El galvanismo oral, un diagnóstico controvertido (Informe del Consejo sobre Materiales Dentales 1987), describe la generación de corrientes orales procedentes de la corrosión de la amalgama de las reparaciones dentales o por diferencias electroquímicas entre distintos metales intraorales. Los pacientes con posible galvanismo oral parecen presentar con alta frecuencia disgeusia (63 %), descrita como sabores salados, metálicos, desagradables o a “pilas eléctricas” (Johansson, Stenman y Bergman 1984). En teoría, las células gustativas podían ser estimuladas de forma directa por corrientes eléctricas intraorales y generar disgeusia. Se determinó que los sujetos con síntomas de quemazón oral, sabor a pila eléctrica, sabor metálico y/o galvanismo oral tenían umbrales electrogustométricos menores (es decir, más sensibilidad al sabor) en las pruebas sobre el gusto que los sujetos de control (Axéll, Nilner y Nilsson 1983). Con todo, todavía es cuestionable si las corrientes galvánicas relacionadas con los materiales dentales son la causa. Se cree que es posible sentir brevemente un sabor a estaño poco después de una intervención reparadora dental, pero es improbable que se produzcan efectos más permanentes (Consejo sobre Materiales Dentales 1987). Yontchev, Carlsson y Hedegård (1987) hallaron frecuencias similares de sabor metálico o quemazón oral en sujetos con estos síntomas, hubiera o no contacto con reparaciones dentales. Una explicación alternativa a las molestias sobre sabores extraños que refirieron los pacientes sometidos a intervenciones repara- doras o con dispositivos dentales es la sensibilidad al mercurio, cobalto, cromo, níquel u otros metales (Consejo sobre Materiales Dentales 1987), o la presencia de otros procesos intraorales
(p. ej., enfermedad periodontal), xerostomía, alteraciones de la mucosa, trastornos médicos y efectos secundarios de la medicación.
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