jueves, 17 de julio de 2014

Agentes ambientales (IV)

Las pérdidas olfatorias tras la exposición al polvo de las tablas de madera y de fibra (Innocenti y cols. 1985; Holmström, Rosén y Wilhelmsson 1991; Mott y Leopold 1991) pueden explicarse por varios mecanismos. Las rinitis alérgicas y no alérgicas pueden provocar obstrucción a las sustancias olorosas o inflama- ción. Las alteraciones mucosas pueden ser graves: se han docu- mentado displasias (Boysen y Solberg 1982) y a veces se desarrolla un adenocarcinoma, sobre todo en el área de los senos etmoidales, cerca del neuroepitelio olfatorio. El carcinoma asociado a las maderas duras puede relacionarse con su alto contenido en tanino (Innocenti y cols. 1985). Se ha descrito una incapacidad para eliminar con eficacia el moco nasal, que puede relacionarse con una frecuencia elevada de resfriados (Andersen, Andersen y Solgaard 1977); las infecciones víricas resultantes pueden lesionar todavía más el sistema olfatorio. La pérdida de olfato también se ha relacionado con agentes químicos asociados los trabajos con madera, incluidos el barnizado y la pintura. Las tablas con fibras de densidad media contienen formaldehído, un conocido irritante respiratorio que altera el aclara- miento mucociliar, provoca una pérdida olfatoria y se asocia a una incidencia elevada de cáncer oral, nasal y nasofaríngeo (Consejo de Asuntos Científicos 1989); todos estos factores justi- ficarían las pérdidas olfatorias inducidas por el formaldehído.
Se ha descrito que la radioterapia causa alteraciones olfatorias
(Mott y Leopold 1991), pero se dispone de escasa información sobre las exposiciones profesionales. Cabría esperar que el tejido que se regenera con rapidez, como las células receptoras olfato- rias, sea vulnerable. Ratones expuestos a radiación en un vuelo espacial mostraron alteraciones en el tejido olfatorio, mien- tras que el resto del epitelio nasal no se afectó (Schiffman y Nagle 1992).
Después de estar sometidos a exposiciones químicas, algunas personas describen un aumento de la sensibilidad a las sustan- cias olorosas. Para describir trastornos tipificados como “hiper- sensibilidad” a diversos agentes químicos ambientales, con frecuencia en concentraciones bajas, se han utilizado las etiquetas de “sensibilidad a múltiples agentes químicos” o “enfermedades ambientales” (Cullen 1987; Miller 1992; Bell 1994). Sin embargo, hasta ahora no se han demostrado umbrales más bajos a sustancia olorosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario