viernes, 2 de mayo de 2008

EL SISTEMA REPRODUCTOR MASCULINO Y LA TOXICOLOGIA


La espermatogénesis y la espermiogénesis son los procesos celulares que producen células sexuales masculinas maduras. Se desarrollan dentro de los túbulos seminíferos de los testículos del varón sexualmente maduro, como se muestra en la Figura 9.2

Los túbulos seminíferos humanos tienen una longitud de 30 a 70 cm y un diámetro de 150 a 300 m (Zaneveld 1978). Las espermatogonias (células madre) se disponen a lo largo de la membrana basal de los túbulos seminíferos y son las células fundamentales para la producción de espermatozoides.
Los espermatozoides maduran a través de una serie de divisiones celulares en las que las espermatogonias proliferan y se convierten en espermatocitos primarios. Estos migran a través de las estrechas uniones formadas por las células de Sertoli hacia el lado luminal de esta barrera testicular. En el momento en el que los espermatocitos alcanzan la membrana de la barrera testicular, la síntesis de ADN, el material genético del núcleo celular, está totalmente finalizada. Cuando los espermatocitos primarios se encuentran de hecho en la luz del túbulo seminí- fero, sufren una forma de división celular especial que se da sólo en las células germinales y que se conoce como meiosis. La división meiótica da lugar a la separación de los pares de cromo- somas del núcleo, con lo cual cada célula germinal resultante contiene sólo una sola copia de cada cromosoma, en vez de un par de cromosomas iguales.
Durante la meiosis, los cromosomas cambian de forma por condensación y adoptan un aspecto filamentoso. En un momento determinado, la membrana nuclear que los rodea se rompe y unos haces microtubulares se fijan a los pares de cromo- somas haciendo que se separen. Así se completa la primera división de la meiosis y se forman dos espermatocitos secundarios haploides. Estos sufren a continuación la segunda división de la meiosis, para formar espermátidas que contienen números iguales de cromosomas X e Y.
La transformación morfológica de las espermátidas en espermatozoides se denomina espermiogénesis. Cuando la espermio- génesis se ha completado, cada espermatozoide se libera de la célula de Sertoli hacia la luz del túbulo seminífero por un proceso que se denomina espermiación. Los espermatozoides migran a lo largo del túbulo hasta la rete testis y la cabeza del epidídimo. Los que abandonan los túbulos seminíferos son inmaduros: no pueden fertilizar un óvulo y no se pueden desplazar. Los que se liberan a la luz del túbulo seminífero se encuentran suspendidos en un líquido producido primariamente por las células de Sertoli. Los espermatozoides concentrados suspendidos en este líquido fluyen de forma continua desde los túbulos seminíferos mediante cambios sutiles del medio iónico en la rete testis, a través de los conductos deferentes, hasta alcanzar el epidídimo. Este último es un tubo muy espiralizado (cinco a seis metros de longitud) en el que los espermatozoides permanecen 12-21 días.
En el epidídimo, los espermatozoides adquieren progresiva- mente movilidad y capacidad de fecundación. Es posible que esto se deba al cambio de naturaleza de la suspensión líquida del epidídimo. A medida que maduran las células, éste absorbe los componentes del líquido, incluidas las secreciones de las células de Sertoli (p. ej., la proteína fijadora de andrógenos), aumentando de esta forma la concentración de los espermatozoides. El epidídimo aporta también sus propias secreciones al líquido en suspensión, entre las que se incluyen sustancias químicas como la glicerilfosforilcolina (GPC) y la carnitina.
La morfología del espermatozoide sigue transformándose en el epidídimo. Desaparece la gota citoplasmática y el núcleo se condensa aún más. Aunque el epidídimo es el principal almacén de espermatozoides hasta la eyaculación, aproximadamente el
30 % de los espermatozoides de una eyaculación han estado almacenados en el conducto deferente. La eyaculación frecuente acelera el paso de espermatozoides a través del epidídimo y puede aumentar el número de espermatozoides inmaduros (infértiles) presentes en la eyaculación (Zaneveld 1978).

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