viernes, 14 de abril de 2017

Estrategias para un estudio válido - Confusión

La confusión es el único sesgo que puede controlarse en la etapa del diseño del estudio o, siempre que se disponga de información adecuada, en la etapa del análisis. Si, por ejemplo, la edad se considera un posible factor de confusión de la asociación que interesa porque está asociada al riesgo de enfermedad (p. ej., el cáncer es más frecuente en personas de edad avanzada) y también a la exposición (las condiciones de la exposición varían con la edad o con factores relacionados con la edad, como cualifi- cación, puesto de trabajo y duración del empleo) existen varias soluciones. La más sencilla consiste en limitar el estudio a un rango de edades específico (por ejemplo, reclutar sólo a hombres caucasianos de 40 a 50 años). Con este tipo de estudios se simplifica el análisis, aunque tienen también la desventaja de limitar la aplicación de los resultados a un único grupo de edad o étnico. Otra solución es el emparejamiento por edades, que consiste en seleccionar para cada caso un referente de la misma edad. La idea del emparejamiento resulta atractiva, aunque puede ser difícil de poner en práctica cuando aumenta el número de factores de emparejamiento. Por otra parte, una vez que los casos
y controles se emparejan en función de un factor, se hace impo- sible evaluar el efecto de dicho factor en la aparición de la enfer- medad. La última solución consiste en disponer de información suficiente sobre los posibles factores de confusión en la base de datos del estudio para comprobar su efecto durante la etapa del análisis. Esto puede hacerse mediante un análisis estratificado sencillo o utilizando herramientas más complejas como el análisis multivariante. Sin embargo, debe recordarse que el análisis nunca podrá compensar un estudio mal diseñado o mal realizado.

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