miércoles, 28 de enero de 2015

Estudios de cohortes (I)

La morbilidad (en términos de incidencia) o la mortalidad de una cohorte expuesta debe compararse con la de una cohorte de referencia que debe ser lo más parecida posible a la cohorte expuesta en todos los aspectos relevantes, excepto en la exposi- ción, para estimar el riesgo relativo de enfermedad o muerte por la exposición. El uso de una cohorte similar, pero no expuesta, como población de referencia, es siempre preferible a la práctica habitual (e incorrecta) de comparar la morbilidad o la morta- lidad de la cohorte expuesta con las tasas nacionales estandari- zadas por edades, porque la población general no cumple los requisitos más elementales para la validez de la comparación. La tasa de morbilidad relativa estandarizada que se obtiene de esta comparación suele subestimar el riesgo relativo real debido a la existencia de un sesgo en la cohorte expuesta que impide la comparación entre las dos poblaciones. Este sesgo de compara- ción se denomina “efecto del trabajador sano”. Sin embargo, no se trata de un “efecto” real, sino de un sesgo causado por una confusión negativa originada por la rotación selectiva en función de la salud en una población de trabajadores. (Las personas con peor estado de salud tienden a salir de las cohortes “expuestas” o
a no entrar nunca en ellas y su destino final suele ser el grupo de desempleados de la población general.)
Puesto que la cohorte “expuesta” se define en función de una cierta exposición, sólo pueden estudiarse simultáneamente los efectos causados por esa única exposición (o mezcla de exposi- ciones). Por otra parte, el diseño de cohortes permite estudiar varias enfermedades al mismo tiempo. También pueden estudiarse simultáneamente diferentes manifestaciones de la misma enfermedad; por ejemplo, angina de pecho, cambios electrocar- diográficos, infarto de miocardio clínico y mortalidad coronaria. Los estudios de cohortes, además de ser adecuados para poner a prueba hipótesis específicas (p. ej., “la exposición al disulfuro de carbono causa cardiopatía coronaria”), pueden responder también a la pregunta más general de: “¿Qué enfermedades causa esa exposición?”.

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