miércoles, 24 de septiembre de 2014

Receptores que responden a la presión cutánea constante (III)

Al igual que la célula de Merkel, un segundo receptor de adaptación lenta sirve también a la piel para señalar la magnitud y la duración de la presión cutánea constante. Este receptor, de tamaño microscópico y conocido como receptor de Ruffini, está formado por un grupo de neuritas que salen de una fibra mieli- nizada y están encapsuladas por células de tejido conectivo. Dentro de la estructura capsular hay fibras que aparentemente transmiten sensaciones cutáneas locales distorsionadas a las neuritas, que a su vez producen los mensajes que se envían por las vías nerviosas hasta el sistema nervioso central. La presión sobre la piel provoca una descarga mantenida de impulsos nerviosos; como sucede con la célula de Merkel, la frecuencia de los impulsos es proporcional a la intensidad del estímulo.
A pesar de estas similitudes, existe una diferencia fundamental entre las células de Merkel y los receptores de Ruffini. La esti- mulación de estos últimos provoca una sensación; en cambio, la estimulación de las cúpulas táctiles que contienen células de Merkel no produce una sensación consciente; la cúpula táctil es, por tanto, un receptor misterioso, porque no se conoce su papel real en la función nerviosa. Por tanto, se cree que los receptores de Ruffini son los únicos capaces de generar las señales nerviosas necesarias para la percepción sensorial de la presión o del tacto constante. Además, se ha demostrado que los receptores de adaptación lenta de Ruffini son los que permiten al ser humano evaluar la presión cutánea en una escala de intensidad.

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