miércoles, 28 de febrero de 2007

Tendencias a lo largo del tiempo


La observación de las tendencias a lo largo del tiempo ha aportado nuevas pruebas sobre el papel que desempeñan los factores ambientales en la incidencia del cáncer. El cambio más espectacular y conocido ha sido el aumento de las tasas de cáncer de pulmón en ambos sexos en paralelo a la adquisición del hábito de fumar, aunque de 20 a 30 años después, observado en muchas regiones del mundo. Más recientemente, en algunos países, como Estados Unidos, parece que se apunta un descenso de las tasas en los varones, como resultado del descenso del consumo de tabaco.

Se sabe menos sobre los importantes descensos observados en la incidencia de los cánceres de estómago, esófago, cérvix y otros que se han producido de forma paralela al desarrollo económico en muchos países. Son de difícil explicación, salvo por una disminución de la exposición a factores causales ambientales o, quizás, por aumento de la exposición a factores protectores, también ambientales.

Principales agentes cancerígenos ambientales La importancia de los factores ambientales como causas del cáncer en el ser humano ha quedado también demostrada por estudios epidemiológicos que relacionaban determinados agentes con cánceres concretos. Los principales agentes que se han identificado se resumen en la Tabla 2.10, en la que no se incluyen los fármacos para los que se ha establecido una relación causal con el cáncer en el ser humano, como el dietilestilbestrol y varios agentes alquilantes, o en los que se sospecha tal relación, como sucede con la ciclofosfamida (véase también la Tabla 2.9). En estos casos hay que sopesar el riesgo de cáncer frente a las ventajas del tratamiento. De modo análogo, no se incluyen en la Tabla 2.10 agentes presentes principalmente en entornos industriales, como el cromo, el níquel y las aminas aromáticas. Para un comentario más detallado al respecto, véase el artículo anterior sobre cancerígenos profesionales. La importancia relativa de los agentes enumerados en la Tabla 2.10 varía mucho dependiendo de su potencia y del número de personas a las que afectan. Las pruebas de carcinogenicidad de varios agentes ambientales se han evaluado en el programa de monografías de la IARC (Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer 1995) (véase al respecto el artículo sobre cancerígenos profesionales); la Tabla 2.10 se basa principalmente en evaluaciones de las monografías de la IARC. Los agentes más importantes de los citados en ella son aquéllos a los que se expone una parte importante de la población en cantidades relativamente grandes, y son especialmente las radiaciones ultravioleta (solares), el tabaquismo, el consumo de alcohol, el mascado de betel, los virus de la hepatitis B, la hepatitis C y el papilomavirus humano, las aflatoxinas, posiblemente las grasas de la dieta y el déficit de fibras y de vitaminas A y C en la dieta, el amianto y el retraso de la maternidad.

Se ha intentado cuantificar las aportaciones respectivas de estos factores al 80 ó 90 % de los cánceres que podrían atribuirse a factores ambientales. Por supuesto, el patrón varía de una población a otra en función de diferencias en la exposición y, posiblemente, en la susceptibilidad genética en diversos cánceres. Sin embargo, en muchos países industrializados es probable que el tabaquismo y ciertos factores dietéticos sean responsables cada uno de ellos de casi una tercera parte de los cánceres de origen ambiental (Doll y Peto 1981); por el contrario, en los países en vías de desarrollo es probable que tengan gran importancia los agentes biológicos, y menos el tabaquismo (aunque la de éste último esté aumentando, debido al incremento del tabaquismo en los últimos años).

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