumplirse. La consecución de los objetivos se deja a las empresas, y la Administración ofrece información y asistencia técnica previa solicitud. La comprobación del cumpli- miento de la normativa es una competencia administrativa fundamental.

lunes, 9 de julio de 2012

Iniciativas sobre medidas preventivas y de control

Los servicios de salud en el trabajo no sólo son responsables de la detección y evaluación de riesgos potenciales para la salud de los trabajadores, sino también de la prestación de asesoramiento sobre medidas preventivas y de control que ayuden a evitarlos.
Tras analizar los resultados de la vigilancia del medio ambiente de trabajo, incluido, en caso de ser necesario, el control de la exposición personal de los trabajadores, y los resultados de la vigilancia de la salud de los trabajadores, incluidos también en caso necesario los resultados del control biológico, los servicios de salud en el trabajo deben estar en condiciones de evaluar posibles conexiones entre la exposición a los peligros profesionales y los perjuicios para la salud resultantes y de proponer medidas adecuadas de control para la protección de ésta. Tales medidas se recomiendan conjuntamente con otros servicios técnicos de la empresa tras consultar a la dirección, la empresa, los trabajadores y sus representantes.
Las medidas de control han de ser apropiadas para prevenir exposiciones innecesarias durante las condiciones normales de funcionamiento y durante los accidentes y emergencias. Deben tenerse también en cuenta, las modificaciones de los procesos de trabajo planeadas y las recomendaciones han de ser adaptables
a las necesidades futuras.
Las medidas de control de los peligros para la salud se emplean para eliminar la exposición en el trabajo, minimizarla o, en todo caso, reducirla a límites permisibles. Incluyen en primer lugar la tecnología, los controles técnicos en el medio ambiente de trabajo, los cambios en las tecnologías, sustancias y materiales y, como medidas preventivas secundarias, los controles del comportamiento humano, los equipos de protec- ción personal, el control integrado y otros.
La formulación de recomendaciones sobre medidas de control es un proceso complicado que incluye el análisis de la informa- ción relativa a los riesgos sanitarios actuales en la empresa y la toma en consideración de las necesidades y exigencias de seguridad y salud en el trabajo. Para los análisis de viabilidad y de costes/beneficios, debe tenerse en cuenta que las inversiones realizadas en materia de seguridad y salud pueden dar frutos durante largos períodos en el futuro, pero no necesariamente de forma inmediata.

Los instrumentos de la OIT incluyen la exigencia de que las empresas, los trabajadores y sus representantes colaboren y participen en la puesta en práctica de tales recomendaciones. Suelen analizarse en los comités de seguridad y salud de las grandes empresas, y por los representantes de la empresa y los trabajadores en las pequeñas.
Es importante documentar las recomendaciones propuestas, de modo que sea posible hacer un seguimiento de su aplicación. Esta documentación debe recalcar la responsabilidad de la dirección con respecto a las medidas preventivas y de control.

domingo, 8 de julio de 2012

Observaciones generales

Las observaciones generales resumidas a continuación se aplican a todos los tipos de reconocimientos médicos.
Los reconocimientos médicos de los trabajadores deben realizarse por profesionales cualificados formados en salud en el trabajo, familiarizados con las exposiciones, las exigencias físicas y demás condiciones de trabajo en la empresa y con experiencia en el uso de técnicas e instrumentos de reconocimiento médico adecuados, así como en la gestión de impresos de registro apropiados.
El reconocimiento médico no es un sustitutivo de las acciones de prevención o control de exposiciones peligrosas en el medio ambiente laboral. Si la prevención tiene éxito, se necesitarán pocos reconocimientos.
Todos los datos reunidos con respecto a los reconocimientos médicos son confidenciales y deben quedar registrados por el servicio de salud en el trabajo en archivos confidenciales de salud. Los datos personales relativos a la evaluación de la salud sólo pueden comunicarse a otras personas con el consentimiento consciente del trabajador afectado. Si éste desea que los datos se remitan a un médico particular, debe prestar un consentimiento formal.
Las conclusiones relativas a la adecuación del trabajador a un determinado puesto o a los efectos sobre la salud de dicho puesto deben comunicarse a la empresa de forma que no se infrinja el principio de confidencialidad de los datos sanitarios personales.
El uso de los reconocimientos médicos y sus resultados para cualquier tipo de discriminación contra los trabajadores no puede tolerarse y debe quedar estrictamente prohibido.

