En los lugares de trabajo pueden encontrarse diversos agentes hemolíticos. La toxicidad más grave de muchos de ellos es la metahemoglobinemia. Otros agentes hemolíticos son el naftaleno y sus derivados. Además, algunos metales, como el cobre, y organometales, como el estaño tributilo, reducen la supervivencia de los eritrocitos, al menos en modelos animales. También puede producirse una ligera hemólisis durante el esfuerzo físico traumático (hemoglobinuria de la marcha); recientemente se ha observado un aumento del número de leucocitos con el ejercicio prolongado (leucocitosis de los corredores). El metal más importante que altera la formación y la supervivencia de los eritrocitos en los trabajadores es el plomo.
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