La fractura de cráneo puede producirse con o sin lesión del cerebro. Todas las formas de lesión cerebral, sean consecuencia de una herida penetrante o de un traumatismo craneal cerrado, pueden producir el desarrollo de edema del tejido cerebral. La activación a nivel celular de procesos fisiopatológicos vasógenos y citógenos produce edema cerebral, aumento de la presión intra- craneal e isquemia cerebral.
Las lesiones cerebrales focales (hematomas epidurales, subdu- rales o intracraneales) no sólo pueden producir lesión cerebral local, sino un efecto de masa en el interior del cráneo, que causa desplazamiento de la línea media, herniación y, por último, compresión del tronco encefálico (mesencéfalo, protuberancia y bulbo raquídeo), lo cual produce una disminución del nivel de conciencia y, posteriormente, parada respiratoria y muerte (Gennarelli y Kotapa 1992).
Las lesiones cerebrales difusas producen un traumatismo por cizallamiento en numerosos axones del cerebro y pueden manifestarse de múltiples formas, desde una disfunción cognitiva sutil hasta una discapacidad grave.
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