sábado, 7 de julio de 2012

Reconocimientos médicos al término del servicio

Este tipo de evaluación de la salud se realiza a la terminación de una asignación que suponga peligros que puedan causar o contribuir a la aparición de perjuicios para la salud. El objetivo es realizar una evaluación final de la salud del trabajador, compararla con los reconocimientos médicos previos y evaluar cómo han afectado a la salud las asignaciones de puestos anteriores.

viernes, 6 de julio de 2012

Reconocimientos médicos generales

En muchas empresas, los reconocimientos médicos generales corren a cargo del servicio de salud en el trabajo. Suelen ser voluntarios y están a disposición de todo el personal o sólo de ciertos grupos caracterizados por la edad, la duración del empleo, el nivel jerárquico, etc. Pueden ser exhaustivos o estar limitados a la exploración selectiva de ciertas enfermedades o peligros para la salud. Sus objetivos determinan su frecuencia, contenidos y métodos empleados.

jueves, 5 de julio de 2012

Evaluación del programa

Siempre es conveniente evaluar el programa para justificar que se le sigan asignando recursos, determinar las necesidades de mejora y apoyar las recomendaciones de expansión. Las evaluaciones pueden adoptar diversas formas, desde simples tabula- ciones de participación (incluidos los abandonos), combinadas con la expresión de la satisfacción de los trabajadores (objeto de encuesta o no), hasta encuestas más formales. Los datos obtenidos por estos medios ponen de manifiesto el grado de utilización y la popularidad del programa en conjunto y de sus componentes y suelen estar disponibles a la conclusión del período de evaluación. En todo caso, son aún más valiosos los datos que reflejan los resultados del programa. En un artículo en que se indica la vía para mejorar la evaluación de los programas de promoción de la salud, Anderson y O’Donnell (1994) ofrecen una clasificación de áreas en las cuales los programas de promoción de la salud pueden dar lugar a resultados interesantes (véase la Figura 15.1). Con todo, los datos sobre resultados requieren un esfuerzo de planificación antes del inicio del programa y deben recopilarse en un período de tiempo que permita su desarrollo y evaluación. Por ejemplo, puede contarse el número de individuos que se vacunan contra la gripe y posteriormente realizar un segui- miento de la población total durante un año para demostrar que esas personas presentan una menor incidencia de infecciones respiratorias semejantes a la gripe. El estudio puede ampliarse para comparar las tasas de absentismo de las dos cohortes, y los costes del programa con el ahorro directo e indirecto obtenido por la organización.
Por otra parte, no resulta demasiado difícil demostrar la consecución por parte de una persona de un perfil de factores de riesgo más adecuado en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, será necesario al menos un decenio y probablemente varios para demostrar una reducción de la morbilidad y la mortalidad debidas a la incidencia de las enfermedades coronarias en una cohorte de trabajadores. Incluso entonces, es posible que la cohorte no alcance el tamaño necesario para que los datos sean significativos.
Los artículos analíticos citados ponen de manifiesto la posibilidad de desarrollar una investigación sobre evaluación adecuada y las iniciativas emprendidas y la información disponible al respecto. Su utilidad está fuera de duda. Pero, como señalan Freis y sus colaboradores (1993), “se dispone ya de programas modelo que mejoran la salud y reducen los costes. No son conocimientos lo que hace falta, sino la puesta en práctica de estos programas en un mayor número de casos.”

