miércoles, 20 de julio de 2016

TOXICOLOGIA (II)

En la sociedad moderna, la toxicología es ya un elemento importante de la salud ambiental y de la salud en el trabajo. Ello es así porque muchas organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, utilizan la informació n toxicoló gica para evaluar y regular los peligros presentes tanto en el lugar de trabajo como en el medio ambiente general. La toxicología es un componente crucial de las estrategias de prevenció n, pues proporciona informació n sobre peligros potenciales en los casos en que no hay una exposició n humana amplia. Los mé todos de la toxicología son asimismo muy utilizados por la industria en el desarrollo de productos, pues permiten obtener una informació n valiosa para el diseñ o de determinadas molé culas o formulaciones.

El capítulo se inicia con cinco artículos sobre los principios generales de la toxicología, principios que es importante tener en cuenta al abordar la mayoría de los temas de esta disciplina . Los primeros principios generales se refieren a la comprensió n de las relaciones entre la exposició n externa y la dosis interna. En la terminología moderna, con “exposició n” se hace refe- rencia a las concentraciones o cantidad de una sustancia con que está n en contacto los individuos o las poblaciones –las cantidades presentes en un determinado volumen de aire o de agua, o en una determinada masa de suelo. El té rmino “dosis” se refiere a la concentració n o cantidad de una sustancia que hay en el interior de una persona u organismo expuesto. En el á mbito de la salud laboral, las normas y directrices suelen expresarse en té rminos de exposició n, o de concentraciones límite permisibles en situaciones concretas, como por ejemplo en el aire del lugar de trabajo. Esos límites de exposició n se basan en hipó tesis o informaciones sobre la relació n entre la exposició n y la dosis; no obstante, es frecuente que no se pueda obtener infor- mació n sobre la dosis interna. Así, en muchos estudios sobre salud laboral, só lo cabe establecer asociaciones entre la exposi- ció n y la respuesta o efecto. En algunos casos se han establecido normas basadas en la dosis (por ejemplo, niveles permisibles de plomo en sangre o de mercurio en orina). Aunque estas medidas presentan una correlació n má s directa con la toxicidad, sigue siendo no obstante necesario, a efectos de controlar los riesgos, calcular retrospectivamente los niveles de exposició n asociados con esos efectos.

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