En la dermis se encuentran numerosas fibras mielinizadas y no mielinizadas que todavía no se han identificado. Muchas de ellas sólo  pasan  por  la  dermis  camino  de  la  piel,  los  músculos  o  el periostio,  mientras  que  otras  (mielinizadas  y  no  mielinizadas) parecen terminar en la dermis. Salvo algunas excepciones como el  corpúsculo  de  Pacini,  las  mayoría  de  las  fibras  de  la  dermis parecen  terminar  de  forma  mal  definida  o  simplemente  como terminaciones nerviosas libres.
Aunque se necesitan más estudios anatómicos para diferenciar estas terminaciones mal definidas, la investigación fisiológica ha mostrado con claridad que estas fibras codifican varios aconteci- mientos  ambientales.  Por  ejemplo,  las  terminaciones  nerviosas libres  que  se  encuentran  en  la  unión  entre  la  dermis  y  la epidermis  son  responsables  de  la  codificación  de  los  estímulos ambientales que se interpretarán como frío, calor, dolor, picor y cosquilleo. No se sabe por ahora cuál de estas fibras pequeñas transmite las distintas sensaciones.
La   aparente   similitud   anatómica   de   estas   terminaciones nerviosas libres se explica, probablemente, por las limitaciones de las actuales técnicas de investigación, ya que últimamente se están  determinando  diferencias  estructurales  entre  ellas.  Por ejemplo, en la piel lampiña se han distinguido dos formas dife- rentes  de  terminaciones  nerviosas  libres:  un  patrón  corto  y grueso  y  otro  largo  y  fino.  Los  estudios  realizados  sobre  piel humana  con  vello  han  demostrado  terminaciones  nerviosas reconocibles   histoquímicamente   que   terminan   en   la   unión dermo-epidérmica:  las  terminaciones  papilares  y  peniciladas. Las primeras surgen de fibras no mielinizadas y forman una red de  terminaciones;  en  cambio,  las  segundas  surgen  de  fibras mielinizadas y terminan alrededor de los orificios pilosos, como se mencionó antes. Es probable que estas disparidades estructu- rales correspondan a diferencias funcionales.
Aunque no es todavía posible asignar funciones específicas a entidades  estructurales  individuales,  está  claro  por  los  experi- mentos fisiológicos que existen categorías funcionalmente dife- rentes de terminaciones nerviosas libres. Se ha descubierto que una  fibra  mielinizada  pequeña  responde  al  frío  en  el  ser humano. Otra fibra no mielinizada que acaba en terminaciones nerviosas  libres  responde  al  calor.  Se  desconoce  por  qué  una clase  de  terminaciones  nerviosas  libres  puede  responder  de forma selectiva a un descenso de la temperatura, mientras que un  aumento  de  la  temperatura  cutánea  induce  a  otra  clase  a emitir una señal de calor. Algunos estudios muestran que la acti- vación de una fibra pequeña con una terminación libre puede ser responsable de las sensaciones de picor o de cosquilleo y se cree que dos clases de fibras pequeñas son específicamente sensi- bles a los estímulos nocivos mecánicos, químicos o térmicos, lo que proporciona la base neurológica de las sensaciones de dolor quemante y punzante (Keele 1964).
La relación definitiva entre la respuesta anatómica y fisioló- gica sólo se establecerá cuando se desarrollen técnicas de investi- gación más avanzadas. Este es uno de los principales obstáculos para el tratamiento de trastornos como la causalgia, las pareste- sias y la hiperpatía, que continúan siendo un dilema importante para el médico.
 
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