miércoles, 4 de julio de 2012

Aplicación del programa

En muchas organizaciones, sobre todo en las más pequeñas, las actividades de promoción de la salud se llevan a cabo de forma específica y ocasional, a menudo en respuesta a una “crisis” sanitaria real o prevista en el lugar de trabajo o en la comunidad. No obstante, transcurrido un cierto tiempo, estas actividades se combinan en las grandes organizaciones en un marco más o menos coherente que recibe el nombre de “programa” y se designa como responsable del mismo a una persona conocida como director o coordinador de programa o con otra denominación.
La selección de actividades para el programa puede estar determinada por las respuestas obtenidas en encuestas de opinión entre los trabajadores, por la producción de episodios concretos, por razones de calendario o por la disponibilidad de recursos. En muchos programas se prevén actividades para apro- vechar la publicidad generada por las entidades voluntarias de salud en sus campañas anuales de captación de fondos, como el Mes del Corazón o la Semana Nacional de la Capacidad Física para el Trabajo y el Deporte. (En Estados Unidos, el Centro Nacional de Información sobre la Salud de la Oficina de Prevención de la Enfermedad y Protección de la Salud publica en septiembre las National Health Observances, una lista de los meses, semanas y días dedicados a la promoción de determi- nadas cuestiones de salud, ya disponible a través del correo elec- trónico.)
En términos generales, resulta prudente aplicar el programa de forma gradual, añadiendo actividades y cuestiones a medida que se consiguen la credibilidad y el apoyo de los trabajadores y cambiar los temas en los que se hace especial hincapié, con el fin de que el programa no llegue a estancarse. J.P. Morgan & Co., Inc., gran organización financiera con domicilio en Nueva York, ha incluido un innovador “formato cíclico planificado” en su programa de promoción de la salud para hacer hincapié en un conjunto de cuestiones secuencialmente en períodos de cuatro años (Schneider, Stewart y Haughey 1989). El primer año (Año del Corazón) se centró en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el segundo (Año del Cuerpo) se centró en el SIDA y la prevención y detección precoz del cáncer, en el tercero (Año de la Mente) se trataron cuestiones psicológicas y sociales, y en el cuarto (Año de la Salud) se abordaron cuestiones como la vacunación de adultos, la artritis y la osteoporosis, la prevención de accidentes, la diabetes y el embarazo sano.

Actualmente se repite la secuencia cuatrienal. En opinión de Schneider y sus colaboradores, este enfoque optimiza la utiliza- ción de los recursos empresariales y comunitarios disponibles, fomenta la participación de los trabajadores a través de la consi- deración secuencial de diferentes cuestiones, y brinda la oportu- nidad de prestar atención a las revisiones y ampliaciones basadas en avances médicos y científicos.

martes, 3 de julio de 2012

Mecanismos: Incentivos:

Premios a la participaciónya la consecución de objetivos, reconocimiento en publicaciones empresariales y tablones de anuncios, concursos y premios.

lunes, 2 de julio de 2012

Mecanismos: Prestaciones especiales

tiempo libre para actividades de promo- ción de la salud, reembolso de los gastos de formación, modificación de horarios de trabajo, permisos para atender

domingo, 1 de julio de 2012

Datos epidemiológicos

Existen pocas estadísticas fiables sobre la incidencia de las lesiones producidas como consecuencia de actividades relacio- nadas con el trabajo.
En Estados Unidos, los cálculos de la incidencia de lesiones craneales indican que al menos 2 millones de personas sufren este tipo de lesión cada año, lo cual da lugar a cerca de 500.000 ingresos hospitalarios (Gennarelli y Kotapa 1992). Aproximada- mente la mitad de estos pacientes sufrieron accidentes de tráfico. Un estudio sobre lesiones cerebrales realizado en 1981 entre los habitantes del condado de San Diego, California, reveló que la tasa global de lesiones relacionadas con el trabajo era, en los hombres, de 19,8 por 100.000 trabajadores (45,9 por 100 millones de horas de trabajo). Las tasas de incidencia de las lesiones cerebrales relacionadas con el trabajo en el personal civil y militar masculino eran de 15,2 y de 37,0 por 100.000 trabajadores, respectivamente. Además, la incidencia anual de estas lesiones era de 9,9 por 100 millones de horas de trabajo en la población activa masculina (18,5 por 100 millones de horas para el personal militar, y 7,6 por 100 millones de horas entre los civiles) (Kraus y Fife 1985). En el mismo estudio se observaba que cerca del 54 % de las lesiones cerebrales relacionadas con el trabajo en el personal civil se debían a caídas y que el 8 % estaban relacionadas con accidentes de vehículos motorizados
(Kraus y Fife 1985).